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  Por Delia Crespo.

El 26 de mayo de 1828, llegó a la plaza Unschlitt de Nuremberg con ropa cara pero andrajosa y botas que no le quedaban bien, sosteniendo un sobre dirigido al “Capitán del 4º Escuadrón, 6º Regimiento de Caballería”. Un zapatero lo llevó ante el capitán y lo vio, y cuando el capitán abrió el sobre, descubrió que contenía dos cartas.

Dijeron que durante toda su vida había estado encerrado lejos del mundo humano y de todo contacto con las personas, y que ahora debería ser entrenado como soldado de caballería como su padre. Reaccionaba de una manera extraña ante objetos inanimados, específicamente relojes y llamas de velas, como si estuvieran vivos.

Lo llevaron a la policía después de que el capitán lo despidiera simplemente por ser un tonto y, después de escribir el nombre “Kaspar Hauser”, todos supusieron que ese era su nombre.

Aprendió a hablar, leer y escribir en unas pocas semanas, y confirmó que el contenido de la carta era cierto y que estaba atendido por una persona invisible, pero parecía notablemente saludable dadas las circunstancias.

El 7 de octubre, poco después de la publicación de su autobiografía, se encontró una misteriosa herida en la frente que, según él, había sido infligida por un hombre de “cara negra”, pero nadie en los alrededores vio a la persona.

Durante los años siguientes, Kaspar realizó una gira por Europa con un aristócrata inglés llamado Lord Stanhope. El 14 de diciembre de 1833, Kaspar tropezó con la casa de un maestro local llamado Dr. Meyer, sangrando por una puñalada en el pecho y afirmando haber sido atacado en el parque. Le mostró al Dr. Meyer una billetera que supuestamente le había regalado el atacante, pero todo lo que contenía era un mensaje sin sentido escrito en un espejo. Sin embargo, cuando la policía investigó el lugar donde supuestamente se había producido el apuñalamiento, sólo se veían las huellas de Kaspar.

Tres días después, Kaspar murió. ¿Realmente pasó su infancia encerrado lejos del mundo? ¿O era simplemente un fraude que buscaba atención? Supongo que, a menos que alguien invente una máquina del tiempo, no se sabrá.

 


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Abril 24, 2024