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  Por Heidi Cruz.

Nikolaus (conocido como Klaus) Barbie fue el jefe de la Gestapo en la ciudad de Lyon entre 1942 y 1944 durante la ocupación nazi de Francia. Fue responsable de la deportación de cientos de judíos y de la eliminación física de numerosos partisanos, entre ellos Jean Moulin, líder de la Resistencia francesa. Dio la orden de matar a seiscientos niños judíos, acorralados en un internado de Issieu, y que acabaron, junto a cientos de comunistas, resistentes y judíos lioneses, en los campos de exterminio de Adolf Hitler.

Para todos, era “el verdugo de Lyon”. Por todos sus crímenes, fue condenado a muerte en ausencia dos veces, en 1952 y 1954, por un tribunal militar francés. Con la caída del nazismo acercándose, consciente de la victoria de los aliados, se puso a cubierto y quemó todos los archivos de la Gestapo en Lyon. Eliminó entonces a todos los posibles testigos de sus atrocidades y logró escapar, evitando los juicios de Núremberg. En 1947 trabajó para la inteligencia estadounidense como infiltrado entre los comunistas alemanes.

Luego desapareció para escapar de las autoridades francesas y alemanas. Reapareció en 1955 en Bolivia donde colaboró ​​con los servicios secretos locales bajo el nombre de Klaus Altmann Hansen, pero fue reconocido y capturado el 19 de enero de 1983 gracias al trabajo de Serge Klarsfeld, un judío rumano naturalizado francés y su esposa Beate, hija de un militar alemán. Los Klarsfeld colaboraron con la justicia francesa y los servicios secretos para capturar al criminal nazi. El 4 de julio de 1987, la Corte del Tribunal de Lyon condenó a Klaus Barbie a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad. En 1991 el “Verdugo de Lyon” murió de leucemia.

 


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Octubre 14, 2024