Hace pocos días, para ser mas preciso el 3 de diciembre pasado, se cumplió el 48 aniversario de un luctuoso hecho que quedó grabado en la memoria y en los sentimientos de los argentinos y en especial de nosotros, los entrerrianos.
En Villa Urquiza , desde hace décadas, existe una embarcación que cruza el arroyo las Conchas. Ese lugar, entre miles, fue el escenario de uno de los sangrientos y cobardes asesinatos que la organización terrorista marxista Montoneros llevó a cabo en el país. De manera artera y cruel terminaron con la vida del Teniente General (r) JORGE E CÁCERES MONIÉ y de su esposa BEATRIZ J. SASIAIN. Como militar tuvo una trayectoria intachable e impecable, estaba gozando de su retiro y su esposa, mujer amable, muy colaboradora de los pobres. Eran personas muy queridas por la sociedad y por los parroquianos de la Villa, muy útiles a la sociedad. Sólo por pertenecer al glorioso Ejército Argentino, fue ejecutado por los mal llamados “jóvenes idealistas”. Por respeto a los seres queridos de estas víctimas, no describo en detalle como fueron los hechos. Sí les digo a quienes lo cometieron y hoy transitan entre los vivos, que: PARA LA VERDAD EL TIEMPO Y PARA LA JUSTICIA DIOS.
Numerosos fueron los asesinatos, secuestros, torturas, tomas de comisarías, cuarteles militares bombas en lugares públicos, robo a empresas y a bancos, fueron ejecutados por Montoneros y otras organizaciones terroristas de aquella época. El del General y su esposa fue muy impactante al igual que la del Capitán VIOLA y su hijita de 3 añitos, la hija de LAMBRUSCHINI de 15 años, ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE, JORGE IBARZÁBAL, la del niño JUAN E. BARRIOS, la estudiante LAURA FERRARI, y muchos más. Nombrar a todas las victimas del terrorismo, ocuparía demasiado espacio, sin embargo para estas almas no existen los Derechos Humanos .
El periodismo en general no recuerda esas víctimas que tampoco tienen su Parque de la Memoria (14 hectáreas de superficie), como los terroristas.
Los familiares de las víctimas del terrorismo, no tuvieron ni tienen ningún tipo de indemnización, pero en cambio los subversivos que atentaron contra el gobierno democrático de turno, recibieron elevadas sumas de dinero. Paralelamente quienes combatieron las siniestras organizaciones que enlutaron el país, hoy reciben: juicios penales amañados, años de prisión, querellantes con testigos falsos, jueces prevaricadores, fiscales que en algunos casos son familiares de terroristas. A la fecha se contabilizan 818 muertos en prisión por no haber permitido que los Firmenich, los Santuchos y otros como ellos pudieran transformar a nuestra querida Argentina en una patria comunista y pobre como Cuba, Venezuela o Nicaragua.
Escribe Daniel E. Pérez en cartas de lectores del diario La Nación.
¿Derechos humanos?
En una carta publicada el 8 de septiembre, la señora Lorenza Ferrari recordaba el asesinato de su hija Laura, una estudiante de 18 años que en 1975 fue víctima de una bomba colocada por terroristas montoneros. La trágica suerte de Laura, silenciada desde hace 42 años, y la paralela impunidad de sus asesinos, premiados con generosas reparaciones materiales y morales, da cuenta de una situación que se repite con cada una de las 900 víctimas causadas por el terrorismo de izquierda en los años 60 y 70. ¿Es sensato proclamar la defensa de los derechos humanos, que son universales e irrestrictos, y a la vez negárselos a Laura Ferrari, a los soldados conscriptos asesinados por defender su cuartel de Formosa bajo un gobierno constitucional, a Sallustro, Rucci, Mor Roig, Sacheri y otros centenares de víctimas sepultadas en el olvido por un implacable y misterioso tabú? ¿No merecen los familiares de esas víctimas inocentes saber de qué se las acusa? Lamentablemente, si algo demuestran esos 42 años de silencio es que en nuestra sociedad no hay verdaderos defensores de los derechos humanos.
LAS MUERTES Y EL DOLOR QUE NO DEBEMOS OLVIDAR
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Hace pocos días, para ser mas preciso el 3 de diciembre pasado, se cumplió el 48 aniversario de un luctuoso hecho que quedó grabado en la memoria y en los sentimientos de los argentinos y en especial de nosotros, los entrerrianos.
En Villa Urquiza , desde hace décadas, existe una embarcación que cruza el arroyo las Conchas. Ese lugar, entre miles, fue el escenario de uno de los sangrientos y cobardes asesinatos que la organización terrorista marxista Montoneros llevó a cabo en el país. De manera artera y cruel terminaron con la vida del Teniente General (r) JORGE E CÁCERES MONIÉ y de su esposa BEATRIZ J. SASIAIN. Como militar tuvo una trayectoria intachable e impecable, estaba gozando de su retiro y su esposa, mujer
amable, muy colaboradora de los pobres. Eran personas muy queridas por la sociedad y por los parroquianos de la Villa, muy útiles a la sociedad. Sólo por pertenecer al glorioso Ejército Argentino, fue ejecutado por los mal llamados “jóvenes idealistas”. Por respeto a los seres queridos de estas víctimas, no describo en detalle como fueron los hechos. Sí les digo a quienes lo cometieron y hoy transitan entre los vivos, que: PARA LA VERDAD EL TIEMPO Y PARA LA JUSTICIA DIOS.
Numerosos fueron los asesinatos, secuestros, torturas, tomas de comisarías, cuarteles militares bombas en lugares públicos, robo a empresas y a bancos, fueron ejecutados por Montoneros y otras organizaciones terroristas de aquella época. El del General y su esposa fue muy impactante al igual que la del Capitán VIOLA y su hijita de 3 añitos, la hija de LAMBRUSCHINI de 15 años, ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE, JORGE IBARZÁBAL, la del niño JUAN E. BARRIOS, la estudiante LAURA FERRARI, y muchos más. Nombrar a todas las victimas del terrorismo, ocuparía demasiado espacio, sin embargo para estas almas no existen los Derechos Humanos .
El periodismo en general no recuerda esas víctimas que tampoco tienen su Parque de la Memoria (14 hectáreas de superficie), como los terroristas.
Los familiares de las víctimas del terrorismo, no tuvieron ni tienen ningún tipo de indemnización, pero en cambio los subversivos que atentaron contra el gobierno democrático de turno, recibieron elevadas sumas de dinero. Paralelamente quienes combatieron las siniestras organizaciones que enlutaron el país, hoy reciben: juicios penales amañados, años de prisión, querellantes con testigos falsos, jueces prevaricadores, fiscales que en algunos casos son familiares de terroristas. A la fecha se contabilizan 818 muertos en prisión por no haber permitido que los Firmenich, los Santuchos y otros como ellos pudieran transformar a nuestra querida Argentina en una patria comunista y pobre como Cuba, Venezuela o Nicaragua.
MIGUEL FRANCISCO PRESTOFELIPPO
Unión de Promociones Santa Fe-Paraná
¿Derechos Humanos?
Escribe Daniel E. Pérez en cartas de lectores del diario La Nación.
¿Derechos humanos?
En una carta publicada el 8 de septiembre, la señora Lorenza Ferrari recordaba el asesinato de su hija Laura, una estudiante de 18 años que en 1975 fue víctima de una bomba colocada por terroristas montoneros. La trágica suerte de Laura, silenciada desde hace 42 años, y la paralela impunidad de sus asesinos, premiados con generosas reparaciones materiales y morales, da cuenta de una situación que se repite con cada una de las 900 víctimas causadas por el terrorismo de izquierda en los años 60 y 70. ¿Es sensato proclamar la defensa de los derechos humanos, que son universales e irrestrictos, y a la vez negárselos a Laura Ferrari, a los soldados conscriptos asesinados por defender su cuartel de Formosa bajo un gobierno constitucional, a Sallustro, Rucci, Mor Roig, Sacheri y otros centenares de víctimas sepultadas en el olvido por un implacable y misterioso tabú? ¿No merecen los familiares de esas víctimas inocentes saber de qué se las acusa? Lamentablemente, si algo demuestran esos 42 años de silencio es que en nuestra sociedad no hay verdaderos defensores de los derechos humanos.
Daniel E. Pérez
deperez5@gmail.com
Colaboración: Dra. Andrea Palomas Alarcón.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 16, 2017
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