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  Por John Porcari.

En 1966, un ingeniero llamado Walter “Taffy” Holden se encontró en una situación peligrosa cuando despegó accidentalmente en un avión sin saber cómo pilotarlo. Holden, que tenía una experiencia mínima volando aviones pequeños, estaba al mando de la Unidad de Mantenimiento No. 33 de la Royal Air Force (RAF) en RAF Lyneham. Su unidad mantenía el English Electric Lightning F.1, un caza a reacción de alta velocidad capaz de alcanzar velocidades de hasta Mach 2.

Holden

El día del incidente, Holden estaba trabajando en el avión, intentando replicar un problema eléctrico. Mientras intentaba presionar ligeramente el acelerador, sin darse cuenta encendió los postquemadores, lo que resultó en una oleada de potencia. Desafortunadamente, el avión tenía compuertas de bloqueo en el acelerador una vez que se activaban los postquemadores, y Holden no estaba familiarizado con cómo soltarlos. Se encontró corriendo por la pista a gran velocidad, con otro avión delante de él.

En una decisión de una fracción de segundo, Holden optó por despegar en lugar de apagar los motores. A pesar de carecer de casco, comunicación con un piloto experimentado y con el tren de aterrizaje bloqueado en la posición baja, logró evitar por poco al otro avión y despegó con éxito. Sin embargo, sus intentos de eyectarse del avión fueron inútiles ya que el asiento eyectable estaba en modo de servicio.

Holden, ahora en el aire y con el control del avión, lo dio vuelta e intentó aterrizar en una pista diferente. Después de dos intentos fallidos, finalmente logró aterrizar utilizando una maniobra llamada “taildragger”, que había aprendido de su experiencia con aviones monoplaza. Aunque no es ideal para el Lightning, esta técnica de aterrizaje le permitió aterrizar el avión de forma segura.

Posteriormente, la aeronave fue reparada y puesta nuevamente en servicio. Hoy en día se puede ver completamente intacto en el Museo Imperial de la Guerra en Duxford. Más tarde se consideró que las acciones de Holden eran lo mejor para él y la aeronave. Continuó sirviendo en la RAF hasta su jubilación muchos años después. Holden falleció en 2016 a la edad de 90 años, dejando atrás una notable y querida historia de un ingeniero que accidentalmente voló un avión.

 


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Febrero 14, 2024