El Senado estadounidense se prepara para examinar un proyecto de ley, promovido y presentado por el senador republicano Lindsey Graham* y el demócrata Richard Blumenthal, que prevé un arancel del 500 % a los países que compren petróleo y uranio rusos, en medio del endurecimiento de la retórica antirrusa del presidente Donald J. Trump. Las nuevas sanciones están dirigidas no solo a Moscú, sino también a sus principales socios comerciales, que coincide que son algunas de las principales economías del mundo, entre ellos India y China.
Aunque la decisión aún no se ha tomado, los expertos advierten de que las medidas podrían no tener el efecto deseado y repercutir no en Rusia, sino en toda la economía mundial. Así, Ben Harris, vicepresidente y director del Programa de Estudios Económicos de la Brookings Institution, que ayudó a elaborar un intento anterior de frenar los ingresos petroleros rusos trabajando en la Administración Biden, calificó el proyecto de ley de “arriesgado”.
“Las repercusiones económicas del proyecto de ley son duras y radicales”, indicó Harris, asegurando que la aprobación del documento solo puede tener “tres resultados plausibles”, que son: “una retirada de las fuerzas rusas, un colapso de los mercados mundiales de la energía o una recesión mundial debido a una caída en picada del comercio mundial”.
BlumenthalGraham
La iniciativa de Lindsey Graham prevé:
Imponer aranceles del 500 % a los socios comerciales de Moscú que no ayuden a Ucrania y a los bienes exportados a EE.UU. por países que compran petróleo, productos derivados del petróleo, gas natural y uranio rusos. Prohibir a los estadounidenses participar en operaciones de compra de títulos de deuda de Rusia. Según Graham, la medida está dirigida principalmente contra la India y China, que, de acuerdo con sus estimaciones, son importadores de petróleo ruso.
Janis Kluge, experto en Rusia del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, declaró que la mayoría de medidas restrictivas fijadas en la ley son “poco realistas y nunca se aplicarán”. Además, manifestó que las sanciones del proyecto tardarán en afectar significativamente a Rusia y lo único que logran hacer los políticos estadounidenses considerando este proyecto es “mantener la conversación sobre nuevas sanciones a Rusia”. “Sin embargo, no cambiará las reglas del juego en la guerra, y los líderes europeos no deberían depositar demasiadas esperanzas en él”, subrayó.
La misma opinión fue expresada por el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, que señaló que “las amenazas de nuevas sanciones ya se han vuelto habituales” para Rusia. “Creemos que, en un contexto en el que se han adoptado más de 30.000 medidas restrictivas contra Rusia, la hipotética aparición de algún nuevo elemento […] requerirá, por supuesto, un análisis y una consideración adicionales, pero no cambiará fundamentalmente el panorama”, expresó.
Trump sostuvo que está estudiando introducir nuevas sanciones contra Moscú. “Los senadores están aprobando un proyecto de ley de sanciones muy duro. Lo estoy considerando”, detalló. No obstante, un alto funcionario de la Administración contó a Politico que el mandatario está dispuesto a apoyar un proyecto de ley solo si se le proporciona pleno control sobre el levantamiento de las nuevas restricciones.
El proyecto incluye tarifas del 500% para los países que compran exportaciones rusas clave. El senador estadounidense Lindsey Graham afirmó que tiene el apoyo de otros 72 miembros del Senado para un proyecto de ley que busca aplicar nuevas sanciones “aplastantes” contra Rusia, así como aranceles a los países que compran sus recursos naturales claves, en el caso de que Moscú no apoye “negociaciones serias” para poner fin al conflicto en Ucrania.
“El objetivo es ayudar al presidente Donald Trump”, afirmó esta semana el representante republicano a la prensa, agregando que el mandatario estadounidense se siente “frustrado” por el estado de las conversaciones.
“Quiero un fin negociado de la guerra, con honor y justicia. Creo que Trump es la persona más indicada para lograr ese objetivo, pero estas sanciones reflejan la opinión del Senado de que Rusia es el principal culpable”, expresó el político aliado de Trump, advirtiendo que las nuevas sanciones “aplastarían” la economía rusa.
En una publicación previa en X, Graham afirmó que aprecia los esfuerzos del líder republicano para poner fin al conflicto, pero destacó que su proyecto de ley es una forma de presionar a Rusia hacia una paz “honorable, justa y duradera”.
Graham
Las sanciones propuestas por Graham y el demócrata Richard Blumenthal contemplan un arancel del 500 % a los bienes importados de países que compran petróleo, gas, uranio y otros productos rusos. Además, se prohibiría a los ciudadanos estadounidenses comprar deuda soberana rusa, entre otras medidas.
Entre tanto, el sábado pasado Trump no descartó la imposición de nuevas restricciones económicas a Rusia si no se cesan las hostilidades en el conflicto ucraniano.
A diferencia del régimen de Kiev, que todavía no ha derogado el decreto que le prohíbe negociar con el presidente ruso, Moscú ha asegurado varias veces estar abierta a entablar conversaciones. Recientemente, Vladímir Putin dijo una vez más que la parte rusa está dispuesta a reanudar el proceso de negociación con Ucrania sin condiciones previas.
Por su parte, Vladímir Zelenski ha continuado negándose a dar su brazo a torcer. Así, sus declaraciones de que “Ucrania no reconocerá” a Crimea como parte de Rusia torpedearon las conversaciones entre los representantes de EE.UU., Ucrania y países europeos en Londres, y fueron calificadas por el propio Trump de “incendiarias” y “perjudiciales para las negociaciones de paz”.
Las sanciones impuestas a Rusia desde el comienzo del conflicto en Ucrania, en 2022, han buscado sobre todo limitar los ingresos de su industria del petróleo y el gas. Los Gobiernos occidentales, encabezados por Washington, impusieron un precio tope de 60 dólares por barril a las exportaciones petroleras de Rusia.
A su vez, desde el Kremlin han reiterado en varias ocasiones que Moscú nunca se ha negado a dialogar sobre Ucrania. Al mismo tiempo, indicaron que Rusia “está abierta a la cooperación económica” con Washington y considera que eso “es clave para una economía global más resistente”.
Aranceles a países que colaboren con Rusia
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Aunque la decisión aún no se ha tomado, los expertos advierten de que las medidas podrían no tener el efecto deseado y repercutir no en Rusia, sino en toda la economía mundial. Así, Ben Harris, vicepresidente y director del Programa de Estudios Económicos de la Brookings Institution, que ayudó a elaborar un intento anterior de frenar los ingresos petroleros rusos trabajando en la Administración Biden, calificó el proyecto de ley de “arriesgado”.
“Las repercusiones económicas del proyecto de ley son duras y radicales”, indicó Harris, asegurando que la aprobación del documento solo puede tener “tres resultados plausibles”, que son: “una retirada de las fuerzas rusas, un colapso de los mercados mundiales de la energía o una recesión mundial debido a una caída en picada del comercio mundial”.
La iniciativa de Lindsey Graham prevé:
Imponer aranceles del 500 % a los socios comerciales de Moscú que no ayuden a Ucrania y a los bienes exportados a EE.UU. por países que compran petróleo, productos derivados del petróleo, gas natural y uranio rusos. Prohibir a los estadounidenses participar en operaciones de compra de títulos de deuda de Rusia. Según Graham, la medida está dirigida principalmente contra la India y China, que, de acuerdo con sus estimaciones, son importadores de petróleo ruso.
Janis Kluge, experto en Rusia del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, declaró que la mayoría de medidas restrictivas fijadas en la ley son “poco realistas y nunca se aplicarán”. Además, manifestó que las sanciones del proyecto tardarán en afectar significativamente a Rusia y lo único que logran hacer los políticos estadounidenses considerando este proyecto es “mantener la conversación sobre nuevas sanciones a Rusia”. “Sin embargo, no cambiará las reglas del juego en la guerra, y los líderes europeos no deberían depositar demasiadas esperanzas en él”, subrayó.
La misma opinión fue expresada por el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, que señaló que “las amenazas de nuevas sanciones ya se han vuelto habituales” para Rusia. “Creemos que, en un contexto en el que se han adoptado más de 30.000 medidas restrictivas contra Rusia, la hipotética aparición de algún nuevo elemento […] requerirá, por supuesto, un análisis y una consideración adicionales, pero no cambiará fundamentalmente el panorama”, expresó.
Trump sostuvo que está estudiando introducir nuevas sanciones contra Moscú. “Los senadores están aprobando un proyecto de ley de sanciones muy duro. Lo estoy considerando”, detalló. No obstante, un alto funcionario de la Administración contó a Politico que el mandatario está dispuesto a apoyar un proyecto de ley solo si se le proporciona pleno control sobre el levantamiento de las nuevas restricciones.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 13, 2025
Estados Unidos: ¿Sanciones aplastantes para países que negocian con Rusia?
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“El objetivo es ayudar al presidente Donald Trump”, afirmó esta semana el representante republicano a la prensa, agregando que el mandatario estadounidense se siente “frustrado” por el estado de las conversaciones.
“Quiero un fin negociado de la guerra, con honor y justicia. Creo que Trump es la persona más indicada para lograr ese objetivo, pero estas sanciones reflejan la opinión del Senado de que Rusia es el principal culpable”, expresó el político aliado de Trump, advirtiendo que las nuevas sanciones “aplastarían” la economía rusa.
En una publicación previa en X, Graham afirmó que aprecia los esfuerzos del líder republicano para poner fin al conflicto, pero destacó que su proyecto de ley es una forma de presionar a Rusia hacia una paz “honorable, justa y duradera”.
Las sanciones propuestas por Graham y el demócrata Richard Blumenthal contemplan un arancel del 500 % a los bienes importados de países que compran petróleo, gas, uranio y otros productos rusos. Además, se prohibiría a los ciudadanos estadounidenses comprar deuda soberana rusa, entre otras medidas.
Entre tanto, el sábado pasado Trump no descartó la imposición de nuevas restricciones económicas a Rusia si no se cesan las hostilidades en el conflicto ucraniano.
A diferencia del régimen de Kiev, que todavía no ha derogado el decreto que le prohíbe negociar con el presidente ruso, Moscú ha asegurado varias veces estar abierta a entablar conversaciones. Recientemente, Vladímir Putin dijo una vez más que la parte rusa está dispuesta a reanudar el proceso de negociación con Ucrania sin condiciones previas.
Por su parte, Vladímir Zelenski ha continuado negándose a dar su brazo a torcer. Así, sus declaraciones de que “Ucrania no reconocerá” a Crimea como parte de Rusia torpedearon las conversaciones entre los representantes de EE.UU., Ucrania y países europeos en Londres, y fueron calificadas por el propio Trump de “incendiarias” y “perjudiciales para las negociaciones de paz”.
Las sanciones impuestas a Rusia desde el comienzo del conflicto en Ucrania, en 2022, han buscado sobre todo limitar los ingresos de su industria del petróleo y el gas. Los Gobiernos occidentales, encabezados por Washington, impusieron un precio tope de 60 dólares por barril a las exportaciones petroleras de Rusia.
A su vez, desde el Kremlin han reiterado en varias ocasiones que Moscú nunca se ha negado a dialogar sobre Ucrania. Al mismo tiempo, indicaron que Rusia “está abierta a la cooperación económica” con Washington y considera que eso “es clave para una economía global más resistente”.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 3, 2025