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Son muchos los debates que los argentinos nos debemos para poder encontrar la salida de este laberinto de decadencia económica que ya nadie discute.
¿Por qué laberinto? Por que no es fácil encontrar la salida buscada durantes más de cuatro décadas.
Esta decadencia económica y social, y tal vez muchas otras decadencias, que la brutal dimensión de la económica y social ocultan, es un escenario artificioso cruzado por encrucijadas que confunden y tornan imposible encontrar una salida: siempre una pared infranqueable obliga a retroceder sin encontrar una salida.
Lo laberíntico genera angustia. Y le quita autoridad a los que han corrido sin poder encontrar la salida. ¿En qué, en quién confiar?
Cuando llegó José Alfredo Martínez de Hoz (1976) ya estábamos metidos en el laberinto. Pero él, con la fuerza bruta de la Dictadura Genocida, nos empujó hacia adentro. En un panorama sombrío dijo “veo la luz al final del túnel”.
Lo increíble es que 45 años después, cuando esta negrura presente ya estaba cubriendo todo, Gabriela Michetti (2018) – vicepresidente de la Nación – dijo “veo la luz al final del túnel”.
El laberinto es volver a empezar. El día de la marmota.
Quienes nos condujeron y hoy conducen, están como nosotrosen el laberinto. Pero el poder ciega y entonces están a obscuras. Por eso no saben dónde están. Imaginan un túnel y dicen que “ven luz” …que nadie ve.
La imaginación de los gobernantes ha sido rica: desde la inversión de sentido de afirmar que con “la democracia se come, se cura y se educa”, cuando la democracia es plena sólo cuando todos comen, se curan y educan y no al revés, hasta el patético ingreso al primer mundo con Carlos Menem o la “revolución imaginaria” de los Kirchner. Y ahora en el hartazgo de esta secuencia escrita de frustraciones: “el segundo semestre”, “los brotes verdes” y el retorno, despejando hilachas, a un escenario de cuasi default como con el que terminamos en 2001. ¿Cuándo entramos en esta trampa?
Si nos basamos en las estadísticas del PBI por habitante, la respuesta es contundente: entramos en el laberinto de la decadencia hace 45 años.
Decadencia implica que previamente hubo progreso. No hay decadencia sin progreso previo.
Revisemos el pasado, ese lugar en el que los argentinos nada podemos acordar. Abordémoslo con estadísticas. Probadas y aprobadas por colegas de distinta visión.
La de aquellos que insisten en recorrer el laberinto buscando la luz al final del túnel, que han sido parte de las gestiones de los últimos 45 años, y la de aquellos que se resistieron a ingresar en él: los menos. Los que han sido parte en general son ideológicamente neoliberales pro mercado y apertura.
Aclaremos, el neoliberalismo vacía de sentido cualquier referencia al interés general, al bien común, y considera que “el único determinante del comportamientos individuales es el cálculo racional, que en ningún caso está regido por reglas morales”E.Mulot.Veamos.
Hasta 1975 la Argentina fue un país de progreso económico y social. Por cierto, no exento de problemas.
Si hacemos análisis comparativo y nos basamos en lo escrito por un economista ortodoxo y dos veces funcionario en los últimos 45 años, como lo es Federico Sturzenegger, el PBI por habitante de la Argentina se mantuvo en el 75% del de Australia desde 1900 hasta 1975, año a partir del cual nos separamos drásticamente de la trayectoria australiana. Después de 1975 nuestro PBI por habitante cada año fue un porcentaje menor del de Australia.
Australia progresó (y mucho) hasta 1975 (después también), nosotros corrimos a la misma velocidad (no más ni menos) desde 1900 hasta 1975. Entonces nosotros, hasta 1975 y a la misma velocidad que Australia, tuvimos una excelente performance comparativa hasta hace 45 años.
¿Por qué Mauricio Macri, los “articulistas” pro oficialistas, hablan de 70 años de decadencia si, haciendo la cuenta hasta 1975 hay 45 años que tienen en común la misma visión de lo que debe ser la política pública?
Es fácil constatar que el PBI por habitante de la Argentina entre 1944 y 1975 creció a la misma velocidad que el de los Estados Unidos. Ni más ligero ni más despacio.
En los “gloriosos 30 años” (1944/1975) de la economía occidental, los del Estado de Bienestar, la industrialización, el pleno empleo, el avance de la redistribución progresiva del ingreso, la economía argentina y la economía americana crecimos a la misma velocidad.
La visión dominante era la de las políticas públicas precedidas por el concepto del “bien común”.
Hay más. Dicen J. Llach y M. Lago, dos economistas ortodoxos (el primero funcionario nacional destacado dos veces en el período 1990/2002), en uno de sus libros recientes, sostiene que entre 1963 y 1974 el PBI por habitante de la Argentina creció a mayor velocidad que el PBI por habitante de los países occidentales.
Tres relaciones comparadas – avaladas por protagonistas y policy makers de los últimos 45 años – nos demuestran de manera palmaria que si Australia, Estados Unidos y las economías desarrolladas de Europa Occidental eran economía en progreso, desde antes y hasta 1975 (ellas lo fueron también después) también lo fue, en aquél entonces, la economía argentina porque creció a la misma velocidad. Una opinión unánime: hasta 1975 progresamos, entonces, la decadencia – el ingreso en el laberinto – tiene fecha de inicio.
La enorme diferencia, el brutal abismo, es que todas aquellas economías occidentales siguieron siendo economías de progreso (aunque a distintas velocidades) y la economía argentina, desde 1975 hasta la fecha, ha dejado de serlo.
Hubo progreso comparado (y absoluto) hasta 1975 y particularmente desde 1945.
Miremos las estadísticas del PBI por habitante. Desde 1900 hasta 1945 el PBI ph creció 1,03% anual acumulativo y desde 1945 hasta 1974, 1,98%. De entonces a hoy 0,58% ¿Cuál es entonces el período de mayor crecimiento?¿Cuesta tanto que la unanimidad de los colegas reconozcan los hechos?
Desde 1975 estamos en decadencia económica medida por el PBI por habitante y en ese laberinto la pobreza se multiplicó a las tasas chinas de 7% anual.
Es necesario aclarar que dado que la población crece sistemáticamente hablar de porcentaje de personas bajo de la lìnea de pobreza es insuficiente. Es imprescindible hablar de número de personas sufriendo la pobreza. Y en ese caso 7% anual acumulativo de crecimiento es lo que ha producido que, de las 800 mil personas estimadas en esa condición en la primera Encuesta de Hogares del Indec (1974) hayamos pasado a 14 millones en los días que corren.
La decadencia no es obra de Mauricio Macri, no lo es el estancamiento de 45 años (eso es el 0,58% de crecimiento anual) ni los 14 millones de pobres. No. La causa es la continuidad de un proceso de extravío en la conducción que gira en el laberinto desde hace muchas gestiones.
Estas desgracias vienen de una catarata que viene tomando fuerza desde la altura de los tiempos de 1975: una bola de nieve de estancamiento.
Mientras en 1974 y antes, el desempleo rondaba el 2/4% y en momento de recesión (que los había) llegaba al 7%. Desde entonces la tasa de desempleo de crisis fue a un ritmo creciente; y cuando esa tasa declinaba, aumentaban varios “compensadores” sistémicos: el retiro del mercado de trabajo por hastío de no encontrarlo, el empleo público sustituto funcional del seguro de desempleo, los distintos tipos de planes e imprescindibles ayudas sociales que no son más que acciones de supervivencia colectiva.
En aquellos años de progreso económico y social irrefutable con los datos, el gasto del Estado nunca representó más del 22 % del PBI, el endeudamiento externo no fue ni remotamente una variable central de la política económica; y la tasa de inflación dificilmente superaba tres veces la tasa media de inflación anual de los países desarrollados.
En los años de la decadencia iniciada en 1975 y continuada hasta hoy el Estado, con privatizaciones incluidas, creció hasta 42%. El endeudamiento externo, la financiarización de la economía, creció sin pausa y con prisa; y todas las gestiones debieron acudir al auxilio del FMI; y además vivieron en estado de default. Y la inflación – hiper inflaciones aparte – con excepciones que llevaron al estallido de los 2000, siempre estuvo rondando 10 veces la inflación promedio de las economías occidentales.
Hasta 1975 la oferta de bienes públicos – todos lo recuerdan – era razonable, apropiada para un país de desarrollo medio, el hospital público, la escuela pública, la seguridad en las calles, etc.
Seguramente traducido a las palabras del presente “un clima de favorable a la inversión”.
Si Usted quiere aclaro que la fuga del dinero – que la había – iba a los bienes y no a los dólares. No era una fuga verde “casi popular” como la de nuestros días.
Nadie puede negar la existencia de conflictos sociales. Pero tampoco se puede desconocer que la representación social y el diálogo con el poder, excluían la acción directa: la calle no era el territorio cotidiano del conflicto social.
Sin duda, en esos años del Estado de Bienestar, también la minoría regresiva – que finalmente se impuso en 1975 y hasta hoy – se hacía del “Poder” por la fuerza militar (no por las urnas) para “contener y frenar la distribución progresiva del ingreso”. Y también sin duda las ultra minorías armadas de las guerrillas generaban en las calles un clima de temor, tanto durante los gobiernos militares como en el período democrático inaugurado en 1973.
Por eso el General Perón los expulsó de la Plaza llamándolos “imberbes” y agregando “estos infiltrados que trabajan adentro, y que traidoramente son más peligrosos que los que trabajan desde afuera, sin contar con que la mayoría de ellos son mercenarios al servicio del dinero extranjero”.
Hasta 1975 no hubo ningún período de “déme dos”, ni tampoco la explosión de fortunas súbitas e hiper concentradas que adornan nuestros espacios que imitan al primer mundo, pero con la tosquedad extrema del Hotel de lujo y casino que – en la ciudad de Rosario – está en la vecindad de la villa miseria.
Estas fortunas nuevas, bastante toscas, no se emparentan con las de la “oligarquía ganadera” que crecían cuando crecía el país. Ni con la de la “burguesía industrial” que cuando crecía el país crecía.
En aquél entonces, hasta 1975, fortunas individuales y progreso colectivo, podrían no ir parejas, pero iban para el mismo lado.
Pero hoy, con 45 años de país estancado, mareas de pobreza alrededor de las ciudades, el mayor escándalo es la explosión de fortunas nuevas. Inmensas, bien notables, y como en todo lugar de riquezas súbitas, la de los nuevos ricos, es además de poco mérito todas derivadas de concesiones o contrataciones propias del desguase del Estado. El final de “Zorba el griego”.
Un Estado que ahora representa el 42 % del PBI (el doble de aquella época de los 30 gloriosos) que sobrevive por estar endeudado, que no presta la proporción de los servicios públicos de entonces y que asiste a una privatización continuada de la educación, la salud y del ejército de seguridad privada que hasta atiende en “espacios públicos”. Todo eso es decadencia.
Tenemos un Estado sin moneda. Lo que es de una gravedad extrema. Porque es “menos Estado” que el necesario. Y porque se torna un Estado dependiente, ya no del mercado financiero interno, sino – y vaya si lo sufrimos – de las llaves de paso que se abren o se cierran en el exterior y que nos hacen dependientes.
Simplemente hasta 1975 los bancos privados financiaban hipotecas para vivienda a 10,12 o15 años, en pesos y a tasas de interés fijas. Sí, había ilusión monetaria,pero era posible hacer política monetaria.
¿Cómo se dispara la decadencia?¿Cuándo entramos en el laberinto? En 1975 ocurre el “rodrigazo”. Pero no fue solamente una decisión espantosa, errónea, de política económica. Fue, como está de moda ahora señalar, un “intento de cambio cultural”.
Ricardo M. Zinn, el operador e inspirador del golpe económico que tumbó a la Argentina, era un militante de la lucha contra las ideas de desarrollo y justicia. Sostenía que sólo el vigor de los mercados, librados a toda su potencia, era capaz de producir beneficios colectivos e individuales. Nada, decía, justificaba “las políticas”, los “objetivos”, los “programas”. No podían provocar nada positivo.
Todo se dividía en “cuestiones que el mercado ha resuelto y cuestiones que el mercado resolverá”. Para eso había que liberar las fuerzas del mercado y hacerlas liderar por el mercado financiero cuyo regulador de “pasa no pasa” es la tasa de interés de mercado, pura, limpia, sin concesiones. Cuando lo vemos actuar al actual Presidente del BCRA no cabe duda que a todos los mueve el mismo espíritu.
Zinn era un extremista del neoliberalismo que acuñó, durante la Dictadura Genocida, dos frases emblemáticas “los argentinos somos derechos y humanos”, “achicar el Estado es agrandar la Nación”. Por un lado justificaba la represión salvaje y por el otro justificaba la destrucción del Estado. En ese camino “la Nación” se encogía dos veces. La primera porque no podía amparar la vida de todos los ciudadanos y la segunda porque se sembraba el espiritu de no ser todos partes de la misma Patria.
Zinn junto a Pedro Pou dió origen al CEMA y desde ese centro de pensamiento – Chicago Boys – se construyó una Universidad y se difundió una doctrina, una ideología, poderosa que repite, en lengua nativa, “el Estado no es parte de la solución sino parte del problema” (R.Regan) y “no hay tal cosa como “la sociedad” solo individuos” (M.Tatcher).
Lo más insólito que todos ellos eran miembros de la secta “Los Caballeros del Fuego” que lideraba José López Rega. ¿Podrán imaginarse que su instalación en el poder surgió de las maniobras siniestras del “brujo”?
La deriva de ese pensamiento es el auge financiero, primera etapa, al que contribuyó la demolición del desarrollo industrial nacional.
Zinn acordó con J.A. Martinez de Hoz las medidas del ”rodrigazo”, la resistencia a las mismas conducidas por el sindicalismo – en el marco de la guerrilla que le hacía el juego al golpe con aquello de “cuanto peor mejor” – fue el fundamento de la Dictadura Militar que puso en marcha la segunda etapa del “rodrigazo”.
El argumento de la apertura irracional de importaciones financiadas con deuda externa, era que se había acabado y fracasado la “industrialización por sustitución de importaciones”.
Que el innegable avance de integración industrial – de la que un ejemplo era la industria automotriz resultado de una integración vertical que producía el 90% de un vehículo y que además exportaba – era “falso” y que había que abandonar ese rumbo de modernización económica y social cuyos resultados ya hemos mencionado.
En 1974 las terminales automotrices y todas las empresas del sector, acordaron el protagonismo exportador automotriz que se frustró con la llegada del neoliberalismo al gobierno.
A partir de esa mirada equivocada (ingenua o perversa) la economía argentina hizo de la industria manufacturera de transformación la madre de la nueva y monumental restricción externa: déficit de 30 mil millones de dólares anuales (2004/2018). Si se crece 1%, las importaciones industriales crecen 3,69%.
El crecimiento, en estas condiciones, genera crisis del balance de pagos.
En “restricción externa estructural” no existe la posibilidad de consolidar una moneda porque dependemos de una moneda que no emitimos; y con el discurso de la desindustrialización forzada, en lugar de producir los bienes que proveean esa moneda, vivimos en déficit permanente de ella.
La desindustrialización forzada, que arrastramos hace 45 años, es el motor de la restricción externa y además ha destruído la capacidad de generar empleo productivo urbano. Llevamos 19 caídas del PBI ph entre 1975 y 2018.
Esta mecánica lleva a que la restricción externa, provocada por la desindustralizaciòn, obligue al Estado a paliar las condiciones que genera la falta de trabajo productivo urbano. La primera respuesta que agrava la debilidad fiscal es un empleado público cada 12 habitantes.
La proporción de consumidores de bienes o insumos importados, por la conformación “ensambladora” de la industria, es infinitamente superior a la proproción de productores de bienes o insumos de exportación.
Se genera así la economía de tres déficits: externo, de empleo y fiscal.
Toda política de impulso, en este sistema que rechaza la concertación, es inflacionaria porque no mueve la rueda de la producción sino la de la deuda.
En este contexto, la deuda externa grita y la deuda social angustia.
Entre gritos y angustia, es imprescindible repensar el por qué de la decadencia y romper con el discurso de la justificación que da vueltas en el laberinto sin encontrar la salida. Con las mismas ideas, aunque las personas cambien, nada va a cambiar. Por eso hay que entender por qué la decadencia: ese porque es la única manera de salir del laberinto.
Carlos Leyba es economista egresado de la Universidad de Buenos Aires. Realizó estudios de posgrado en la Universidad Libre de Bruselas. Fue profesor regular titular en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Durante la presidencia de Perón fue subsecretario general del Ministerio de Economía y vicepresidente ejecutivo del Instituto Nacional de Planificación Económica (INPE), en tal carácter tuvo a su cargo las tareas operativas de la Política de Concertación y del Plan Trienal de Reconstrucción y Liberación Nacional. Fue presidente del Fondo Nacional de las Artes y coordinador de los Informes de Desrrollo Humano (1995-1999) del Senado de la Nación. Consultor del PNUD, del Banco Mundial, del BID y de empresas. Es presidente del Centro de Estrategias de Estado y Mercado (EEM), profesor en la Maestria de Integración de la UBA, columnista económico de la revista Debate y edita la página web nosquedamosenel73. Es autor del libro Economia y Politica en el Tercer Gobierno de Peron.
PrisioneroEnArgentina.com
Septiembre 25, 2019
Escribe Ariel Valdiviezo.
Antes de analizar el porqué de este dicho, que son amantes eternos de la ilegalidad, debo hacer la salvedad que existen honrosas excepciones, que indudablemente no son los políticos que rigen los destinos del país, que nos llevan inexorablemente hacia el abismo, como un carro con caballos desbocados y sin conductor.
Es una vergüenza, que consideremos que “LO MAS ES LO MEJOR”, y en ese error basamos siempre nuestros fundamentos, en vez de fijarnos en la excelencia de lo que es correcto, y no en la excelencia de lo que conveniente para los políticos y hace 10 años los destinos de la Nación, también están en manos de una Justicia Corrupta (Justicia Legítima) que viene navegando en un rio de total ilegalidad, apoyada por “LOS ARGENTINOS AMANTES ETERNOS DE LA HIPOCRESÍA Y DE LA ILEGALIDAD”.
Claro está que “el pueblo no gobierna, ni delibera sino por medio de sus representantes”, lo que podría suponerse que nuestros males son por culpa exclusiva de nuestros representantes, una linda manera de sacarse la verdadera responsabilidad, por eso permítanme recordarles que nosotros votamos esos representantes, y luego aceptamos como cordero que va a ser degollado, las aberrantes maquinaciones de los tres poderes del Estado, para empobrecer, embrutecer y así esclavizar al pueblo que confió en ellos.
Entrando en tema voy a tratar de ser lo más claro y sencillo para que todo aquel que quiera leerlo pueda entenderlo y así sacar sus propias conclusiones.
Nuestra historia está plagada de violaciones a las leyes desde el mismo 25 de Mayo de 1810, hasta nuestro días, solo voy a tomar y en forma muy escueta desde la primer presidencia de Perón hasta nuestros días.
Todos sabemos, o al menos eso supongo, como llegó Perón a la presidencia de la Nación, lo que ignoramos o queremos ignorar, es que Perón desde que pudo participó en cuanto golpe militar existiera, es decir siempre estaba dispuesto a violar las leyes, tanto militares como la Constitución Nacional que lo regían, así que indudablemente quien es un asiduo violador del derecho que debe cumplir, no va a cambiar cuando tome el poder, y con el poder en la mano se va a dedicar a violar las leyes a fin de perpetuarse ilegalmente en el poder, y sin embargo este personaje fue elegido en tres oportunidades por este pueblo amante de la ilegalidad.
Recordemos en sus dos primeros gobiernos, la quema de iglesias, los jefes políticos por manzana, la persecución de todo el que no sea peronista, la cesantía de todo empleado público que no se colocaron el luto a la muerte de Eva Duarte, es decir de su esposa, la desaparición de todo el oro que recibió al asumir la primera presidencia, la compra de los servicios por su sumas millonarias(Trenes, otras muchas que a los dos años hubieran pasado sin pagar un centavo, por vencerse los contratos y franquicias) etc.
Luego comienza a surgir, ya en el año 1959 en total ilegalidad las organizaciones terroristas, y en el año 1964 en el gobierno de ILLIA en el Congreso de la Nación, su ministro DEHEZA manifiesta que se ha declarado una guerra revolucionaria a todos los gobiernos latino americanos, sean democráticos o no, tan ilegales eran que tenían sus propias leyes, códigos militares, reglamentos militares etc. que llegaron a asesinar niños, obreros, sindicalistas, diplomáticos, profesores, sacerdotes, jueces, militares, incorporar niños como soldado etc. este pueblo los apoyó, muchos estudiantes se les unían, con consentimiento incluso de los padres, muchos lo hacían por conveniencia, ya que ser parte de la organización terrorista, les aseguraba, aprobar las materias, todo era joda, tomaban las cátedras con fusiles en la mano y asesinaban a quienes se les daba la gana, pero cuando el gobierno de Perón ordenó efectuar operaciones militares y se dieron cuenta que estaban metidos en una guerra por ellos buscada, que mataban y morían, muchos quisieron abandonar las organizaciones terroristas, siendo asesinados por sus compañeros, así aparecían grupos de estudiantes muertos en distintos lugares, muertos que luego fueron cargados a las Fuerzas Armadas en la gran mentira de MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA, estas organizaciones llegaron a ser tan incontrolables que en ese momento todos los estamentos sociales, pidieron a gritos la intervención y toma del poder por parte de los militares.
Luego vinieron gobiernos democráticos y de factos, tanto unos como otros viendo el avance que iban teniendo, ilegalmente dejaron a los terroristas pastorear, engordar, actuar impunemente hasta llegar a las colosales organizaciones que formaron, me refiero al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros, responsabilidad exclusiva de los gobiernos ya que la Constitución Nacional obliga al Gobierno la defensa de la Patria y su Constitución. (Art 21), mientras los representantes del pueblo, es decir el pueblo mismo miraba para otro lado, mientras el país era desmembrado por estos terroristas, muy distinto hubiera sido la historia si estos representantes del pueblo cobarde, hubieran actuado como lo hizo en su oportunidad el gobierno Boliviano, que saco la plaga de raíces al ordenar aniquilar al invasor liderado por el “CHE GEVARA”, en su incipiente nacimiento.
En el gobierno de CAMPORA, se comete otra aberrante ilegalidad, que es dar la libertad, a los terroristas, por medio de una resolución redactada por el entonces Procurador General de la Nación el terrorista ESTEBAN RIGUI nombre de guerra “El Bebe”, por supuesto el pueblo festejando tal medida.
En el último gobierno de PERON, este presidente actúa ya sobrepasado por las organizaciones terroristas que querían tomar el poder. Totalmente en forma ilegal, manda a matar terroristas y sus ideólogos, con la organización clandestina denominada AAA (conocida como la tripe A), fuera de toda ley a cargo de López Rega, llamado “El Brujo”, actitud tan cobarde como la de los gobiernos anteriores.
Su esposa MARIA ESTELA DE PERON a la muerte de este, asume la presidencia, y es la única que tiene los atributos necesarios para que las Fuerzas Armadas salgan a combatir a los terroristas firmando el estado de sitio y los decretos de aniquilar al enemigo, pero comete un serió error, entre los planes presentados por los militares acepta el de rápida terminación, con las consecuencias que eso a posteriori traería, el plan aceptado estaba fuera de toda legalidad, no obstante el pueblo amante de la ilegalidad y de la hipocresía, siempre contento haciendo merito por lo “más es lo mejor”, pues ellos los habían votado.
Este pueblo hipócrita, que pidió a gritos la mayor de todas las ilegalidades, la toma del poder por los militares, apoyó no solo al gobierno de facto sino también a las operaciones militares, tal es así que, al menos en Tucumán, en el Regimiento 19 de Infantería, al iniciar el Operativo Independencia se presentaron todos los soldados desertores y en esos dos años no hubo ninguna deserción.
Al tomar el gobierno la Junta Militar, que podrían haber encarrilado jurídicamente las operaciones, sigue actuando ilegalmente como lo había ordenado el gobierno democrático, desconozco las causas, pero supongo que fue como se dijo en el juicio a los Comandantes, conocido como 13/84, que tenían todos los medios legales para hacer las cosas legales, se referían a la pena de muerte, pero eso significaba tener que firmar las sentencias, es preciso aclarar que en esto nada tuvieron que ver el resto de los mandos, menos aún lo grados inferiores de Oficiales Subalternos y menos aún los Suboficiales, el Ejercito estaba regido por el Código de Justicia Militar en donde en su Art 514 decía que el único responsable es el que imparte la orden, y si alguien se excede en su cumplimiento es considerado cómplice.
Y así con las ilegalidades llegamos al Gobierno de ALFONSIN, donde son juzgados ilegalmente los Comandantes, este juicio se los juzga con el Código Penal, y no con el Código de Justicia Militar, y por jueces federales y no militares, es decir violan flagrante mente el Art 18 de la Constitución Nacional.
Al juzgarlos con un Código Penal, con jueces no naturales, el Juicio a las Juntas conocido como 13/84 fue totalmente ilegal, pero sí fue más ecuánime, y la responsabilidad fue aplicada, de acuerdo a lo que fijaba el Código de Justicia Militar, aplicándose que “El único responsable es el que imparte la orden”. Y se les impuso una condena acorde a los hechos vividos en la década de los años 1970.
La segunda ilegalidad de este gobierno democrático, es que solo se juzgó a los militares, creando una dudosa impunidad sobre los terroristas, claro está que este presidente tenía muchísima afinidad con los grupos terroristas, especialmente con el ERP, siendo defensor ad honoren de este asesino MARIO ROBERTO SANTUCHO, Jefe Político y Militar de esta organización.
No obstante este pueblo AMANTE DE LA HIPOCRECIA Y DE LA ILEGALIDAD, festejaba tales ilegalidades.
Lo mismo ocurrió, con la caída de LA RUA, un golpe de estado provocado por los peronistas, donde este pueblo, nada dijo nuevamente a la mayor de las ilegalidades.
Luego tenemos un período, donde aparentemente se había logrado la pacificación nacional hasta que caemos en la nefasta década ganada, donde se producen las ilegalidades inimaginables con la violación de la Constitución Nacional, Leyes Nacionales y Tratados Internacionales, estas violaciones fueron festejadas por todo EL PUEBLO HIPÓCRITA Y AMANTE DE LA ILAGALIDADES, quienes abandonaron a los que derrotaron al terrorismo internacional, cuando hablo del pueblo me refiero a todos los estamentos sociales del quehacer nacional, políticos, obreros, sindicalistas, industriales, maestros, militares etc.
Son tantas las ilegales aberraciones y violaciones que se efectúan en los juicios mal llamados de “lesa humanidad” que nombrarlas todas podríamos hacer un libro, por lo que voy a tratar con palabras muy sencillas y poco jurídicas, para que todos pueden entender,
En primer lugar los delitos nacen con la ley penal, es decir que el delito de Lesa Humanidad en los años 70, este delito nace con el Estatuto de Roma (1998) es incorporado a la legislación argentina por Ley 25.390 del 9 de enero de 2007, es decir 31 años después de los hechos ocurridos, prohibiendo expresamente en su Art 25 la aplicación retroactiva, cuando fue firmado por el Estado Argentino acepto la irretroactividad de la ley, para lo que no sepan, es que no se puede juzgar esos delitos tipificados en el Estatuto de Roma, porque en esos años no teníamos ese tratado, es decir el delito no existía, y para juzgar no solo se violó el compromiso internacional de cumplir el mencionado Estatuto, sino que solamente tomaron del mismo, lo que a los jueces y fiscales prevaricadores les convenía para poder condenar, es decir solo tomaron el artículo de Lesa Humanidad, desechando prácticamente todo el resto del Estatuto de Roma, y todos los derechos y garantías establecidas en la Constitución Nacional.
Al igual que en juicio a los Comandante, se juzga con el Código Penal asegurando así la sentencia, ya que este Código es diametralmente opuesto al Código de Justicia Militar, en el primero uno puede ir preso por una trompada, con el segundo toda orden, en guerra significa morir o matar, esto sumado a jueces no militares, es decir que se sacan los jueces naturales, con lo que violan flagrante mente el Art 18 de la Constitución Nacional.
Se juzgan sin prueba alguna a Cabos y Subtenientes, que son las más bajas jerarquías del ejército, y de ahí para arriba, a personas que solo cumplieron órdenes, con dichos de testigos que son amigos, parientes, hijos, esposas, terroristas de las organizaciones, testigos de las organizaciones terroristas que colaborando con el ejército entregaron a sus compañeros, escraches, programados por la Cámpora etc. apoyados con gran algarabía por los amantes de las ilegalidades, de estos juicio que han nacido mal paridos por una nefasta política de estado
Desgraciadamente la participación del pueblo fue negativa, siempre apoyando las ilegalidades de los gobiernos de turno.
Tuvimos la década ganada, y ahora, con el gobierno de CAMBIEMOS, que nada cambia, continua el pueblo apoyando el asesinato de ancianos, juzgados y condenados ilegalmente, manteniendo todas las ilegalidades instrumentadas por sus predecesores, el claro ejemplo es la actitud del gobierno de MACRI ante la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto al 2×1, y a lo mismo que hiciera KISCHNER, ejerce una terrible presión a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con los diputados y senadores de su partido.
Luego de la década ganada, que fue en todo aspecto ilegal, cuando después de esos años la Corte, realmente libre se atreve a sacar una sentencia dentro de lo estrictamente legal, este gobierno que se llena la boca de defender la independencia de los poderes del estado, hace lo imposible para revertir tal sentencia, por eso les pido que escuchen lo que dijo la ACADEMIA NACIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES DE BUENOS AIRES quien:
“Expresa su preocupación por los sectores de la sociedad, así como también de la dirigencia política y gubernamental, en desconocer el fallo emitido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso “Muiña” el 3 de mayo del corriente año”.
“Reiterando los argumentos vertidos por esta Academia en su dictamen del 7 de diciembre de 2004, ella considera que la aplicación de la ley penal más benigna tal como está regulada en el art. 2° del Código Penal es una garantía constitucional que, por integrar el concepto de ley penal previsto en el art. 18 de la Constitución Nacional, y adecuarse a las prescripciones del art. 9 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el art. 15 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, no puede ser desconocido por una sociedad y su dirigencia si es que aspiran a una convivencia democrática basada sobre la tolerancia, la libertad, la dignidad y el progreso que están plasmadas en el Preámbulo de nuestra Ley Fundamental”.
“Esta Academia entiende que el fallo de la Corte se ajustó a una estricta aplicación de la ley conforme a las reglas del Estado de Derecho, con prescindencia de la aceptación o rechazo que pueda merecer su parte dispositiva, inclusive para los jueces del Alto Tribunal que conformaron el voto de la mayoría”.
Este AMOR ETERNO POR LA HIPOCRESIA Y POR LA ILEGALIDAD, por parte de toda la sociedad, es la causa de estar como estamos, un pueblo dividido con un sector lleno de venganza, odios y rencores “NI OLVIDO NI PERDON”, un país desmembrado en sus raíces, su historia y su Constitución, por gobernantes mentirosos (Se acabaron los curros de los derechos humanos), donde se legaliza la mentira (Caso Vidal en la Provincia de Buenos Aires 30.000 desaparecidos) y se impide decir la verdad (Caso de maestras dejadas cesantes por atreverse a decir la verdad en la Cuidad Autónoma de Buenos Aires), donde se presiona a la Corte Suprema de Justicia para que dicte sentencias a lo convenientemente político, son acciones totalitarias idénticas a las que efectuaban, el gobierno de KISCHNER, los comunistas y los nazistas, y esto está ocurriendo con CAMBIEMOS, aquí en la Argentina y en este momento con los juicios mal llamados de “lesa humanidad” donde se aplican los once principios del nazismo, confeccionados por el Ministro de propaganda JOSEF GOEBBELS de HITLER, basados en que “una mentira repetida mil veces se convierte en realidad”
Esta inseguridad jurídica, tan alegremente aplaudida por el pueblo, nos quita toda posibilidad de ser una nación unida, hermanada, produce desconfianza especialmente ante los ojos de las naciones donde el respeto de la Constitución y de las leyes, sean nacionales e internacionales, es prioridad absoluta.
Ariel Valdiviezo
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 17, 2017
Cartas de lectores del diario La Nación.
La violencia de los 70
En su columna “La historia que nadie quiere oír”, Jorge Fernández Díaz omitió, al hablar de la violencia de los años 70, que el presidente Alfonsín en los decretos 157 y 158 del 13/12/83 impulsó el juzgamiento no sólo de los jerarcas de la dictadura, sino también de los principales líderes de las organizaciones guerrilleras. Firmenich -extraditado de Brasil-, Vaca Narvaja, Obregón Cano, Galimberti, Cirilo Perdía, Héctor Pardo, Gorriarán Merlo, son “acusados por delitos de homicidio, asociación ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen y otros atentados contra el orden público, sin perjuicio de los demás delitos de los que resulten autores inmediatos o mediatos, instigadores o cómplices”.
Asimismo, López Rega, líder de la Triple A, fue extraditado de los Estados Unidos, procesado por asociación ilícita, secuestro y homicidio. Muere en la cárcel mientras cumplía prisión preventiva a la espera de la sentencia en junio de 1989. Luego, desde el justicialismo, vinieron los indultos de Menem, previo pacto con los militares carapintadas y los Montoneros, y el “relato” K.
Pedro Calvo
Diputado nacional (MC)
DNI 12.639.503
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 17, 2017
Por Mauricio Ortín.
Créase o no, el auto de elevación del juez Bejas, el que promovió el juicio oral que por estos días que se celebra en Tucumán con el nombre de “Operativo Independencia”, afirma que el contexto en el que se dieron los hechos que se juzgan fue el de un plan de aniquilamiento sistemático contra la población civil a través del cual cientos de tucumanos fueron perseguidos, torturados y/ o eliminados por su posición política, pensamiento, o condición social. Casi idéntica aserción obra en el respectivo requerimiento a juicio producido por los fiscales Leopoldo Oscar Peralta Palma y Pablo Camuñas (“la primera intervención masiva de las fuerzas armadas y de seguridad en un plan sistemático de exterminio de opositores políticos”). Pues bien, actuando ambos escritos en la causa y teniendo en cuenta el hecho de que el “Operativo Independencia” comenzó a ejecutarse el 8 de febrero de 1975, no hay otra opción posible que endilgar la responsabilidad intelectual al gobierno que diseñó y ordenó dicha acción. El cuál, no es otro que la gestión del partido Justicialista comandado por María Estela Martínez de Perón y sus ministros.
Yo no fui; fueron ellos
Mas, créase o no, el juez Bejas en su escrito sostiene que no fue así y, en una suerte de responsabilidad objetiva, atribuye exclusivamente la responsabilidad del Operativo Independencia al colectivo de las fuerzas armadas y a las de seguridad (jefes y subordinados incluidos). De allí que, con prescindencia del cargo o grado del individuo y por el mero hecho de pertenecer al colectivo que actuó en Tucumán en esa época, es suficiente para caer bajo el estado de sospecha. En tal marco “jurídico” una simple denuncia por una “violación de domicilio”, supuestamente, acaecida hace cuarenta años basta y sobra para procesar penalmente, enviar a juicio y condenar al infortunado; no así, en cambio, para Estela Martínez de Perón y los ministros firmantes del Decreto 261/75 que ordenó dicho Operativo. Es más, en su escrito, Bejas sugiere que los militares (léase, desde Videla hasta el cabo más moderno e incluyendo a los conscriptos) se aprovecharon de la candidez política de los López Rega, Lorenzo Miguel, Cafiero, Ruckauf, Herminio Iglesias y demás angelitos del peronismo gobernante para embaucarlos y así convencerlos de firmar el decreto para combatir la subversión en Tucumán.
Onganía, verdadero “padre” del Operativo Independencia
Según Bejas el Operativo Independencia constituiría una segunda fase a ejecutar de un plan militar contra la economía tucumana anterior al gobierno peronista que asumió el 25 de mayo de 1973. “El Operativo Tucumán”, a éste se refiere, es un plan de la presidencia del general Onganía que, entre otras medidas y en medio de la crisis del bajo precio mundial del producto, terminó con el subsidio a la industria azucarera tucumana. Dicho plan, sostiene Bejas, preveía la futura represión de los obreros y campesinos (especialmente sus líderes sindicales) que se verían afectados por la pérdida de sus fuentes de trabajo.
Al juez Bejas lo comprenden las generales de la ley
Ello así porque Bejas, antes de ser juez federal, se desempeñó como apoderado del partido justicialista tucumano (antecedente que suele ser decisivo en la elección de un magistrado). Por ende, quién más calificado e interesado que un ex apoderado para desvincular a su partido de la paternidad del Operativo Independencia. Además, un trámite sencillo por estos tiempos; como quitarle un dulce a un niño; sobre todo cuando se tiene a disposición a ancianos militares que hacen de pato de todas las bodas de los políticos.
Trabalenguas de la traición
El Operativo Independencia fue ordenado, en su momento, por los peronistas para defender un gobierno peronista de los terroristas que querían hacerse del poder por las armas. Hoy, paradojalmente, son también peronistas los que persiguen y llaman “genocidas” a aquellos que cumplieron la orden (“criminal”), del gobierno peronista, de defender el gobierno peronista. Y, para más inri, son peronistas los que les erigen monumentos y llaman víctimas a justamente aquellos que, en su momento, mandó a aniquilar.
Los hechos
A nadie, que frise los cincuenta años o esté medianamente informado, se le escapa que el Operativo Independencia fue la reacción natural, previsible, constitucional, lógica y espontánea, del gobierno civil de Isabel Perón, al ataque de fuerzas guerrilleras que intentaron hacerse del estado tucumano como primer paso hacia la toma del poder de la Nación. Así lo expreso el fallo de la causa 13 en El juicio a las Juntas. Por lo dicho, además de una falsedad ideológica, constituye una burla y un insulto a la inteligencia de los argentinos el llamar “opositores políticos civiles” a individuos que, estaban organizados en banda (Ejército Revolucionario del Pueblo) vestían uniforme de combate, portaban armas largas a la vista, habían sido entrenados militarmente en Cuba, enarbolaban bandera extraña al pabellón nacional, contaban con extranjeros en sus filas, atacaban cuarteles; tomaban pueblos; secuestraban y asesinaban civiles (entre ellos, niños); deribaban aviones; etcétera. Así, por ejemplo y con el objeto de aniquilarlos, en número de 120 atacaron a doce soldados en la escuela de Manchalá. Todo esos actos de guerra están registrados hasta en los más mínimos detalles en los cientos de publicaciones del ERP. Sin embargo e incomprensiblemente, Bejas y los fiscales del caso no se tomaron el trabajo de citar una de estas revistas. ¿Será que allí, por lo menos una vez por página, se insiste que están librando una guerra? ¿Será que se quiere ocultar lo evidente?
Lo evidente
Lo evidente es que era absolutamente legítimo e imperioso reprimir a los guerrilleros en Tucumán. Se podrá cuestionar la forma. Mas, no es ésta sino la represión, en sí misma, lo que el juez Bejas y los fiscales consideran crimen de lesa humanidad. El axioma que rige en los juicios de lesa humanidad es que reprimir a los “opositores políticos” es un acto criminal de lesa humanidad. De allí que los jueces y fiscales, a contrapelo de los hechos, se ven en figurillas para negar que fue una guerra. Se llega hasta el monstruso absurdo de, por ejemplo, que en el propio juicio oral los asesinos del Capitán Viola y su hija María Cristina sean querellantes-víctimas de aquellos que los reprimieron por haber cometido el tan alevoso crimen. Un disparate nauseabundo que califica crimen de lesa humanidad al hecho de que los policías atrapen a los asesinos pero no al que estos (para los jueces, “víctimas”) masacren a una niña de tres años.
Pudor
El tribunal de la Megacausa “Operativo Independencia” está integrado por los jueces Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Juan Carlos Reynaga. Los dos primeros, ya recibidos de abogado, residieron en Tucumán en el tiempo de los hechos que se juzgan. Como pocos y de manera directa, conocen el contexto en que se dieron. Es de suponer que el contexto histórico, que el juez Bejas y los fiscales proponen como el real, les cae como una grosera falta de respeto a su inteligencia y a su investidura. De no ser afectados de tal manera y aceptar dicho “contexto” como ajustado a la verdad, entonces sería deseable que, por una cuestión elemental de pudor, transiten las calles de La Cuna de la Independencia con sus respectivas caretas.-
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 1, 2016