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 Por CLAUDIO KUSSMAN.

 

SALIENDO DEL CLOSET

Conocí la Argentina de las buenas costumbres y el puritanismo sexual, impuesto por la fuerza y no estuve de acuerdo con algunos de sus métodos y por eso, como policía, no participé del mismo. Hoy ya dinosaurio como testigo del CAMBIO tan exhibicionista y avasallante,  tampoco estoy de acuerdo con este, porque los extremismos siempre fueron malos y en este caso las victimas serán los niños. En la primera época las instituciones policiales  ante la presencia de un gay, debía detenerlo y por un código de faltas de la época pasaban 30 o más días presos en comisarías distantes 500, o más kilómetros (310 millas), de su domicilio lo cual era una salvajada humanitaria.

Podríamos decir que una verdadera caza de brujas, en la que, a pesar de todo, ya se avizoraba que algo había debajo de la superficie. En las “paradas callejeras” mixtas, un travesti ejerciendo la prostitución, hacia más clientes que una mujer prostituta (con perdón de la palabra). En los años 60 en la Capital se hizo famoso como Jefe de Seguridad Personal de la Federal el Comisario LUIS MARGARIDE, quien allanaba hoteles alojamientos arrestando a sus ocupantes. Si se identificaban personas casadas, se les avisaba a maridos y esposas para que supieran de la infidelidad. Con ello, el castigo familiar podía ser aún mayor que el policial. Pasaron los años, cayeron los edictos policiales para alegría de muchos, principalmente para la delincuencia en general y la policía fue perdiendo autoridad a pasos agigantados. Ahora todo lo que antes era “raro”, dejó de serlo y uno como heterosexual es avasallado casi hasta la discriminación. El exhibicionismo está a la orden del día y desde todos los ámbitos, se corren carreras para “salir del closet”. Así una “madre”  puede defecar impunemente en una iglesia y luego ser recibida por el Papa Francisco, o se puede practicar el coito en la vía pública, se pretende que el aborto sea libre y pago por todos, mientras paulatinamente se van quitando símbolos religiosos de las oficinas públicas.

Que un grupo de “mujeres” de torso desnudo destruyan un patrullero es visto con indiferencia, al tiempo que debemos guiarnos por semáforos que no son para uno, ya que fueron cambiados con nuestros impuestos, por unos de la diversidad de género, al igual que sendas peatonales, bicisendas y todo lo que puede innecesariamente cambiar HORACIO RODRIGUEZ LARRETA. Este, Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, discriminador de heteros por excelencia, considerado muy buen funcionario y posible aspirante a  presidente de la nación. Seguramente  luego de fin de año veremos un nuevo “cambio” y este no lo provocaremos nosotros, sino que vendrá desde Brasil cuando asuma JAIR BOLSONARO, quien si llega a cumplir parte de lo que promete exportará perversos y delincuentes, gran parte de los cuales aterrizarán en estas latitudes. Entonces si  habrá que amarrarse los pantalones, porque todos sabemos que estas son tierras fértiles “para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo, que quieran habitar en el suelo argentino”, esta vez sin  invocar la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia.

 

LA CARTA DEL DIPUTADO GROSSO

Nunca me imaginé estar haciendo esto. Quizás porque como le dijo mi compañero a su mamá al salir del closet, “ningún hijx aclara su sexualidad si es heterosexual”.

Quizás porque tengo una familia hermosa que me ama y me banca en todas. Quizás porque mis amigxs, mis compañerxs del Evita me conocen, me quieren y respetan como soy.

Quizás eso me sirvió de excusa, quizás antes no me animé. 
Tengo 35 y milito desde los 17, esto siempre fue una contradicción en mi vida. La política es machista, patriarcal y se mueve en esos códigos. La lucha por poner la política al servicio de las mayorías populares no escapa a esta lógica, por más justa que sea.

Quizás porque ahora la marea feminista y disidente vuelve a poner todo en jaque. Quizás ahora, acá, con ellas no me siento más una minoría. Las pibas siguen abriendo caminos, como antes lo hicieron otres.

Quizás estoy harto de la doble vara de la política, de la hipocresía como regla.

Quizás porque creo que lo que hago, lo que pienso y lo que digo, no cambia en nada según a quien amo, o sí, y en el mejor de los sentidos.

Quizás porque no quiero que les cueste lo mismo que a mí, que no se sientan mal, discriminados, ninguneados, perseguidos, con miedo al bardeo y para eso abrir caminos, hacernos visibles, ayuda.

Quizás porque hay un brote fascista en el continente, porque me sentí interpelado cuando metieron presa a una piba por besar a su novia o echaron a dos pibes de una pizzería. Quizás porque vi pibes morirse de bronca, porque no pude caminar de la mano con mis amores desde chico o me tuve que besar a la vuelta de la esquina por miedo al qué dirán.

Quizás también porque estoy enamorado, por el abrazo de un amigo cuando le conté, la sonrisa cómplice de una doña en Villa Hidalgo, o porque compañeras de la cooperativa me cuidan al Rubio cuando llega a algún lugar. Quizás porque mi abuela de 89 años me pedía que adopte bisnietos, por todo ese amor… hoy me animo.

Soy Marica y así elijo nombrarme. Como decía el compañero Jáuregui “en una sociedad que nos educa para la verguenza, el orgullo es una respuesta política”.

Al closet no nos empujan nunca más. ¡Feliz día de la militancia!.
                                                                                                                       Diputado Leonardo Grosso

 

Claudio Kussman

Interno L.U.P 345.349

Servicio Penitenciario Federal

Noviembre 18, 2018

 

“Y de ese intento desesperado ha llegado casi todo lo que llamamos historia humana: el dinero, la pobreza, la ambición, la guerra, la prostitución, las clases, los imperios, la esclavitud, la larga y terrible historia del hombre tratando de encontrar algo que no sea Dios, que lo haga feliz.”

C.S. Lewis (1898-1963)

 


PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 18, 2018