Mencionada en la primera carta y sin respuesta desde hace 5 años, 9 meses y 22 días, por parte de los seis destinatarios de la misma, que por supúesto no deben estar mas en el cargo, presentamos aquí la misma de parte del Sub Oficial Principal, Lic. Luis Orlando González.
Almirante Jorge Omar Godoy
Jefe del Estado Mayor General de la Armada.
S / D
Me dirijo al señor Jefe del EMGA, con el solo interés de informarle y responsabilizarlo y a su Estado Mayor sobre dos cuestiones que me afectan familiarmente y profesionalmente:
1.- Negación manifiesta y encubierta por parte de sus comandos ante una solicitud de auxilio por parte de mi familia directa.
2.- Mi confinamiento en una prisión abyecta, privado de todo derecho, en mi condición de SPIF (RE) de la Armada, víctima de la dictadura militar por un lado y víctima del odio de los hombres vencidos del pasado, por el otro.
Respecto del primero y a poco tiempo después de mi detención llevada a cabo el 04-03-2009, mi señora esposa quien sufre una enfermedad coronaria y otros males, conjuntamente con mis dos hijos discapacitados, en situación desesperada, solicito ante la Dirección General del Personal Naval por intermedio directo del CN. Luis R. Cavotta, acogerse al plan de gobierno que contempla la inserción en las instituciones
públicas de personas con problemas psicosomáticos diferentes, acorde y coadyuvante a la campaña llevada a cabo por la DGPN ante todos los destinos de la Armada, inclusive Círculos de Sub oficiales. Vanos fueron los esfuerzos ante la oficina del nombrado CN. Cavotta y la oficina en donde atiende el SM. Andrés Feduzzi y un Psicólogo de apellido Villella.
Las repetidas idas y venidas de mi esposa, muchas veces cancelando turnos hospitalarios por su padecimiento, solo sirvieron para recibir desvíos informativos, promesas infundadas, creando falsas expectativas a mis chicos, con promesas de pseudos empleos que nunca se hicieron efectivos.
Grande fue mi estupor al descubrir mediante la información que aportó la psiquiatra de familia, que el mencionado psicólogo de la DGPN, con una conducta que evidencia extrema falta de decoro profesional, había confiado a esta, que los chicos no se hicieran ilusiones ya que existía un informe negativo por parte de éste psicólogo de pendiente de esa Dirección (DGPN).
Por cuerda separada, otras autoridades navales, considerando la situación, intentaron extraoficialmente ante sus comandos directo, interceder, pero siempre recibieron respuestas incoherentes e injustificadas – que hay que esperar que se vaya este – que venga ese otro – que se quede aquel, que todo cambie y cosas por el estilo.
Siendo consiente que nuestros tiempos, no son los vuestros, creo y estoy convencido que todo ha sido y se ha manejado con deplorables mentiras y que el motivo es obvio considerando mi especial situación, saber que mienten y se acostumbran a convivir con ello, es lo más inmoral que puede suceder a un militar que conduce hombres.
De manera que convencido y con plena seguridad digo: No vengo a pedirle ningún regalo, no estoy reclamando dádivas, ni compasión, solo estoy relatando y poniendo de manifiesto la mediática incomprensión de las autoridades navales, ante un problema familiar grave de uno de sus subordinados.
Además no embarga este relato ningún atisbo de dubitación en lo que expreso, por consiguiente extenderé en breve a la opinión pública los conceptos más sobresalientes de esta misiva, para que se conozca la verdad sobre la hipocresía naval “ya que cuando la hipocresía sostiene ciertas conductas ideológicamente, se está con la gestión de gobierno o están comprados o tienen miedo”.
Haciendo análisis, cuando la ciudadanía común y el personal subalterno (llámese Sub oficiales) de las FF.AA., se atiene a lo que ve a la lógica normal de los acontecimientos que considera confiables, son niños ingenuos que no entienden lo que pasa. Seguramente algunos no comprenderán, que una fuerza armada, mediante sus conductores de turno abandonen a una familia de un sub oficial preso e inocente, con su esposa enferma y sus dos hijos discapacitados, nacidos en el 76 y 78 respectivamente, prácticamente hijos de la guerra sucia.
Lo mencionado acredita fehacientemente que ustedes señores del Estado Mayor General de la Armada, no están cumpliendo con la vieja regla del honor naval, “de que un hombre de mar nunca abandona a otro hombre de mar” en peligro o en la adversidad. Yo y mi familia hemos naufragado por el fuego apátrida y en su barco. Ustedes dónde están?
Viene bien reproducir un pensamiento de un compañero de prisión en carta abierta “Ustedes sabrán si están orgullosos o avergonzados”, yo siento lástima y dolor, aunque mentalmente sigo libre, gracias a Dios, vivo en paz y Ustedes?
Respecto del segundo punto, otro es el concepto que en mi interior palpita, que suma al primero y realizando un profundo estudio de mi situación con respecto de mi detención y de todos los Sub oficiales de la Armada por presuntos delitos de lesa humanidad, tal es así, veo que el destino jugó en mi contra, pues ojalá yo fuera otrora un auténtico combatiente contra el subversivo y terrorista marxista, puesto que desde la contraria empiezan a respetarse retrospectivamente porque reconocen al otro, el enemigo también albergaba ideales. Lamentablemente esta situación es ajena a mí, no me toca ni mucho menos quiero fingir que lo hice por fría hipocresía del oportunismo. Ni combatí, ni jamás participé en operación alguna, ni nada que se le parezca, nunca empuñé un arma para hacer daño a nadie y jamás causé daño alguno a personas en mi vida. A pesar de ello fui entregado alevosamente por los Stellas, Marrones, Molina Pico, Algimiro Fernández, los Ferrer, los Arosa y contemporáneamente usted.
Basta con revisar los Oficios SGNA A1E N° 369/08 de fecha 30-05-2008 y Oficios AJAR SFE N° 907 de fecha 28-12-2007 N° 48 de fecha 08-05-2008 y N° 199 de fecha 21-04-2008 y otro del mes de diciembre de 2008 en donde se me daba con domicilio desconocido, cuando la información la tenían en el cobro de mi haber y en el RNP. Ello me trajo un serio problema judicial debido a su mala información.
Conforme a todo esto, la soledad me abruma en esta injusta causa, vea Ud., mi jefe directo e inmediato, ningún jefe de la cadena de mando de aquél entonces me acompaña en esta odisea, mucho menos algún compañero de destino, no obstante estoy sumido en un proceso criminal, siendo responsable de cuatrocientos treinta y cinco (435) casos, entre muertes, torturas, secuestros, vejaciones, en concurso de asociación ilícita.
Lo invito a que examine mi foja de concepto y observará quienes fueron mis jefes y otros ausentes en este proceso. De manera que el sub oficial Gonzáles, Cabo Principal en ese entonces y en soledad anárquica absoluta y sin recibir orden de nadie, fue responsable de esos 435 casos. No le parece Almirante que ello es imposible bajo todo punto de vista? Mire si su padre, también Sub oficial de la Armada estuviera en mi situación, no obstante Ud., me ha entregado mediante el Oficio SGNA.A1E N° 369/08.
Sepa Ud., y demás Almirantes que mi moral es alta y no claudicaré en absoluto, aunque Ud., me haya entregado al enemigo, que quiero seguir pensando es también el suyo, o me equivoco?
No obstante hay que valorar su actitud, de sus antecesores y de su Estado Mayor, han sido sumamente generosos con el poder de turno, había que cumplir con el cupo de detenidos políticos y no le quedaban Oficiales en pié y no dudaron negociar a costa de los indefensos Sub oficiales, y echaron mano a ellos. “Sepa Ud., que con los Sub oficiales no se negocia”.
Permítame que me exprese libremente; los únicos responsables, ya ancianos, se están muriendo, algunos cumplen excarcelaciones cómodas en sus domicilios y sabe….Quienes pagaremos las culpas de otros, los que en su tiempo eran Tenientes y nosotros los que ostentábamos el alto grado de Cabos. – Al respecto me hago cierta pregunta.
Que dirán sus hijos y nietos, cuando los nuestros le digan, tu abuelo, tu padre vendió al enemigo a sus propios camaradas. Le recuerdo tener presente el artículo 16 de la Constitución Nacional “Que exige idoneidad para ocupar cualquier cargo” y el artículo 29 de la Constitución Nacional “Delito de traición a la patria”. Los hombres y la historia lo juzgarán.
Seguramente desde los sillones de cuero de los pisos superiores del elefante blanco, vean los pasillos y oficinas del Juez Torres, faltaría un micrófono para que escuchen lo que allí se comenta cuando nos ven con las esposas colocadas cual delincuentes con un uniformado que os conduce del brazo. “Que esperas del Juez, si a estos presos no los defiende nadie, ni siquiera la fuerza”. Viene a cuento lo expresado por Martin Luther King. “El problema no es la maldad de los malos sino el silencio de los buenos”, con el perdón de los malos. Asimismo, le recuerdo a Ud., y a su Estado Mayor, lo que ningún militar puede hacer, pues además viola el código de honor, es consentir los hechos callando, para luego denunciar a sus superiores de antes y a los Sub oficiales de ahora por sus responsabilidades en esos mismos hechos que Ud., consintió expresamente. Eso en buen romance, se califica como falta de lealtad que constituye el estigma más grave que en su vida puede afectar a un militar.
Le pido Almirante que mire a su alrededor, observe a su Estado Mayor, en especial a los Oficiales y Sub oficiales jóvenes, cuál será la herencia que les dejará? Porque esta realidad los condena irremediablemente, ¡¡ pobre Armada!! Aceptaré con cristiana serenidad lo que me sucederá porque soy un Sub oficial (RE) de la Marina, haciendo honor a la lealtad que le debo a mi patria y a la Armada a la que le di la mitad de mi vida.
Pero lo que no he tolerado ni aceptaré nunca, es la incomprensión que ustedes han demostrado para con mi familia “la gran familia naval” ¡¡qué horror!! Que hipocresía, que mentira, cuando el deber de un jefe es velar por el bienestar moral y material de sus subordinados.
Almirante espero que tenga un minuto de tiempo y que use el criterio crítico, que alguna vez fue capital de los hombres probos de mar, se dará cuenta que Ud., y sus antecesores, son los únicos culpables que nosotros los Sub oficiales estemos sumidos en esta desgracia institucional, judicial y montonera.
Solicito se me responda, sea cual fuere la respuesta, me hago cargo y asumo la responsabilidad disciplinaria que me pueda corresponder dado mi estado militar.
Marcos Paz, Febrero de 2011
Lic. Orlando González
SPIF (RE) MR: 320009
Distribución:
1.- Jefe de Estado Mayor General de la Armada
2.- Sub-Jefe del Estado Mayor General de la Armada.
3.- Director General de Personal y Bienestar de la Armada.
Uno de los fenómenos que permanentemente se dan en todas las Fuerzas son las reiteradas excusas de sus planas mayores que en las entrevistas -a la primera pregunta sobre los sangrientos hechos de los años setenta- lo primero que expresan es “Yo no fui”, “Yo no estaba allí”, “Yo no sé”…
“Si algún día nuevos peligros amenazan a la patria de los argentinos, si algún día nos viésemos obligados a confiar al leño flotante el pabellón de Mayo, el soplo poderoso del viejo Almirante henchirá nuestras velas, su sombra empuñará el timón en medio de las tempestades, y su figura guerreará de pie sobre la popa de nuestras naves en medio de la humareda del cañón y de la grita del abordaje…”. Oración fúnebre al Almirante Brown, pronunciada por el General D. Bartolomé Mitre.
Tampoco se interesan por saber si el personal de su Fuerza, si estaba allí o por si su jerarquía tuvo algún tipo de responsabilidad. Las planas mayores actúan como aquellos que en la década del setenta afirmaban: “Algo habrán hecho!” y se desentendían totalmente de lo que estaba ocurriendo a su alrededor, en el país y en latinoamérica toda. Estos jefes -dada su formación, su uniforme y la tradición que por su pertenencia llevan sobre sus hombros- podríamos decir que casi son los Poncio Pilatos de nuestro días.
Las nuevas generaciones no estuvieron a la altura de los comportamientos y de las honorables premoniciones de los grandes hombres de la gloriosa historia argentina.
Por eso, VALIENTES SUBOFICIALES se expresan con gran coraje y autoridad moral, como Luis Orlando González. Nuestro tributo a él y a muchos como él, pertenecientes a diversas Fuerzas, que hoy en diferentes cárceles argentinas pierden sus vidas en manos de la “justicia independiente”
Reportaje a Marcelo Eduardo Hipólito Srur:
«El pasado ya no condena a la Armada Argentina»
El almirante Marcelo Eduardo Hipólito Srur, tiene claro el rumbo de la Armada Argentina y el perfil de sus miembros: «Profesionales», garantiza. Designado el pasado mes de enero jefe del Estado Mayor General de la Armada, por el presidente Mauricio Macri, una de las primeras sorpresas que descubrió al instalarse en el emblemático edificio Libertad, de Buenos Aires, fue «la presencia de micrófonos ocultos en la mesa» de uno de los salones de reuniones –donde se celebra la entrevista– y «en el comedor» privado. «Cámaras no hallamos», observa antes de aclarar que «la tecnología no era de última generación pero, por el cableado, es evidente que se tomaron su tiempo» para hacer la instalación.
«Después de hacer un barrido completo, creo que el edificio está limpio», comenta algo sorprendido por las preguntas que, finalmente, ponen de manifiesto que en Argentina deben de ser pocos los que han estado a salvo de escuchas ilegales.
Los argentinos, dados los antecedentes inmediatos con el teniente general Milani [exjefe del Ejército acusado de espiar a políticos, jueces y periodistas durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner] desconfían de los servicios de inteligencia militares.
Todas las fuerzas tienen su dirección general de inteligencia. Obviamente, están limitadas por la ley y las normas. No se puede, ni se debe, ni permitimos que se haga inteligencia interna. La Armada no ha sido cuestionada por ello. Sobre la actuación del teniente general Milani no puedo opinar porque la desconozco. Yo sé cómo trabajó mi Dirección, no la del Ejército.
Srur, de 59 años, era «un joven cadete naval» en la última dictadura militar (1976-83). La Marina, reconoce, fue considerada la Fuerza más «dura» durante los años de plomo y recuperarse no ha sido una misión fácil. «Hemos leído la historia –reitera–, se conocen los nombres y apellidos de los que la hicieron», pero «ésta –insiste– es otra Armada».
¿Qué imagen cree que tienen los argentinos de ustedes?
Los argentinos entienden que esta Armada es nueva y el pasado ya no nos condena. Hoy día, la sociedad, nos ve de otro modo, nos identifica con los apoyos que ofrecemos frente a catástrofes, incendios, inundaciones… Estamos con el pueblo y la gente nos ve como lo que somos, parte de la sociedad. Para ilustrarlo nos podemos remitir al 10 de julio, día del desfile militar. Fuimos excelentemente recibidos pero, además, año tras año aumenta el número de jóvenes que se inscriben en la Escuela Naval.
¿Cómo analiza hoy el papel de la Armada durante la última dictadura (1976-83)?
Tuvo una participación intensa y fue considerada la más dura, pero no me corresponde juzgar a mí sino a la Justicia. No olvidemos que aquellas decisiones fueron de las autoridades militares de ese momento, no de las de ahora.
En esa época yo era un joven cadete naval. No me puedo hacer responsable por las cosas que pasaron entonces. Que quede claro.
Se dieron órdenes para secuestrar, torturar, asesinar y la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) se convirtió en un centro clandestino de detención…
Se supone que un mando no puede dar esas órdenes. En esa época yo era un joven cadete naval. No me puedo hacer responsable por las cosas que pasaron entonces. Que quede claro. Y también, que yo nunca podría dar una orden de ese tipo… Hoy sería imposible que uno de nosotros diera una orden de esa naturaleza y que alguien la cumpliera sin preguntar por qué lo tiene que hacer.
Durante el Gobierno anterior (de Cristina Fernández de Kirchner) la Esma se utilizó, entre otras cosas, para que Hebe de Bonafini (titular de la asociación de Madres de Plaza de Mayo) diera clases de cocina. ¿Cuál debería ser el destino de la Esma?
Son decisiones políticas. Yo lo veo más como un lugar histórico que para realizar otro tipo de actividades.
¿Qué rumbo tiene pensado para la Armada?
Esta Marina es y tiene que ser de profesionales y no de amigos. Para hacer amigos el ámbito es otro. Mi interés es cualitativo antes que cuantitativo. Prefiero gente totalmente convencida de que esto es una profesión y no un trabajo para gente que viene a fichar con una tarjeta.
¿Qué asignaturas tiene pendientes la Marina?
Los objetivos a cumplir o lo que me preocupa son el personal, la educación y operar adecuadamente con los medios que tenemos. Lo peor que puede suceder durante una gestión es no cumplir con los objetivos y lo peor, una vez finalizada la gestión, que no haya continuidad. Pero siempre va a haber asignaturas pendientes.
Ha pasado mucho tiempo y sigue resultando un desafío entender actuaciones durante la dictadura como la del difunto Emilio Eduardo Massera, excomandante de la Armada y miembro de las Juntas Militares [considerado el más cruel de todos] ¿Qué explicación le encuentra?
Habría que saber los intereses personales, profesionales y a nivel político que tenía en ese momento para adoptar las decisiones que adoptó. Posiblemente pudo haber querido demostrar que tenía poder y fuerza, que podía hacer lo que quería. No creo que alguien mate porque sí o tomé decisiones como las que él tomó sin que tenga algún objetivo ulterior personal que desconozco… Quizás quiso decir: Acá estoy yo pero puedo estar equivocado.
Contestación
Al Señor JEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DE LA ARMADA
Almirante MARCELO EDUARDO HIPOLITO SRUR
Me dirijo nuevamente al Sr. Jefe del Estado Mayor General de la Armada dado que la carta, entregada en su secretaría y también por correo postal de fecha 12 de octubre PP.DD no ha sido contestada, comprobando una vez el silencio naval cuando el tema requiere un tratamiento especial de responsabilidad.
En mi carta anterior le decía que todos los suboficiales detenidos estábamos pendientes, que respuesta podría darnos Ud. En representación de la Armada respecto a los inocentes suboficiales presos. Ya ha pasado casi un año de su asunción, y el estado deprimente en que se encuentran prosigue, agravado en algunos cabos, que por haber pedido la baja están en situación peor, sin siquiera tener una obra social que proteja a sus familias, privados de su libertad en inmundas cárceles., o enfermos en domicilio o internados en hospitales, sufriendo el estado de indefensión, por la paupérrima situación económica y el olvido de sus camaradas.
También exponía que dado los nuevos vientos, que acarician al estado nacional que lo puso en funciones, solicitaba que la Armada representada en su persona demostrara la sensibilidad que los que le precedieron no tuvieron, ni quisieron, hacia los suboficiales quienes servimos a la institución por más de 30 años y que ahora nos encontramos presos, con posibles condenas a causa de “subordinación y valor” y a órdenes especificas emanadas por las autoridades de otrora y que también toca su propia historia.
También le anticipaba que, de no tener respuesta me vería en la obligación moral de elevar y publicar nota similar a la de 2011. Que iba agregada a dicha carta. Donde juraba no claudicar en estas acciones hasta mi muerte. He avisado y como dice el refrán, “el que avisa no traiciona”.
Soy un orgulloso suboficial retirado con formación universitaria, detenido en funciones como auxiliar de la justicia, por haber defendido otrora a mi patria del agresor subversivo externo e interno, cuando cumplía funciones como suboficial de la armada y por haber acatado órdenes de la superioridad al igual que mis compañeros suboficiales presos, para que los demás marinos, incluyendo a su excelencia, presuman de inocencia total. Por lo que me permito decirle a Ud. Y a su estado mayor, posean la cultura y el intelecto de quien le escribe, dándo una señal. Recordándole que el silencio naval, ya pasado de moda, no es respuesta, sino el ocultamiento de una verdad que avergüenza.
Dicho esto, el que le escribe, oficiales y suboficiales presos, pasamos muchos años en cautiverio esperando que cambien los vientos que venían maliciosamente del través de proa y hacían mucho daño a nuestra nave, ahora cambiaron los vientos con el apoyo de votos de nuestras familias pensando en un “cambio”, los tenemos del través de popa. Ud. sabrá cómo conducir la nave.
Con vuestro silencio Ud. y su estado mayor ratifican las acciones de sus antecesores que pasaron por alto ni se molestaron en saber del inmenso sufrimiento de la “Gran familia Naval” Esposas, hijos, y nietos de sus camaradas presos, ninguno de estos jerarcas contestaron el llamado de auxilio que fueron solicitados en tiempo y forma por sus subordinados.
Usted, debe saber y que el pueblo debe saber, de boca directa de un suboficial superior como han actuado estos cobardes que le entregaron su puesto, Ud. debe saber que el 50 % de marinos procesados y condenados están enfermos en sus últimos días de vida, otros enfermos en las paupérrimas cárceles federales con promedios de 75 años de edad, y los otros han muerto en cautiverio.-.
En caso de desconocer que hay suboficiales navales presos por contribuir a la defensa de la patria contra el accionar marxista, conforme lo han hecho trascender mediante el suboficial de estado mayor y luego la orden que recibió, que no se metiera con el caso de los zumbos presos. Por ello y muchas cosas más tengo la obligación moral de informar a Ud. Sr. Almirante SRUR, la lista de mártires, patriotas navales y su situación actual, por si los papeles se han destruido en máquinas picadoras del 5to piso del mal llamado edificio “Libertad”.
Galian Carlos (muerto en prisión)- SM Cardó Víctor (muerto en prisión)- SS Eysaguirre Omar, (Muerto en prisión).- SM Racedo Narciso (muerto en prisión)-CS Izaguirre René Oscar (muerto en prisión);SI Vargas Oscar (fallecido) SM Azcurra Héctor (prisión domiciliaria); SM Cuomo Daniel (Internado) SM Bausero Daniel (prisión domiciliaria) SM Bujedo José (prisión domiciliaria); SM Carrasco Tomás (Prision domiciliaria); SM Contreras Juan (prisión domiciliaria)SM Cortez Silverio (prisión domiciliaria); SM Ocaranza Jorge Luis (prisión domiciliaria); SM Vásquez Policarpio (prisión domiciliaria); SP Altamira Paulino (prisión domiciliaria);SP Daer Juan de Dios (prisión domiciliaria); SP González Orlando (prisión dom.); SP Pereyra Antonio ( Prision Domiciliaria); SP Ayendez Oscar (prisión salta); SP Vega Eduardo Humberto (prisión domiciliaria) SI Willig Enrique (prisión domiciliaria); SI Olivera Víctor (Prisión domiciliaria); SI Polchi Héctor (Prision); CI Iturre José (prisión); CS Ormello Rubén (prisión); CS Carrillo Néstor (prisión); CS Tauro Néstor Edgardo (prisión): CS Zanabria Ramón (prisión).-“prisión domiciliaria léase enfermo”
De manera que por moralidad me hago propia la venia para requerirle, proceda como un cristiano con conciencia de bien
ayudando a las familias de estos suboficiales que dieron y dan la vida para que Ud. y su estado mayor puedan disfrutar el poder de esta democracia.. La clemencia y caridad déjela para nuestros amigos más cercanos. Con respecto de mi persona le pido haga la excepción, cuando necesité no acudieron a mi llamado, pedía trabajo para hijo discapacitado de acuerdo a la ley nacional y un oficial superior de la elite de Godoy mintió a mi familia descaradamente, cuando me encontraba recluido en prisión, y ahora, solo “ necesito la libertad”… y Usted, no me la dará. Sólo con el orgullo, con la ausencia o presencia de la Armada solo me queda, nos queda, la “Libertad o muerte”.
Usted discursa públicamente hoy de subordinación y valor, de imperativo moral y de pobreza cero. “ lo he escuchado”, Su suboficial de estado mayor Esteban Cornacchini, quien había dicho a nuestro interlocutor que desconocía que había suboficiales presos y quien posteriormente recibió órdenes de su estado mayor que no se metiera en este tema, habla hoy en conferencias inculcando a los más jóvenes el sentido de pertenencia hacia la institución y que aprendan a quererla y amarla, acaso señores ustedes desconocen que en la armada casi la mitad de personal subalterno esta bajo la línea de pobreza según estadística de su propio gobierno y Ud sale en medio público español hablando de pobreza cero, de qué valió entonces el sentido de pertenencia y el amar a la institución para los suboficiales hoy presos si la superioridad a la postre no cumple.
Ustedes, todos ustedes, no les interesa mi situación y de nuestros camaradas presos, ni los problemas, ni nuestros sufrimientos, ni las injusticias que padecemos, sus corazones han caído en la indiferencia, esa actitud egoísta está siendo observada por Dios, por eso quiera el supremo que su conciencia y de todos los jefes del estado mayor les haga por fin torcer el timón y reconozcan a la verdadera historia naval, no solo por el Alte. Brown, Bouchard, Espora, Rosales o Zapiola, etc. Sino por los mártires y patriotas contemporáneos:, los: Suboficiales mayores Leguizamón Lorenzo; Unteretein Martin; Larrea Emilio; Suboficiales Principales: Yabor Eduardo- Suboficiales primeros: Gatelli Raúl; Reducto Mario- Suboficiales segundos: Benítez Marcelino (mi camada)- Cabo primero: Contreras Juan- Cabos segundos
Grimaldi Enrique y Vidal Miguel- todos víctimas inocentes muertos en la vía pública en emboscadas arteras por los terroristas de los 70 en pleno gobierno constitucional, esto Sr Alte. También es verdadera historia y sin contar los oficiales que murieron combatiendo a estos terroristas en plena guerra antisubversiva. Y de los que estamos presos sin causa.
Ud. seguramente como ex jefe del cuerpo de cadetes y profesor en la escuela de oficiales de la armada habrá recalcado valores y principios morales históricos del hacer marino, subordinación y valor, hundir la nave antes de arriar el pabellón, la gran familia naval como eje moral, principios cristianos, camaradería, espíritu de cuerpo, y que el comandante ó oficial a cargo debe ser el último en abandonar la nave. Le ruego reivindique esto Señor Alte. para que no sigamos creyendo que todo ha sido una vil mentira y que en esta Armada de hoy se ha perdido el sentido de solidaridad y que sus discursos públicos son estrofas copiadas de los libros de historia.
Es muy fácil encabezar una parada militar vestidos de palomas blancas, exaltando la figura del que se iba en su caso el Alte. Gastón F . ERICE, éste Sr. en un discurso de 2014 en homenaje al Alte. Brown hablo “de contención a la gente de mar, al titular y grupo familiar y en donde se encuentren son un orgullo para mí.” ,¡Que hipocresía!, siquiera tuvo el valor de contestar una carta de un suboficial preso. Mientras Usted, ahora, Juró ante sus subordinados reunidos en formación , defender la patria con lealtad y patriotismo y si no lo hiciere dios y la patria me lo demanden, luego arengar a la tropa las virtudes éticos morales del marino y cantar la “valiente muchachada de la Armada”, y un chocolate de postre, esto, esto está “Bravo zulú” siguiendo la tradicional arenga , pero la realidad requiere de un cumplimiento cabal de esos objetivos, ejecutándolos, contemplando que hay marinos presos que están inmersos en una gama de problemas Psicológicos y materiales que requieren de una reparación “Urgente” y justamente ético y moral, valores que se hicieron carne en nuestra juventud ofrecida a la Armada porque creímos en ella.
Sr, Almirante por respeto no criticaré sus confesiones en ABC Internacional con el título “El pasado ya no condena a la Armada Argentina”, solo le recuerdo que oficiales y cabos segundos están siendo condenados por el periodo 1976-1983 y Ud. Señor, al finalizar este periodo era Teniente de Corbeta para ascender a Teniente de Fragata y no un joven cadete, como declaró, igual grado de marinos condenados a perpetua. Por lo que yo considero “ que él no fui, ni estuve, ni sabía, no le corresponde.
Nosotros pensamos si Ud. y el estado mayor que lo acompaña todavía no tienen la voluntad suficiente para, aunque sea comunicarse con los detenidos para conocer sus padecimientos, y la pésima realidad que los embarga y enmendarlos sin intermediarios que no nos representan. Y Si ello no es posible y con todo respeto le pido, hágalo por la reparación del respeto y la credibilidad de las instituciones de la república.
Un camarada a quien le tengo todo el aprecio dijo: ”Pesa más en la balanza el valor moral que la amoral cobardía de la conveniencia política, pues quien no salta en apoyo irrestricto de sus presos son impuros, con la escoria que la inercia lleva lucir inmerecidas estrellas-¡¡ gracias Nelson¡¡
Con la verdad no temo ni ofendo, solo la verdad nos hará libres- recen por nosotros
El Sub Oficial de la Armada no tiene quién le escriba…
Mencionada en la primera carta y sin respuesta desde hace 5 años, 9 meses y 22 días, por parte de los seis destinatarios de la misma, que por supúesto no deben estar mas en el cargo, presentamos aquí la misma de parte del Sub Oficial Principal, Lic. Luis Orlando González.
Almirante Jorge Omar Godoy
Jefe del Estado Mayor General de la Armada.
S / D
Me dirijo al señor Jefe del EMGA, con el solo interés de informarle y responsabilizarlo y a su Estado Mayor sobre dos cuestiones que me afectan familiarmente y profesionalmente:
1.- Negación manifiesta y encubierta por parte de sus comandos ante una solicitud de auxilio por parte de mi familia directa.
2.- Mi confinamiento en una prisión abyecta, privado de todo derecho, en mi condición de SPIF (RE) de la Armada, víctima de la dictadura militar por un lado y víctima del odio de los hombres vencidos del pasado, por el otro.
Respecto del primero y a poco tiempo después de mi detención llevada a cabo el 04-03-2009, mi señora esposa quien sufre una enfermedad coronaria y otros males, conjuntamente con mis dos hijos discapacitados, en situación desesperada, solicito ante la Dirección General del Personal Naval por intermedio directo del CN. Luis R. Cavotta, acogerse al plan de gobierno que contempla la inserción en las instituciones
públicas de personas con problemas psicosomáticos diferentes, acorde y coadyuvante a la campaña llevada a cabo por la DGPN ante todos los destinos de la Armada, inclusive Círculos de Sub oficiales. Vanos fueron los esfuerzos ante la oficina del nombrado CN. Cavotta y la oficina en donde atiende el SM. Andrés Feduzzi y un Psicólogo de apellido Villella.
Las repetidas idas y venidas de mi esposa, muchas veces cancelando turnos hospitalarios por su padecimiento, solo sirvieron para recibir desvíos informativos, promesas infundadas, creando falsas expectativas a mis chicos, con promesas de pseudos empleos que nunca se hicieron efectivos.
Grande fue mi estupor al descubrir mediante la información que aportó la psiquiatra de familia, que el mencionado psicólogo de la DGPN, con una conducta que evidencia extrema falta de decoro profesional, había confiado a esta, que los chicos no se hicieran ilusiones ya que existía un informe negativo por parte de éste psicólogo de pendiente de esa Dirección (DGPN).
Por cuerda separada, otras autoridades navales, considerando la situación, intentaron extraoficialmente ante sus comandos directo, interceder, pero siempre recibieron respuestas incoherentes e injustificadas – que hay que esperar que se vaya este – que venga ese otro – que se quede aquel, que todo cambie y cosas por el estilo.
Siendo consiente que nuestros tiempos, no son los vuestros, creo y estoy convencido que todo ha sido y se ha manejado con deplorables mentiras y que el motivo es obvio considerando mi especial situación, saber que mienten y se acostumbran a convivir con ello, es lo más inmoral que puede suceder a un militar que conduce hombres.
De manera que convencido y con plena seguridad digo: No vengo a pedirle ningún regalo, no estoy reclamando dádivas, ni compasión, solo estoy relatando y poniendo de manifiesto la mediática incomprensión de las autoridades navales, ante un problema familiar grave de uno de sus subordinados.
Además no embarga este relato ningún atisbo de dubitación en lo que expreso, por consiguiente extenderé en breve a la opinión pública los conceptos más sobresalientes de esta misiva, para que se conozca la verdad sobre la hipocresía naval “ya que cuando la hipocresía sostiene ciertas conductas ideológicamente, se está con la gestión de gobierno o están comprados o tienen miedo”.
Haciendo análisis, cuando la ciudadanía común y el personal subalterno (llámese Sub oficiales) de las FF.AA., se atiene a lo que ve a la lógica normal de los acontecimientos que considera confiables, son niños ingenuos que no entienden lo que pasa. Seguramente algunos no comprenderán, que una fuerza armada, mediante sus conductores de turno abandonen a una familia de un sub oficial preso e inocente, con su esposa enferma y sus dos hijos discapacitados, nacidos en el 76 y 78 respectivamente, prácticamente hijos de la guerra sucia.
Lo mencionado acredita fehacientemente que ustedes señores del Estado Mayor General de la Armada, no están cumpliendo con la vieja regla del honor naval, “de que un hombre de mar nunca abandona a otro hombre de mar” en peligro o en la adversidad. Yo y mi familia hemos naufragado por el fuego apátrida y en su barco. Ustedes dónde están?
Viene bien reproducir un pensamiento de un compañero de prisión en carta abierta “Ustedes sabrán si están orgullosos o avergonzados”, yo siento lástima y dolor, aunque mentalmente sigo libre, gracias a Dios, vivo en paz y Ustedes?
Respecto del segundo punto, otro es el concepto que en mi interior palpita, que suma al primero y realizando un profundo estudio de mi situación con respecto de mi detención y de todos los Sub oficiales de la Armada por presuntos delitos de lesa humanidad, tal es así, veo que el destino jugó en mi contra, pues ojalá yo fuera otrora un auténtico combatiente contra el subversivo y terrorista marxista, puesto que desde la contraria empiezan a respetarse retrospectivamente porque reconocen al otro, el enemigo también albergaba ideales. Lamentablemente esta situación es ajena a mí, no me toca ni mucho menos quiero fingir que lo hice por fría hipocresía del oportunismo. Ni combatí, ni jamás participé en operación alguna, ni nada que se le parezca, nunca empuñé un arma para hacer daño a nadie y jamás causé daño alguno a personas en mi vida. A pesar de ello fui entregado alevosamente por los Stellas, Marrones, Molina Pico, Algimiro Fernández, los Ferrer, los Arosa y contemporáneamente usted.
Basta con revisar los Oficios SGNA A1E N° 369/08 de fecha 30-05-2008 y Oficios AJAR SFE N° 907 de fecha 28-12-2007 N° 48 de fecha 08-05-2008 y N° 199 de fecha 21-04-2008 y otro del mes de diciembre de 2008 en donde se me daba con domicilio desconocido, cuando la información la tenían en el cobro de mi haber y en el RNP. Ello me trajo un serio problema judicial debido a su mala información.
Conforme a todo esto, la soledad me abruma en esta injusta causa, vea Ud., mi jefe directo e inmediato, ningún jefe de la cadena de mando de aquél entonces me acompaña en esta odisea, mucho menos algún compañero de destino, no obstante estoy sumido en un proceso criminal, siendo responsable de cuatrocientos treinta y cinco (435) casos, entre muertes, torturas, secuestros, vejaciones, en concurso de asociación ilícita.
Lo invito a que examine mi foja de concepto y observará quienes fueron mis jefes y otros ausentes en este proceso. De manera que el sub oficial Gonzáles, Cabo Principal en ese entonces y en soledad anárquica absoluta y sin recibir orden de nadie, fue responsable de esos 435 casos. No le parece Almirante que ello es imposible bajo todo punto de vista? Mire si su padre, también Sub oficial de la Armada estuviera en mi situación, no obstante Ud., me ha entregado mediante el Oficio SGNA.A1E N° 369/08.
Sepa Ud., y demás Almirantes que mi moral es alta y no claudicaré en absoluto, aunque Ud., me haya entregado al enemigo, que quiero seguir pensando es también el suyo, o me equivoco?
No obstante hay que valorar su actitud, de sus antecesores y de su Estado Mayor, han sido sumamente generosos con el poder de turno, había que cumplir con el cupo de detenidos políticos y no le quedaban Oficiales en pié y no dudaron negociar a costa de los indefensos Sub oficiales, y echaron mano a ellos. “Sepa Ud., que con los Sub oficiales no se negocia”.
Permítame que me exprese libremente; los únicos responsables, ya ancianos, se están muriendo, algunos cumplen excarcelaciones cómodas en sus domicilios y sabe….Quienes pagaremos las culpas de otros, los que en su tiempo eran Tenientes y nosotros los que ostentábamos el alto grado de Cabos. – Al respecto me hago cierta pregunta.
Que dirán sus hijos y nietos, cuando los nuestros le digan, tu abuelo, tu padre vendió al enemigo a sus propios camaradas. Le recuerdo tener presente el artículo 16 de la Constitución Nacional “Que exige idoneidad para ocupar cualquier cargo” y el artículo 29 de la Constitución Nacional “Delito de traición a la patria”. Los hombres y la historia lo juzgarán.
Seguramente desde los sillones de cuero de los pisos superiores del elefante blanco, vean los pasillos y oficinas del Juez Torres, faltaría un micrófono para que escuchen lo que allí se comenta cuando nos ven con las esposas colocadas cual delincuentes con un uniformado que os conduce del brazo. “Que esperas del Juez, si a estos presos no los defiende nadie, ni siquiera la fuerza”. Viene a cuento lo expresado por Martin Luther King. “El problema no es la maldad de los malos sino el silencio de los buenos”, con el perdón de los malos. Asimismo, le recuerdo a Ud., y a su Estado Mayor, lo que ningún militar puede hacer, pues además viola el código de honor, es consentir los hechos callando, para luego denunciar a sus superiores de antes y a los Sub oficiales de ahora por sus responsabilidades en esos mismos hechos que Ud., consintió expresamente. Eso en buen romance, se califica como falta de lealtad que constituye el estigma más grave que en su vida puede afectar a un militar.
Le pido Almirante que mire a su alrededor, observe a su Estado Mayor, en especial a los Oficiales y Sub oficiales jóvenes, cuál será la herencia que les dejará? Porque esta realidad los condena irremediablemente, ¡¡ pobre Armada!! Aceptaré con cristiana serenidad lo que me sucederá porque soy un Sub oficial (RE) de la Marina, haciendo honor a la lealtad que le debo a mi patria y a la Armada a la que le di la mitad de mi vida.
Pero lo que no he tolerado ni aceptaré nunca, es la incomprensión que ustedes han demostrado para con mi familia “la gran familia naval” ¡¡qué horror!! Que hipocresía, que mentira, cuando el deber de un jefe es velar por el bienestar moral y material de sus subordinados.
Almirante espero que tenga un minuto de tiempo y que use el criterio crítico, que alguna vez fue capital de los hombres probos de mar, se dará cuenta que Ud., y sus antecesores, son los únicos culpables que nosotros los Sub oficiales estemos sumidos en esta desgracia institucional, judicial y montonera.
Solicito se me responda, sea cual fuere la respuesta, me hago cargo y asumo la responsabilidad disciplinaria que me pueda corresponder dado mi estado militar.
Marcos Paz, Febrero de 2011
Lic. Orlando González
SPIF (RE) MR: 320009
Distribución:
1.- Jefe de Estado Mayor General de la Armada
2.- Sub-Jefe del Estado Mayor General de la Armada.
3.- Director General de Personal y Bienestar de la Armada.
4.- Director de Personal.
5.- Secretario General Naval.
6.- Director General de Inteligencia.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 23, 2016
¿Tú también, Brutus? El Jefe del Estado Mayor General de la Armada y el Sub Oficial
Uno de los fenómenos que permanentemente se dan en todas las Fuerzas son las reiteradas excusas de sus planas mayores que en las entrevistas -a la primera pregunta sobre los sangrientos hechos de los años setenta- lo primero que expresan es “Yo no fui”, “Yo no estaba allí”, “Yo no sé”…
Tampoco se interesan por saber si el personal de su Fuerza, si estaba allí o por si su jerarquía tuvo algún tipo de responsabilidad. Las planas mayores actúan como aquellos que en la década del setenta afirmaban: “Algo habrán hecho!” y se desentendían totalmente de lo que estaba ocurriendo a su alrededor, en el país y en latinoamérica toda. Estos jefes -dada su formación, su uniforme y la tradición que por su pertenencia llevan sobre sus hombros- podríamos decir que casi son los Poncio Pilatos de nuestro días.
Por eso, VALIENTES SUBOFICIALES se expresan con gran coraje y autoridad moral, como Luis Orlando González. Nuestro tributo a él y a muchos como él, pertenecientes a diversas Fuerzas, que hoy en diferentes cárceles argentinas pierden sus vidas en manos de la “justicia independiente”
Reportaje a Marcelo Eduardo Hipólito Srur:
«El pasado ya no condena a la Armada Argentina»
El almirante Marcelo Eduardo Hipólito Srur, tiene claro el rumbo de la Armada Argentina y el perfil de sus miembros: «Profesionales», garantiza. Designado el pasado mes de enero jefe del Estado Mayor General de la Armada, por el presidente Mauricio Macri, una de las primeras sorpresas que descubrió al instalarse en el emblemático edificio Libertad, de Buenos Aires, fue «la presencia de micrófonos ocultos en la mesa» de uno de los salones de reuniones –donde se celebra la entrevista– y «en el comedor» privado. «Cámaras no hallamos», observa antes de aclarar que «la tecnología no era de última generación pero, por el cableado, es evidente que se tomaron su tiempo» para hacer la instalación.
«Después de hacer un barrido completo, creo que el edificio está limpio», comenta algo sorprendido por las preguntas que, finalmente, ponen de manifiesto que en Argentina deben de ser pocos los que han estado a salvo de escuchas ilegales.
Los argentinos, dados los antecedentes inmediatos con el teniente general Milani [exjefe del Ejército acusado de espiar a políticos, jueces y periodistas durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner] desconfían de los servicios de inteligencia militares.
Todas las fuerzas tienen su dirección general de inteligencia. Obviamente, están limitadas por la ley y las normas. No se puede, ni se debe, ni permitimos que se haga inteligencia interna. La Armada no ha sido cuestionada por ello. Sobre la actuación del teniente general Milani no puedo opinar porque la desconozco. Yo sé cómo trabajó mi Dirección, no la del Ejército.
Srur, de 59 años, era «un joven cadete naval» en la última dictadura militar (1976-83). La Marina, reconoce, fue considerada la Fuerza más «dura» durante los años de plomo y recuperarse no ha sido una misión fácil. «Hemos leído la historia –reitera–, se conocen los nombres y apellidos de los que la hicieron», pero «ésta –insiste– es otra Armada».
¿Qué imagen cree que tienen los argentinos de ustedes?
Los argentinos entienden que esta Armada es nueva y el pasado ya no nos condena. Hoy día, la sociedad, nos ve de otro modo, nos identifica con los apoyos que ofrecemos frente a catástrofes, incendios, inundaciones… Estamos con el pueblo y la gente nos ve como lo que somos, parte de la sociedad. Para ilustrarlo nos podemos remitir al 10 de julio, día del desfile militar. Fuimos excelentemente recibidos pero, además, año tras año aumenta el número de jóvenes que se inscriben en la Escuela Naval.
¿Cómo analiza hoy el papel de la Armada durante la última dictadura (1976-83)?
Tuvo una participación intensa y fue considerada la más dura, pero no me corresponde juzgar a mí sino a la Justicia. No olvidemos que aquellas decisiones fueron de las autoridades militares de ese momento, no de las de ahora.
Se dieron órdenes para secuestrar, torturar, asesinar y la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) se convirtió en un centro clandestino de detención…
Se supone que un mando no puede dar esas órdenes. En esa época yo era un joven cadete naval. No me puedo hacer responsable por las cosas que pasaron entonces. Que quede claro. Y también, que yo nunca podría dar una orden de ese tipo… Hoy sería imposible que uno de nosotros diera una orden de esa naturaleza y que alguien la cumpliera sin preguntar por qué lo tiene que hacer.
Durante el Gobierno anterior (de Cristina Fernández de Kirchner) la Esma se utilizó, entre otras cosas, para que Hebe de Bonafini (titular de la asociación de Madres de Plaza de Mayo) diera clases de cocina. ¿Cuál debería ser el destino de la Esma?
Son decisiones políticas. Yo lo veo más como un lugar histórico que para realizar otro tipo de actividades.
¿Qué rumbo tiene pensado para la Armada?
Esta Marina es y tiene que ser de profesionales y no de amigos. Para hacer amigos el ámbito es otro. Mi interés es cualitativo antes que cuantitativo. Prefiero gente totalmente convencida de que esto es una profesión y no un trabajo para gente que viene a fichar con una tarjeta.
¿Qué asignaturas tiene pendientes la Marina?
Los objetivos a cumplir o lo que me preocupa son el personal, la educación y operar adecuadamente con los medios que tenemos. Lo peor que puede suceder durante una gestión es no cumplir con los objetivos y lo peor, una vez finalizada la gestión, que no haya continuidad. Pero siempre va a haber asignaturas pendientes.
Ha pasado mucho tiempo y sigue resultando un desafío entender actuaciones durante la dictadura como la del difunto Emilio Eduardo Massera, excomandante de la Armada y miembro de las Juntas Militares [considerado el más cruel de todos] ¿Qué explicación le encuentra?
Habría que saber los intereses personales, profesionales y a nivel político que tenía en ese momento para adoptar las decisiones que adoptó. Posiblemente pudo haber querido demostrar que tenía poder y fuerza, que podía hacer lo que quería. No creo que alguien mate porque sí o tomé decisiones como las que él tomó sin que tenga algún objetivo ulterior personal que desconozco… Quizás quiso decir: Acá estoy yo pero puedo estar equivocado.
Contestación
Al Señor JEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DE LA ARMADA
Almirante MARCELO EDUARDO HIPOLITO SRUR
Me dirijo nuevamente al Sr. Jefe del Estado Mayor General de la Armada dado que la carta, entregada en su secretaría y también por correo postal de fecha 12 de octubre PP.DD no ha sido contestada, comprobando una vez el silencio naval cuando el tema requiere un tratamiento especial de responsabilidad.
En mi carta anterior le decía que todos los suboficiales detenidos estábamos pendientes, que respuesta podría darnos Ud. En representación de la Armada respecto a los inocentes suboficiales presos. Ya ha pasado casi un año de su asunción, y el estado deprimente en que se encuentran prosigue, agravado en algunos cabos, que por haber pedido la baja están en situación peor, sin siquiera tener una obra social que proteja a sus familias, privados de su libertad en inmundas cárceles., o enfermos en domicilio o internados en hospitales, sufriendo el estado de indefensión, por la paupérrima situación económica y el olvido de sus camaradas.
También exponía que dado los nuevos vientos, que acarician al estado nacional que lo puso en funciones, solicitaba que la Armada representada en su persona demostrara la sensibilidad que los que le precedieron no tuvieron, ni quisieron, hacia los suboficiales quienes servimos a la institución por más de 30 años y que ahora nos encontramos presos, con posibles condenas a causa de “subordinación y valor” y a órdenes especificas emanadas por las autoridades de otrora y que también toca su propia historia.
También le anticipaba que, de no tener respuesta me vería en la obligación moral de elevar y publicar nota similar a la de 2011. Que iba agregada a dicha carta. Donde juraba no claudicar en estas acciones hasta mi muerte. He avisado y como dice el refrán, “el que avisa no traiciona”.
Soy un orgulloso suboficial retirado con formación universitaria, detenido en funciones como auxiliar de la justicia, por haber defendido otrora a mi patria del agresor subversivo externo e interno, cuando cumplía funciones como suboficial de la armada y por haber acatado órdenes de la superioridad al igual que mis compañeros suboficiales presos, para que los demás marinos, incluyendo a su excelencia, presuman de inocencia total. Por lo que me permito decirle a Ud. Y a su estado mayor, posean la cultura y el intelecto de quien le escribe, dándo una señal. Recordándole que el silencio naval, ya pasado de moda, no es respuesta, sino el ocultamiento de una verdad que avergüenza.
Dicho esto, el que le escribe, oficiales y suboficiales presos, pasamos muchos años en cautiverio esperando que cambien los vientos que venían maliciosamente del través de proa y hacían mucho daño a nuestra nave, ahora cambiaron los vientos con el apoyo de votos de nuestras familias pensando en un “cambio”, los tenemos del través de popa. Ud. sabrá cómo conducir la nave.
Con vuestro silencio Ud. y su estado mayor ratifican las acciones de sus antecesores que pasaron por alto ni se molestaron en saber del inmenso sufrimiento de la “Gran familia Naval” Esposas, hijos, y nietos de sus camaradas presos, ninguno de estos jerarcas contestaron el llamado de auxilio que fueron solicitados en tiempo y forma por sus subordinados.
Usted, debe saber y que el pueblo debe saber, de boca directa de un suboficial superior como han actuado estos cobardes que le entregaron su puesto, Ud. debe saber que el 50 % de marinos procesados y condenados están enfermos en sus últimos días de vida, otros enfermos en las paupérrimas cárceles federales con promedios de 75 años de edad, y los otros han muerto en cautiverio.-.
En caso de desconocer que hay suboficiales navales presos por contribuir a la defensa de la patria contra el accionar marxista, conforme lo han hecho trascender mediante el suboficial de estado mayor y luego la orden que recibió, que no se metiera con el caso de los zumbos presos. Por ello y muchas cosas más tengo la obligación moral de informar a Ud. Sr. Almirante SRUR, la lista de mártires, patriotas navales y su situación actual, por si los papeles se han destruido en máquinas picadoras del 5to piso del mal llamado edificio “Libertad”.
Galian Carlos (muerto en prisión)- SM Cardó Víctor (muerto en prisión)- SS Eysaguirre Omar, (Muerto en prisión).- SM Racedo Narciso (muerto en prisión)-CS Izaguirre René Oscar (muerto en prisión);SI Vargas Oscar (fallecido) SM Azcurra Héctor (prisión domiciliaria); SM Cuomo Daniel (Internado) SM Bausero Daniel (prisión domiciliaria) SM Bujedo José (prisión domiciliaria); SM Carrasco Tomás (Prision domiciliaria); SM Contreras Juan (prisión domiciliaria)SM Cortez Silverio (prisión domiciliaria); SM Ocaranza Jorge Luis (prisión domiciliaria); SM Vásquez Policarpio (prisión domiciliaria); SP Altamira Paulino (prisión domiciliaria);SP Daer Juan de Dios (prisión domiciliaria); SP González Orlando (prisión dom.); SP Pereyra Antonio ( Prision Domiciliaria); SP Ayendez Oscar (prisión salta); SP Vega Eduardo Humberto (prisión domiciliaria) SI Willig Enrique (prisión domiciliaria); SI Olivera Víctor (Prisión domiciliaria); SI Polchi Héctor (Prision); CI Iturre José (prisión); CS Ormello Rubén (prisión); CS Carrillo Néstor (prisión); CS Tauro Néstor Edgardo (prisión): CS Zanabria Ramón (prisión).-“prisión domiciliaria léase enfermo”
De manera que por moralidad me hago propia la venia para requerirle, proceda como un cristiano con conciencia de bien
ayudando a las familias de estos suboficiales que dieron y dan la vida para que Ud. y su estado mayor puedan disfrutar el poder de esta democracia.. La clemencia y caridad déjela para nuestros amigos más cercanos. Con respecto de mi persona le pido haga la excepción, cuando necesité no acudieron a mi llamado, pedía trabajo para hijo discapacitado de acuerdo a la ley nacional y un oficial superior de la elite de Godoy mintió a mi familia descaradamente, cuando me encontraba recluido en prisión, y ahora, solo “ necesito la libertad”… y Usted, no me la dará. Sólo con el orgullo, con la ausencia o presencia de la Armada solo me queda, nos queda, la “Libertad o muerte”.
Usted discursa públicamente hoy de subordinación y valor, de imperativo moral y de pobreza cero. “ lo he escuchado”, Su suboficial de estado mayor Esteban Cornacchini, quien había dicho a nuestro interlocutor que desconocía que había suboficiales presos y quien posteriormente recibió órdenes de su estado mayor que no se metiera en este tema, habla hoy en conferencias inculcando a los más jóvenes el sentido de pertenencia hacia la institución y que aprendan a quererla y amarla, acaso señores ustedes desconocen que en la armada casi la mitad de personal subalterno esta bajo la línea de pobreza según estadística de su propio gobierno y Ud sale en medio público español hablando de pobreza cero, de qué valió entonces el sentido de pertenencia y el amar a la institución para los suboficiales hoy presos si la superioridad a la postre no cumple.
Ustedes, todos ustedes, no les interesa mi situación y de nuestros camaradas presos, ni los problemas, ni nuestros sufrimientos, ni las injusticias que padecemos, sus corazones han caído en la indiferencia, esa actitud egoísta está siendo observada por Dios, por eso quiera el supremo que su conciencia y de todos los jefes del estado mayor les haga por fin torcer el timón y reconozcan a la verdadera historia naval, no solo por el Alte. Brown, Bouchard, Espora, Rosales o Zapiola, etc. Sino por los mártires y patriotas contemporáneos:, los: Suboficiales mayores Leguizamón Lorenzo; Unteretein Martin; Larrea Emilio; Suboficiales Principales: Yabor Eduardo- Suboficiales primeros: Gatelli Raúl; Reducto Mario- Suboficiales segundos: Benítez Marcelino (mi camada)- Cabo primero: Contreras Juan- Cabos segundos
Grimaldi Enrique y Vidal Miguel- todos víctimas inocentes muertos en la vía pública en emboscadas arteras por los terroristas de los 70 en pleno gobierno constitucional, esto Sr Alte. También es verdadera historia y sin contar los oficiales que murieron combatiendo a estos terroristas en plena guerra antisubversiva. Y de los que estamos presos sin causa.
Ud. seguramente como ex jefe del cuerpo de cadetes y profesor en la escuela de oficiales de la armada habrá recalcado valores y principios morales históricos del hacer marino, subordinación y valor, hundir la nave antes de arriar el pabellón, la gran familia naval como eje moral, principios cristianos, camaradería, espíritu de cuerpo, y que el comandante ó oficial a cargo debe ser el último en abandonar la nave. Le ruego reivindique esto Señor Alte. para que no sigamos creyendo que todo ha sido una vil mentira y que en esta Armada de hoy se ha perdido el sentido de solidaridad y que sus discursos públicos son estrofas copiadas de los libros de historia.
Es muy fácil encabezar una parada militar vestidos de palomas blancas, exaltando la figura del que se iba en su caso el Alte. Gastón F . ERICE, éste Sr. en un discurso de 2014 en homenaje al Alte. Brown hablo “de contención a la gente de mar, al titular y grupo familiar y en donde se encuentren son un orgullo para mí.” ,¡Que hipocresía!, siquiera tuvo el valor de contestar una carta de un suboficial preso. Mientras Usted, ahora, Juró ante sus subordinados reunidos en formación , defender la patria con lealtad y patriotismo y si no lo hiciere dios y la patria me lo demanden, luego arengar a la tropa las virtudes éticos morales del marino y cantar la “valiente muchachada de la Armada”, y un chocolate de postre, esto, esto está “Bravo zulú” siguiendo la tradicional arenga , pero la realidad requiere de un cumplimiento cabal de esos objetivos, ejecutándolos, contemplando que hay marinos presos que están inmersos en una gama de problemas Psicológicos y materiales que requieren de una reparación “Urgente” y justamente ético y moral, valores que se hicieron carne en nuestra juventud ofrecida a la Armada porque creímos en ella.
Sr, Almirante por respeto no criticaré sus confesiones en ABC Internacional con el título “El pasado ya no condena a la Armada Argentina”, solo le recuerdo que oficiales y cabos segundos están siendo condenados por el periodo 1976-1983 y Ud. Señor, al finalizar este periodo era Teniente de Corbeta para ascender a Teniente de Fragata y no un joven cadete, como declaró, igual grado de marinos condenados a perpetua. Por lo que yo considero “ que él no fui, ni estuve, ni sabía, no le corresponde.
Nosotros pensamos si Ud. y el estado mayor que lo acompaña todavía no tienen la voluntad suficiente para, aunque sea comunicarse con los detenidos para conocer sus padecimientos, y la pésima realidad que los embarga y enmendarlos sin intermediarios que no nos representan. Y Si ello no es posible y con todo respeto le pido, hágalo por la reparación del respeto y la credibilidad de las instituciones de la república.
Un camarada a quien le tengo todo el aprecio dijo: ”Pesa más en la balanza el valor moral que la amoral cobardía de la conveniencia política, pues quien no salta en apoyo irrestricto de sus presos son impuros, con la escoria que la inercia lleva lucir inmerecidas estrellas-¡¡ gracias Nelson¡¡
Con la verdad no temo ni ofendo, solo la verdad nos hará libres- recen por nosotros
De mi consideración
Buenos Aires, 21 de noviembre de 2016
Lic. en Criminalística. Orlando González
Sub. Ppal. . IF (RE)
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 21, 2016