Más allá de apreciar en algunos casos como obras de arte, no había tenido comprensión o sensibilidad para observar a un monumento desde otro costado. ¿Es un reconocimiento? ¿Un homenaje? En el caso de Manchalá, y para el cineasta Sandro Rojas Filártiga, es la historia, y es la verdadera historia escondida. Lo que el director de La Escuelita de Manchalá y El Honor y La Gloria, entre otras producciones, llama un triunfo grupal es el conocimiento de la derogación de la destrucción del monumento honrando a ese puñado de soldados que heroicamente combatieron contra un centenar de terroristas, en la lamentable guerra entre hermanos en la década del setenta.
SANDRO ROJAS FILARTIGA
Más allá de apreciar en algunos casos como obras de arte, no había tenido comprensión o sensibilidad para observar a un monumento desde otro costado. ¿Es un reconocimiento? ¿Un homenaje? En el caso de Manchalá, y para el cineasta Sandro Rojas Filártiga, es la historia, y es la verdadera historia escondida. Lo que el director de La Escuelita de Manchalá y El Honor y La Gloria, entre otras producciones, llama un triunfo grupal es el conocimiento de la derogación de la destrucción del monumento honrando a ese puñado de soldados que heroicamente combatieron contra un centenar de terroristas, en la lamentable guerra entre hermanos en la década del setenta.
(Fabian Kussman para PrisioneroEnArgentina.com)
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Diciembre 1, 2016