Monseñor Tucho Fernández – Prisionero en Argentina

LO QUE LOS MEDIOS NO MOSTRARON

Por CLAUDIO KUSSMAN

Este no se dio en las calles de la ciudad de La Plata ni en el lamentable “tetazo” frente a la Catedral de la ciudad capital. Se dio por mediación de Monseñor Víctor Manuel Fernández en un convento. Allí las monjas de clausura, ante el abandono oficial de mujeres policías uniformadas y desarmadas en la vía pública, las recibieron y cobijaron mientras cumplían con su misión de custodia. No fueron las únicas lo propio hizo el Circulo Policial La Plata, algunos Comisarios que fueron excepción y mucha gente que se acercó hasta donde ellas estaban cruelmente expuestas. Mientras encumbrados jefes policiales y autoridades gubernamentales se desentendieron en forma vil y deleznable, otros no lo hicieron y demostraron ser buenos samaritanos. Esa noble actitud es la que hace que la vida valga la pena vivirla y que quienes vistan hoy el uniforme azul, TENGAN LA OBLIGACIÓN de redoblar sus esfuerzos para servir y proteger en forma noble y justa. No todo está perdido.

LO QUE LOS MEDIOS NO MOSTRARON

PrisioneroEnArgentina.com

Octubre 15, 2019

Escribe COSME BECCAR VARELA

INTRODUCCIÓN: En “La Nación” de hoy se publicó un artículo de Mons. Fernández, íntimo amigo y asesor del Papa, en el cual apoya ese encuentro organizado por las feministas, mujeres de mala vida y de peores ideas. Este Arzobispo, recientemente nombrado por el Papa, es un descarado promotor de la sensualidad como que escribió un libro que se llama “El arte de besar”, entrando en detalles que ni un libertino confeso se atrevería a pormenorizar. Si no me cree lea el resumen de ese libro en http://catapulta.com.ar/?p=5639.

Incluyo aquí el comentario de ese artículo de Alejandro Sosa Laprida que me ahorra ulteriores execraciones.

Cosme Beccar Varela

El inefable y desvergonzado “Tucho” Fernández, el mismo que escribiera el inmundo libelo Sáname con tu boca.

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El arte de besar (http://catapulta.com.ar/?p=5639), publicó hoy una nota en La Nación acerca del evento subversivo organizado por las harpías feministas-abortistas-homosexualistas que tendrá lugar en su diócesis del 12 al 14 de este mes -con subvención estatal, no faltaría más-, mujeres a las que, según “Tucho”, “une el sueño de una verdadera igualdad” y cuyo enojo “puede comprenderse cuando se recuerda la historia, siglos de opresión, de humillación, de dominio machista, de violencia”, las que se congregan “reivindicando un legítimo derecho a protestar”, asegurándonos también que “quienes no hemos sabido asumir como propios los legítimos reclamos de las mujeres simplemente tendremos que abrir el oído”.

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“Tucho” implora a los católicos “que eviten cualquier forma de agresión verbal y toda iniciativa que termine siendo provocativa”, ya que “no caben en estos días acciones que, con la excusa de proteger iglesias, puedan interpretarse como una resistencia cristiana”. Y, como no podía ser de otra manera, viniendo de parte de este individuo carente tanto de atributos viriles cuanto eclesiásticos, concluye sus palabras explicándonos que él ofrece su “humilde oración para que sigamos caminando hacia una sociedad más inclusiva”. No más cristiana ni más respetuosa del orden natural creado por Dios, sino más “inclusiva”. Un verdadero engendro. Un monumento a la cobardía y a la complicidad con el enemigo. El hecho de que este personaje haya podido ser durante ocho años rector de la UCA y que actualmente sea el arzobispo de La Plata, dice mucho sobre el estado de descomposición intelectual, espiritual y moral de la Iglesia y de la sociedad argentina.