Escribe: Emilio Guillermo Nani en Cartas de Lectores del diario La Nación.
Sala y la CIDH
La libertad de Sala será una mala señal para el sector de la sociedad que necesita ver que los corruptos paguen por sus fechorías, para tener una esperanza de futuro. Milagro Sala puede ser al presidente Macri lo que los terroristas del Movimiento Todos por la Patria fueron a De la Rúa. En 2001, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el periodismo y las organizaciones de derechos humanos, nacionales e internacionales, presionaron a De la Rúa para lograr la libertad de los terroristas del MTP que el 23 de enero de 1989 -durante el gobierno democrático de Raúl Alfonsín- asaltaron el cuartel de La Tablada. Al haber dado semejante señal de debilidad luego todo se fue desmoronando, con el final por todos conocido. En el caso de Milagro Sala, una política presa y no una presa política (como pretende instalar el gobernador de San Luis, Rodríguez Saá), que está privada de su libertad por haberse apoderado de los recursos asignados a los sectores más vulnerables, como lo hicieron antes, se vuelve a mentir respecto de la supuesta “obligatoriedad” de la Argentina de cumplir con una “recomendación”, tal cual es una “resolución” del burocrático organismo defensor de los derechos humanos de los terroristas y delincuentes.
Sala y la CIDH
Escribe: Emilio Guillermo Nani en Cartas de Lectores del diario La Nación.
Sala y la CIDH
La libertad de Sala será una mala señal para el sector de la sociedad que necesita ver que los corruptos paguen por sus fechorías, para tener una esperanza de futuro. Milagro Sala puede ser al presidente Macri lo que los terroristas del Movimiento Todos por la Patria fueron a De la Rúa. En 2001, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el periodismo y las organizaciones de derechos humanos, nacionales e internacionales, presionaron a De la Rúa para lograr la libertad de los terroristas del MTP que el 23 de enero de 1989 -durante el gobierno democrático de Raúl Alfonsín- asaltaron el cuartel de La Tablada. Al haber dado semejante señal de debilidad luego todo se fue desmoronando, con el final por todos conocido. En el caso de Milagro Sala, una política presa y no una presa política (como pretende instalar el gobernador de San Luis, Rodríguez Saá), que está privada de su libertad por haberse apoderado de los recursos asignados a los sectores más vulnerables, como lo hicieron antes, se vuelve a mentir respecto de la supuesta “obligatoriedad” de la Argentina de cumplir con una “recomendación”, tal cual es una “resolución” del burocrático organismo defensor de los derechos humanos de los terroristas y delincuentes.
Tte. Cnel. (R) Emilio Guillermo Nani
ojoalparche@fibertel.com.ar