El presidente de Argentina, Javier Milei, elevó de rango a su vocero, Manuel Adorni, quien a partir de ahora tendrá un cargo equivalente a un ministro, lo que implica que ganará mensualmente alrededor de cinco millones de pesos (5.000 dólares).
La medida fue publicada en la edición de este miércoles del Boletín Oficial y generó una oleada de repudio, ya que el funcionario es beneficiado en medio del fuerte ajuste que lleva a cabo el Gobierno, y que incluye congelamiento de salarios y despidos masivos que él mismo suele anunciar.
“Asígnase rango y jerarquía de Secretario de Estado al titular de la Subsecretaría de Vocería y Comunicación de Gobierno dependiente de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación”, señaló la resolución.
Las criticas en redes sociales, que fueron inmediatas, coincidieron en remarcar la contradicción de un presidente que prometió luchar “contra la casta” y que más bien está creando a una nueva en medio de un acelerado empobrecimiento de la población en general.
“Muy buenos días para vos, Adorni, que acabás de recibir un jugoso aumento salarial mientras tu gobierno generó tres millones de nuevos pobres en tres meses. Por si no sabían, Milei acaba de ascender a este de Subsecretario a Secretario. El ajuste que iba a pagar la casta”, señaló un usuario.
“Adorni sube de rango, tendrá jerarquía de Secretario de Estado (símil ministro). Ayer Karina Milei (su jefa) sumó ‘unidades retributivas’ que sirven para compensar con adicionales los sueldos de su personal”, agregó otra.
Varios posteos también se burlaron porque el “ascenso” del vocero se concretó apenas días después de que, durante su conferencia de prensa, se negara a responder una pregunta que consideró aburrida y, además, porque no había dormido bien.
“A Adorni, después de decir que tenía sueño mientras hacía su trabajo lo premiaron con un ascenso de rango y ahora nos va a salir todavía más caro”, resumió un mensaje.
“No hay plata para vacunas. No hay plata para financiar Universidades Publicas. Hay plata para aumentarle el sueldo a Manuel Adorni. El gobierno esta entrando en su momento full casta”, añadió uno más.
En los mensajes recordaron, además, que Francisco Adorni, hermano del vocero, fue contratado como asesor en el Ministerio de Defensa con un salario que en solo cuatro meses aumentó de 2,6 a cuatro millones de pesos (de 2.600 a 4.000 dólares), por lo que denunciaron nepotismo.
El último sábado, 23 de Junio, El Juez Federal Canicoba Corral, acusado de enriquecimiento ilícito por el Consejo de la Magistratura, ha festejado el cumpleaños de 15 de su hija Mia, en el Tattersall de Palermo, bajo un costo total de $ 3.500.000.
El evento fue supervisado por la Sra Barbara Diez , que no es nada menos que la esposa del Jefe de Gobierno de CABA,
Horacio Rodriguez Larreta.
El servicio de catering fue el mismo que contrató el Gobierno para agasajar a la titular del FMI , Cristina Lagarde.
350 invitados, costo x cubierto $ 3.000, (u$s 100 aprox. ) salón $ 250.000, y el resto , música, ropa , etc etc.
Estos son Padres, y Uds que opinan.? Aún no se pueden conocer quienes fueron los invitados.
Este Juez, Canicoba Corral, también fue uno de los que cerró los ojos en el enriquecimiento ilícito de la familia K, y se mantuvo firme al proceso hasta que logró que le envíen el pliego de su hijo al Senado para ser considerado Juez, cosa que se logró y hoy es Juez Federal de San Martin.
También la esposa del Juez Canicoba Corral, Viviana Tejada no esta en condiciones de probar su patrimonio.
PD: importante leer el libro de Tato Young, sobre el LADO NEGRO DE LA JUSTICIA, donde podrán apreciar el apodo de este controvertido Juez. Lamento que no me hayan invitado, para ver lo que es este tipo de fiestas.
Un desgastado y recurrente debate sobre las nuevas versiones del nepotismo ha vuelto al ruedo. Aquella vieja costumbre de la política de contratar familiares en cargos estatales permanece totalmente intacta.
Es evidente que esta inextinguible impronta de los dirigentes clásicos goza de muy poca transparencia, especialmente cuando se lo oculta deliberadamente y se esmeran en que nadie lo divulgue demasiado.
Puede ser una decisión éticamente cuestionable, sobre todo cuando se sabe que en ciertas posiciones existen personas más preparadas para cubrir esos puestos que requieren de un cúmulo de conocimientos técnicos.
Este esquema tradicional no solo sigue su curso de rutina, sino que ahora se ha perfeccionado apelando a nuevos ardides, mucho más ocurrentes, que le permitieron ampliar su campo de acción hasta límites insospechados.
Para los lugares electivos ya se ha constituido en una infame costumbre postular a quienes llevan el mismo apellido de quien, circunstancialmente, está impedido normativamente de aspirar a un nuevo mandato. Hijos, hermanos, primos y hasta padres, son una opción para esta maniobra.
Con mucho mayor cinismo, y sin pudor alguno, se utilizan espacios femeninos para proponer a esposas, hermanas, primas, madres e hijas para colarse en ese indignante cupo de género disfrazado de conquista social.
El enfoque de la discusión ha sido, hasta ahora, alevosamente sesgado. Unos y otros han intentado generar un clima muy particular llevando agua para su molino y utilizando esta controversia con un sentido demagógico.
La portación de un apellido no es, necesariamente, un ingrediente negativo. En ciertas tareas específicas de extrema confianza hasta podría ser considerado como un meritorio atributo de valor nada despreciable.
Lo absolutamente llamativo en esta polémica, tan escandalosa como hipócrita, es que se ha decidido ignorar, sin decoro alguno, el verdadero meollo de la cuestión, ese que realmente impacta en los ciudadanos.
El punto central, cíclicamente desdeñado, es la ineficiencia intrínseca del Estado en todas sus formas. La indisimulable incapacidad de sus miembros para resolver asuntos y su inercia dilapidadora es la verdadera tragedia.
Nadie parece estar dispuesto a cuestionar la eterna discrecionalidad política para designar a sus integrantes de todos los niveles, ni tampoco a revisar la patética dinámica usada para seleccionar a los funcionarios de mayor rango.
Los mecanismos arbitrarios solo alimentan la inagotable inoperancia, generan resquicios por donde se desliza irremediablemente la corrupción, se escurre el favoritismo partidario y la mediocridad le gana a la excelencia.
No sería demasiado sofisticado intentar una deseable jerarquización de la gestión de los servidores públicos, sometiéndolos a exigentes concursos y exámenes de calidad en los que demuestren sus talentos para la labor.
A la ya objetable potestad de los políticos para proclamar funcionarios se agrega su inescrupulosa tendencia a hacerlo sin criterio suficiente. Mucho más preocupante es esto aún, cuando se trata de sus colaboradores más cercanos y de esos que tendrán las mayores responsabilidades.
La inmensa mayoría de esos funcionarios han sido elegidos unilateralmente por el poderoso de turno, sin sensatez, método profesional alguno, ni la necesidad de alcanzar un estándar mínimo para cumplir su cometido.
Así las cosas, los resultados de ese desordenado proceso son totalmente predecibles. Un grupo de personas, con escasa preparación, que nunca trabajó en equipo, con conocimientos difusos e incompletos, no puede lograr nada de lo que luego se pueda estar genuinamente orgulloso.
Este combo que no tiene justificación alguna, que ninguna persona de bien podría defender sin sonrojarse, permanece indemne sin que nadie proponga abordar una urgente reforma profunda que modifique este rumbo.
No se puede esperar que la clase política lidere esas imprescindibles transformaciones. Son ellos los principales beneficiarios de este enorme desmadre. Es ese caos el que los habilita sin restricciones, para hacer lo que sea necesario y “acomodar” a sus alfiles sin pasar por filtro alguno.
Por eso es muy difícil comprender, desde la racionalidad, la actitud ciudadana de crisparse ante la designación de algunos parientes de ciertos políticos mientras se pasa por alto la inmensa cantidad de inútiles que pululan en todas las jurisdicciones de la administración estatal.
La sociedad se ofende por lo que parece burdo, pero admite livianamente que miles de agentes públicos, trabajen a desgano, sin compromiso alguno, abusando de las ventajas que una maraña de leyes ridículas les permiten.
Hasta que la gente no comprenda la verdadera gravedad del asunto, el impacto que tiene en sus vidas esta perversa maquinara y los pésimos servicios que recibe del Estado como supuesta contraprestación a los abultados e impagables impuestos que abona, nada bueno sucederá.
El primer paso consiste en dejar de naturalizar lo inadmisible. No se puede soportar, con tanto desdén, la interminable lista de situaciones inaceptables con las que se convive. Hasta que eso no ocurra, todo seguirá igual.
Reaccionar desmesuradamente ante la presunta inmoralidad que se deriva de la presencia de familiares en los gabinetes políticos mientras se acepta mansamente que una abrumadora mayoría de empleados estatales estafen a la comunidad a mansalva no parece una postura demasiado inteligente.
Si la gente se siente insultada por los políticos que promueven parientes para ocupar puestos públicos y, al mismo tiempo, no tiene la decisión de ser más vehemente para exigir mayores niveles de competencia y eficiencia a los estatales, seguirá cayendo en la trampa de minimizar los importante.
Se puede entender que ciertas determinaciones políticas incomoden a la sociedad y que sean asumidas como una falta de respeto, pero resulta muy difícil comprender la inexplicable tolerancia con los incompetentes.
Adorni sube de rango… y salario
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El presidente de Argentina, Javier Milei, elevó de rango a su vocero, Manuel Adorni, quien a partir de ahora tendrá un cargo equivalente a un ministro, lo que implica que ganará mensualmente alrededor de cinco millones de pesos (5.000 dólares).
La medida fue publicada en la edición de este miércoles del Boletín Oficial y generó una oleada de repudio, ya que el funcionario es beneficiado en medio del fuerte ajuste que lleva a cabo el Gobierno, y que incluye congelamiento de salarios y despidos masivos que él mismo suele anunciar.
“Asígnase rango y jerarquía de Secretario de Estado al titular de la Subsecretaría de Vocería y Comunicación de Gobierno dependiente de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación”, señaló la resolución.
Las criticas en redes sociales, que fueron inmediatas, coincidieron en remarcar la contradicción de un presidente que prometió luchar “contra la casta” y que más bien está creando a una nueva en medio de un acelerado empobrecimiento de la población en general.
“Muy buenos días para vos, Adorni, que acabás de recibir un jugoso aumento salarial mientras tu gobierno generó tres millones de nuevos pobres en tres meses. Por si no sabían, Milei acaba de ascender a este de Subsecretario a Secretario. El ajuste que iba a pagar la casta”, señaló un usuario.
“Adorni sube de rango, tendrá jerarquía de Secretario de Estado (símil ministro). Ayer Karina Milei (su jefa) sumó ‘unidades retributivas’ que sirven para compensar con adicionales los sueldos de su personal”, agregó otra.
Varios posteos también se burlaron porque el “ascenso” del vocero se concretó apenas días después de que, durante su conferencia de prensa, se negara a responder una pregunta que consideró aburrida y, además, porque no había dormido bien.
“A Adorni, después de decir que tenía sueño mientras hacía su trabajo lo premiaron con un ascenso de rango y ahora nos va a salir todavía más caro”, resumió un mensaje.
“No hay plata para vacunas. No hay plata para financiar Universidades Publicas. Hay plata para aumentarle el sueldo a Manuel Adorni. El gobierno esta entrando en su momento full casta”, añadió uno más.
En los mensajes recordaron, además, que Francisco Adorni, hermano del vocero, fue contratado como asesor en el Ministerio de Defensa con un salario que en solo cuatro meses aumentó de 2,6 a cuatro millones de pesos (de 2.600 a 4.000 dólares), por lo que denunciaron nepotismo.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 18, 2024
UN CUMPLEAÑOS DE 15 NO COMÚN
Escribe Beni Cotler.
El último sábado, 23 de Junio, El Juez Federal Canicoba Corral, acusado de enriquecimiento ilícito por el Consejo de la Magistratura, ha festejado el cumpleaños de 15 de su hija Mia, en el Tattersall de Palermo, bajo un costo total de $ 3.500.000.
El evento fue supervisado por la Sra Barbara Diez , que no es nada menos que la esposa del Jefe de Gobierno de CABA,
Horacio Rodriguez Larreta.
El servicio de catering fue el mismo que contrató el Gobierno para agasajar a la titular del FMI , Cristina Lagarde.
350 invitados, costo x cubierto $ 3.000, (u$s 100 aprox. ) salón $ 250.000, y el resto , música, ropa , etc etc.
Estos son Padres, y Uds que opinan.? Aún no se pueden conocer quienes fueron los invitados.
Este Juez, Canicoba Corral, también fue uno de los que cerró los ojos en el enriquecimiento ilícito de la familia K, y se mantuvo firme al proceso hasta que logró que le envíen el pliego de su hijo al Senado para ser considerado Juez, cosa que se logró y hoy es Juez Federal de San Martin.
También la esposa del Juez Canicoba Corral, Viviana Tejada no esta en condiciones de probar su patrimonio.
Como decía la Reina Kristina TODO VA CON TODO.
PD: importante leer el libro de Tato Young, sobre el LADO NEGRO DE LA JUSTICIA, donde podrán apreciar el apodo de este controvertido Juez. Lamento que no me hayan invitado, para ver lo que es este tipo de fiestas.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 25, 2018
La inexplicable tolerancia con los incompetentes.
Escribe ALBERTO MEDINA MENDEZ.
Un desgastado y recurrente debate sobre las nuevas versiones del nepotismo ha vuelto al ruedo. Aquella vieja costumbre de la política de contratar familiares en cargos estatales permanece totalmente intacta.
Es evidente que esta inextinguible impronta de los dirigentes clásicos goza de muy poca transparencia, especialmente cuando se lo oculta deliberadamente y se esmeran en que nadie lo divulgue demasiado.
Puede ser una decisión éticamente cuestionable, sobre todo cuando se sabe que en ciertas posiciones existen personas más preparadas para cubrir esos puestos que requieren de un cúmulo de conocimientos técnicos.
Este esquema tradicional no solo sigue su curso de rutina, sino que ahora se ha perfeccionado apelando a nuevos ardides, mucho más ocurrentes, que le permitieron ampliar su campo de acción hasta límites insospechados.
Para los lugares electivos ya se ha constituido en una infame costumbre postular a quienes llevan el mismo apellido de quien, circunstancialmente, está impedido normativamente de aspirar a un nuevo mandato. Hijos, hermanos, primos y hasta padres, son una opción para esta maniobra.
Con mucho mayor cinismo, y sin pudor alguno, se utilizan espacios femeninos para proponer a esposas, hermanas, primas, madres e hijas para colarse en ese indignante cupo de género disfrazado de conquista social.
El enfoque de la discusión ha sido, hasta ahora, alevosamente sesgado. Unos y otros han intentado generar un clima muy particular llevando agua para su molino y utilizando esta controversia con un sentido demagógico.
La portación de un apellido no es, necesariamente, un ingrediente negativo. En ciertas tareas específicas de extrema confianza hasta podría ser considerado como un meritorio atributo de valor nada despreciable.
Lo absolutamente llamativo en esta polémica, tan escandalosa como hipócrita, es que se ha decidido ignorar, sin decoro alguno, el verdadero meollo de la cuestión, ese que realmente impacta en los ciudadanos.
El punto central, cíclicamente desdeñado, es la ineficiencia intrínseca del Estado en todas sus formas. La indisimulable incapacidad de sus miembros para resolver asuntos y su inercia dilapidadora es la verdadera tragedia.
Nadie parece estar dispuesto a cuestionar la eterna discrecionalidad política para designar a sus integrantes de todos los niveles, ni tampoco a revisar la patética dinámica usada para seleccionar a los funcionarios de mayor rango.
Los mecanismos arbitrarios solo alimentan la inagotable inoperancia, generan resquicios por donde se desliza irremediablemente la corrupción, se escurre el favoritismo partidario y la mediocridad le gana a la excelencia.
No sería demasiado sofisticado intentar una deseable jerarquización de la gestión de los servidores públicos, sometiéndolos a exigentes concursos y exámenes de calidad en los que demuestren sus talentos para la labor.
A la ya objetable potestad de los políticos para proclamar funcionarios se agrega su inescrupulosa tendencia a hacerlo sin criterio suficiente. Mucho más preocupante es esto aún, cuando se trata de sus colaboradores más cercanos y de esos que tendrán las mayores responsabilidades.
La inmensa mayoría de esos funcionarios han sido elegidos unilateralmente por el poderoso de turno, sin sensatez, método profesional alguno, ni la necesidad de alcanzar un estándar mínimo para cumplir su cometido.
Así las cosas, los resultados de ese desordenado proceso son totalmente predecibles. Un grupo de personas, con escasa preparación, que nunca trabajó en equipo, con conocimientos difusos e incompletos, no puede lograr nada de lo que luego se pueda estar genuinamente orgulloso.
Este combo que no tiene justificación alguna, que ninguna persona de bien podría defender sin sonrojarse, permanece indemne sin que nadie proponga abordar una urgente reforma profunda que modifique este rumbo.
No se puede esperar que la clase política lidere esas imprescindibles transformaciones. Son ellos los principales beneficiarios de este enorme desmadre. Es ese caos el que los habilita sin restricciones, para hacer lo que sea necesario y “acomodar” a sus alfiles sin pasar por filtro alguno.
Por eso es muy difícil comprender, desde la racionalidad, la actitud ciudadana de crisparse ante la designación de algunos parientes de ciertos políticos mientras se pasa por alto la inmensa cantidad de inútiles que pululan en todas las jurisdicciones de la administración estatal.
La sociedad se ofende por lo que parece burdo, pero admite livianamente que miles de agentes públicos, trabajen a desgano, sin compromiso alguno, abusando de las ventajas que una maraña de leyes ridículas les permiten.
Hasta que la gente no comprenda la verdadera gravedad del asunto, el impacto que tiene en sus vidas esta perversa maquinara y los pésimos servicios que recibe del Estado como supuesta contraprestación a los abultados e impagables impuestos que abona, nada bueno sucederá.
El primer paso consiste en dejar de naturalizar lo inadmisible. No se puede soportar, con tanto desdén, la interminable lista de situaciones inaceptables con las que se convive. Hasta que eso no ocurra, todo seguirá igual.
Reaccionar desmesuradamente ante la presunta inmoralidad que se deriva de la presencia de familiares en los gabinetes políticos mientras se acepta mansamente que una abrumadora mayoría de empleados estatales estafen a la comunidad a mansalva no parece una postura demasiado inteligente.
Si la gente se siente insultada por los políticos que promueven parientes para ocupar puestos públicos y, al mismo tiempo, no tiene la decisión de ser más vehemente para exigir mayores niveles de competencia y eficiencia a los estatales, seguirá cayendo en la trampa de minimizar los importante.
Se puede entender que ciertas determinaciones políticas incomoden a la sociedad y que sean asumidas como una falta de respeto, pero resulta muy difícil comprender la inexplicable tolerancia con los incompetentes.
Alberto Medina Méndez
amedinamendez@gmail.com
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 18, 2018