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Esta nota fue escrita hace dos años, exactamente el 4 de Marzo del 2015. Aguilera es uno solo, pero Aguilera Hombre posee piezas de todos y cada uno de los Presos Políticos en Argentina.

 

Escribe Horacio Palma.

 

Sus huesos van… sus penas vienen.

Así todo el día, mil veces por el mismo triste pasillo.

Sus huesos pasaron los ochenta, sus penas los diez años. Pero en el agujero donde lo han encerrado… eso ahora importa poco.

Omar grita sin cansarse de gritar… está encerrado entre cuatro paredes hace más de diez años. Sus carceleros le acercan la comida, pero don Aguilera dice no con la cabeza, y con la voz explica que  no comerá hoy aquí, que luego comerá en su casa, que repartan la comida entre los que no podrán ir a comer a su casa. No sabe que su casa ya no está… tampoco sabe que sus huesos ni sus penas cruzarán ya las rejas río arriba.

Don Aguilera grita sin cansarse de gritar, sus compañeros de encierro no pueden dormir… Aguilera grita y otro viejo encarcelado junto a él, cansado, le tira con el bastón. Aguilera grita y no para de gritar, y entre grito y grito dice que está esperando a su esposa, que ella vendrá hoy en auto, cargará sus cosas, le dará un beso y lo llevará de vuelta a casa a comer.

No recuerda Aguilera nada de aquél fatídico día del padre… ni recuerda el vuelco de su esposa después de aquella última tarde en que se abrazaron, se despidieron con un beso y un hasta siempre viejo, al cruzar las rejas. El auto desandando la ruta desde el Penal hacia las penas, el auto que no responde camino a casa, y el vuelco, y el hasta siempre convertido en hasta nunca… don Aguilera no sabe, por eso espera a su esposa muerta para que lo pase a buscar y lo lleve de vuelta a su casa.

Don Aguilera y su mente aturdida esperan la muerte en un Penal de La Pampa.

Grita y no para de gritar… sus carceleros se han acostumbrado a la injusticia de tener encerrado a un anciano demente, sus jueces se han acostumbrado a violar los derechos humanos en aras de una venganza… y nosotros, nos hemos acostumbrado a no poner el grito en el cielo… sino hasta cuando ya es demasiado tarde.

Omar Aguilera tiene 82 años y es Policía, pero no lo recuerda

Está preso hace 11 años en un penal de La Pampa por haber combatido al terrorismo en los años 70

Lo condenaron a 20 años de prisión pero no lo sabe

Su esposa falleció, volcó con el auto al volver de una visita al penal el día del padre…

 


Fuente y colaboración: Mauricio Ortín.


 


PrisioneroEnArgentina.com

Marzo 5, 2017