“Es necesario sellar definitivamente el reencuentro de los argentinos; eliminar los
motivos de encono, los pretextos de revancha y los últimos vestigios de persecución.
Debemos extirpar de raíz el odio. El pasado queda a nuestras espaldas”.
Arturo Frondizi
Presencié, con muchos miles de mis compatriotas, el desfile militar con el cual Argentina conmemoró el aniversario de su independencia. Y como tantos otros, me conmoví hasta las lágrimas con el paso de los veteranos de la guerra de Malvinas, héroes ignorados desde la dura derrota sufrida por nuestras tropas en el Atlántico sur, después de haber combatido, con escasos medios, pero con enorme valor, en ese desigual conflicto. No es posible olvidar que, al ser repatriados, el propio Gobierno los hizo desembarcar de noche, en ómnibus con los vidrios cegados, y esta hipócrita sociedad, siempre tan triunfalista, lo consintió con su silencio cómplice.
Fue un acierto de Javier Milei este gran festejo, inexistente durante 20 años (con excepción de los cuatro de Mauricio Macri), ya que permitió comprobar no sólo la intencionada desinversión en el área de defensa sino, también, que la ciudadanía tiene una posición, frente a las fuerzas armadas, completamente opuesta al discurso kirchnerista, exacerbado desde la firma del pacto entre el finado Néstor y el canalla Horacio Verbitsky, uno de los máximos responsables del atentado contra el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, que costó 23 muertos y 110 heridos, del cual se cumplieron 48 años el 2 del corriente mes.
Ese siniestro acuerdo permitió a Kirchner y a su viuda robar impunemente una cantidad monstruosa de dinero sin recibir crítica alguna desde la izquierda y, a su facción terrorista, vengarse de quienes la habían derrotado cuando pretendía instaurar aquí un régimen similar al que aún mantiene cautivas a Cuba, Nicaragua y Venezuela, que prometía fusilar a un millón de argentinos, como reconoció Roberto Santucho, fundador del ERP. A cambio de esa impunidad, se llegó al extremo de permitir a los organismos de derechos humanos (tuertos), como el CELS, hasta acceder a los legajos personales de todos los miembros de las fuerzas e intervenir en los ascensos a las jerarquías mayores de las fuerzas armadas y de seguridad.
Lamentablemente, muchos de esos veteranos no pudieron participar porque, sea en la cárcel, sea en sus domicilios, continúan siendo objeto de una inicua persecución, a manos de fiscales militantes y asesinos togados, que validan declaraciones de falsos testigos que buscan con ello ser indemnizados por un Estado cómplice, por haber cometido el supremo pecado de haber impedido que triunfaran los terroristas. Los números son por demás elocuentes: 2730 siguen en prisión, la enorme mayoría sin sentencia firme, por hechos sucedidos hace más de 40 años, y más de 850 han muerto ya en cautiverio; esta última cifra continuará creciendo rápidamente por su avanzada edad (79 años, en promedio, cuando el de los presos comunes sólo alcanza a 35) y las dolencias que se derivan de la misma, en lugares no aptos para el tratamiento médico de personas mayores.
Todos los procesos incoados contra ellos serían nulos en cualquier país occidental, puesto que los jueces han derrumbado todos los principios sobre los cuales se sustenta el derecho penal en el mundo civilizado. Sólo para ellos (no para quienes cometieron tantos crímenes que continúan impunes), con la imprescindible complicidad del Congreso y de la Corte Suprema, presidida en la época por Ricardo Lorenzetti, se dejaron de lado el principio de inocencia, de juez natural, de debido proceso, de legítima defensa y de prescripción. Para llevar adelante las parodias de juicios, se derogaron el Código de Justicia Militar y las leyes de “obediencia debida” y “punto final” sancionadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y se “interpretó” la ley del “2×1” para que nos les fuera aplicable. Mi colega, el Dr. Enrique Munilla, ha publicado en la sección Cartas de Lectores del diario La Nación, los detalles de varias de las inicuas sentencias, casi todas ellas a prisión perpetua, dictadas por magistrados indignos de ocupar sus cargos, tal como sucede con Ariel Lijo, al cual Milei insiste en nombrar en la Corte Suprema y el kirchnerismo defiende, a capa y espada, en el Consejo de la Magistratura.
Federico Morgenstern en su imprescindible libro “Contra la corriente”, un fantástico análisis de la actuación de Jaime Malamud Goti, citó al maestro: “La vergüenza mayor que tenemos hoy como sociedad es la de no querer respetar el Estado de derecho al denegar garantías constitucionales y penales básicas, como el principio de la ley más benigna y la irretroactividad de la ley penal más gravosa” y “Hay militares detenidos bajo prisión preventiva hace más de diez años, … algunos de ellos reciben un trato inmerecido aún por el más aborrecible criminal”.La ilegal duración de las prisiones preventivas (hoy exceden los 16 años en algunos casos), las ha transformado en verdaderas condenas a muerte encubiertas.
Pero tanta ignominia podría tener un rápido fin si Milei replicara lo que hizo Uruguay, gobernado entonces por el Frente Amplio, o sea, convocar a un referéndum al respecto. En tres oportunidades (1989, 2009 y 2011, la última cuando José “Pepe” Mujica, un ex-guerrillero Tupamaro, era presidente), la sociedad oriental decidió, por enorme mayoría, cesar en la persecución a los militares que tomaron el poder durante los 70’s, acusados por hechos similares a los que aquí nos ocupan.
Posteriormente, y guardando las formas constitucionales, una forma de concretar una política así sería recomendar a la Procuración General de la Nación que analice, a través de sus órganos competentes, qué hicieron los fiscales que de ella dependen en cada uno de los juicios mal llamado de “lesa humanidad” y hasta efectuar, utilizando a los representantes del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, denuncias contra los jueces venales, que han permitido y colaborado para convertir a sus juzgados en reales circos romanos, con los imputados tirados a los leones vengativos, sin respeto alguno por la verdad ni, menos aún, por la Justicia.
El expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica (2010-2015), que el mes pasado anunció que tiene un tumor en el esófago, concedió una entrevista a un diario brasileño en la que, en otras cosas, habló del actual Gobierno de Argentina, que calificó de “una locura”.
Mujica, cuyo cumpleaños será el próximo 20 de mayo y celebrará sus 89 o 90 años -porque dice que hubo un error en el registro de su nacimiento-, comparó la situación del país vecino con la República de Weimar, el período de la historia alemana que precedió al ascenso al poder de Adolf Hitler.
“Una locura. Es consecuencia de la desesperanza que puede generar en una sociedad el fenómeno de la hiperinflación. Esto es lo que ocurrió con la República de Weimar en la década de 1930”, comentó.
Además, recordó que “el país más culto, más desarrollado de Europa, terminó votando a Hitler”. “Una locura total. Los pueblos pueden cometer errores, porque la hiperinflación desespera a las personas. Es entonces cuando son capaces de apostar por cualquier cosa que esté en contra”, afirmó.
El experimentado político lamentó que el kirchnerismo no asuma su responsabilidad. “Lo peor es que no hay una visión autocrítica porque esto no sucedió por orden de los dioses, sucedió por errores humanos”, destacó.
Bajo su punto de vista, probablemente, algo parecido ocurrió en Brasil con la victoria, en el 2019, Jair Bolsonaro. “Hay una tendencia contemporánea, consecuencia de la macrocultura consumista en la que estamos inmersos: siempre tenemos la necesidad de tener más, de comprar más”, explicó.
Y continuó: “Este es el triunfo cultural del capitalismo que controla nuestro capital subliminal. Y entonces la gente se siente frustrada y tiende a votar en contra de lo que hay sin tener claro por qué vota. Votan por cualquier cosa”.
Mujica dijo que cree que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ganó las elecciones del 2022 “porque era Lula”, pero de lo contrario, según él, Bolsonaro habría continuado.
También mostró su preocupación por lo que pasará después de la administración del patriarca de la izquierda del gigante latinoamericano. “¿Y después de Lula? Este es un desafío que enfrenta Brasil y toda nuestra América, dada la importancia de Brasil”, aseveró.
El ex Director de la Biblioteca Nacional durante el Gobierno de Cristina Fernández, Horacio González, afirmó recientemente que “…(la historia argentina) tiene que ser una historia dura y dramática, que incorpore una valoración te diría positiva de la guerrilla de los años 70 y que escape un poco de los estudios sociales que hoy la ven como una elección desviada, peligrosa e inaceptable”.
González ahora cree que ni es desviada, ni peligrosa, ni inaceptable. Si es “encaminada”, “inofensiva” y “aceptable”…¿por que deberíamos cuestionar su posible resurgimiento y no recibirlo con alegría y esperanza?
Es curioso lo que ocurre con él. A diferencia de la mayoría de las personas, que con los años adquiere una visión mas comprensiva, reflexiva y serena de los hechos que les tocó vivir en su juventud (Pepe Mujica sería un ejemplo de ello), González reivindica hoy lo que cuestionó casi 50 años atrás. En Septiembre de 2006 contaba respecto a su actitud en 1973, el accionar de montoneros y el asesinato de mi padre: “Yo personalmente imaginé que había una autoría de esa índole (de montoneros) y por eso mismo junto a muchas otras personas decidimos dar un paso al costado al poco tiempo de la organización. Decidimos apartarnos de algo que nos parecía fuera del espacio de una discusión que estaba entablada con Perón y que significaba en este caso atacar a una persona de su círculo más intimo y a producir un hecho armado que no parecía propicio que ocurra…aquellos que esperaron que con esta operación aparezca un Perón más “reflexivo y con ímpetu de negociación” se equivocaron. ”. Para quien desee leer la nota completa, está en https://www.lapoliticaonline.com/nota/nota-33195/
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Pero ahora dice Gonzalez “…Hay que reescribir la historia argentina”. Estoy convencida que mas que reescribirla hay que “completarla”, incorporando ese tramo que protagonistas centrales de la misma (y apologistas de fantasías propias y sufrimiento ajeno) deliberadamente hicieron desaparecer de su relato. Existió en la Argentina un 1973, un 1974, un 1975 y un primer trimestre de 1976. De retorno de un líder popular como no hubo otro en nuestra historia, de expresión de la voluntad popular, de un proyecto de paz y unidad de los argentinos, de enormes conflictos y dificultades pero vividos en democracia, de ilusiones truncadas por quienes según Gonzalez deberían esperar de la historia una “valoración positiva”…
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El entonces presidente electo estaba decidido -como corresponde a todo presidente electo- a llevar adelante un proyecto acorde a sus convicciones, a sus ideas. La respuesta de Montoneros la conoció el pais sólo 48 horas después del triunfo electoral: el asesinato de mi padre, entonces Secretario General de la CGT y el hombre de relación mas cercana a Perón. Con claridad y sinceridad inéditas (aunque sin autocrítica) explica las razones Ernesto Villanueva, ex oficial montonero y actual rector de la UNAJ: “…nunca hubiera vuelto Perón al pais si no hubiera sido por nosotros…y el está traicionando eso…Él está armando un proyecto alternativo al nuestro…Distinto…Lo que tenemos que hacer es forzar ante la gente la diferencia entre él y nosotros…”. Quien lo desee puede escuchar sus palabras en https://www.youtube.com/watch?v=pNPszbr8o7Y .
Por lo que expresa, parece ser que para Gonzalez es positivo que un grupo decida imponer su proyecto frente a la decisión de un presidente electo. Y, si hace falta, matar para cumplir ese objetivo. No completé la lectura de sus declaraciones, por lo que no se si además se refirió a la actualidad o al futuro inmediato de nuestra realidad política. Pero -por el bien de todos los argentinos- espero haber interpretado mal sus palabras…
José Alberto “Pepe” Mujica y la represión en Venezuela: “No hay que ponerse delante de las tanquetas”
“Pepe” Mujica, ex-presidente de Uruguay, consideró este miércoles que “no hay que ponerse delante de las tanquetas” luego de que un periodista le preguntara su opinión sobre la brutal represión lanzada por el régimen venezolano contras las protestas que tuvieron lugar el martes.
En imágenes que recorrieron el mundo, el martes pudo verse cómo la Guardia Nacional Bolivariana arrollaba a los manifestantes con sus vehículos blindados VN-4 “Rinoceronte”, de fabricación china.
“¿Qué opina sobre las tanquetas atropellando gente?”, preguntó el periodista uruguayo Leonardo Sarro de Radio Monte Carlo este miércoles durante un acto por el Día del Trabajador en Montevideo.
“Que no hay que no ponerse delante de las tanquetas”, es la cínica respuesta del ex presidente entre 2010 y 2015 por el Frente Amplio. “Es una barbaridad”, agregó una vez que el reportero le preguntó si no tenía nada más para decir.
Entonces el periodista inquirió si el presidente venezolano Nicolás Maduro era quien, al parecer de Mujica, había dado la orden de usar las tanquetas.
“Si usted sale a la calle, se expone… El que maneja las tanquetas es…”, expresó el político uruguayo, ex miembro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros y cercano al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
En la misma conferencia ante la prensa, Mujica también señaló que la situación en Venezuela era “compleja” y que se debe buscar una “solución racional”. Consultado sobre la postura que debe tener Uruguay ante la situación, indicó que “en boca cerrada no entran moscas” y que su país “se estaba moviendo”.
El martes el presidente interino declarado por la Asamblea Nacional de Venezuela y líder opositor, Juan Guaidó, anunció el inicio de la “fase final” de la Operación Libertad para terminar con la “usurpación” de poder realizada por el chavista Nicolás Maduro, electo presidente el año pasado en comicios acusados de falta de legitimidad y en medio de una crisis política y económica sin precedentes en el país.
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Histórica mentira de José Mujica
Por Antonio Mercader
Junio, 2018
El expresidente José Mujica acaba de decir que en Uruguay “la dictadura empezó mucho antes del golpe militar”. Según él, había “un Parlamento ficticio” y “medidas de seguridad a cada rato”.
Es la primera vez que Mujica adhiere a una teoría que él mismo había descartado cuando dijo que una de las grandes frustraciones de su vida fue que al llegar la dictadura los tupamaros no pudieron combatirla porque estaban todos presos.
Es grave que Mujica se asocie a una mentira propia del “relato” tergiversado que pretende legitimar a los tupamaros. Es una forma de advertir que el golpe de Estado se dio en 1968 con la asunción de Jorge Pacheco Areco como presidente. En suma, una argucia para proclamar que el MLN se alzó contra una dictadura y no contra una democracia.
En 1973, cuando se dio el golpe de Estado, del MLN apenas quedaban cenizas. Con todos sus jefes presos y el movimiento destruido los tupamaros formaban parte del pasado. Una vez caída la dictadura su problema fue justificar por qué se alzaron en armas contra una democracia que, aún con problemas, funcionaba como tal. Así, una década (1963-1973) de atracos, bombas, extorsiones, secuestros y asesinatos pretenden santificarse por el famoso “derecho a la rebelión” que hoy justifica, por ejemplo, la pueblada contra el autócrata nicaragüense Daniel Ortega.
En el programa “En la mira”, de VTV, Mujica habló de un “Parlamento ficticio”, a pesar de que en ese Parlamento había legisladores de izquierda que hablaban y votaban libremente. Un Parlamento del cual emergió la figura de Wilson Ferreira Aldunate quien, con apoyo de la izquierda, volteó —en históricas interpelaciones— a varios ministros de Pacheco Areco. Es cierto que el gobierno impuso medidas de seguridad, pero el Parlamento —que podía levantarlas— las permitió. De “ficticio”, como dice Mujica, no tenía nada.
La verdad es que los tupamaros, cegados por el éxito del castrismo, creyeron que Uruguay podía ser la nueva Cuba y así acometieron contra las instituciones de lo que llamaban una “democracia de cáscara”. Pero esa democracia, pese a sus crisis, fue el marco en el cual se creó el Frente Amplio, la coalición de izquierda que hoy gobierna. En la interpretación de Mujica y los autores del falso “relato” es imposible explicar cómo nació ese partido político opositor en plena dictadura.
Lo grave de esta postura del expresidente y actual senador es que confirma las erradas decisiones del gobierno que en el decreto donde instauró el Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia consagró oficialmente a 1968 como el año del comienzo de la dictadura. Así, lo que hasta ese momento eran insinuaciones de los sectarios que reescriben la historia pasa a ser la verdad oficial. Una verdad oficial basada en una mentira fácil de rebatir con un simple repaso de los hechos.
Además, no es seguro que Mujica adhiera a esta fecha de 1968. Es probable que al decir que la dictadura existía “mucho antes” del golpe militar de 1973, su fecha preferida sea más ambiciosa y la sitúe en 1963 cuando él y su gente ya perpetraban tropelías. En fin, una mentira más. Da pena que un hombre mayor, que ocupó la Presidencia, siga tratando de engañar a la gente.
Antonio Luis Mercader Urvoy nació en Madrid, España el 29 de agosto de 1944 y falleció en Montevideo, Uruguay, el 29 de enero de 2019) fue un abogado, periodista y político uruguayo de origen español.
“Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados”.
Talmud
A priori, le ruego siga difundiendo esta convocatoria hasta el último minuto, a ver si conseguimos movilizar a los jóvenes para que nos acompañen en esta patriada. Mientras tanto, y de todas maneras, pensemos en qué nos pasa a los argentinos y qué imagen estamos mostrando al exterior; realmente, ¿cómo el crisol de razas, del que tanto nos enorgullecimos en el pasado, ha podido derivar en este país de borregos emasculados?
El miércoles fuimos sorprendidos por una noticia procedente de Brasil, que nos debería llenar de vergüenza (una más, porque diariamente las novedades que deparan nuevos descubrimientos de la corrupción del kirchnerismo nos convierten en el hazmerreir generalizado): la condena a casi diez años de prisión dictada por el Juez Sergio Moro, un magistrado de Curitiba, Paraná, contra Luiz Inácio Lula da Silva, ex Presidente y aún dueño de una importante intención de voto en su país. Obviamente, será apelada ante el Tribunal Federal Regional y, con seguridad, llegará al Supremo Tribunal Federal, pero la repercusión ya ha sido inmensa, sobre todo porque lo inhibiría de presentarse a nuevas elecciones.
Sergio Fernando Moro
La vergüenza tiene varios aspectos en la lógica comparación con lo que aquí sucede. El primero, la celeridad y la independencia con que actúa la Justicia allí, mientras que nosotros seguimos sin saber siquiera cómo y cuándo murió el Fiscal Alberto Nisman, por ejemplo, y los responsables del infame crimen de Once siguen en libertad.
Luego, la pequeña cantidad de la cual Lula se habría apropiado personalmente; un departamento en el litoral paulista no tiene punto de comparación con el imperio hotelero e inmobiliario que Néstor y Cristina construyeron ni, por supuesto, con la propiedad de tantas estancias y empresas puestas a nombre de sus testaferros, incluyendo una gran porción de las acciones de YPF, que los Eskenazi compraron para Kirchner sin dinero. Finalmente, el monto total defraudado al fisco brasileño es infinitamente menor que el saqueo al que fue sometida la Argentina durante la prolongada década del latrocinio pingüino, tanto en términos relativos (por la enorme diferencia en el PBI de ambos países) cuanto absolutos: los US$ 3.500 millones desaparecidos en nuestro vecino no son nada frente a la gigantesca fortuna que amasaron nuestros inventores de una revolución imaginaria.
Algo similar está ocurriendo en Perú, donde su ex Presidente Ollanta Humala y su mujer acaban de ser encarcelados por corrupción en las operaciones con Odebrecht, y hasta en Ecuador, ya que el sucesor de Rafael Correa, elegido por éste presumiendo que sería un títere, ha ordenado abrir una investigación contra su padrino político por idénticas razones, amén de acusarlo de haber estrellado la economía de su país con su populismo.
Todos esos hechos, a los cuales debe sumarse lo sucedido en los dos países modélicos de la región, por los cuestionamientos chilenos a su Presidente, Michele Bachelet, en razón de algunos negociados de los que se acusa a su familia, las graves sospechas de corrupción durante el gobierno de José “Pepe” Mugica, que están golpeando fuertemente al Frente Amplio y lo colocan al borde de perder por primera vez las elecciones uruguayas desde 2004, y los reiterados rumores sobre Evo Morales y su amante, gestora de grandes negocios en Bolivia, confirman la profetizada ola de decencia que comenzó a impactar en este siglo sobre todos los regímenes populistas de la región, condenándolos al tacho de basura de la historia.
Nicolás Maduro
Una excepción, claro, son los terribles acontecimientos que, en cien días, han llevado a la tumba a más de cien jóvenes en las protestas contra Nicolás Maduro, que sigue manteniendo el poder sentado sobre las bayonetas de su ejército y de sus milicias paramilitares. Lamentablemente, la crisis que desangra a Venezuela no parece tener siquiera una imaginable solución, porque el tirano es sólo uno de los miles de bandidos que se reúsan a escuchar el clamor mundial y, si se fugara o muriera, detrás están Diosdado Cabello y cientos de generales poco dispuestos a perder tanto su libertad como las enormes fortunas que han acumulado con el narcotráfico y los pingües negocios que realizan a costa del Estado. La otra, obviamente, es la gerontocracia cubana, sostenida exclusivamente por el cordón umbilical que la une a Caracas y a través del cual fluye el petróleo que los venezolanos pagan con su cotidiana hambruna.
Pero la Argentina sigue dando la nota desafinada en ese concierto regional que tan bien suena. El peronismo se niega a entregar las cabezas de de los máximos exponentes de su corrupción: el Senador Carlos Menem, el Diputado Julio de Vido, el Juez Eduardo Freiler y, por supuesto, la Procuradora General, Alejandra ¡Giles! Carbó, llamada ayer a indagatoria. Muy por el contrario, cierra filas en su defensa y eso es comprensible porque, si esas testas rodaran, resultaría imposible que no arrastraran a muchos más, tal como amenazó el ex Ministro de Planificación cuando creyó que lo abandonarían a su suerte. El PJ adoptó idéntica posición en la resistencia a los fallos judiciales que impiden al Senador Ruperto Godoy continuar integrando el Consejo de la Magistratura por no reunir el elemental requisito de ser abogado.
Y qué decir de la libertad que gozan tantos procesados por delitos no excarcelables, mientras se mantiene en prisión preventiva por décadas a dos mil ancianos, acusados por hechos ocurridos hace cuarenta años, que no corren riesgo de fuga ni, menos aún, poner en peligro la investigación.
Es por eso que los ciudadanos debemos demostrar -y probarnos- que no somos meros eunucos y salir a la calle a exigir a la Justicia, en las personas de ese Consejo y de la Corte Suprema de Justicia, que deje de marearnos la perdiz y cumpla con el deber que la Constitución Nacional le impone. Y debemos hacerlo, como dice el cartel que encabeza esta nota, el 3 de agosto, a las 18:00, en Plaza Lavalle (y frente a las sedes de los tribunales de todo el país), donde tienen su asiento ambos órganos.
Alejandra Gils Carbó
Las consignas y reclamos deben ser concretos y unívocos. Es imprescindible que exijamos al Consejo que deje de ser el mamarracho en que se ha convertido, designe a los jueces que deben cubrir las incontables vacantes en todos los fueros y en todas las instancias, y desplace de una buena vez a los enriquecidos canallas que hoy ejercen magistraturas y venden sus sentencias al mejor postor, mientras pretenden que los ciudadanos nos sometamos a ellas como si provinieran de Dios mismo.
A la Corte, que actúe con independencia e imponga su poder sin dilaciones y sin oportunismo. Y a nuestro inicuo Congreso -ahora un mero aguantadero de delincuentes que se mofan de sus representados- que modifique el Código Procesal Penal de la Nación de modo tal que a cualquier procesado por hechos de corrupción, sea político, funcionario o empresario, se le retiren los fueros y se le deniegue esperar en libertad la sentencia definitiva y, a la vez, que sancione de una buena vez las leyes de responsabilidad empresaria y la caducidad de dominio de los bienes mal habidos.
Porque somos una generación desgraciada, como afirma el Talmud, ya que tenemos jueces que merecen ser juzgados por su corrupción y por su ilegítima militancia política. Y no podemos transmitir esa herencia nefasta a nuestros descendientes; tenemos la obligación de actuar ya mismo para evitarlo y para permitir que nuestro país vuelva a ser una nación orgullosa de de sus valores morales y de su destino, hoy tan marchitos y decadentes.
VENGANZA PERPETUA
♠
por Enrique Guillermo Avogadro
“Es necesario sellar definitivamente el reencuentro de los argentinos; eliminar los
motivos de encono, los pretextos de revancha y los últimos vestigios de persecución.
Debemos extirpar de raíz el odio. El pasado queda a nuestras espaldas”.
Arturo Frondizi
Presencié, con muchos miles de mis compatriotas, el desfile militar con el cual Argentina conmemoró el aniversario de su independencia. Y como tantos otros, me conmoví hasta las lágrimas con el paso de los veteranos de la guerra de Malvinas, héroes ignorados desde la dura derrota sufrida por nuestras tropas en el Atlántico sur, después de haber combatido, con escasos medios, pero con enorme valor, en ese desigual conflicto. No es posible olvidar que, al ser repatriados, el propio Gobierno los hizo desembarcar de noche, en ómnibus con los vidrios cegados, y esta hipócrita sociedad, siempre tan triunfalista, lo consintió con su silencio cómplice.
Fue un acierto de Javier Milei este gran festejo, inexistente durante 20 años (con excepción de los cuatro de Mauricio Macri), ya que permitió comprobar no sólo la intencionada desinversión en el área de defensa sino, también, que la ciudadanía tiene una posición, frente a las fuerzas armadas, completamente opuesta al discurso kirchnerista, exacerbado desde la firma del pacto entre el finado Néstor y el canalla Horacio Verbitsky, uno de los máximos responsables del atentado contra el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, que costó 23 muertos y 110 heridos, del cual se cumplieron 48 años el 2 del corriente mes.
Ese siniestro acuerdo permitió a Kirchner y a su viuda robar impunemente una cantidad monstruosa de dinero sin recibir crítica alguna desde la izquierda y, a su facción terrorista, vengarse de quienes la habían derrotado cuando pretendía instaurar aquí un régimen similar al que aún mantiene cautivas a Cuba, Nicaragua y Venezuela, que prometía fusilar a un millón de argentinos, como reconoció Roberto Santucho, fundador del ERP. A cambio de esa impunidad, se llegó al extremo de permitir a los organismos de derechos humanos (tuertos), como el CELS, hasta acceder a los legajos personales de todos los miembros de las fuerzas e intervenir en los ascensos a las jerarquías mayores de las fuerzas armadas y de seguridad.
Lamentablemente, muchos de esos veteranos no pudieron participar porque, sea en la cárcel, sea en sus domicilios, continúan siendo objeto de una inicua persecución, a manos de fiscales militantes y asesinos togados, que validan declaraciones de falsos testigos que buscan con ello ser indemnizados por un Estado cómplice, por haber cometido el supremo pecado de haber impedido que triunfaran los terroristas. Los números son por demás elocuentes: 2730 siguen en prisión, la enorme mayoría sin sentencia firme, por hechos sucedidos hace más de 40 años, y más de 850 han muerto ya en cautiverio; esta última cifra continuará creciendo rápidamente por su avanzada edad (79 años, en promedio, cuando el de los presos comunes sólo alcanza a 35) y las dolencias que se derivan de la misma, en lugares no aptos para el tratamiento médico de personas mayores.
Todos los procesos incoados contra ellos serían nulos en cualquier país occidental, puesto que los jueces han derrumbado todos los principios sobre los cuales se sustenta el derecho penal en el mundo civilizado. Sólo para ellos (no para quienes cometieron tantos crímenes que continúan impunes), con la imprescindible complicidad del Congreso y de la Corte Suprema, presidida en la época por Ricardo Lorenzetti, se dejaron de lado el principio de inocencia, de juez natural, de debido proceso, de legítima defensa y de prescripción. Para llevar adelante las parodias de juicios, se derogaron el Código de Justicia Militar y las leyes de “obediencia debida” y “punto final” sancionadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y se “interpretó” la ley del “2×1” para que nos les fuera aplicable. Mi colega, el Dr. Enrique Munilla, ha publicado en la sección Cartas de Lectores del diario La Nación, los detalles de varias de las inicuas sentencias, casi todas ellas a prisión perpetua, dictadas por magistrados indignos de ocupar sus cargos, tal como sucede con Ariel Lijo, al cual Milei insiste en nombrar en la Corte Suprema y el kirchnerismo defiende, a capa y espada, en el Consejo de la Magistratura.
Federico Morgenstern en su imprescindible libro “Contra la corriente”, un fantástico análisis de la actuación de Jaime Malamud Goti, citó al maestro: “La vergüenza mayor que tenemos hoy como sociedad es la de no querer respetar el Estado de derecho al denegar garantías constitucionales y penales básicas, como el principio de la ley más benigna y la irretroactividad de la ley penal más gravosa” y “Hay militares detenidos bajo prisión preventiva hace más de diez años, … algunos de ellos reciben un trato inmerecido aún por el más aborrecible criminal”. La ilegal duración de las prisiones preventivas (hoy exceden los 16 años en algunos casos), las ha transformado en verdaderas condenas a muerte encubiertas.
Pero tanta ignominia podría tener un rápido fin si Milei replicara lo que hizo Uruguay, gobernado entonces por el Frente Amplio, o sea, convocar a un referéndum al respecto. En tres oportunidades (1989, 2009 y 2011, la última cuando José “Pepe” Mujica, un ex-guerrillero Tupamaro, era presidente), la sociedad oriental decidió, por enorme mayoría, cesar en la persecución a los militares que tomaron el poder durante los 70’s, acusados por hechos similares a los que aquí nos ocupan.
Posteriormente, y guardando las formas constitucionales, una forma de concretar una política así sería recomendar a la Procuración General de la Nación que analice, a través de sus órganos competentes, qué hicieron los fiscales que de ella dependen en cada uno de los juicios mal llamado de “lesa humanidad” y hasta efectuar, utilizando a los representantes del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, denuncias contra los jueces venales, que han permitido y colaborado para convertir a sus juzgados en reales circos romanos, con los imputados tirados a los leones vengativos, sin respeto alguno por la verdad ni, menos aún, por la Justicia.
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Julio 12, 2024
Mujica sobre Milei: “Es una locura total”
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El expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica (2010-2015), que el mes pasado anunció que tiene un tumor en el esófago, concedió una entrevista a un diario brasileño en la que, en otras cosas, habló del actual Gobierno de Argentina, que calificó de “una locura”.
Mujica, cuyo cumpleaños será el próximo 20 de mayo y celebrará sus 89 o 90 años -porque dice que hubo un error en el registro de su nacimiento-, comparó la situación del país vecino con la República de Weimar, el período de la historia alemana que precedió al ascenso al poder de Adolf Hitler.
“Una locura. Es consecuencia de la desesperanza que puede generar en una sociedad el fenómeno de la hiperinflación. Esto es lo que ocurrió con la República de Weimar en la década de 1930”, comentó.
Además, recordó que “el país más culto, más desarrollado de Europa, terminó votando a Hitler”. “Una locura total. Los pueblos pueden cometer errores, porque la hiperinflación desespera a las personas. Es entonces cuando son capaces de apostar por cualquier cosa que esté en contra”, afirmó.
El experimentado político lamentó que el kirchnerismo no asuma su responsabilidad. “Lo peor es que no hay una visión autocrítica porque esto no sucedió por orden de los dioses, sucedió por errores humanos”, destacó.
Bajo su punto de vista, probablemente, algo parecido ocurrió en Brasil con la victoria, en el 2019, Jair Bolsonaro. “Hay una tendencia contemporánea, consecuencia de la macrocultura consumista en la que estamos inmersos: siempre tenemos la necesidad de tener más, de comprar más”, explicó.
Y continuó: “Este es el triunfo cultural del capitalismo que controla nuestro capital subliminal. Y entonces la gente se siente frustrada y tiende a votar en contra de lo que hay sin tener claro por qué vota. Votan por cualquier cosa”.
Mujica dijo que cree que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ganó las elecciones del 2022 “porque era Lula”, pero de lo contrario, según él, Bolsonaro habría continuado.
También mostró su preocupación por lo que pasará después de la administración del patriarca de la izquierda del gigante latinoamericano. “¿Y después de Lula? Este es un desafío que enfrenta Brasil y toda nuestra América, dada la importancia de Brasil”, aseveró.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 15, 2024
LA “VALORACIÓN POSITIVA” DEL ASESINATO DE RUCCI
Por CLAUDIA RUCCI
Emvío: DRA ANDREA PALOMAS ALARCÓN
PrisioneroEnArgentina.com
Tanquetas buenas versus tanquetas malas
José Alberto “Pepe” Mujica y la represión en Venezuela: “No hay que ponerse delante de las tanquetas”
“Pepe” Mujica, ex-presidente de Uruguay, consideró este miércoles que “no hay que ponerse delante de las tanquetas” luego de que un periodista le preguntara su opinión sobre la brutal represión lanzada por el régimen venezolano contras las protestas que tuvieron lugar el martes.
En imágenes que recorrieron el mundo, el martes pudo verse cómo la Guardia Nacional Bolivariana arrollaba a los manifestantes con sus vehículos blindados VN-4 “Rinoceronte”, de fabricación china.
“¿Qué opina sobre las tanquetas atropellando gente?”, preguntó el periodista uruguayo Leonardo Sarro de Radio Monte Carlo este miércoles durante un acto por el Día del Trabajador en Montevideo.
“Que no hay que no ponerse delante de las tanquetas”, es la cínica respuesta del ex presidente entre 2010 y 2015 por el Frente Amplio. “Es una barbaridad”, agregó una vez que el reportero le preguntó si no tenía nada más para decir.
Entonces el periodista inquirió si el presidente venezolano Nicolás Maduro era quien, al parecer de Mujica, había dado la orden de usar las tanquetas.
“Si usted sale a la calle, se expone… El que maneja las tanquetas es…”, expresó el político uruguayo, ex miembro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros y cercano al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
En la misma conferencia ante la prensa, Mujica también señaló que la situación en Venezuela era “compleja” y que se debe buscar una “solución racional”. Consultado sobre la postura que debe tener Uruguay ante la situación, indicó que “en boca cerrada no entran moscas” y que su país “se estaba moviendo”.
El martes el presidente interino declarado por la Asamblea Nacional de Venezuela y líder opositor, Juan Guaidó, anunció el inicio de la “fase final” de la Operación Libertad para terminar con la “usurpación” de poder realizada por el chavista Nicolás Maduro, electo presidente el año pasado en comicios acusados de falta de legitimidad y en medio de una crisis política y económica sin precedentes en el país.
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]Histórica mentira de José Mujica
Por Antonio Mercader
Junio, 2018
El expresidente José Mujica acaba de decir que en Uruguay “la dictadura empezó mucho antes del golpe militar”. Según él, había “un Parlamento ficticio” y “medidas de seguridad a cada rato”.
Es la primera vez que Mujica adhiere a una teoría que él mismo había descartado cuando dijo que una de las grandes frustraciones de su vida fue que al llegar la dictadura los tupamaros no pudieron combatirla porque estaban todos presos.
Es grave que Mujica se asocie a una mentira propia del “relato” tergiversado que pretende legitimar a los tupamaros. Es una forma de advertir que el golpe de Estado se dio en 1968 con la asunción de Jorge Pacheco Areco como presidente. En suma, una argucia para proclamar que el MLN se alzó contra una dictadura y no contra una democracia.
En 1973, cuando se dio el golpe de Estado, del MLN apenas quedaban cenizas. Con todos sus jefes presos y el movimiento destruido los tupamaros formaban parte del pasado. Una vez caída la dictadura su problema fue justificar por qué se alzaron en armas contra una democracia que, aún con problemas, funcionaba como tal. Así, una década (1963-1973) de atracos, bombas, extorsiones, secuestros y asesinatos pretenden santificarse por el famoso “derecho a la rebelión” que hoy justifica, por ejemplo, la pueblada contra el autócrata nicaragüense Daniel Ortega.
En el programa “En la mira”, de VTV, Mujica habló de un “Parlamento ficticio”, a pesar de que en ese Parlamento había legisladores de izquierda que hablaban y votaban libremente. Un Parlamento del cual emergió la figura de Wilson Ferreira Aldunate quien, con apoyo de la izquierda, volteó —en históricas interpelaciones— a varios ministros de Pacheco Areco. Es cierto que el gobierno impuso medidas de seguridad, pero el Parlamento —que podía levantarlas— las permitió. De “ficticio”, como dice Mujica, no tenía nada.
La verdad es que los tupamaros, cegados por el éxito del castrismo, creyeron que Uruguay podía ser la nueva Cuba y así acometieron contra las instituciones de lo que llamaban una “democracia de cáscara”. Pero esa democracia, pese a sus crisis, fue el marco en el cual se creó el Frente Amplio, la coalición de izquierda que hoy gobierna. En la interpretación de Mujica y los autores del falso “relato” es imposible explicar cómo nació ese partido político opositor en plena dictadura.
Lo grave de esta postura del expresidente y actual senador es que confirma las erradas decisiones del gobierno que en el decreto donde instauró el Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia consagró oficialmente a 1968 como el año del comienzo de la dictadura. Así, lo que hasta ese momento eran insinuaciones de los sectarios que reescriben la historia pasa a ser la verdad oficial. Una verdad oficial basada en una mentira fácil de rebatir con un simple repaso de los hechos.
Además, no es seguro que Mujica adhiera a esta fecha de 1968. Es probable que al decir que la dictadura existía “mucho antes” del golpe militar de 1973, su fecha preferida sea más ambiciosa y la sitúe en 1963 cuando él y su gente ya perpetraban tropelías. En fin, una mentira más. Da pena que un hombre mayor, que ocupó la Presidencia, siga tratando de engañar a la gente.
Antonio Luis Mercader Urvoy nació en Madrid, España el 29 de agosto de 1944 y falleció en Montevideo, Uruguay, el 29 de enero de 2019) fue un abogado, periodista y político uruguayo de origen español.
[/ezcol_1half_end]PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 1, 2019
El Cotolengo
Escribe LUIS BARDIN.
EL COTOLENGO
Ellos se anotan en todas
cuanta marcha esté a la vista.
Feministas o veganos
orgullo gay o anarquistas
son militantes full time
que siempre dan el presente
con sus huestes de idealistas.
Queriéndonos convencer
que el mundo en el que vivimos
está patas para arriba
y que solo ellos podrían
mejorar la triste vida,
ahora están aprovechando
que se reúne el G20.
haciendo una contra cumbre
en Ferrocarril Oeste.
Como ha sido su costumbre
cada vez que hay elecciones
se junta la contra mugre.
Luis Bardín.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 20, 2018
Castrados y Avergonzados
Por Enrique Guillermo Avogadro.
“Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados”.
Talmud
A priori, le ruego siga difundiendo esta convocatoria hasta el último minuto, a ver si conseguimos movilizar a los jóvenes para que nos acompañen en esta patriada. Mientras tanto, y de todas maneras, pensemos en qué nos pasa a los argentinos y qué imagen estamos mostrando al exterior; realmente, ¿cómo el crisol de razas, del que tanto nos enorgullecimos en el pasado, ha podido derivar en este país de borregos emasculados?
El miércoles fuimos sorprendidos por una noticia procedente de Brasil, que nos debería llenar de vergüenza (una más, porque diariamente las novedades que deparan nuevos descubrimientos de la corrupción del kirchnerismo nos convierten en el hazmerreir generalizado): la condena a casi diez años de prisión dictada por el Juez Sergio Moro, un magistrado de Curitiba, Paraná, contra Luiz Inácio Lula da Silva, ex Presidente y aún dueño de una importante intención de voto en su país. Obviamente, será apelada ante el Tribunal Federal Regional y, con seguridad, llegará al Supremo Tribunal Federal, pero la repercusión ya ha sido inmensa, sobre todo porque lo inhibiría de presentarse a nuevas elecciones.
Sergio Fernando Moro
La vergüenza tiene varios aspectos en la lógica comparación con lo que aquí sucede. El primero, la celeridad y la independencia con que actúa la Justicia allí, mientras que nosotros seguimos sin saber siquiera cómo y cuándo murió el Fiscal Alberto Nisman, por ejemplo, y los responsables del infame crimen de Once siguen en libertad.
Luego, la pequeña cantidad de la cual Lula se habría apropiado personalmente; un departamento en el litoral paulista no tiene punto de comparación con el imperio hotelero e inmobiliario que Néstor y Cristina construyeron ni, por supuesto, con la propiedad de tantas estancias y empresas puestas a nombre de sus testaferros, incluyendo una gran porción de las acciones de YPF, que los Eskenazi compraron para Kirchner sin dinero. Finalmente, el monto total defraudado al fisco brasileño es infinitamente menor que el saqueo al que fue sometida la Argentina durante la prolongada década del latrocinio pingüino, tanto en términos relativos (por la enorme diferencia en el PBI de ambos países) cuanto absolutos: los US$ 3.500 millones desaparecidos en nuestro vecino no son nada frente a la gigantesca fortuna que amasaron nuestros inventores de una revolución imaginaria.
Algo similar está ocurriendo en Perú, donde su ex Presidente Ollanta Humala y su mujer acaban de ser encarcelados por corrupción en las operaciones con Odebrecht, y hasta en Ecuador, ya que el sucesor de Rafael Correa, elegido por éste presumiendo que sería un títere, ha ordenado abrir una investigación contra su padrino político por idénticas razones, amén de acusarlo de haber estrellado la economía de su país con su populismo.
Todos esos hechos, a los cuales debe sumarse lo sucedido en los dos países modélicos de la región, por los cuestionamientos chilenos a su Presidente, Michele Bachelet, en razón de algunos negociados de los que se acusa a su familia, las graves sospechas de corrupción durante el gobierno de José “Pepe” Mugica, que están golpeando fuertemente al Frente Amplio y lo colocan al borde de perder por primera vez las elecciones uruguayas desde 2004, y los reiterados rumores sobre Evo Morales y su amante, gestora de grandes negocios en Bolivia, confirman la profetizada ola de decencia que comenzó a impactar en este siglo sobre todos los regímenes populistas de la región, condenándolos al tacho de basura de la historia.
Nicolás Maduro
Una excepción, claro, son los terribles acontecimientos que, en cien días, han llevado a la tumba a más de cien jóvenes en las protestas contra Nicolás Maduro, que sigue manteniendo el poder sentado sobre las bayonetas de su ejército y de sus milicias paramilitares. Lamentablemente, la crisis que desangra a Venezuela no parece tener siquiera una imaginable solución, porque el tirano es sólo uno de los miles de bandidos que se reúsan a escuchar el clamor mundial y, si se fugara o muriera, detrás están Diosdado Cabello y cientos de generales poco dispuestos a perder tanto su libertad como las enormes fortunas que han acumulado con el narcotráfico y los pingües negocios que realizan a costa del Estado. La otra, obviamente, es la gerontocracia cubana, sostenida exclusivamente por el cordón umbilical que la une a Caracas y a través del cual fluye el petróleo que los venezolanos pagan con su cotidiana hambruna.
Pero la Argentina sigue dando la nota desafinada en ese concierto regional que tan bien suena. El peronismo se niega a entregar las cabezas de de los máximos exponentes de su corrupción: el Senador Carlos Menem, el Diputado Julio de Vido, el Juez Eduardo Freiler y, por supuesto, la Procuradora General, Alejandra ¡Giles! Carbó, llamada ayer a indagatoria. Muy por el contrario, cierra filas en su defensa y eso es comprensible porque, si esas testas rodaran, resultaría imposible que no arrastraran a muchos más, tal como amenazó el ex Ministro de Planificación cuando creyó que lo abandonarían a su suerte. El PJ adoptó idéntica posición en la resistencia a los fallos judiciales que impiden al Senador Ruperto Godoy continuar integrando el Consejo de la Magistratura por no reunir el elemental requisito de ser abogado.
Y qué decir de la libertad que gozan tantos procesados por delitos no excarcelables, mientras se mantiene en prisión preventiva por décadas a dos mil ancianos, acusados por hechos ocurridos hace cuarenta años, que no corren riesgo de fuga ni, menos aún, poner en peligro la investigación.
Es por eso que los ciudadanos debemos demostrar -y probarnos- que no somos meros eunucos y salir a la calle a exigir a la Justicia, en las personas de ese Consejo y de la Corte Suprema de Justicia, que deje de marearnos la perdiz y cumpla con el deber que la Constitución Nacional le impone. Y debemos hacerlo, como dice el cartel que encabeza esta nota, el 3 de agosto, a las 18:00, en Plaza Lavalle (y frente a las sedes de los tribunales de todo el país), donde tienen su asiento ambos órganos.
Alejandra Gils Carbó
Las consignas y reclamos deben ser concretos y unívocos. Es imprescindible que exijamos al Consejo que deje de ser el mamarracho en que se ha convertido, designe a los jueces que deben cubrir las incontables vacantes en todos los fueros y en todas las instancias, y desplace de una buena vez a los enriquecidos canallas que hoy ejercen magistraturas y venden sus sentencias al mejor postor, mientras pretenden que los ciudadanos nos sometamos a ellas como si provinieran de Dios mismo.
A la Corte, que actúe con independencia e imponga su poder sin dilaciones y sin oportunismo. Y a nuestro inicuo Congreso -ahora un mero aguantadero de delincuentes que se mofan de sus representados- que modifique el Código Procesal Penal de la Nación de modo tal que a cualquier procesado por hechos de corrupción, sea político, funcionario o empresario, se le retiren los fueros y se le deniegue esperar en libertad la sentencia definitiva y, a la vez, que sancione de una buena vez las leyes de responsabilidad empresaria y la caducidad de dominio de los bienes mal habidos.
Porque somos una generación desgraciada, como afirma el Talmud, ya que tenemos jueces que merecen ser juzgados por su corrupción y por su ilegítima militancia política. Y no podemos transmitir esa herencia nefasta a nuestros descendientes; tenemos la obligación de actuar ya mismo para evitarlo y para permitir que nuestro país vuelva a ser una nación orgullosa de de sus valores morales y de su destino, hoy tan marchitos y decadentes.
Bs.As., 15 Jul 17
Enrique Guillermo Avogadro
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 15, 2017