Cuando la obra de Robert Conquest, El Gran Terror, apareció ante los ojos de Occidente, fue como una voz de alarma ante los horrores de las purgas de Josef Stalin. Se trataba de un trabajo apartidista y el más acertado sobre el tema. Esta exploración recorre una odisea de sadismo, locura y muerte propiciada por el Hombre de Hierro de la Unión Soviética. Mucho se ha dicho de las fuentes no-oficiales de las cuales se nutrió Conquest para su trabajo, pero en 1968, cuando aún estaba lejos la revelación de los archivos en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el libro permitió entender que los grandes procesos se insertaban en una lógica de represión de masas, determinada por la ideología y causante de, según sus estimados, más de veinte millones de muertos. Cuando se produjo esa apertura de información, Conquest se encontró con más material para documentar una nueva edición. Allí, no dejó escapar el mínimo detalle incorporando notas y expedientes secretos sobre los tres grandes Juicios de Moscú y las ejecuciones sin pruebas al por mayor.
Un par de días atrás, Mauricio Ortín tuvo la gentileza de enviarme un ejemplar en español, lo que hizo que desempolvara una versión en inglés de mi biblioteca, cuyas páginas no había tocado en mucho tiempo, solo para comprobar que era el relato revisado de 1990. En efecto, de ese se trataba. En el mismo, Conquest fue adhiriendo los resultados de una abundante sovietología, con enmiendas en cuanto al número de víctimas, que llegaban casi a las nueve cifras. La apertura de los archivos en Moscú ha confirmado todas las hipótesis y conclusiones, solo corrigiendo sus cálculos. El gran escritor y pensador Christopher Hitchens, un marxista en su juventud, sostenía a El Gran Terror como el análisis superior del cruel accionar del comunismo en la Rusia soviética.
Agradecimiento a Mauricio Ortín por su notable colaboración y en su indirecto comportamiento, para refrescar mi memoria, ayudar a comprender y obligar a utilizar el pensamiento crítico de una porción confundida de los argentinos de hoy.
EL GRAN TERROR
Cuando la obra de Robert Conquest, El Gran Terror, apareció ante los ojos de Occidente, fue como una voz de alarma ante los horrores de las purgas de Josef Stalin. Se trataba de un trabajo apartidista y el más acertado sobre el tema. Esta exploración recorre una odisea de sadismo, locura y muerte propiciada por el Hombre de Hierro de la Unión Soviética. Mucho se ha dicho de las fuentes no-oficiales de las cuales se nutrió Conquest para su trabajo, pero en 1968, cuando aún estaba lejos la revelación de los archivos en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el libro permitió entender que los grandes procesos se insertaban en una lógica de represión de masas, determinada por la ideología y causante de, según sus estimados, más de veinte millones de muertos. Cuando se produjo esa apertura de información, Conquest se encontró con más material para documentar una nueva edición. Allí, no dejó escapar el mínimo detalle incorporando notas y expedientes secretos sobre los tres grandes Juicios de Moscú y las ejecuciones sin pruebas al por mayor.
Un par de días atrás, Mauricio Ortín tuvo la gentileza de enviarme un ejemplar en español, lo que hizo que desempolvara una versión en inglés de mi biblioteca, cuyas páginas no había tocado en mucho tiempo, solo para comprobar que era el relato revisado de 1990. En efecto, de ese se trataba. En el mismo, Conquest fue adhiriendo los resultados de una abundante sovietología, con enmiendas en cuanto al número de víctimas, que llegaban casi a las nueve cifras. La apertura de los archivos en Moscú ha confirmado todas las hipótesis y conclusiones, solo corrigiendo sus cálculos. El gran escritor y pensador Christopher Hitchens, un marxista en su juventud, sostenía a El Gran Terror como el análisis superior del cruel accionar del comunismo en la Rusia soviética.
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Agradecimiento a Mauricio Ortín por su notable colaboración y en su indirecto comportamiento, para refrescar mi memoria, ayudar a comprender y obligar a utilizar el pensamiento crítico de una porción confundida de los argentinos de hoy.
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Marzo 3, 2017