“Con una Justicia independiente, confiable y rápida, todo será posible; sin ella, nada lo será”.
Hace dos semanas nos arrasaron las lacerantes cifras de pobreza e indigencia. En el imaginario popular, el peor pecado del kirchnerismo fue la corrupción rampante, pero el costo social y económico de esa irrefrenable vocación saqueadora es sideralmente peor y el país deberá soportarlo por décadas. Es cierto que la crisis del 2001 arrastró al abismo a las clases medias y bajas, pero gran parte de esos problemas habían sido conjurados por Jorge Remes Lenicov y Roberto Lavagna para cuando llegó al poder el fundador de la dinastía, Néstor Kirchner, acompañado por los gangsters que habían robado a mansalva en Santa Cruz, y los precios de los productos argentinos volaban (el de la soja, siempre peronista, duplicaba al actual).
Un somero inventario de los más graves daños causados por los canallescos cuatro gobiernos de ese signo, sin duda debe incluir la pérdida del autoabastecimiento energético, la ridiculización del esfuerzo como factor de progreso, la desaparición de la cultura del trabajo, el aprovechamiento político de la “cuareterna” con la consecuente matanza de empresas, los muertos por Covid causados por la bastarda manipulación de vacunas por motivos ideológicos y crematísticos, la pauperización generalizada, la destrucción de la educación pública, la inviabilidad del sistema jubilatorio, la nefasta indefensión del país, la salvaje degradación de la seguridad ciudadana, la desmadrada inmigración, la supresión de la movilidad social ascendente, la penetración del narcotráfico internacional, el colapso de la infraestructura, el retorno de inflación, etc. Y todo eso sin olvidar la firma del pacto con Irán y el asesinato de Alberto Nisman ni la colonización de la Justicia para buscar esa repugnante impunidad que aún subsiste, vaya uno a saber en razón de qué acuerdo espurio.
En materia de energía, el propósito inicial fue robar YPF y la herramienta fue el congelamiento de los precios de producción. Luego, ante la escasez derivada, generó un negocio, la importación de gas licuado, fuente de nuevo latrocinios. Las consecuencias de todo eso, en particular la re-estatización de la petrolera, han derivado en monumentales condenas por US$ 37.500 millones, que deberemos pagar por generaciones.
Para consolidar el bastión electoral del Conurbano bonaerense, lo llenó de inmigrantes pobres a los cuales les entregó documentos argentinos para que pudieran votar y les permitió la ocupación de tierras fiscales y privadas, suministrándoles gratuitamente electricidad, aunque se tratara de viviendas de lata, sin agua potable ni cloacas. Sus habitantes pasaron de hacer planes para tener hijos a hacer hijos para tener planes sociales, que distribuyó sin control, administrados por los gerentes de la pobreza que tanto han lucrado con ello. En lugar de procurar que todos tuvieran salarios que les permitiera pagar el transporte, el agua y la energía que consumían, congeló las tarifas hasta convertirlas en ridículas, y cubrió el déficit con emisión monetaria; el despilfarro se transformó en una norma para todas las clases sociales y ahora, cuando ya no tenemos de dónde sacar dinero para seguir en esa fiesta, nos duele pagar las consecuencias de esa demencial política.
En nombre de una teórica igualdad, entregó el diseño y la implementación de la educación pública a Roberto Baradel y sus cómplices que, amén de transformar a los chicos en rehenes, la han destruido hasta los cimientos. Con la monumental proliferación de pseudo-universidades en el Conurbano bonaerense, otra fuente de oscuros negocios, donde 7 de cada 10 chicos no termina el secundario y, cuando lo hacen, no comprenden los textos, acabó por perfeccionar ese estrafalario y demoníaco modelo de postergación social. Y con la incorporación de cuatro millones de personas sin aportes, demolió la ecuación que daba sustento al sistema previsional: hoy, por cada jubilado, sólo hay 1,4 trabajador registrado. Por si fuera poco, incautó los fondos de las AFJP que, en Chile, por ejemplo, tanto contribuyeron a financiar el desarrollo del país.
La defensa territorial y la vigilancia eficiente de las fronteras fueron las primeras víctimas de proyecto kirchnerista. Como no pudo cooptarlas al mejor estilo chavista, desfinanció a las fuerzas armadas y empujó sus salarios por debajo de la línea de pobreza, mientras impedía a las fuerzas de seguridad (policías, Gendarmería y Prefectura Naval) cumplir con sus objetivos específicos de vigilar las fronteras terrestres, fluviales y marítimas para facilitar la pesca ilegal, el contrabando y el tráfico de personas y estupefacientes, todas lucrativas actividades a las cuales los Kirchner estuvieron (seguramente, aún lo están) asociados.
Estas calamidades podrán repetirse si la Justicia no cumple su esencial rol y resuelve, de una buena vez, tantas causas penales en curso. La inicua y tan sospechosa insistencia en designar a Ariel Lijo a la Corte conspira claramente contra ese objetivo, en especial porque subsistirá la desconfianza de los inversores, propios y ajenos. ¿Se vinculará a esa postulación la rara conducta de la Cámara de Casación, que debe decidir sobre la condena a Cristina Fernández en la causa Vialidad, al avisar que emitirá su fallo recién el 13 de noviembre? ¿Se deberá a ese plazo el acelerón del Gobierno en el trámite de la candidatura?
Como sociedad, debemos estar muy alertas para evitar que un traspiés de Javier Milei, habilite el regreso del kirchnerismo exterminador, como sucedió en 2019, con las terribles consecuencias que todos conocemos.
Hagamos una proyección benevolente, supongamos que se ganan las elecciones de medio término, supongamos que también se ganan las presidenciales del 2023. Un fulano parecido a Macri- porque no hay nadie en la oposición que salga del molde de mediocridad, buena voluntad, estupidez y cobardía al que Cambiemos nos acostumbró en el cuatrienio 2015- 2019- se hace cargo del gobierno y pretende comenzar a gobernar.
No nos engañemos como se engañaron en el 2015; estamos tan en el fondo, no solo económico y social sino también moral, que para sacar a flote la república se debería hacer un ajuste total e impiadoso. Es imposible que Argentina siga con un sistema político que, por inepcia y corrupción, ha devaluado el peso argentino en un 97,6% en treinta años.
Este ajuste total no debería quedar solo encasillado en lo económico, de la misma manera que hay que ajustar la economía, es menester, también, encarar una reforma institucional completa, dela misma manera que se debe reformar la educación que se ha convertido en un aguantadero ideológico donde se pretende “educar”, en la protesta revolucionaria a los hijos de los argentinos.
Pero tan importante como esto, es la necesidad de ajustar la mentalidad de los argentinos, mentalidad infectada por la convicción que no es necesario trabajar para sobrevivir ya que “papa estado” se encargará porque los han convencidos que la leche y la carne la produce un supermercado, porque creen que afirmar la nacionalidad es comprar caro aparatos electrónicos de dudosa calidad, porque se han tomado en serio el cuento de: “… y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, teoría que nadie en el mundo practica, pero que ha servido para que los argentinos paguemos los estudios, los tratamientos e inclusive jubilaciones de una multitud de “hermanos de la patria grande” que han sabido aprovechar la gratuidad de estudios o de tratamientos médicos que, pese a estar quebrada, aun ofrece la república Argentina.
Bien, José Cambio ha ganado las elecciones del 2023, y quiere poner en práctica todos los cambios que es necesario hacer en la república. No hay que tener una bola de cristal para saber que la ciudad de Buenos Aires será asolada mañana, tarde y noche por manifestaciones y piquetes, que cuando se quiera hacer una reforma laboral el congreso terminará tapado bajo una montaña de piedras, que si se quiere mejorar la educación Baradel decretará un paro eterno y que los movimiento sociales del “pobrismo” vaticano se encargarán de subvertir toda idea de orden en la república.
Realmente, ¿hay alguien que crea posible la reforma de todos aquellos problemas de la república en democracia?, ¿aún creen que el tener un 45, 48, 53% en las urnas les garantizará el éxito de lo que quieren hacer?, ¿son tan ciegos que siquiera piensan que, con Moyano, Baradel, Grabois, Daer- solo por nombrar a unos pocos- se puede dialogar?
No, imposible, si no vemos esto es porque el fracaso nos seduce, porque el miedo a ser políticamente incorrectos nos abruma, porque hacerle caso a aquello de: “tomar el toro por las astas” es demasiado para nuestra pavura.
Los antes mencionados, que no son solo esos cuatro, podríamos hablar de cien como ellos, no van a permitir ninguna solución para la Argentina. Esa Argentina soñada significa para ellos el fin de sus negociados. Los que queremos un país en serio, no ya para nosotros- no lo veremos por una cuestión etaria- sino para nuestros hijos y nietos, no podemos ser tan estúpidos de creernos el cuento que cualquier problema se soluciona con más democracia. Que el verso mal rimado que escuchamos desde 1983 no nos siga doliendo en los oídos. Para conseguir la república que anhelamos, la democracia es un lastre, porque no son las urnas la que eliminan a parásitos y ladrones…, esto se consigue de otra manera.
Soy una persona medianamente culta, del montón nomás, no soy una mente brillante ni un politólogo de renombre, tengo algo de cultura general aprendida e inculcada en los colegios a los que me mandaron mis padres los cuales reforzaban la educación, el respeto al prójimo y a la autoridad, las buenas costumbres y el orden que uno mamaba en casa. Los profesores eran excelentes y conocían perfectamente el arte de enseñar y como personas cumplían con creces lo que el cargo les demandaba. Hoy día, dichos colegios han sido reemplazados por fuentes de trabajo y adoctrinamiento masivo con la especialidad en libertinaje y anarquía, los profesores y maestros en su gran mayoría, salvo honrosas excepciones, han sido reemplazados por androides quienes son programados con planes de estudios impartidos por los distintos ministerios, y todo esto se fue al carajo. Los grandes responsables de la debacle de la educación son personajes de la calaña de Filmus, Baradel y cuanto ministro, sindicalista y populista anda dando vuelta sobre este noble territorio al mejor estilo Gramsci y digo noble territorio y no noble Patria, pues Patria abarca también todo lo que está “arriba” y sobre eso que está “arriba”, es precisamente el motivo de esta catarsis.
Nuestro querido país, está viviendo desde hace muchos años una degradación política, social, económica, moral, cultural y educacional que el mismo Nicolás Maquiavelo sentiría que “se quedó corto” en eso de que el “fin justifica los medios” y quienes nos gobernaron, nos gobiernan y al paso que vamos nos gobernarán, se encargan de cumplir a rajatabla.
En política parecería que todo es válido, ya no importa la decencia, los valores, la trayectoria, la excelencia, nada de esto es imprescindible para ocupar un cargo público o una banca en la legislatura. Hoy un prontuario pareciera tener más peso que un curriculum vitae, teniendo en cuenta que delincuentes comunes y no tan comunes se autodenominan presos políticos y se postulan a distintas candidaturas desde sus lugares de detención. La realidad supera a la ficción.
Quienes destruyeron sistemáticamente la economía, instituciones y organismos del estado, resurgen de las cenizas como el Ave Phenix, autoproclamándose salvadores de la patria. Que alguien me explique cómo puede ser que quienes gobernaron a La Argentina tantos años, sumiéndola en una crisis económica, social y financiera sin precedentes hoy tengan las herramientas para solucionar todos los problemas. Si saben y tienen los medios para hacerlo, ¿por qué carajo no lo hicieron antes? Se ve que la Patria poco les importa, para estos crápulas lo único que les interesa es el poder, para seguir incubando generaciones de pobres, incultos y analfabestias quienes son los que les generan pingües ganancias.
El oficialismo también aporta lo suyo. Para ganar popularidad se ha vuelto populista, valga la redundancia, pero con el populismo se nace, es algo que se lleva en la sangre y cuando alguien se quiere transformar en populista sin serlo, las cosas le salen como el culo (cualquier parecido con la realidad NO es mera coincidencia) El ser hijo de uno de los empresarios más ricos de la Argentina, el haber estudiado en los mejores colegios y universidades no lo capacita para ser populista. El Che Guevara, pese a haber pertenecido a una familia de muy buena posición social, nació populista. Eso marca la diferencia entre ser y parecer, al populista le creen, al que se hace pasar por populista, NO. Populistas son los peronchos, esos si que saben de populismo y manejan las masas como les enseñó el General. El resto es pura cháchara. Aclaro que no comulgo con las ideas del General y menos del asesino serial. Todo lo contrario.
Una de las perversidades a la que mas nos someten los gobiernos, es el estado súper dimensionados que tenemos que mantener entre todos los que estamos dentro del sistema. La cofradía política no quiere ajustarse en nada ni dimensionar el estado de acuerdo a las necesidades del país, solo piensan en “salvarse” ellos y varias generaciones que los sucederán. El gasto de la política está desmadrado y en la campaña electoral para las próximas elecciones, ningún partido habla de achicar el gasto público. Los planes sociales como son usados políticamente, nadie tiene la intención de reducirlos y generar trabajo, todo lo contrario, cada vez abundan más. Resumiendo: la cultura del trabajo se esfumó gracias a la política.
Nada es gratis para los ciudadanos de a pié, esta fiesta política la tenemos que pagar entre todos los que estamos dentro del sistema. Para conseguir estos fondos el estado puso a la AFIP a “cazar en el zoológico”. El argentino medio tributa el 52% de sus ingresos, es decir que desde el 1 de enero el hasta el 5 de julio se trabaja para el estado, para mantener ese elefante blanco lleno de políticos inútiles e inescrupulosos, piqueteros que cobran planes por no hacer un carajo y además hacen piquetes con cortes de calles y rutas haciéndonos la vida imposible. Este 52% no sería un porcentaje descabellado si el estado proveyera de una buena educación pública, una buena asistencia de salud, rutas y autopistas acorde a lo que se tributa, seguridad, etc., etc., etc., pero nada esto ocurre, todo lo que proviene del estado funciona como el culo por lo que tenemos que mandar a nuestros hijos a colegios privados para no estar a merced de Baradel y sus secuaces, tenemos una prepaga que nos exprime como un limón en un gin tonic porque ya sabemos lo que es caer en un hospital de estado (hay excepciones), tenemos que ir por autopistas caras y malas (Illia: hora pico $ 35 por hacer poco mas de 5 km. ¡Carísima!, es decir como dijo alguien, pagamos impuestos como un país nórdico y recibimos servicios como un país africano (Exceptuamos a Sudáfrica)
A propósito de la AFIP, los boludos que la gestionan y crean los sistemas informáticos se contradicen y fomentan la economía en “negro”. Estos días me tocó vivir en carne propia un situación generada por una mala gestión de una profesional, no importa el motivo, pero el asunto es que tenía que pagar un VEP (volante de pago electrónico) generado en mi cuenta corriente del Banco de la Pcia de Bs. As., pero la AFIP me impedía recibir plata en mi cuenta ya que había un pedido de embargo sobre los fondos. En la Delegación Necochea no sabían de que manera podía pagar el VEP sin poder recibir fondos en mi cuenta corriente. Solución: me hice generar el VEP en una cuenta de otra persona y el dinero para pagarlo lo generé SIN FACTURA OFICIAL. Que cada uno saque sus propias conclusiones. Yo ya las saqué.
Estamos viviendo situaciones difíciles como sociedad, la pérdida de valores se hace cada vez más notoria y acentuada, la vida de un delincuente vale mas que la de un ciudadano decente condenado a muerte potencialmente por el hampa, de cuya protección se encarga el Poder Judicial, nada más evidente que esto gracias a la teoría zaffaroniana de abolir definitivamente el derecho penal.
Hablando de condena a muerte, es evidente que ya está implementada aunque a una gran parte de la boluda sociedad que tenemos se le pongan los pelos de punta con solo mencionarla. Argumento esto con el calvario que están viviendo los integrantes de las FF.AA, de Seguridad, ex funcionarios de los gobiernos de factos y demás personas involucradas en la guerra antisubversiva la que nos salvó de ser una Cuba ó Venezuela hoy tan criticadas por el mismo oficialismo. Quienes pelearon por nuestra libertad hoy han perdido la suya y hasta la vida, sufriendo el oprobio más injusto e indignante que cualquier demócrata se avergonzaría que estuviese pasando en su gobierno. Por supuesto que hablo de demócratas en serio, los nuestros se dicen demócratas solo porque los votan, eso no es suficiente, como dijo Julio María Sanguinetti, “Argentina y Uruguay confunden democracia con electoralismo”, nada mas acertado que eso. Estos son los verdaderos presos políticos, no los delincuentes kirchneristas que saquearon, no solamente las arcas del estado sino también saquearon el futuro de muchos argentinos de bien que creyeron y apostaron en el país. Esos delincuentes hoy viven en celdas VIP y con la atención médica y social que les otorga el Poder Judicial y obliga a cumplir a los encargados de su custodia. En cambio, los otros presos, los “represores, torturadores y violadores de los derechos humanos” quienes fueron obligados a defender la Patria de un ataque por parte de la URSS y su satélite Cuba, hoy se mueren en las mazmorras del estado sin la atención médica debida, en condiciones deplorables de detención y lo peor de todo es que han sido juzgados en muchos casos por terroristas a quienes combatieron y fueron sus enemigos en la guerra y hoy avenidos en jueces “demócratas” y que está a la vista de todos su sed de venganza. De otra manera no se entiende. Cuando escucho hablar de derechos humanos, pienso que se están comiendo al caníbal. Es por todo esto que me enerva ver a Macri acompañar a delegaciones oficiales extranjeras a rendir homenaje a quienes pretendían quedarse con nuestra libertad en el Parque de la Memoria Tuerta, entre quienes está Roberto Santucho, el mismo que pretendía asesinar a mas de un millón de argentinos para instaurar la “patria socialista”. No me cabe duda que en ese millón de personas estaría incluido el señor Franco Macri y probablemente su hijo, quien hoy nos gobierna. ¿Qué necesidad había de llevar a los All Blacks a la ex ESMA? ¿Por qué los llevaron a visitar las cárceles del pueblo donde la guerrilla detenía, torturaba y asesinaba a militares y empresarios? Me refiero puntualmente al Tte Gral Aramburu, al Tte. Cnl. Larrabure, a Oberdan Sallustro, et., etc.
Siguiendo con el tema de la sentencia a muerte, veo con honda preocupación como se condena a muerte a inocentes sin derecho a un juicio justo y por algo que ellos no tienen la culpa. Me refiero precisamente a la despenalización del aborto. Ahora la irresponsabilidad de una noche de placer se soluciona matando a una criatura inocente. Pasa lo mismo con una violación, que culpa tiene esa personita engendrada si el padre es un violador y que probablemente esté en libertad por esa teoría de Zaffaroni. En lugar de castigar al delincuente el cual debería estar castrado o por menos en cana, se asesina un individuo inocente sin derecho a una legítima defensa. Todo esto sin entrar en un plano religioso, soy católico y por supuesto estoy en contra del aborto, solamente me apoyo en el primer derecho natural: EL DERECHO A LA VIDA.
Para terminar me tomo el atrevimiento de corregir nada menos que a Jorge Luis Borges: Los incorregibles no son solo los peronistas, incorregibles son todos los argentinos
“Es la práctica de todos los tiranos apoyarse en un sentimiento
natural, pero irreflexivo de los pueblos para dominarlos”.
Domingo F. Sarmiento
El jueves por la mañana, al difundirse la noticia del crimen que costó la vida a Miguel Yadón e hirió gravemente al Diputado Héctor Olivares, la Argentina se paralizó de susto. Con razón, creyó que había regresado la violencia política, en especial en medio de una campaña electoral que ya está lanzada, aún cuando se deba esperar hasta el 22 de junio para que se confirme, oficialmente, quiénes serán los candidatos presidenciales en octubre. Cuando trascendió un motivo personal para el terrible suceso, un triste respiro de alivio recorrió el país entero.
Por la noche, Cristina Fernández presentó en la Feria del Libro su ópera prima, en medio de un acto que transformó el evento más grande de la literatura de Sudamérica en un bastardo acto partidario.
Amerita pensar a qué género pertenece ese verdadero adefesio al que tituló “Sinceramente”. Porque, a poco que se interna uno en la obra, descubre que, más allá de su ramplona sensiblería personal y familiar y su falta de calidad -se percibe que fue dictado, y está lleno de errores y mentiras-, no se trata de un trabajo biográfico, histórico o político; en realidad, ni siquiera humorístico.
La lista de los impresentables asistentes (la Policía se hubiera podido llevar presos a muchos) permitió confirmar, con la presencia de Hugo Yatski y Roberto Baradell, sumadas a las recientes definiciones desestabilizadoras de Pablo Micheli, cuáles son los reales objetivos de los paros y movilizaciones con las que la CTA nos tortura a diario y de las huelgas salvajes de los maestros de la Provincia de Buenos Aires.
La primera sorpresa llegó cuando invocó, como modelo a seguir, a José Ber Gelbard, ex Ministro de Economía y conspicuo miembro del Partido Comunista, que nombró, nada menos que como Director de Precios, a Roberto Lavagna. La ex Presidente, injusta pero seductoramente, agradeció a éste habernos sacado de la crisis del 2001, cuando fue Jorge Remes Lenicov quien lo logró. Las medidas dirigistas que Gelbard adoptó desde los gabinetes de Héctor Cámpora, Raúl Lastiri y Juan Domingo Perón, tendientes a implantar una economía planificada al mejor estilo soviético, desembocaron, sin escalas, en el “rodrigazo” de 1975, que destruyó el salario, la moneda y todas las variables económicas.
La segunda, por cierto superior, llegó cuando ponderó la gestión de Donald Trump y recomendó a los actuales funcionarios argentinos que lo imitaran. Ignoro si hablaba de su posición respecto a la inmigración y su apetecido un muro fronterizo, a la guerra comercial con China, a la denuncia de los tratados climáticos, comerciales y atómicos, o a su vocación para encontrar una salida, quizás militar, a la trágica crisis venezolana. Loss más cercanos adláteres de Cristina, a pesar de sus comprobadas violaciones de los derechos humanos, siguen apoyando en la calle y con violencia al asesino Nicolás Maduro, que privilegia su relación con la ex Presidente; sin embargo, ella ni siquiera mencionó ese feroz drama humanitario en su discurso.
Lo que no constituyó algo novedoso fue la propuesta de firmar un nuevo “contrato social” al mejor estilo del fascismo italiano, o sea, modificar la constitución para suprimir el Poder Judicial del terceto constitucional y transformarlo en una dependencia del Ejecutivo, con todo lo que ello implica en materia de libre persecución a la oposición (“al enemigo ni justicia”) e impunidad total a los propios, incluida ella misma y su familia, para reintegrar a la Argentina al mundo del tan exitoso “socialismo del siglo XXI”. Sería interesante descubrir por qué no hay argentinos -salvo Florencia Kirchner- radicándose en Cuba o Venezuela, que viven bajo esos regímenes que dicen tanto admirar.
Como sostiene desde hace tiempo Alejandro Boreinsztein en su fantástica columna dominical de Clarín, ni Jaime Durán Barba podría haber imaginado un mejor aporte a la campaña de Mauricio Macri: el kirchnerismo en estado puro, pero disfrazado de vegano, se exhibió sin vergüenza y de explicitar sin ambages qué haría si pudiera ganar las elecciones.
Así, las opciones para octubre están claras: república y libertad, aún con dificultades económicas y deficiencias institucionales, o populismo autócrata y tiranía. Quienes esquilmaron al país hasta la extenuación, quienes engañaron a los más pobres con limosnas de subsidios y tarifas mientras comprobadamente se robaban todos los recursos públicos, aspiran a volver, para “venir por todo” lo poco que queda.
Mauricio Macri, como ya todos sabemos, no es un estadista o siquiera ideal como Presidente, pero nos garantiza que no se perseguirá a nadie por sus opiniones ni ideas (lo demostró durante más de tres años con su insensata permisibilidad ante el “club del helicóptero”), cuenta con un enorme respaldo internacional y nos ha reinsertado en el mundo; y nos permitirá, si triunfa, enterrar definitivamente al kirchnerismo, ese tumor maligno que, con nuestra recurrente tendencia al suicidio, nos supimos dar durante doce terribles años.
Tenemos ante nosotros una opción de hierro: pasado o futuro. Quiera Dios iluminarnos.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003 Cel. en Brasil (+5521) 8128 7896 E.mail: ega1@avogadro.com.ar E.mail: ega1avogadro@gmail.com Site: www.avogadro.com.ar Blog: http://egavogadro.blogspot.com Skype: ega1avogadro Facebook: enrique guillermo avogadro Twitter: @egavogadro
Los argentinos deberíamos preguntarnos cuál fue la causa de que nos convirtiéramos en un país tan, pero tan distinto a todos nuestros vecinos. Los procesos políticos y económicos por los que ellos atravesaron fueron muy similares y casi contemporáneos con los nuestros y, sin embargo, salieron de ellos fortalecidos y pujantes. Basta con trasladarse a Chile, a Uruguay, a Perú, a Ecuador, a Colombia, a Brasil, a Paraguay, para comprobar la enorme diferencia que existe en el crecimiento de sus sociedades, con todos los beneficios que eso trae aparejado, con el suicidio colectivo que hemos cometido. Basta con recorrer las calles de Santiago, de Lima, de Bogotá, de San Pablo o de Asunción para comprobar a qué me refiero; y no hay que olvidar que muchas de ellas sufrieron catástrofes naturales verdaderamente descomunales.
Todos los latinoamericanos vivimos distintas formas de democracia, algunas más autoritarias que otras, regímenes militares, luchas antisubversivas, narcotráfico, algunas guerras focalizadas, renovados procesos democráticos, ondas privatizadoras de empresas del Estado, progresismos de izquierda, falsos o sinceros; sin embargo, el resultado final ha sido totalmente diferente.
En todos esos países ha habido hechos de corrupción, algunos siderales, como es el caso de Odebrecht, el llamado Lava-Jato, que ha llevado a la cárcel nada menos que a Luiz Inácio Lula da Silva y a decenas de muy importantes empresarios y políticos; los coletazos de ese escándalo costaron la Presidencia a Pedro Kuczynki en el Perú, y manchó las gestiones de Juan Manuel Santos, en Colombia, y de Danilo Medina, en República Dominicana, y está llegando a la Argentina de la mano del acuerdo que finalmente firmó la Procuración General, que permitirá a los fiscales hacerse con las confesiones de los arrepentidos brasileños. Hasta en Chile y Uruguay, considerados verdaderos templos de honestidad, se produjeron episodios de este tipo, aunque en una dimensión que aquí resultaría casi cómica: un hijo de Michelle Bachelet fue acusado de utilizar sus vinculaciones para obtener un préstamo, y el hijo del fundador de Tupamaros, Raúl Sendic, fue despedido como Vicepresidente por utilizar su tarjeta de crédito oficial para gastos privados.
Los ya famosos cuadernos de Oscar Centeno son un escándalo, pero lo interesante es ahora analizar todo el resto. En esos registros faltan áreas en las que la familia robó sin límite alguno. No figuran la importación de gas licuado, las coimas de Skanska, la participación de los Ezkenazi en YPF, las “compras” de trenes chatarra, los negocios con Hugo Chávez y las otras valijas de Guido Antonini Wilson, las transferencias de empresas a manos amigas, los millones pagados en consultorías (vgr., el “tren bala”), los subsidios al transporte público, el “dólar futuro”, las cuentas en las Seychelles, los Sueños Compartidos, la Tupac Amaru de Milagro Salas, la proliferación del juego, Fútbol para Todos, la efedrina, los medicamentos truchos y, sobre todo, la sociedad con los carteles de la droga, con la “Morsa” como mero gerente.
Todas las entregas de dinero que describió Centeno se transformaban en sobreprecios de la obra pública; o sea, en delitos de cohecho -coimas- que tienen previstas penas mucho mayores a los aportes ilegales de campaña, como pretenden ahora disfrazarlas los “arrepentidos”. La corrupción es un tango que se baila de a dos, y aquí hubo empresarios que pagaron, para obtener contratos, a los funcionarios que los firmaban y, por eso todos, todos, tienen que ir presos; al menos por ahora, no hay inocentes extorsionados sino delincuentes de guante blanco que, de un lado y otro del mostrador, arrasaron con el país.
Centeno fue sólo uno de los muchísimos conductores de autos y pilotos de aviones que servían a los funcionarios del gobierno de entonces y que, con seguridad, tenían también funciones como transportadores de caudales; ¿los interrogarán los jueces? ¿A cuántos y a cuáles de los miles de estudios jurídico-contable que prestan en el mundo los mismos servicios que Mossak-Fonseca habrán recurrido Cristina Elisabet Fernández y sus cómplices para llevarse sus fortunas al exterior, como hizo Daniel Muñoz con sus US$ 60 MM en propiedades en Estados Unidos?
Todos sabíamos, y Leonardo Fariña, Federico Elaskar, Oscar Centeno y las cajas de seguridad de Florencia Kirchner se ocuparon de confirmarlo, que a don Néstor le gustaba tanto el efectivo que se sentía en éxtasis con sólo contemplar una caja fuerte, y que sus preferidos eran los billetes de ? 500; cuando murió, seguramente su viuda se encontró con montañas de pesadas bolsas con esos papeles, que nunca fueron localizados pese a los denodados esfuerzos perforadores del Fiscal Guillermo Marijuán.
En la medida en que siempre aclaré que era sólo un ejercicio de imaginación, puedo permitirme recordar dos notas que escribí en 2012: “La gata de Angola” (https://tinyurl.com/y7pdohwl) y “¿Son eternos los diamantes?” (https://tinyurl.com/y7tnll6x). ¿Habrá llevado el buque fletado por Guillermo Moreno, que transportó la cosechadora trucha, la vaca campeona y los pollos que aleteaban, también algunos contenedores con esos billetes, para canjearlos en África por piedras brillantes?
Las remezones del terremoto que provocaron los cuadernos continuarán tiempo porque, aún cuando haya demasiados interesados en que el tema no escale, el hecho de que “La Nación” los tuviera dos meses antes de presentarlos a la Justicia, garantiza que les resultará imposible enterrarlos.
Entonces, la pregunta que formuláramos muchos desde hace tiempo recobra actualidad: ¿estamos verdaderamente los argentinos dispuestos a pagar, por la limpieza de tanta inmundicia, el costo económico y social que significaron los procesos Mani Pulite y Lava Jato? Ese precio, traducido en un encarecimiento del “riesgo país”, en la pérdida de valor de las acciones de empresas y en la devaluación del peso, ya nos está siendo cobrado, y el mundo ha comenzado a dificultar el financiamiento público y privado.
Pero tampoco hay alternativa a esa limpieza, porque el mundo nos percibe como una sociedad esencialmente corrupta, y eso incrementa brutalmente todos nuestros costos. Si Lilita Carrió tuvo razón cuando dijo que, en esos trágicos doce años y medio, los Kirchner robaron el equivalente a un PBI, y es hartamente probable que así haya sido y aún más, porque no dejaron nicho estatal sin saquear, esos aproximadamente US$ 550 MMM resulta una cifra tan monstruosa que debemos compararla con la deuda externa, el 30% de pobres, la insoportable presión impositiva, la pérdida del autoabastecimiento energético, las escuelas y hospitales faltantes, la desnutrición infantil, la destruida infraestructura vial, portuaria y ferroviaria, nuestra indefensión militar, la insolvencia del sistema previsional, la falta de crecimiento económico, la inflación galopante, la escasez de divisas.
Es por eso que cuesta explicarnos por qué la jefa de tamaña asociación ilícita sigue en libertad, protegida por el H° Aguantadero, y manteniendo un 25% de aprobación entre quienes son, precisamente, los mayores perjudicados por su corrupción. La respuesta sólo podemos encontrarla en la buscada -y obtenida- destrucción de la educación pública, que aún hoy, cuando ya han pasado casi tres años desde que dejó el poder, continúa encarnada en Roberto Baradel, que cada día quita un ladrillo de los cimientos culturales de las futuras generaciones.
El jueves, en La Nación, Ricardo Esteves publicó una nota en la que sostuvo que estamos ante la oportunidad de optar por el camino que siguió Chile o el que eligió la dupla Chávez-Maduro en Venezuela; por supuesto, coincido con él. El lema de Cambiemos es “¡Sí, se puede!”; ¿se podrá?
Tal como era previsible, aún en medio de su absoluta soledad gremial y política, la convocatoria de Hugo Moyano tuvo el miércoles éxito en materia de público; si bien es cierto que, como siempre, muchos de los concurrentes fueron arreados y transportados como ganado, también lo es que la disciplinada izquierda prestó asistencia perfecta y lo mismo hicieron La Cámpora y el trotskismo, así como gran parte de ambas CTA y los movimientos sociales, algunos con fuerte respaldo papal.
De cara a la sociedad en su conjunto, el Gobierno no pudo pedir nada más: ver, juntos y por televisión, a los personajes más repudiados de su historia, fue el premio final de un día agitado. Roberto Baradel, Máximo Kirchner, Anímal Fernández, Hebe de Bonafini, Raúl Zaffaroni, Pablo Moyano, Hugo Yatski y varios más fueron la frutilla de ese postre.
Me llamó la atención lo breve del acto y la rapidez de la desconcentración; atribuí ambos hechos al pánico a que los bárbaros de siempre se desmadraran, ya que hubiera sido el propio Moyano quien hubiera debido afrontar la factura, al menos la política. Agradezco, entonces, que haya sido así y que fueran los mismos camioneros quienes ejercieron un férreo control sobre los miles de personas que allí se encontraron.
Pero la alianza que se pretendió formar en la calle estaba sólo unida por el visceral rechazo a la gestión de Mauricio Macri y por el espanto que genera en el artífice de la marcha la alta probabilidad de terminar preso, conjuntamente con su actual mujer y los hijos que cada uno engendrara; tanto fue así, que Moyano llevó al escenario a su abogado defensor -el ex Juez Daniel LLermanos- y la arenga del camionero sólo se refirió a sus problemas judiciales y al blindaje que pretendía obtener ese día contra el avance de los jueces y de la AFIP.
Y, como no podía ser menos, ello condujo a un final anunciado: el mismo jueves, el día después de la embarazosa concepción, la izquierda tomó la píldora abortiva y el imaginado feto dejó de existir; rápidamente, salió a criticar la postura del jefe sindical y a desmarcarse del atribuido rol de barrera humana en defensa de un ladrón. El propio Moyano tiró la toalla y, con su elaborado estilo, pidió que el Presidente lo recibiera, pero la Casa Rosada rechazó cualquier tentativa al respecto.
Por su parte, contribuyó mucho a ahondar las diferencias entre los participantes de la marcha la contemporánea difusión de nuevos y más complicados audios de conversaciones de Cristina Elisabet Fernández con su ex Secretario General, Oscar Pelotudo Parrilli. A partir de ellas, resultará harto difícil, por no decir imposible, construir la unidad con la que soñaban Víctor Santamaría, Alberto Fernández, Daniel Filmus, Agustín Rossi, Felipe Solá, Daniel Arroyo y Fernando Chino Navarro y algunos intendentes kirchneristas del Conurbano.
Es que, sin dejar dudas acerca de su pensamiento más profundo, la “noble viuda” -la piedra basal sobre la cual pretendían erigir esa nueva “iglesia” cívica, por ser la única capaz de reunir un caudal de votos significativo en todo ese universo- expresó en ellos su más absoluto desprecio por el Justicialismo y todo lo que significa en el imaginario popular. ¿Qué dirán ahora aquéllos que, hace sólo veinte días, exhibían la absurda fotografía de tantos peronismos diferentes como un trofeo?
También es cierto que, a medida en que crezca la certeza de tener que transitar cuatro años más por el desierto, es decir, si Mauricio Macri fuera reelecto en 2019, el PJ seguramente intentará hacer de las suyas, como lo hizo en 1989 y en 2001, para no remontarme más atrás en el tiempo. Y en esas “suyas” el rol de Moyano volverá a ser protagónico (si no está tras las rejas para entonces), ya que con sus camiones puede complicar la vida a todos los ciudadanos y, por ende, al propio Gobierno.
Porque, recordemos, Cambiemos no tiene, ni tendrá hasta entonces, mayoría en ninguna de las cámaras del Congreso y, aún así y en medio de la tempestad económica que le legó la criminal y corrupta gestión kirchnerista, contra todos los pronósticos conserva firmemente el timón en sus manos. Si el Presidente renovara su mandato, ese triunfo sería acompañado con una gran cantidad de nuevos legisladores propios, que facilitarán su gestión.
Si, para entonces, Macri hubiera conseguido encausar a la Justicia en una senda de seriedad, independencia y celeridad, los inversores propios y foráneos estarán más que dispuestos a traer sus capitales a la Argentina y, con ellos, el crecimiento se fortalecerá y la incidencia de la deuda externa, medida como porcentaje del PBI se reducirá en forma notable.
Como no podía ser menos, el título de esta nota también alude al revivido debate acerca de la legalización del aborto, que será reclamado por muchas energúmenas el 8 de marzo próximo; serán las mismas que atacan con pintadas y excrementos los templos católicos, incluyendo la Catedral de Buenos Aires, cada vez que se reúnen. Nicolás Márquez publicó en Infobae esta semana una medular nota, en la que destrozó literalmente las cifras de abortos ilegales y de muertes que se esgrimen para justificar el disparate.
Cambiemos ha dejado en manos de la conciencia de sus legisladores el voto de cada uno cuando el proyecto nuevamente -hoy supe que la primera vez fue en 1902- sea tratado en el Congreso. Será este año otro tema que ocupará muchísimas páginas en los medios de comunicación; por mi parte, adelanto que estoy en contra de su aprobación, porque se trataría, lisa y llanamente, de legalizar el asesinato.
Por último, me referiré a las enormes críticas que recibe la gestión económica del Gobierno desde su propio costado ideológico, es decir, fuego amigo. Ayer, mi querido José Luis Espert hizo, en una magnífica nota publicada en La Nación, una certera vivisección de la situación caótica en que se encuentran hoy todos los indicadores y enfatizó que el principal problema, del cual derivan casi todos los demás, es la enorme magnitud del gasto público y la creciente presión impositiva destinada a solventarlo parcialmente. Coincido, pero no encuentro en ninguno de los economistas que recomiendan posturas más rígidas y menos gradualistas una receta política y socialmente viable para acelerar el cronograma que proponen Mario Quintana, Gustavo Lopetegui, Nicolás Dujovne y Federico Sturzenegger.
Más del ochenta por ciento del gasto se va en salarios de la administración pública que, como todos sabemos, fue colonizada durante el kirchnerismo con un millón de nuevos empleados, amén de encarnar una burocracia innecesaria, ineficiente y, en muchos casos, corrupta. Pero, ¿cómo solucionarlo de un solo tajo?; ¿debemos mandar ya mismo a todos ellos a la calle, para engrosar la lista de los desocupados?; ¿quién podría conservar la gobernabilidad con una medida de ese tipo? Sobre todo, ¿estaría la sociedad que conformamos, siempre tan hipócrita y enferma de populismo, dispuesta a soportarla?
Bs.As., 24 Feb 18
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003 Cel. en Brasil (+5521) 8128 7896 E.mail: ega1@avogadro.com.ar E.mail: ega1avogadro@gmail.com Site: www.avogadro.com.ar Blog: http://egavogadro.blogspot.com Skype: ega1avogadro Facebook: enrique guillermo avogadro Twitter: @egavogadro
“Qué sola irá la grela, tan última y tan rara, sus grandes ojos tristes trampeados por la suerte,
serán sobre el tapete raído de su cara,
los dos fúnebres ases cargados de la muerte”.
Horacio Ferrer
Una vez más, la Argentina, cuya economía se está recuperando a ojos vista, parece verse inmersa en una espiral de violencia que, sin duda alguna, tiene su origen en la más bastarda política; tal como sucedió en los 70’s, un grupo absolutamente minoritario se siente con el mesiánico derecho a conducir a la sociedad hacia un proyecto político que, según cree, sólo la generalizada estupidez evita que sea deseado por todos.
Entonces, aquellos jóvenes extraviados pretendieron llevarnos -con miles de asesinatos, bombas y robos- hacia Cuba y su marxismo que, con el paso de más de seis décadas, ha demostrado su estrepitoso fracaso. Hoy, en cambio, a lo único que aspiran sus descendientes subversivos es a desestabilizar al Gobierno, evitar la disgregación demostrada en las urnas primarias y sembrar pánico entre los jueces, con el único propósito de torcer el destino y conseguir que los máximos líderes de este populismo infamemente corrupto terminen donde deben estar: en la cárcel.
No es casual, ni fue magia, que confluyeran en esta posición -el “club del helicóptero”- la delincuente Hebe Bonafini (“la madre de las madres” como la llamaba don Néstor, según Ceferino Reato) y los exonerados policías de la Provincia de Buenos Aires, y personajes tales como Estela Carlotto, Manuel Quieto (el desafinado ¿cantante? de La Mancha de Rolando), el ¿pacífico? Adolfo Pérez Esquivel, el ¿cómico? Diego Capusotto, los ¿maestros? Roberto Baradel, Luis D’Elía y Hugo Yatsky, los ¿periodistas? Horacio Verbitsky y Víctor Hugo Morales, y tantos otros ciegos seguidores de la noble viuda.
Cristina Elisabet Fernández ya siente en la nuca el aliento de los magistrados de Comodoro Py que, con su más que fino olfato, han despertado y comenzado, finalmente, a investigar, juzgar y condenar la sideral corrupción de la extendida década en la que su marido y ella fueron inquilinos de la Casa Rosada; la reciente citación a juicio oral de las causas “Ciccone” y “Once II”, en plena campaña electoral, en las cuales deberán comparecer Amado Boudou y Julio de Vido, respectivamente, es una clara prueba de ello.
Con seguridad, la ex Presidente está muy preocupada por el futuro (obviamente, no económico) de sus hijos, también firmes candidatos a ir presos. Por eso, se sube a cualquier colectivo que pueda alejarlos de ese inexorable destino sudamericano, como diría Jorge Luis Borges, aunque en el trayecto la conductora ebria atropelle a toda una desprotegida, cómplice y anómica sociedad.
Con sólo observar que, en el reclamo por la aparición de Santiago Maldonado y la improbada imputación a la Gendarmería Nacional y en la defensa de ese invento antropológico denominado RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), matizado por los destrozos de encapuchados que asolaron el centro porteños, aparecen lo que queda de Montoneros, ERP y Quebracho en franca gimnasia revolucionaria, con toda su parafernalia de fusiles y lanzas cruzados, y que los integrantes de la CTERA adoctrinan en las aulas a los más chicos, resulta fácil colegir qué pretende y a qué está dispuesta a recurrir. Más de setenta atentados incendiarios, incluido dos en la propia ciudad de Buenos Aires y uno en El Bolsón, resultan al menos inquietantes.
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Ahora falta saber qué hará el Gobierno para impedir que la escalada de violencia, todavía relativamente incipiente, escale y se expanda. Como dije la semana pasada, no tengo duda alguna que Mauricio Macri se ha puesto las botas y avanza a paso redoblado sobre la realidad política nacional e internacional (caso Venezuela), pero aún resta conocer su posición frente a estos hechos, cuyo inmediato futuro puede ya verse en el sur de Chile, la otra víctima de sus provocados incendios, devastación y muerte, impunes por decisión del gobierno socialista de Michelle Bachelet.
El Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires está lo suficientemente preocupado por los trascendidos que hablan de una intensificación de estas acciones en las semanas que median hasta las elecciones legislativas del 22 de octubre, y ha dado directivas “defensivas” a sus efectivos. Pero, al menos por ahora, nada parece haber hecho para conjurar el peligro.
En esta rara Argentina que hemos sabido conseguir, con los terroristas premiados con indemnizaciones gigantescas y opacas, sentados en gobernaciones, ministerios y sillones parlamentarios, las Fuerzas Armadas tienen vedado, por ley, realizar acciones militares dentro del territorio. Para modificar ese marco legal, aún si quisiera que actuaran contra el narcotráfico y el terrorismo, Cambiemos carece de fuerza en las cámaras del Congreso y dudo que fuera acompañado por las distintas formas del peronismo.
Por lo demás, ¿quién asegura que los oficiales y suboficiales cumplirían las órdenes aún cuando contaran con el respaldo legislativo? Todos hemos visto a este ¿honorable? poder del Estado -un verdadero aguantadero de criminales, que se nutrirá pronto con la presencia de Cristina Kirchner- declarar la nulidad de las leyes de “obediencia debida” y “punto final”, que había sancionado veinte años antes. ¿Quién puede asegurarles que no lo haría nuevamente en el futuro?
Y también vemos a los fiscales “legítimos” y jueces prevaricadores, verdaderos asesinos togados, violar todas las normas constitucionales (legalidad, principio de inocencia, irretroactividad de la ley, defensa en juicio, juez natural, etc.) para perseguir y encarcelar de por vida a más de dos mil militares de los que lograron que pudiéramos conservar la integridad nacional y la democracia, cumpliendo órdenes legítimas de una Presidente democrática, integrante de la fórmula que obtuvo el mayor porcentaje de votos de la historia, durante el Operativo Independencia, en Tucumán; más de cuatrocientos ya murieron en cautiverio. El beneficio de la prisión domiciliaria concedida, por intercesión de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, clama al cielo; los presos políticos de esta democracia reconquistada en 2015, son mucho más viejos y no tienen posibilidad alguna de entorpecer la investigación de hechos ocurridos hace cuarenta años y, sin embargo, ese beneficio, de todo punto de vista legal, no le es reconocido.
Y recordemos que el Presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, dijo hace tiempo y sin ponerse colorado, que los juicios por los supuestos crímenes de lesa humanidad son una política de Estado, consensuada con los otros dos poderes; ¿no debían los jueces impartir justicia? Pensemos que, después del fallo “Muiña” del alto Tribunal, que aplicó correctamente el principio de la ley más benigna, el Congreso, casi por unanimidad -Cambiemos la inspiró- sancionó una ley que establece que ese beneficio no resulta aplicable a los amañados procesos por supuestos crímenes de lesa humanidad. ¿Qué dirá al respecto la Corte cuando deba expedirse en casos similares?
Espero, ya con pocas esperanzas, que el ignominioso tema de los presos políticos se solucione a partir de octubre, porque constituye hoy la mancha más penosa que pesa sobre la política de derechos humanos del actual gobierno al que, como queda claro, votaré en las legislativas.
Roberto Baradel, un modesto sindicalista, mostró su clase y -además, enojado- los tickets para demostrar que no es un viajero de primera clase…
ARGENTINA
…para todo lo demás, PapaCard
Guilermo Moreno es “el elegido”. Ha llegado a la tierra como el nuevo mesías. A cuantos empresarios le hizo la cruz! ¿Dios? Dios ya no es argentino…
LEGISLADORES
Los Pobres también lloran
17.000 razones para que a los argentinos no den el premio Nobel de la estupidez. Nosotros los votamos, ellos votan para aumentarse el salario, ellos nos botan.
CANDIDATOS II
Exhibiendo credenciales para el cargo
Una mujer que no necesita mas frente para una Victoria. Suerte! Que no sea una presidenta despechada!
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ORAN, RUTA 50
“Nos quieren confiscar la mercadería de contrabando”
Los bagayeros protestan porque no les permiten hacer algo ilegal. ¿En el reino del revés?
CANDIDATOS I
Francisco lo cría…
A falta de Milani, buenos son los Vera. Moreno y Vera son el Peronismo para el bien común (De Vera y Moreno, claro)
CAMALEONES
“Yo no fuí… yo no estaba… no me acuerdo…”
Es entendible lo de Fernández. Yo también vivía en una cueva. Las palabras de Fernández suenan como las de otro prócer, Martín Balza.
CANDIDATOS III
La C.D. de ese club de bochas, preocupados…
Arrimameelbochin Bochas Club llama a elecciones y la señora Papaleo piensa presentarse a las mismas. No se nos ocurre otra carrera presidencial Se congela la sangre de pensar que busca la presidencia de la República Artorcida. Después de Carlitos, Nestitor, Cristininita…. ¿chanta 4?
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And now, ladies and gentlemen… Mr. President.
Probó cantando, bailando, jugando al fútbol, como presidente de un país… será un pingponista exitoso?
Siempre he sostenido que “con una Justicia seria, independiente y rápida, todo será posible; sin ella, nada lo será”. Hoy afirmo que la nuestra, con sus inexplicables demoras en la justificada detención –porque están alterando las pruebas y se los imputa de delitos no excarcelables- de los responsables del saqueo, contribuye en mucho a afectar la gobernabilidad.
Esta semana el operativo destituyente del kirchnerismo –sumado a un importante sector del peronismo de la Provincia de Buenos Aires, a los “trabajadores de la educación”, a las dos CTA, a los movimientos trotskistas y a organizaciones piqueteras- para recuperar el poder y, por qué negarlo, garantizar la impunidad de su jefa y la banda de gangsters que integran su asociación ilícita, se puso finalmente en marcha. Lamentablemente, los tres gobiernos se rehusan a utilizar la fuerza pública para evitar los desmanes, por miedo a que les tiren un muerto, el recurso habitual de los complotados. Olvidan que esa actitud se transformará en una elevadísima factura que les presentará en octubre su propia base electoral, harta de las complicaciones que los permanentes cortes e impedimentos traen aparejadas, mientras que los beneficiarios de tanta inacción jamás los votarán.
La pregunta obligada es, entonces, qué debemos hacer los ciudadanos de a pie, que mayoritariamente optamos por Macri y Vidal, para evitar que estos subversivos sigan avanzando, como siempre ha sucedido cuando quien ocupaba la Casa Rosada no era peronista. ¿Cómo olvidar que, para robarse YPF, Néstor nos dejó sin luz ni gas, y con ello dilapidó las reservas?, ¿que “desapareció” los fondos de Santa Cruz?, ¿que trató de destruir al campo?, ¿que canceló anticipadamente la deuda con el FMI y nos endeudó con Chávez a tasas enormemente mayores?, ¿que el kirchnerismo fue socio del potenciado narcotráfico?, ¿que su viuda intentó “democratizar” la Justicia y colonizó la Procuración General y la administración pública en general?.
Aún en contra de la voluntad de Cambiemos, ¿no deberíamos salir nosotros a la calle para demostrar que somos más, que queremos la democracia y estamos dispuestos a defenderla a como dé lugar? ¿Por qué no desobedecer a los llamados a las huelgas e ir a trabajar? ¿Por qué no manifestarnos frente al Consejo de la Magistratura para exigirle que controle a los jueces y los obligue a acelerar los procedimientos para terminar con la impunidad de tantos ladrones, que se ha transformado en un verdadero cachetazo a la sociedad? Si fuera verdad que un sector del Gobierno prefiere a Cristina Fernández en libertad para polarizar con ella en octubre, incurriría en una especulación bastarda que, además, puede costarle muy caro.
Mauricio Macri, con errónea vocación por evitar dar malas noticias, se abstuvo de explicar la magnitud de la crisis -que no había sido percibida como tal, pese a ser enormemente más grave que la del 2001- heredada de la verdadera década infame que lo precedió; la última oportunidad para hacerlo la perdió el 1° de marzo de 2016, cuando inauguró por primera vez las sesiones ordinarias del Congreso. Hoy, a quince meses de haber asumido, es obviamente tarde y eso contribuye a facilitar la penetración del discurso subversivo en una sociedad innegablemente golpeada por una economía que, si bien ya muestra signos de crecimiento, no ha llegado aún a aliviar la situación de los más desprotegidos.
Por lo demás, víctima de su férrea creencia en una nueva forma de comunicación y pecando de un exceso de pluralidad en los medios propios, padece el manto de silencio que la prensa en general ha extendido sobre sus logros, muchos de ellos importantes, mientras se centran en las malas noticias, que los inconformes y los preocupados magnifican.
Todos los líderes gremiales, en especial aquéllos que integran el triunvirato que dice conducir a la “columna vertebral del peronismo”, padecen de un mismo mal. Acosados por la izquierda insurreccional que los corre a panzazos, acompañada por el siempre oportunista kircherismo, describen problemas inexistentes (el desempleo y la excesiva importación) y perjudican a quienes dicen representar mientras no ofrecen solución alguna. El cierre de la economía que reclaman (“vivir con lo nuestro”, como pretendía Aldo Ferrer) condenará a los argentinos a seguir pagando más caros los productos que necesitan, que serán de inferior calidad; la limitación legal a los despidos y suspensiones que exigen, y los incrementos de los costos laborales, impedirán la creación de nuevos empleos; los eventuales aumentos de impuestos o la emisión monetaria o el endeudamiento –si no es así, ¿de dónde saldrán los recursos?- para financiar los planes y subsidios generarán mayor inflación, que siempre terminan pagando los asalariados.
Lo remarcable es que toda la actividad desplegada para expulsar al Gobierno –huelgas salvajes, piquetes de todo tipo, ollas populares, violencia callejera- no hace más que perjudicar a sus presuntos beneficiarios. Al impedir que se eduquen y se perfeccionen, aleja sus posibilidades de reinserción en un mundo que expulsa a trabajadores no calificados para reemplazarlos por robots; al generar tanta inestabilidad institucional, espanta las posibles inversiones; al cerrar las calles al transporte, dificultan enormemente la llegada al trabajo de todos, haciéndoles perder los premios por presentismo.
Los jerarcas docentes (¡hemos cambiado a Sarmiento por Baradel!) están expulsando a los niños de la educación pública, ya que el ausentismo tradicional y los frecuentes paros obligan a los padres a inscribirlos en escuelas parroquiales y privadas, duplicando el gasto familiar y, al no dar clases, complican la vida de las familias más pobres, que no tienen con quien dejar sus hijos y, muchas veces, hace que éstos pasen hambre. Lo peor es que los reclamos salariales son acompañados por la cerrada negativa a que se evalúe la enseñanza. El presupuesto destina el mayor porcentaje de la historia (exceptuando al período de Illia) a sostener la educación, pero el 90% se destina a sueldos. Por cada cargo docente hay cinco maestros y uno de cada cuatro nunca trabaja como tal; sin embargo, la brillante moción de Juan José Llach para que se negocie con los gremios corregir esa horrible distorsión, despedir a los permanentes ausentes y repartir el dinero así ahorrado entre los que sí trabajan (25% de aumento) ni siquiera fue escuchada.
María Eugenia Vidal está haciendo lo correcto al mantenerse firme frente al salvajismo de los líderes docentes que mantienen a millones de chicos fuera de las aulas; la ciudadanía debe condenarlos sin matices y salir a la calle para respaldar a su Gobernadora en esta puja. Pero ella también está obligada a actuar para terminar con la indignidad que constituyen tantos ladrones kirchneristas -empezando por el mismo Daniel Scioli-, que han saqueado a la Provincia y transformado al Conurbano en un páramo de violencia, droga y miseria, pavoneándose en libertad mientras convocan a la destitución de las autoridades electas.
Un párrafo final para el dilema que enfrentará en los próximos días la Corte Suprema cuando deba decidir sobre la libertad de Milagro Sala (que no es una presa política sino una política presa y puede interferir u alterar pruebas en la investigación de los múltiples delitos que se le imputan) que le reclaman los organismos internacionales de derechos humanos, y su sempiterno desprecio por la suerte de los dos mil presos militares y civiles, ancianos a los cuales se les niega la detención domiciliaria pese a su edad y a las enfermedades que padecen y, en muchos casos, soportan prisiones preventivas por décadas. Con la integración de los Dres. Rosatti y Rosenkrantz, ¿seguirá siendo tuerta?
El preceptor Roberto Baradel decide quienes se educan, cuándo, y quienes no.
La exclusiva decisión del impresentable, multimillonario e inescrupuloso secretario de Futbolistas Argentinos Agremiados Sergio Marchi, es determinante “si se juega o no” al fútbol en toda la República Argentina y en todas las categorías.
Las organizaciones sociales dirigen el tránsito por las principales calles y rutas del país, coartando el derecho constitucional de la libre circulación.
EL “garantismo zaffaroniano” decide quién vive y quien muere, otorgando prioridad a los derechos de los delincuentes sobre el de las víctimas.
Los fanáticos de “Justicia Legitima” opinan y fallan de acuerdo a las conveniencias del partido en el que militan.
Los organismos de DDHH definen cuales son los verdaderos y legítimos derechos humanos, y a quienes les corresponden.
Los gremialistas del transporte disponen en que momento los usuarios de colectivos, trenes, subtes y ómnibus de larga distancia, lograran trasladarse o programar un viaje.
¡Pobre mi querida Argentina! … Qué difícil será sobrevivir con tanta anarquía y prepotencia.
¡POBRE ARGENTINA!
○
Por Enrique Guillermo Avogadro
“Con una Justicia independiente, confiable y rápida, todo será posible; sin ella, nada lo será”.
Hace dos semanas nos arrasaron las lacerantes cifras de pobreza e indigencia. En el imaginario popular, el peor pecado del kirchnerismo fue la corrupción rampante, pero el costo social y económico de esa irrefrenable vocación saqueadora es sideralmente peor y el país deberá soportarlo por décadas. Es cierto que la crisis del 2001 arrastró al abismo a las clases medias y bajas, pero gran parte de esos problemas habían sido conjurados por Jorge Remes Lenicov y Roberto Lavagna para cuando llegó al poder el fundador de la dinastía, Néstor Kirchner, acompañado por los gangsters que habían robado a mansalva en Santa Cruz, y los precios de los productos argentinos volaban (el de la soja, siempre peronista, duplicaba al actual).
Un somero inventario de los más graves daños causados por los canallescos cuatro gobiernos de ese signo, sin duda debe incluir la pérdida del autoabastecimiento energético, la ridiculización del esfuerzo como factor de progreso, la desaparición de la cultura del trabajo, el aprovechamiento político de la “cuareterna” con la consecuente matanza de empresas, los muertos por Covid causados por la bastarda manipulación de vacunas por motivos ideológicos y crematísticos, la pauperización generalizada, la destrucción de la educación pública, la inviabilidad del sistema jubilatorio, la nefasta indefensión del país, la salvaje degradación de la seguridad ciudadana, la desmadrada inmigración, la supresión de la movilidad social ascendente, la penetración del narcotráfico internacional, el colapso de la infraestructura, el retorno de inflación, etc. Y todo eso sin olvidar la firma del pacto con Irán y el asesinato de Alberto Nisman ni la colonización de la Justicia para buscar esa repugnante impunidad que aún subsiste, vaya uno a saber en razón de qué acuerdo espurio.
En materia de energía, el propósito inicial fue robar YPF y la herramienta fue el congelamiento de los precios de producción. Luego, ante la escasez derivada, generó un negocio, la importación de gas licuado, fuente de nuevo latrocinios. Las consecuencias de todo eso, en particular la re-estatización de la petrolera, han derivado en monumentales condenas por US$ 37.500 millones, que deberemos pagar por generaciones.
Para consolidar el bastión electoral del Conurbano bonaerense, lo llenó de inmigrantes pobres a los cuales les entregó documentos argentinos para que pudieran votar y les permitió la ocupación de tierras fiscales y privadas, suministrándoles gratuitamente electricidad, aunque se tratara de viviendas de lata, sin agua potable ni cloacas. Sus habitantes pasaron de hacer planes para tener hijos a hacer hijos para tener planes sociales, que distribuyó sin control, administrados por los gerentes de la pobreza que tanto han lucrado con ello. En lugar de procurar que todos tuvieran salarios que les permitiera pagar el transporte, el agua y la energía que consumían, congeló las tarifas hasta convertirlas en ridículas, y cubrió el déficit con emisión monetaria; el despilfarro se transformó en una norma para todas las clases sociales y ahora, cuando ya no tenemos de dónde sacar dinero para seguir en esa fiesta, nos duele pagar las consecuencias de esa demencial política.
En nombre de una teórica igualdad, entregó el diseño y la implementación de la educación pública a Roberto Baradel y sus cómplices que, amén de transformar a los chicos en rehenes, la han destruido hasta los cimientos. Con la monumental proliferación de pseudo-universidades en el Conurbano bonaerense, otra fuente de oscuros negocios, donde 7 de cada 10 chicos no termina el secundario y, cuando lo hacen, no comprenden los textos, acabó por perfeccionar ese estrafalario y demoníaco modelo de postergación social. Y con la incorporación de cuatro millones de personas sin aportes, demolió la ecuación que daba sustento al sistema previsional: hoy, por cada jubilado, sólo hay 1,4 trabajador registrado. Por si fuera poco, incautó los fondos de las AFJP que, en Chile, por ejemplo, tanto contribuyeron a financiar el desarrollo del país.
La defensa territorial y la vigilancia eficiente de las fronteras fueron las primeras víctimas de proyecto kirchnerista. Como no pudo cooptarlas al mejor estilo chavista, desfinanció a las fuerzas armadas y empujó sus salarios por debajo de la línea de pobreza, mientras impedía a las fuerzas de seguridad (policías, Gendarmería y Prefectura Naval) cumplir con sus objetivos específicos de vigilar las fronteras terrestres, fluviales y marítimas para facilitar la pesca ilegal, el contrabando y el tráfico de personas y estupefacientes, todas lucrativas actividades a las cuales los Kirchner estuvieron (seguramente, aún lo están) asociados.
Estas calamidades podrán repetirse si la Justicia no cumple su esencial rol y resuelve, de una buena vez, tantas causas penales en curso. La inicua y tan sospechosa insistencia en designar a Ariel Lijo a la Corte conspira claramente contra ese objetivo, en especial porque subsistirá la desconfianza de los inversores, propios y ajenos. ¿Se vinculará a esa postulación la rara conducta de la Cámara de Casación, que debe decidir sobre la condena a Cristina Fernández en la causa Vialidad, al avisar que emitirá su fallo recién el 13 de noviembre? ¿Se deberá a ese plazo el acelerón del Gobierno en el trámite de la candidatura?
Como sociedad, debemos estar muy alertas para evitar que un traspiés de Javier Milei, habilite el regreso del kirchnerismo exterminador, como sucedió en 2019, con las terribles consecuencias que todos conocemos.
Enrique Guillermo Avogadro
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PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 11, 2024
¿ALGUIEN CREE REALMENTE QUE DE ESTO SE PUEDE SALIR EN DEMOCRACIA?
◙
Por JOSÉ LUIS MILIA.
Hagamos una proyección benevolente, supongamos que se ganan las elecciones de medio término, supongamos que también se ganan las presidenciales del 2023. Un fulano parecido a Macri- porque no hay nadie en la oposición que salga del molde de mediocridad, buena voluntad, estupidez y cobardía al que Cambiemos nos acostumbró en el cuatrienio 2015- 2019- se hace cargo del gobierno y pretende comenzar a gobernar.
No nos engañemos como se engañaron en el 2015; estamos tan en el fondo, no solo económico y social sino también moral, que para sacar a flote la república se debería hacer un ajuste total e impiadoso. Es imposible que Argentina siga con un sistema político que, por inepcia y corrupción, ha devaluado el peso argentino en un 97,6% en treinta años.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Este ajuste total no debería quedar solo encasillado en lo económico, de la misma manera que hay que ajustar la economía, es menester, también, encarar una reforma institucional completa, dela misma manera que se debe reformar la educación que se ha convertido en un aguantadero ideológico donde se pretende “educar”, en la protesta revolucionaria a los hijos de los argentinos.
Pero tan importante como esto, es la necesidad de ajustar la mentalidad de los argentinos, mentalidad infectada por la convicción que no es necesario trabajar para sobrevivir ya que “papa estado” se encargará porque los han convencidos que la leche y la carne la produce un supermercado, porque creen que afirmar la nacionalidad es comprar caro aparatos electrónicos de dudosa calidad, porque se han tomado en serio el cuento de: “… y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, teoría que nadie en el mundo practica, pero que ha servido para que los argentinos paguemos los estudios, los tratamientos e inclusive jubilaciones de una multitud de “hermanos de la patria grande” que han sabido aprovechar la gratuidad de estudios o de tratamientos médicos que, pese a estar quebrada, aun ofrece la república Argentina.
Bien, José Cambio ha ganado las elecciones del 2023, y quiere poner en práctica todos los cambios que es necesario hacer en la república. No hay que tener una bola de cristal para saber que la ciudad de Buenos Aires será asolada mañana, tarde y noche por manifestaciones y piquetes, que cuando se quiera hacer una reforma laboral el congreso terminará tapado bajo una montaña de piedras, que si se quiere mejorar la educación Baradel decretará un paro eterno y que los movimiento sociales del “pobrismo” vaticano se encargarán de subvertir toda idea de orden en la república.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Realmente, ¿hay alguien que crea posible la reforma de todos aquellos problemas de la república en democracia?, ¿aún creen que el tener un 45, 48, 53% en las urnas les garantizará el éxito de lo que quieren hacer?, ¿son tan ciegos que siquiera piensan que, con Moyano, Baradel, Grabois, Daer- solo por nombrar a unos pocos- se puede dialogar?
No, imposible, si no vemos esto es porque el fracaso nos seduce, porque el miedo a ser políticamente incorrectos nos abruma, porque hacerle caso a aquello de: “tomar el toro por las astas” es demasiado para nuestra pavura.
Los antes mencionados, que no son solo esos cuatro, podríamos hablar de cien como ellos, no van a permitir ninguna solución para la Argentina. Esa Argentina soñada significa para ellos el fin de sus negociados. Los que queremos un país en serio, no ya para nosotros- no lo veremos por una cuestión etaria- sino para nuestros hijos y nietos, no podemos ser tan estúpidos de creernos el cuento que cualquier problema se soluciona con más democracia. Que el verso mal rimado que escuchamos desde 1983 no nos siga doliendo en los oídos. Para conseguir la república que anhelamos, la democracia es un lastre, porque no son las urnas la que eliminan a parásitos y ladrones…, esto se consigue de otra manera.
JOSE LUIS MILIA
josemilia_686@hotmail.com
Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini tuo da gloriam.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 22, 2021
ARGENTINA PERVERSA E INCOHERENTE
LOS INCORREGIBLES
Por JUAN BAUTISTA GARONA
Soy una persona medianamente culta, del montón nomás, no soy una mente brillante ni un politólogo de renombre, tengo algo de cultura general aprendida e inculcada en los colegios a los que me mandaron mis padres los cuales reforzaban la educación, el respeto al prójimo y a la autoridad, las buenas costumbres y el orden que uno mamaba en casa. Los profesores eran excelentes y conocían perfectamente el arte de enseñar y como personas cumplían con creces lo que el cargo les demandaba. Hoy día, dichos colegios han sido reemplazados por fuentes de trabajo y adoctrinamiento masivo con la especialidad en libertinaje y anarquía, los profesores y maestros en su gran mayoría, salvo honrosas excepciones, han sido reemplazados por androides quienes son programados con planes de estudios impartidos por los distintos ministerios, y todo esto se fue al carajo. Los grandes responsables de la debacle de la educación son personajes de la calaña de Filmus, Baradel y cuanto ministro, sindicalista y populista anda dando vuelta sobre este noble territorio al mejor estilo Gramsci y digo noble territorio y no noble Patria, pues Patria abarca también todo lo que está “arriba” y sobre eso que está “arriba”, es precisamente el motivo de esta catarsis.
Nuestro querido país, está viviendo desde hace muchos años una degradación política, social, económica, moral, cultural y educacional que el mismo Nicolás Maquiavelo sentiría que “se quedó corto” en eso de que el “fin justifica los medios” y quienes nos gobernaron, nos gobiernan y al paso que vamos nos gobernarán, se encargan de cumplir a rajatabla.
En política parecería que todo es válido, ya no importa la decencia, los valores, la trayectoria, la excelencia, nada de esto es imprescindible para ocupar un cargo público o una banca en la legislatura. Hoy un prontuario pareciera tener más peso que un curriculum vitae, teniendo en cuenta que delincuentes comunes y no tan comunes se autodenominan presos políticos y se postulan a distintas candidaturas desde sus lugares de detención. La realidad supera a la ficción.
Quienes destruyeron sistemáticamente la economía, instituciones y organismos del estado, resurgen de las cenizas como el Ave Phenix, autoproclamándose salvadores de la patria. Que alguien me explique cómo puede ser que quienes gobernaron a La Argentina tantos años, sumiéndola en una crisis económica, social y financiera sin precedentes hoy tengan las herramientas para solucionar todos los problemas. Si saben y tienen los medios para hacerlo, ¿por qué carajo no lo hicieron antes? Se ve que la Patria poco les importa, para estos crápulas lo único que les interesa es el poder, para seguir incubando generaciones de pobres, incultos y analfabestias quienes son los que les generan pingües ganancias.
El oficialismo también aporta lo suyo. Para ganar popularidad se ha vuelto populista, valga la redundancia, pero con el populismo se nace, es algo que se lleva en la sangre y cuando alguien se quiere transformar en populista sin serlo, las cosas le salen como el culo (cualquier parecido con la realidad NO es mera coincidencia) El ser hijo de uno de los empresarios más ricos de la Argentina, el haber estudiado en los mejores colegios y universidades no lo capacita para ser populista. El Che Guevara, pese a haber pertenecido a una familia de muy buena posición social, nació populista. Eso marca la diferencia entre ser y parecer, al populista le creen, al que se hace pasar por populista, NO. Populistas son los peronchos, esos si que saben de populismo y manejan las masas como les enseñó el General. El resto es pura cháchara. Aclaro que no comulgo con las ideas del General y menos del asesino serial. Todo lo contrario.
Una de las perversidades a la que mas nos someten los gobiernos, es el estado súper dimensionados que tenemos que mantener entre todos los que estamos dentro del sistema. La cofradía política no quiere ajustarse en nada ni dimensionar el estado de acuerdo a las necesidades del país, solo piensan en “salvarse” ellos y varias generaciones que los sucederán. El gasto de la política está desmadrado y en la campaña electoral para las próximas elecciones, ningún partido habla de achicar el gasto público. Los planes sociales como son usados políticamente, nadie tiene la intención de reducirlos y generar trabajo, todo lo contrario, cada vez abundan más. Resumiendo: la cultura del trabajo se esfumó gracias a la política.
Nada es gratis para los ciudadanos de a pié, esta fiesta política la tenemos que pagar entre todos los que estamos dentro del sistema. Para conseguir estos fondos el estado puso a la AFIP a “cazar en el zoológico”. El argentino medio tributa el 52% de sus ingresos, es decir que desde el 1 de enero el hasta el 5 de julio se trabaja para el estado, para mantener ese elefante blanco lleno de políticos inútiles e inescrupulosos, piqueteros que cobran planes por no hacer un carajo y además hacen piquetes con cortes de calles y rutas haciéndonos la vida imposible. Este 52% no sería un porcentaje descabellado si el estado proveyera de una buena educación pública, una buena asistencia de salud, rutas y autopistas acorde a lo que se tributa, seguridad, etc., etc., etc., pero nada esto ocurre, todo lo que proviene del estado funciona como el culo por lo que tenemos que mandar a nuestros hijos a colegios privados para no estar a merced de Baradel y sus secuaces, tenemos una prepaga que nos exprime como un limón en un gin tonic porque ya sabemos lo que es caer en un hospital de estado (hay excepciones), tenemos que ir por autopistas caras y malas (Illia: hora pico $ 35 por hacer poco mas de 5 km. ¡Carísima!, es decir como dijo alguien, pagamos impuestos como un país nórdico y recibimos servicios como un país africano (Exceptuamos a Sudáfrica)
A propósito de la AFIP, los boludos que la gestionan y crean los sistemas informáticos se contradicen y fomentan la economía en “negro”. Estos días me tocó vivir en carne propia un situación generada por una mala gestión de una profesional, no importa el motivo, pero el asunto es que tenía que pagar un VEP (volante de pago electrónico) generado en mi cuenta corriente del Banco de la Pcia de Bs. As., pero la AFIP me impedía recibir plata en mi cuenta ya que había un pedido de embargo sobre los fondos. En la Delegación Necochea no sabían de que manera podía pagar el VEP sin poder recibir fondos en mi cuenta corriente. Solución: me hice generar el VEP en una cuenta de otra persona y el dinero para pagarlo lo generé SIN FACTURA OFICIAL. Que cada uno saque sus propias conclusiones. Yo ya las saqué.
Estamos viviendo situaciones difíciles como sociedad, la pérdida de valores se hace cada vez más notoria y acentuada, la vida de un delincuente vale mas que la de un ciudadano decente condenado a muerte potencialmente por el hampa, de cuya protección se encarga el Poder Judicial, nada más evidente que esto gracias a la teoría zaffaroniana de abolir definitivamente el derecho penal.
Hablando de condena a muerte, es evidente que ya está implementada aunque a una gran parte de la boluda sociedad que tenemos se le pongan los pelos de punta con solo mencionarla. Argumento esto con el calvario que están viviendo los integrantes de las FF.AA, de Seguridad, ex funcionarios de los gobiernos de factos y demás personas involucradas en la guerra antisubversiva la que nos salvó de ser una Cuba ó Venezuela hoy tan criticadas por el mismo oficialismo. Quienes pelearon por nuestra libertad hoy han perdido la suya y hasta la vida, sufriendo el oprobio más injusto e indignante que cualquier demócrata se avergonzaría que estuviese pasando en su gobierno. Por supuesto que hablo de demócratas en serio, los nuestros se dicen demócratas solo porque los votan, eso no es suficiente, como dijo Julio María Sanguinetti, “Argentina y Uruguay confunden democracia con electoralismo”, nada mas acertado que eso. Estos son los verdaderos presos políticos, no los delincuentes kirchneristas que saquearon, no solamente las arcas del estado sino también saquearon el futuro de muchos argentinos de bien que creyeron y apostaron en el país. Esos delincuentes hoy viven en celdas VIP y con la atención médica y social que les otorga el Poder Judicial y obliga a cumplir a los encargados de su custodia. En cambio, los otros presos, los “represores, torturadores y violadores de los derechos humanos” quienes fueron obligados a defender la Patria de un ataque por parte de la URSS y su satélite Cuba, hoy se mueren en las mazmorras del estado sin la atención médica debida, en condiciones deplorables de detención y lo peor de todo es que han sido juzgados en muchos casos por terroristas a quienes combatieron y fueron sus enemigos en la guerra y hoy avenidos en jueces “demócratas” y que está a la vista de todos su sed de venganza. De otra manera no se entiende. Cuando escucho hablar de derechos humanos, pienso que se están comiendo al caníbal. Es por todo esto que me enerva ver a Macri acompañar a delegaciones oficiales extranjeras a rendir homenaje a quienes pretendían quedarse con nuestra libertad en el Parque de la Memoria Tuerta, entre quienes está Roberto Santucho, el mismo que pretendía asesinar a mas de un millón de argentinos para instaurar la “patria socialista”. No me cabe duda que en ese millón de personas estaría incluido el señor Franco Macri y probablemente su hijo, quien hoy nos gobierna. ¿Qué necesidad había de llevar a los All Blacks a la ex ESMA? ¿Por qué los llevaron a visitar las cárceles del pueblo donde la guerrilla detenía, torturaba y asesinaba a militares y empresarios? Me refiero puntualmente al Tte Gral Aramburu, al Tte. Cnl. Larrabure, a Oberdan Sallustro, et., etc.
Siguiendo con el tema de la sentencia a muerte, veo con honda preocupación como se condena a muerte a inocentes sin derecho a un juicio justo y por algo que ellos no tienen la culpa. Me refiero precisamente a la despenalización del aborto. Ahora la irresponsabilidad de una noche de placer se soluciona matando a una criatura inocente. Pasa lo mismo con una violación, que culpa tiene esa personita engendrada si el padre es un violador y que probablemente esté en libertad por esa teoría de Zaffaroni. En lugar de castigar al delincuente el cual debería estar castrado o por menos en cana, se asesina un individuo inocente sin derecho a una legítima defensa. Todo esto sin entrar en un plano religioso, soy católico y por supuesto estoy en contra del aborto, solamente me apoyo en el primer derecho natural: EL DERECHO A LA VIDA.
Para terminar me tomo el atrevimiento de corregir nada menos que a Jorge Luis Borges: Los incorregibles no son solo los peronistas, incorregibles son todos los argentinos
Juan Bautista Garona
garonajuan@speedy.com.ar
26/07/2019
Sustos y sorpresas
Por ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO
El jueves por la mañana, al difundirse la noticia del crimen que costó la vida a Miguel Yadón e hirió gravemente al Diputado Héctor Olivares, la Argentina se paralizó de susto. Con razón, creyó que había regresado la violencia política, en especial en medio de una campaña electoral que ya está lanzada, aún cuando se deba esperar hasta el 22 de junio para que se confirme, oficialmente, quiénes serán los candidatos presidenciales en octubre. Cuando trascendió un motivo personal para el terrible suceso, un triste respiro de alivio recorrió el país entero.
Por la noche, Cristina Fernández presentó en la Feria del Libro su ópera prima, en medio de un acto que transformó el evento más grande de la literatura de Sudamérica en un bastardo acto partidario.
Amerita pensar a qué género pertenece ese verdadero adefesio al que tituló “Sinceramente”. Porque, a poco que se interna uno en la obra, descubre que, más allá de su ramplona sensiblería personal y familiar y su falta de calidad -se percibe que fue dictado, y está lleno de errores y mentiras-, no se trata de un trabajo biográfico, histórico o político; en realidad, ni siquiera humorístico.
La lista de los impresentables asistentes (la Policía se hubiera podido llevar presos a muchos) permitió confirmar, con la presencia de Hugo Yatski y Roberto Baradell, sumadas a las recientes definiciones desestabilizadoras de Pablo Micheli, cuáles son los reales objetivos de los paros y movilizaciones con las que la CTA nos tortura a diario y de las huelgas salvajes de los maestros de la Provincia de Buenos Aires.
La primera sorpresa llegó cuando invocó, como modelo a seguir, a José Ber Gelbard, ex Ministro de Economía y conspicuo miembro del Partido Comunista, que nombró, nada menos que como Director de Precios, a Roberto Lavagna. La ex Presidente, injusta pero seductoramente, agradeció a éste habernos sacado de la crisis del 2001, cuando fue Jorge Remes Lenicov quien lo logró. Las medidas dirigistas que Gelbard adoptó desde los gabinetes de Héctor Cámpora, Raúl Lastiri y Juan Domingo Perón, tendientes a implantar una economía planificada al mejor estilo soviético, desembocaron, sin escalas, en el “rodrigazo” de 1975, que destruyó el salario, la moneda y todas las variables económicas.
La segunda, por cierto superior, llegó cuando ponderó la gestión de Donald Trump y recomendó a los actuales funcionarios argentinos que lo imitaran. Ignoro si hablaba de su posición respecto a la inmigración y su apetecido un muro fronterizo, a la guerra comercial con China, a la denuncia de los tratados climáticos, comerciales y atómicos, o a su vocación para encontrar una salida, quizás militar, a la trágica crisis venezolana. Loss más cercanos adláteres de Cristina, a pesar de sus comprobadas violaciones de los derechos humanos, siguen apoyando en la calle y con violencia al asesino Nicolás Maduro, que privilegia su relación con la ex Presidente; sin embargo, ella ni siquiera mencionó ese feroz drama humanitario en su discurso.
Lo que no constituyó algo novedoso fue la propuesta de firmar un nuevo “contrato social” al mejor estilo del fascismo italiano, o sea, modificar la constitución para suprimir el Poder Judicial del terceto constitucional y transformarlo en una dependencia del Ejecutivo, con todo lo que ello implica en materia de libre persecución a la oposición (“al enemigo ni justicia”) e impunidad total a los propios, incluida ella misma y su familia, para reintegrar a la Argentina al mundo del tan exitoso “socialismo del siglo XXI”. Sería interesante descubrir por qué no hay argentinos -salvo Florencia Kirchner- radicándose en Cuba o Venezuela, que viven bajo esos regímenes que dicen tanto admirar.
Como sostiene desde hace tiempo Alejandro Boreinsztein en su fantástica columna dominical de Clarín, ni Jaime Durán Barba podría haber imaginado un mejor aporte a la campaña de Mauricio Macri: el kirchnerismo en estado puro, pero disfrazado de vegano, se exhibió sin vergüenza y de explicitar sin ambages qué haría si pudiera ganar las elecciones.
Así, las opciones para octubre están claras: república y libertad, aún con dificultades económicas y deficiencias institucionales, o populismo autócrata y tiranía. Quienes esquilmaron al país hasta la extenuación, quienes engañaron a los más pobres con limosnas de subsidios y tarifas mientras comprobadamente se robaban todos los recursos públicos, aspiran a volver, para “venir por todo” lo poco que queda.
Mauricio Macri, como ya todos sabemos, no es un estadista o siquiera ideal como Presidente, pero nos garantiza que no se perseguirá a nadie por sus opiniones ni ideas (lo demostró durante más de tres años con su insensata permisibilidad ante el “club del helicóptero”), cuenta con un enorme respaldo internacional y nos ha reinsertado en el mundo; y nos permitirá, si triunfa, enterrar definitivamente al kirchnerismo, ese tumor maligno que, con nuestra recurrente tendencia al suicidio, nos supimos dar durante doce terribles años.
Tenemos ante nosotros una opción de hierro: pasado o futuro. Quiera Dios iluminarnos.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 11, 2019
JAQUE AL SABER
Escribe LUIS BARDIN.
JAQUE AL SABER
Con los tres días de paro
que se trae bajo el poncho
el preceptor Baradel
desafía a la Vidal
con su puñado de montos.
No importa ensanchar la grieta
de alumnos de la privada
cuyas clase ya comienzan.
Quienes más las necesitan
se quedarán en sus casas
porque no tendrán maestras.
No solo será económica,
lo que hará la diferencia.
Él le añade la ventaja
que el futuro le depara
a quien tiene más sapiencia.
L.Bardín
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 4, 2019
¿Se podrá?
Escribe ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO.
“Era la muerte, no la vida, que se reproducía”
Marcelo Birmajer
Los argentinos deberíamos preguntarnos cuál fue la causa de que nos convirtiéramos en un país tan, pero tan distinto a todos nuestros vecinos. Los procesos políticos y económicos por los que ellos atravesaron fueron muy similares y casi contemporáneos con los nuestros y, sin embargo, salieron de ellos fortalecidos y pujantes. Basta con trasladarse a Chile, a Uruguay, a Perú, a Ecuador, a Colombia, a Brasil, a Paraguay, para comprobar la enorme diferencia que existe en el crecimiento de sus sociedades, con todos los beneficios que eso trae aparejado, con el suicidio colectivo que hemos cometido. Basta con recorrer las calles de Santiago, de Lima, de Bogotá, de San Pablo o de Asunción para comprobar a qué me refiero; y no hay que olvidar que muchas de ellas sufrieron catástrofes naturales verdaderamente descomunales.
Todos los latinoamericanos vivimos distintas formas de democracia, algunas más autoritarias que otras, regímenes militares, luchas antisubversivas, narcotráfico, algunas guerras focalizadas, renovados procesos democráticos, ondas privatizadoras de empresas del Estado, progresismos de izquierda, falsos o sinceros; sin embargo, el resultado final ha sido totalmente diferente.
En todos esos países ha habido hechos de corrupción, algunos siderales, como es el caso de Odebrecht, el llamado Lava-Jato, que ha llevado a la cárcel nada menos que a Luiz Inácio Lula da Silva y a decenas de muy importantes empresarios y políticos; los coletazos de ese escándalo costaron la Presidencia a Pedro Kuczynki en el Perú, y manchó las gestiones de Juan Manuel Santos, en Colombia, y de Danilo Medina, en República Dominicana, y está llegando a la Argentina de la mano del acuerdo que finalmente firmó la Procuración General, que permitirá a los fiscales hacerse con las confesiones de los arrepentidos brasileños. Hasta en Chile y Uruguay, considerados verdaderos templos de honestidad, se produjeron episodios de este tipo, aunque en una dimensión que aquí resultaría casi cómica: un hijo de Michelle Bachelet fue acusado de utilizar sus vinculaciones para obtener un préstamo, y el hijo del fundador de Tupamaros, Raúl Sendic, fue despedido como Vicepresidente por utilizar su tarjeta de crédito oficial para gastos privados.
Los ya famosos cuadernos de Oscar Centeno son un escándalo, pero lo interesante es ahora analizar todo el resto. En esos registros faltan áreas en las que la familia robó sin límite alguno. No figuran la importación de gas licuado, las coimas de Skanska, la participación de los Ezkenazi en YPF, las “compras” de trenes chatarra, los negocios con Hugo Chávez y las otras valijas de Guido Antonini Wilson, las transferencias de empresas a manos amigas, los millones pagados en consultorías (vgr., el “tren bala”), los subsidios al transporte público, el “dólar futuro”, las cuentas en las Seychelles, los Sueños Compartidos, la Tupac Amaru de Milagro Salas, la proliferación del juego, Fútbol para Todos, la efedrina, los medicamentos truchos y, sobre todo, la sociedad con los carteles de la droga, con la “Morsa” como mero gerente.
Todas las entregas de dinero que describió Centeno se transformaban en sobreprecios de la obra pública; o sea, en delitos de cohecho -coimas- que tienen previstas penas mucho mayores a los aportes ilegales de campaña, como pretenden ahora disfrazarlas los “arrepentidos”. La corrupción es un tango que se baila de a dos, y aquí hubo empresarios que pagaron, para obtener contratos, a los funcionarios que los firmaban y, por eso todos, todos, tienen que ir presos; al menos por ahora, no hay inocentes extorsionados sino delincuentes de guante blanco que, de un lado y otro del mostrador, arrasaron con el país.
Centeno fue sólo uno de los muchísimos conductores de autos y pilotos de aviones que servían a los funcionarios del gobierno de entonces y que, con seguridad, tenían también funciones como transportadores de caudales; ¿los interrogarán los jueces? ¿A cuántos y a cuáles de los miles de estudios jurídico-contable que prestan en el mundo los mismos servicios que Mossak-Fonseca habrán recurrido Cristina Elisabet Fernández y sus cómplices para llevarse sus fortunas al exterior, como hizo Daniel Muñoz con sus US$ 60 MM en propiedades en Estados Unidos?
Todos sabíamos, y Leonardo Fariña, Federico Elaskar, Oscar Centeno y las cajas de seguridad de Florencia Kirchner se ocuparon de confirmarlo, que a don Néstor le gustaba tanto el efectivo que se sentía en éxtasis con sólo contemplar una caja fuerte, y que sus preferidos eran los billetes de ? 500; cuando murió, seguramente su viuda se encontró con montañas de pesadas bolsas con esos papeles, que nunca fueron localizados pese a los denodados esfuerzos perforadores del Fiscal Guillermo Marijuán.
En la medida en que siempre aclaré que era sólo un ejercicio de imaginación, puedo permitirme recordar dos notas que escribí en 2012: “La gata de Angola” (https://tinyurl.com/y7pdohwl) y “¿Son eternos los diamantes?” (https://tinyurl.com/y7tnll6x). ¿Habrá llevado el buque fletado por Guillermo Moreno, que transportó la cosechadora trucha, la vaca campeona y los pollos que aleteaban, también algunos contenedores con esos billetes, para canjearlos en África por piedras brillantes?
Las remezones del terremoto que provocaron los cuadernos continuarán tiempo porque, aún cuando haya demasiados interesados en que el tema no escale, el hecho de que “La Nación” los tuviera dos meses antes de presentarlos a la Justicia, garantiza que les resultará imposible enterrarlos.
Entonces, la pregunta que formuláramos muchos desde hace tiempo recobra actualidad: ¿estamos verdaderamente los argentinos dispuestos a pagar, por la limpieza de tanta inmundicia, el costo económico y social que significaron los procesos Mani Pulite y Lava Jato? Ese precio, traducido en un encarecimiento del “riesgo país”, en la pérdida de valor de las acciones de empresas y en la devaluación del peso, ya nos está siendo cobrado, y el mundo ha comenzado a dificultar el financiamiento público y privado.
Pero tampoco hay alternativa a esa limpieza, porque el mundo nos percibe como una sociedad esencialmente corrupta, y eso incrementa brutalmente todos nuestros costos. Si Lilita Carrió tuvo razón cuando dijo que, en esos trágicos doce años y medio, los Kirchner robaron el equivalente a un PBI, y es hartamente probable que así haya sido y aún más, porque no dejaron nicho estatal sin saquear, esos aproximadamente US$ 550 MMM resulta una cifra tan monstruosa que debemos compararla con la deuda externa, el 30% de pobres, la insoportable presión impositiva, la pérdida del autoabastecimiento energético, las escuelas y hospitales faltantes, la desnutrición infantil, la destruida infraestructura vial, portuaria y ferroviaria, nuestra indefensión militar, la insolvencia del sistema previsional, la falta de crecimiento económico, la inflación galopante, la escasez de divisas.
Es por eso que cuesta explicarnos por qué la jefa de tamaña asociación ilícita sigue en libertad, protegida por el H° Aguantadero, y manteniendo un 25% de aprobación entre quienes son, precisamente, los mayores perjudicados por su corrupción. La respuesta sólo podemos encontrarla en la buscada -y obtenida- destrucción de la educación pública, que aún hoy, cuando ya han pasado casi tres años desde que dejó el poder, continúa encarnada en Roberto Baradel, que cada día quita un ladrillo de los cimientos culturales de las futuras generaciones.
El jueves, en La Nación, Ricardo Esteves publicó una nota en la que sostuvo que estamos ante la oportunidad de optar por el camino que siguió Chile o el que eligió la dupla Chávez-Maduro en Venezuela; por supuesto, coincido con él. El lema de Cambiemos es “¡Sí, se puede!”; ¿se podrá?
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
La píldora del “día después”
Escribe ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO.
Tal como era previsible, aún en medio de su absoluta soledad gremial y política, la convocatoria de Hugo Moyano tuvo el miércoles éxito en materia de público; si bien es cierto que, como siempre, muchos de los concurrentes fueron arreados y transportados como ganado, también lo es que la disciplinada izquierda prestó asistencia perfecta y lo mismo hicieron La Cámpora y el trotskismo, así como gran parte de ambas CTA y los movimientos sociales, algunos con fuerte respaldo papal.
De cara a la sociedad en su conjunto, el Gobierno no pudo pedir nada más: ver, juntos y por televisión, a los personajes más repudiados de su historia, fue el premio final de un día agitado. Roberto Baradel, Máximo Kirchner, Anímal Fernández, Hebe de Bonafini, Raúl Zaffaroni, Pablo Moyano, Hugo Yatski y varios más fueron la frutilla de ese postre.
Me llamó la atención lo breve del acto y la rapidez de la desconcentración; atribuí ambos hechos al pánico a que los bárbaros de siempre se desmadraran, ya que hubiera sido el propio Moyano quien hubiera debido afrontar la factura, al menos la política. Agradezco, entonces, que haya sido así y que fueran los mismos camioneros quienes ejercieron un férreo control sobre los miles de personas que allí se encontraron.
Pero la alianza que se pretendió formar en la calle estaba sólo unida por el visceral rechazo a la gestión de Mauricio Macri y por el espanto que genera en el artífice de la marcha la alta probabilidad de terminar preso, conjuntamente con su actual mujer y los hijos que cada uno engendrara; tanto fue así, que Moyano llevó al escenario a su abogado defensor -el ex Juez Daniel LLermanos- y la arenga del camionero sólo se refirió a sus problemas judiciales y al blindaje que pretendía obtener ese día contra el avance de los jueces y de la AFIP.
Y, como no podía ser menos, ello condujo a un final anunciado: el mismo jueves, el día después de la embarazosa concepción, la izquierda tomó la píldora abortiva y el imaginado feto dejó de existir; rápidamente, salió a criticar la postura del jefe sindical y a desmarcarse del atribuido rol de barrera humana en defensa de un ladrón. El propio Moyano tiró la toalla y, con su elaborado estilo, pidió que el Presidente lo recibiera, pero la Casa Rosada rechazó cualquier tentativa al respecto.
Por su parte, contribuyó mucho a ahondar las diferencias entre los participantes de la marcha la contemporánea difusión de nuevos y más complicados audios de conversaciones de Cristina Elisabet Fernández con su ex Secretario General, Oscar Pelotudo Parrilli. A partir de ellas, resultará harto difícil, por no decir imposible, construir la unidad con la que soñaban Víctor Santamaría, Alberto Fernández, Daniel Filmus, Agustín Rossi, Felipe Solá, Daniel Arroyo y Fernando Chino Navarro y algunos intendentes kirchneristas del Conurbano.
Es que, sin dejar dudas acerca de su pensamiento más profundo, la “noble viuda” -la piedra basal sobre la cual pretendían erigir esa nueva “iglesia” cívica, por ser la única capaz de reunir un caudal de votos significativo en todo ese universo- expresó en ellos su más absoluto desprecio por el Justicialismo y todo lo que significa en el imaginario popular. ¿Qué dirán ahora aquéllos que, hace sólo veinte días, exhibían la absurda fotografía de tantos peronismos diferentes como un trofeo?
También es cierto que, a medida en que crezca la certeza de tener que transitar cuatro años más por el desierto, es decir, si Mauricio Macri fuera reelecto en 2019, el PJ seguramente intentará hacer de las suyas, como lo hizo en 1989 y en 2001, para no remontarme más atrás en el tiempo. Y en esas “suyas” el rol de Moyano volverá a ser protagónico (si no está tras las rejas para entonces), ya que con sus camiones puede complicar la vida a todos los ciudadanos y, por ende, al propio Gobierno.
Porque, recordemos, Cambiemos no tiene, ni tendrá hasta entonces, mayoría en ninguna de las cámaras del Congreso y, aún así y en medio de la tempestad económica que le legó la criminal y corrupta gestión kirchnerista, contra todos los pronósticos conserva firmemente el timón en sus manos. Si el Presidente renovara su mandato, ese triunfo sería acompañado con una gran cantidad de nuevos legisladores propios, que facilitarán su gestión.
Si, para entonces, Macri hubiera conseguido encausar a la Justicia en una senda de seriedad, independencia y celeridad, los inversores propios y foráneos estarán más que dispuestos a traer sus capitales a la Argentina y, con ellos, el crecimiento se fortalecerá y la incidencia de la deuda externa, medida como porcentaje del PBI se reducirá en forma notable.
Como no podía ser menos, el título de esta nota también alude al revivido debate acerca de la legalización del aborto, que será reclamado por muchas energúmenas el 8 de marzo próximo; serán las mismas que atacan con pintadas y excrementos los templos católicos, incluyendo la Catedral de Buenos Aires, cada vez que se reúnen. Nicolás Márquez publicó en Infobae esta semana una medular nota, en la que destrozó literalmente las cifras de abortos ilegales y de muertes que se esgrimen para justificar el disparate.
Cambiemos ha dejado en manos de la conciencia de sus legisladores el voto de cada uno cuando el proyecto nuevamente -hoy supe que la primera vez fue en 1902- sea tratado en el Congreso. Será este año otro tema que ocupará muchísimas páginas en los medios de comunicación; por mi parte, adelanto que estoy en contra de su aprobación, porque se trataría, lisa y llanamente, de legalizar el asesinato.
Por último, me referiré a las enormes críticas que recibe la gestión económica del Gobierno desde su propio costado ideológico, es decir, fuego amigo. Ayer, mi querido José Luis Espert hizo, en una magnífica nota publicada en La Nación, una certera vivisección de la situación caótica en que se encuentran hoy todos los indicadores y enfatizó que el principal problema, del cual derivan casi todos los demás, es la enorme magnitud del gasto público y la creciente presión impositiva destinada a solventarlo parcialmente. Coincido, pero no encuentro en ninguno de los economistas que recomiendan posturas más rígidas y menos gradualistas una receta política y socialmente viable para acelerar el cronograma que proponen Mario Quintana, Gustavo Lopetegui, Nicolás Dujovne y Federico Sturzenegger.
Más del ochenta por ciento del gasto se va en salarios de la administración pública que, como todos sabemos, fue colonizada durante el kirchnerismo con un millón de nuevos empleados, amén de encarnar una burocracia innecesaria, ineficiente y, en muchos casos, corrupta. Pero, ¿cómo solucionarlo de un solo tajo?; ¿debemos mandar ya mismo a todos ellos a la calle, para engrosar la lista de los desocupados?; ¿quién podría conservar la gobernabilidad con una medida de ese tipo? Sobre todo, ¿estaría la sociedad que conformamos, siempre tan hipócrita y enferma de populismo, dispuesta a soportarla?
Bs.As., 24 Feb 18
Enrique Guillermo Avogadro
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PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 24, 2018
Suerte Grela
Por Enrique Guillermo Avogadro.
Una vez más, la Argentina, cuya economía se está recuperando a ojos vista, parece verse inmersa en una espiral de violencia que, sin duda alguna, tiene su origen en la más bastarda política; tal como sucedió en los 70’s, un grupo absolutamente minoritario se siente con el mesiánico derecho a conducir a la sociedad hacia un proyecto político que, según cree, sólo la generalizada estupidez evita que sea deseado por todos.
Entonces, aquellos jóvenes extraviados pretendieron llevarnos -con miles de asesinatos, bombas y robos- hacia Cuba y su marxismo que, con el paso de más de seis décadas, ha demostrado su estrepitoso fracaso. Hoy, en cambio, a lo único que aspiran sus descendientes subversivos es a desestabilizar al Gobierno, evitar la disgregación demostrada en las urnas primarias y sembrar pánico entre los jueces, con el único propósito de torcer el destino y conseguir que los máximos líderes de este populismo infamemente corrupto terminen donde deben estar: en la cárcel.
No es casual, ni fue magia, que confluyeran en esta posición -el “club del helicóptero”- la delincuente Hebe Bonafini (“la madre de las madres” como la llamaba don Néstor, según Ceferino Reato) y los exonerados policías de la Provincia de Buenos Aires, y personajes tales como Estela Carlotto, Manuel Quieto (el desafinado ¿cantante? de La Mancha de Rolando), el ¿pacífico? Adolfo Pérez Esquivel, el ¿cómico? Diego Capusotto, los ¿maestros? Roberto Baradel, Luis D’Elía y Hugo Yatsky, los ¿periodistas? Horacio Verbitsky y Víctor Hugo Morales, y tantos otros ciegos seguidores de la noble viuda.
Cristina Elisabet Fernández ya siente en la nuca el aliento de los magistrados de Comodoro Py que, con su más que fino olfato, han despertado y comenzado, finalmente, a investigar, juzgar y condenar la sideral corrupción de la extendida década en la que su marido y ella fueron inquilinos de la Casa Rosada; la reciente citación a juicio oral de las causas “Ciccone” y “Once II”, en plena campaña electoral, en las cuales deberán comparecer Amado Boudou y Julio de Vido, respectivamente, es una clara prueba de ello.
Con seguridad, la ex Presidente está muy preocupada por el futuro (obviamente, no económico) de sus hijos, también firmes candidatos a ir presos. Por eso, se sube a cualquier colectivo que pueda alejarlos de ese inexorable destino sudamericano, como diría Jorge Luis Borges, aunque en el trayecto la conductora ebria atropelle a toda una desprotegida, cómplice y anómica sociedad.
Con sólo observar que, en el reclamo por la aparición de Santiago Maldonado y la improbada imputación a la Gendarmería Nacional y en la defensa de ese invento antropológico denominado RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), matizado por los destrozos de encapuchados que asolaron el centro porteños, aparecen lo que queda de Montoneros, ERP y Quebracho en franca gimnasia revolucionaria, con toda su parafernalia de fusiles y lanzas cruzados, y que los integrantes de la CTERA adoctrinan en las aulas a los más chicos, resulta fácil colegir qué pretende y a qué está dispuesta a recurrir. Más de setenta atentados incendiarios, incluido dos en la propia ciudad de Buenos Aires y uno en El Bolsón, resultan al menos inquietantes.
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Ahora falta saber qué hará el Gobierno para impedir que la escalada de violencia, todavía relativamente incipiente, escale y se expanda. Como dije la semana pasada, no tengo duda alguna que Mauricio Macri se ha puesto las botas y avanza a paso redoblado sobre la realidad política nacional e internacional (caso Venezuela), pero aún resta conocer su posición frente a estos hechos, cuyo inmediato futuro puede ya verse en el sur de Chile, la otra víctima de sus provocados incendios, devastación y muerte, impunes por decisión del gobierno socialista de Michelle Bachelet.
El Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires está lo suficientemente preocupado por los trascendidos que hablan de una intensificación de estas acciones en las semanas que median hasta las elecciones legislativas del 22 de octubre, y ha dado directivas “defensivas” a sus efectivos. Pero, al menos por ahora, nada parece haber hecho para conjurar el peligro.
En esta rara Argentina que hemos sabido conseguir, con los terroristas premiados con indemnizaciones gigantescas y opacas, sentados en gobernaciones, ministerios y sillones parlamentarios, las Fuerzas Armadas tienen vedado, por ley, realizar acciones militares dentro del territorio. Para modificar ese marco legal, aún si quisiera que actuaran contra el narcotráfico y el terrorismo, Cambiemos carece de fuerza en las cámaras del Congreso y dudo que fuera acompañado por las distintas formas del peronismo.
Por lo demás, ¿quién asegura que los oficiales y suboficiales cumplirían las órdenes aún cuando contaran con el respaldo legislativo? Todos hemos visto a este ¿honorable? poder del Estado -un verdadero aguantadero de criminales, que se nutrirá pronto con la presencia de Cristina Kirchner- declarar la nulidad de las leyes de “obediencia debida” y “punto final”, que había sancionado veinte años antes. ¿Quién puede asegurarles que no lo haría nuevamente en el futuro?
Y también vemos a los fiscales “legítimos” y jueces prevaricadores, verdaderos asesinos togados, violar todas las normas constitucionales (legalidad, principio de inocencia, irretroactividad de la ley, defensa en juicio, juez natural, etc.) para perseguir y encarcelar de por vida a más de dos mil militares de los que lograron que pudiéramos conservar la integridad nacional y la democracia, cumpliendo órdenes legítimas de una Presidente democrática, integrante de la fórmula que obtuvo el mayor porcentaje de votos de la historia, durante el Operativo Independencia, en Tucumán; más de cuatrocientos ya murieron en cautiverio. El beneficio de la prisión domiciliaria concedida, por intercesión de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, clama al cielo; los presos políticos de esta democracia reconquistada en 2015, son mucho más viejos y no tienen posibilidad alguna de entorpecer la investigación de hechos ocurridos hace cuarenta años y, sin embargo, ese beneficio, de todo punto de vista legal, no le es reconocido.
Y recordemos que el Presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, dijo hace tiempo y sin ponerse colorado, que los juicios por los supuestos crímenes de lesa humanidad son una política de Estado, consensuada con los otros dos poderes; ¿no debían los jueces impartir justicia? Pensemos que, después del fallo “Muiña” del alto Tribunal, que aplicó correctamente el principio de la ley más benigna, el Congreso, casi por unanimidad -Cambiemos la inspiró- sancionó una ley que establece que ese beneficio no resulta aplicable a los amañados procesos por supuestos crímenes de lesa humanidad. ¿Qué dirá al respecto la Corte cuando deba expedirse en casos similares?
Espero, ya con pocas esperanzas, que el ignominioso tema de los presos políticos se solucione a partir de octubre, porque constituye hoy la mancha más penosa que pesa sobre la política de derechos humanos del actual gobierno al que, como queda claro, votaré en las legislativas.
Bs.As., 2 Sep 17
—
Enrique Guillermo Avogadro
PrisioneroEnArgentina.com
Septiembre 2, 2017
Postales desde Argentina
Postales Gratis para turistas en Argentina
EZEIZA
Baradel, un sindicalista de primera clase
Roberto Baradel, un modesto sindicalista, mostró su clase y -además, enojado- los tickets para demostrar que no es un viajero de primera clase…
ARGENTINA
…para todo lo demás, PapaCard
Guilermo Moreno es “el elegido”. Ha llegado a la tierra como el nuevo mesías. A cuantos empresarios le hizo la cruz! ¿Dios? Dios ya no es argentino…
LEGISLADORES
Los Pobres también lloran
17.000 razones para que a los argentinos no den el premio Nobel de la estupidez. Nosotros los votamos, ellos votan para aumentarse el salario, ellos nos botan.
CANDIDATOS II
Exhibiendo credenciales para el cargo
Una mujer que no necesita mas frente para una Victoria. Suerte! Que no sea una presidenta despechada!
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]ORAN, RUTA 50
“Nos quieren confiscar la mercadería de contrabando”
Los bagayeros protestan porque no les permiten hacer algo ilegal. ¿En el reino del revés?
CANDIDATOS I
Francisco lo cría…
A falta de Milani, buenos son los Vera. Moreno y Vera son el Peronismo para el bien común (De Vera y Moreno, claro)
CAMALEONES
“Yo no fuí… yo no estaba… no me acuerdo…”
Es entendible lo de Fernández. Yo también vivía en una cueva. Las palabras de Fernández suenan como las de otro prócer, Martín Balza.
CANDIDATOS III
La C.D. de ese club de bochas, preocupados…
Arrimameelbochin Bochas Club llama a elecciones y la señora Papaleo piensa presentarse a las mismas. No se nos ocurre otra carrera presidencial Se congela la sangre de pensar que busca la presidencia de la República Artorcida. Después de Carlitos, Nestitor, Cristininita…. ¿chanta 4?
[/ezcol_1half_end]And now, ladies and gentlemen… Mr. President.
Probó cantando, bailando, jugando al fútbol, como presidente de un país… será un pingponista exitoso?
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 4, 2017
Para él
Escribe Luis Bardín.
“PARA ÉL”
Falso líder inventaron los maestros.
Cual necios creyentes, muy confiados,
en manos de mediocre dirigente,
servidor de espuria ideología,
su sagrada misión han delegado.
Confiados que no aspira a gloria propia
algunos sobre el simio se han montado
reclamando sus justas pretensiones
aunque hay muchos que se le han desacatado
pensando en el mal que al niño hacen,
comprendiendo el daño de estos paros
y que a grupa desbocada de un primate
fueron llevados desde aula educadora
a la farsa de una escuela itinerante.
Luis Bardín.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 18, 2017
Alpargatas si…
Escribe Luis Bardín.
ALPARGATAS SÍ…
El preceptor Baradel
junto a su alto comando
escuelita itinerante
en el Congreso instalaron.
Los Zurdos de Baradel
inventaron dos mentiras:
que hubo crueles asesinos
que mataron 30 mil
y patriotas idealistas
que mataban por la espalda
para robarles las armas
a milicia represiva.
Para enseñar otra historia,
preñada de ideologías,
durante más de 10 años,
diciendo esas dos mentiras,
reclutaron en las aulas
soldaditos piqueteros
y entusiastas populistas.
La labor quedó inconclusa.
Hubo derrota en las urnas
y tarea interrumpida.
Paritaria es hoy la excusa
para continuar luchando
por una patria ultra zurda.
No se siente derrotado
aunque miles de maestros
ya se le han desacatado.
Su gran locura sería
pensar que volver al aula
y el volver a ser maestros
al docente humillaría.
Luis Bardín.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 13, 2017
¿Seguiremos mirándolo por televisión?
Escribe Enrique Guillermo Avogadro.
“En la trinchera no hay ateos”
Siempre he sostenido que “con una Justicia seria, independiente y rápida, todo será posible; sin ella, nada lo será”. Hoy afirmo que la nuestra, con sus inexplicables demoras en la justificada detención –porque están alterando las pruebas y se los imputa de delitos no excarcelables- de los responsables del saqueo, contribuye en mucho a afectar la gobernabilidad.
Esta semana el operativo destituyente del kirchnerismo –sumado a un importante sector del peronismo de la Provincia de Buenos Aires, a los “trabajadores de la educación”, a las dos CTA, a los movimientos trotskistas y a organizaciones piqueteras- para recuperar el poder y, por qué negarlo, garantizar la impunidad de su jefa y la banda de gangsters que integran su asociación ilícita, se puso finalmente en marcha. Lamentablemente, los tres gobiernos se rehusan a utilizar la fuerza pública para evitar los desmanes, por miedo a que les tiren un muerto, el recurso habitual de los complotados. Olvidan que esa actitud se transformará en una elevadísima factura que les presentará en octubre su propia base electoral, harta de las complicaciones que los permanentes cortes e impedimentos traen aparejadas, mientras que los beneficiarios de tanta inacción jamás los votarán.
La pregunta obligada es, entonces, qué debemos hacer los ciudadanos de a pie, que mayoritariamente optamos por Macri y Vidal, para evitar que estos subversivos sigan avanzando, como siempre ha sucedido cuando quien ocupaba la Casa Rosada no era peronista. ¿Cómo olvidar que, para robarse YPF, Néstor nos dejó sin luz ni gas, y con ello dilapidó las reservas?, ¿que “desapareció” los fondos de Santa Cruz?, ¿que trató de destruir al campo?, ¿que canceló anticipadamente la deuda con el FMI y nos endeudó con Chávez a tasas enormemente mayores?, ¿que el kirchnerismo fue socio del potenciado narcotráfico?, ¿que su viuda intentó “democratizar” la Justicia y colonizó la Procuración General y la administración pública en general?.
Aún en contra de la voluntad de Cambiemos, ¿no deberíamos salir nosotros a la calle para demostrar que somos más, que queremos la democracia y estamos dispuestos a defenderla a como dé lugar? ¿Por qué no desobedecer a los llamados a las huelgas e ir a trabajar? ¿Por qué no manifestarnos frente al Consejo de la Magistratura para exigirle que controle a los jueces y los obligue a acelerar los procedimientos para terminar con la impunidad de tantos ladrones, que se ha transformado en un verdadero cachetazo a la sociedad? Si fuera verdad que un sector del Gobierno prefiere a Cristina Fernández en libertad para polarizar con ella en octubre, incurriría en una especulación bastarda que, además, puede costarle muy caro.
Mauricio Macri, con errónea vocación por evitar dar malas noticias, se abstuvo de explicar la magnitud de la crisis -que no había sido percibida como tal, pese a ser enormemente más grave que la del 2001- heredada de la verdadera década infame que lo precedió; la última oportunidad para hacerlo la perdió el 1° de marzo de 2016, cuando inauguró por primera vez las sesiones ordinarias del Congreso. Hoy, a quince meses de haber asumido, es obviamente tarde y eso contribuye a facilitar la penetración del discurso subversivo en una sociedad innegablemente golpeada por una economía que, si bien ya muestra signos de crecimiento, no ha llegado aún a aliviar la situación de los más desprotegidos.
Por lo demás, víctima de su férrea creencia en una nueva forma de comunicación y pecando de un exceso de pluralidad en los medios propios, padece el manto de silencio que la prensa en general ha extendido sobre sus logros, muchos de ellos importantes, mientras se centran en las malas noticias, que los inconformes y los preocupados magnifican.
Todos los líderes gremiales, en especial aquéllos que integran el triunvirato que dice conducir a la “columna vertebral del peronismo”, padecen de un mismo mal. Acosados por la izquierda insurreccional que los corre a panzazos, acompañada por el siempre oportunista kircherismo, describen problemas inexistentes (el desempleo y la excesiva importación) y perjudican a quienes dicen representar mientras no ofrecen solución alguna. El cierre de la economía que reclaman (“vivir con lo nuestro”, como pretendía Aldo Ferrer) condenará a los argentinos a seguir pagando más caros los productos que necesitan, que serán de inferior calidad; la limitación legal a los despidos y suspensiones que exigen, y los incrementos de los costos laborales, impedirán la creación de nuevos empleos; los eventuales aumentos de impuestos o la emisión monetaria o el endeudamiento –si no es así, ¿de dónde saldrán los recursos?- para financiar los planes y subsidios generarán mayor inflación, que siempre terminan pagando los asalariados.
Lo remarcable es que toda la actividad desplegada para expulsar al Gobierno –huelgas salvajes, piquetes de todo tipo, ollas populares, violencia callejera- no hace más que perjudicar a sus presuntos beneficiarios. Al impedir que se eduquen y se perfeccionen, aleja sus posibilidades de reinserción en un mundo que expulsa a trabajadores no calificados para reemplazarlos por robots; al generar tanta inestabilidad institucional, espanta las posibles inversiones; al cerrar las calles al transporte, dificultan enormemente la llegada al trabajo de todos, haciéndoles perder los premios por presentismo.
Los jerarcas docentes (¡hemos cambiado a Sarmiento por Baradel!) están expulsando a los niños de la educación pública, ya que el ausentismo tradicional y los frecuentes paros obligan a los padres a inscribirlos en escuelas parroquiales y privadas, duplicando el gasto familiar y, al no dar clases, complican la vida de las familias más pobres, que no tienen con quien dejar sus hijos y, muchas veces, hace que éstos pasen hambre. Lo peor es que los reclamos salariales son acompañados por la cerrada negativa a que se evalúe la enseñanza. El presupuesto destina el mayor porcentaje de la historia (exceptuando al período de Illia) a sostener la educación, pero el 90% se destina a sueldos. Por cada cargo docente hay cinco maestros y uno de cada cuatro nunca trabaja como tal; sin embargo, la brillante moción de Juan José Llach para que se negocie con los gremios corregir esa horrible distorsión, despedir a los permanentes ausentes y repartir el dinero así ahorrado entre los que sí trabajan (25% de aumento) ni siquiera fue escuchada.
María Eugenia Vidal está haciendo lo correcto al mantenerse firme frente al salvajismo de los líderes docentes que mantienen a millones de chicos fuera de las aulas; la ciudadanía debe condenarlos sin matices y salir a la calle para respaldar a su Gobernadora en esta puja. Pero ella también está obligada a actuar para terminar con la indignidad que constituyen tantos ladrones kirchneristas -empezando por el mismo Daniel Scioli-, que han saqueado a la Provincia y transformado al Conurbano en un páramo de violencia, droga y miseria, pavoneándose en libertad mientras convocan a la destitución de las autoridades electas.
Un párrafo final para el dilema que enfrentará en los próximos días la Corte Suprema cuando deba decidir sobre la libertad de Milagro Sala (que no es una presa política sino una política presa y puede interferir u alterar pruebas en la investigación de los múltiples delitos que se le imputan) que le reclaman los organismos internacionales de derechos humanos, y su sempiterno desprecio por la suerte de los dos mil presos militares y civiles, ancianos a los cuales se les niega la detención domiciliaria pese a su edad y a las enfermedades que padecen y, en muchos casos, soportan prisiones preventivas por décadas. Con la integración de los Dres. Rosatti y Rosenkrantz, ¿seguirá siendo tuerta?
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 18, 2017
La pesada herencia de la anarquía
Cuando los que deciden no son los indicados…
Escribe Marta Escobar.
El preceptor Roberto Baradel decide quienes se educan, cuándo, y quienes no.
La exclusiva decisión del impresentable, multimillonario e inescrupuloso secretario de Futbolistas Argentinos Agremiados Sergio Marchi, es determinante “si se juega o no” al fútbol en toda la República Argentina y en todas las categorías.
Las organizaciones sociales dirigen el tránsito por las principales calles y rutas del país, coartando el derecho constitucional de la libre circulación.
EL “garantismo zaffaroniano” decide quién vive y quien muere, otorgando prioridad a los derechos de los delincuentes sobre el de las víctimas.
Los fanáticos de “Justicia Legitima” opinan y fallan de acuerdo a las conveniencias del partido en el que militan.
Los organismos de DDHH definen cuales son los verdaderos y legítimos derechos humanos, y a quienes les corresponden.
Los gremialistas del transporte disponen en que momento los usuarios de colectivos, trenes, subtes y ómnibus de larga distancia, lograran trasladarse o programar un viaje.
¡Pobre mi querida Argentina! … Qué difícil será sobrevivir con tanta anarquía y prepotencia.
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PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 13, 2017
PORQUE SÍ
Escribe Luis Bardín.
PORQUE SÍ
Un exitoso maestro,
con rasgos de ilustre simio,
que no tiene antecedentes
de haberle enseñado a niños
ni el haber estado al frente,
en clase o en aula alguna,
ejerciendo de docente,
en reportaje exclusivo,
fue la sorpresa en TN.
¿En que escuela trabajó?
Fue la pregunta ¿inocente?
que Don Wiñaski le hiciera.
Se levantó de la mesa.
Para el simio fue algo hiriente.
Abandonó la entrevista.
¡El no contesta preguntas
de insolentes periodistas!
Le hará un paro a la Vidal.
Ni le importa qué le ofrecen
al gremio que representa.
Su objetivo es el parar,
politizar la protesta
y unirse a la CGT.
¡Todos juntos a la huelga!
Desde hace 26 años
en que abrazó la carrera
de dirigente gremial
hizo muy pocos aportes
al gremio de la docencia.
Luis Bardín.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 3, 2017