La Persecución de los Gitanos

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 Por Wilson Gonzalez.

El pueblo gitano, a menudo llamado romaní, ha enfrentado siglos de discriminación, desplazamiento forzado y violencia en toda Europa. Originarios de la India, emigraron a Europa alrededor del siglo XIV, donde se encontraron con hostilidad y exclusión. Su persecución ha abarcado desde restricciones legales y ostracismo social hasta genocidio durante el Holocausto. A pesar de estas dificultades, los gitanos han preservado su identidad cultural, demostrando una resiliencia notable.

Desde su llegada a Europa, las comunidades gitanas fueron consideradas forasteras. Muchos estados europeos promulgaron leyes antigitanas, restringiendo su movimiento y negándoles derechos básicos. En España, la monarquía intentó asimilar o expulsar a la población gitana ya en el siglo XV. En Francia e Inglaterra, los gitanos fueron a menudo tildados de criminales y sometidos a trabajos forzados o deportación.

Para el siglo XVIII, Austria-Hungría implementó políticas destinadas a erradicar la cultura romaní, incluyendo la prohibición de su lengua y tradiciones. Estos esfuerzos fracasaron, pero sentaron un precedente para futuras persecuciones.

El régimen nazi atacó a los romaníes junto con los judíos, etiquetándolos como racialmente inferiores. Bajo las órdenes de Hitler, miles de romaníes fueron deportados a campos de concentración, donde se enfrentaron a trabajos forzados, experimentos médicos y ejecuciones masivas. El Porajmos, o “Devoración”, se refiere al genocidio de 500.000 romaníes durante la Segunda Guerra Mundial.

A pesar de su sufrimiento, las víctimas romaníes fueron en gran medida excluidas de las reparaciones de posguerra, y su difícil situación permaneció infrarrepresentada en las narrativas históricas.

Incluso después de la Segunda Guerra Mundial, las comunidades romaníes continuaron sufriendo discriminación institucional. En la Europa del Este comunista, los gobiernos obligaron a los romaníes a vivir en asentamientos, despojándolos de su estilo de vida nómada. En Checoslovaquia, las mujeres romaníes fueron sometidas a esterilización forzada, una práctica que persistió hasta la década de 1990.

Hoy en día, las poblaciones romaníes en Hungría, Eslovaquia y Rumanía sufren segregación educativa, discriminación laboral y brutalidad policial. Los crímenes de odio contra la comunidad romaní siguen siendo frecuentes, y grupos de extrema derecha atacan a sus comunidades.

La persecución de la población romaní es una de las injusticias más antiguas de Europa. Si bien se han intensificado los esfuerzos para mejorar sus derechos, persisten los desafíos. Reconocer su historia y abordar la discriminación sistémica es crucial para garantizar la igualdad de trato y la preservación de su cultura.

 


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Junio 16, 2025


 

¿Cuál es el país más infeliz de la Unión Europea?

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La Oficina Europea de Estadística ha publicado sus últimos datos sobre satisfacción con la vida en el bloque comunitario. Con una puntuación global de 5,6 sobre 10, Bulgaria es el país más infeliz de la Unión Europea (UE), de acuerdo con los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat, por su acrónimo en inglés) publicados esta semana.

Bulgaria es, con diferencia, el país más descontento de la UE. El ex país comunista, que se unió a la Unión Europea en 2007, quedó último en una encuesta de Bruselas sobre satisfacción con la vida.

Los búlgaros promediaron sólo 4,8 en una escala de felicidad de cero a 10, a cierta distancia de Portugal, el siguiente país más miserable con 6,2. Bulgaria tiene el PIB más bajo de la UE y su tasa de desempleo es del 10,8 por ciento, por encima del promedio del bloque del 9,8 por ciento. El salario medio anual en Bulgaria fue de 1.949 euros en 2013, el más bajo de la UE. El país experimentó un rápido crecimiento entre 2004 y 2008, pero se vio muy afectado por la crisis económica.

Pero Dimitar Bechev, experto en el sudeste de Europa de la Escuela de Economía de Londres, sugirió que la miseria de Bulgaria tenía más matices que simplemente dinero.

“La adhesión a la UE no ha hecho felices a los búlgaros”, afirmó. “Se ve como un mal necesario y quizás las expectativas eran mayores, pensaron que era la solución mágica.

“Los búlgaros veían a su propio gobierno como problemático y a Europa como la solución. Pero desde que la crisis económica cambió, no pueden confiar en nadie. Hay una naturaleza subyacente en el pueblo y la sociedad búlgaros: no confiar en nadie.

El segundo país de la UE más insatisfecho es Alemania, con una puntuación de 6,5, lo que supone un fuerte descenso respecto al año pasado (7,1), mientras que el tercero es Grecia, con una media de satisfacción con la vida de 6,7.

Los otros Estados de la región más ‘infelices’ son, por este orden, Letonia (6,8), Croacia (6,8), Hungría (6,9), Eslovaquia (7) y Portugal (7).

En contraposición, los tres países más felices del bloque europeo son Austria (7,9), Polonia (7,7) y Rumanía (7,7). Les siguen Finlandia, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca y Eslovenia, con puntuaciones que oscilan entre 7,5 y 7,7.

El nivel de estudios parece ser el factor más fiable para predecir la satisfacción vital en la Unión Europea, ya que las personas con estudios universitarios que participaron en el sondeo manifestaron tener niveles de felicidad superiores a los de los encuestados que abandonaron los estudios.

 


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Diciembre 16, 2023