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  Por Candace Herrera.

Geraldine Ferraro fue una figura pionera en la política estadounidense, conocida por ser la primera mujer nominada a la vicepresidencia por un partido político importante en Estados Unidos. Su nominación en 1984 como compañera de fórmula del candidato presidencial demócrata Walter Mondale marcó un momento significativo en la historia de la igualdad de género en la política. Más allá de este hito, Ferraro fue una férrea defensora de los derechos de las mujeres, la justicia social y los valores democráticos.

Geraldine Anne Ferraro nació el 26 de agosto de 1935 en Newburgh, Nueva York. Criada en una familia italoamericana de clase trabajadora, aprendió los valores del trabajo duro y la perseverancia desde temprana edad. Su padre falleció cuando ella era joven, dejando a su madre al cuidado de la familia. A pesar de sus dificultades económicas, Ferraro destacó académicamente y obtuvo una beca para el Marymount College, donde se licenció en Lengua Inglesa. Posteriormente, obtuvo su título de abogada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Fordham, convirtiéndose en una de las pocas mujeres de su generación.

Antes de entrar en la escena política nacional, Ferraro trabajó como abogada y posteriormente se desempeñó como fiscal adjunta de distrito en Queens, Nueva York. En 1978, fue elegida para la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, donde rápidamente se labró una sólida reputación como firme defensora de la igualdad de género, la educación y la justicia económica. Impulsó políticas destinadas a mejorar las condiciones de las mujeres y las familias, incluyendo la igualdad salarial y la ampliación de los servicios sociales.

Ferraro

El ascenso de Ferraro en el Partido Demócrata culminó con su elección como compañera de fórmula de Walter Mondale en las elecciones presidenciales de 1984. Su nominación fue histórica y marcó un avance para las mujeres en la política estadounidense. Aunque la fórmula Mondale-Ferraro finalmente perdió ante el presidente en ejercicio, Ronald Reagan, la candidatura de Ferraro inspiró a generaciones de mujeres a aspirar a puestos de liderazgo en el gobierno.

Tras su campaña a la vicepresidencia, Ferraro continuó influyendo en la política, la defensa de derechos y los asuntos internacionales. Se desempeñó como embajadora de Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y mantuvo una postura firme en temas como la atención médica, los derechos de las mujeres y la reforma del financiamiento de campañas.

Su legado va más allá de sus logros políticos; allanó el camino para que futuras candidatas, como Hillary Clinton y Kamala Harris, se postularan a altos cargos. El papel pionero de Ferraro en las elecciones de 1984 demostró que las mujeres podían competir en los niveles más altos de liderazgo y gobernanza.

La vida y la carrera de Geraldine Ferraro se definieron por la resiliencia, la dedicación y el compromiso de romper barreras. Su histórica candidatura a la vicepresidencia marcó un punto de inflexión en la política estadounidense, demostrando que el género nunca debe ser un obstáculo para la ambición. Sigue siendo un ícono del progreso, y su legado sigue inspirando los esfuerzos por la igualdad de género y la representación en el liderazgo político.

Ella falleció el 26 de marzo del año 2011 en Boston, Massachussets, a las 75 años.

 


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Mayo 19, 2025