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  Por Olivia Davis.

Las Planchas de Kinderhook son un conjunto de seis pequeñas placas de latón con forma de campana, descubiertas en Kinderhook, Illinois, en 1843. Inicialmente, se creyó que estas placas, inscritas con misteriosos símbolos, eran artefactos antiguos vinculados a las civilizaciones nativas americanas. Su descubrimiento despertó un gran interés, especialmente entre los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Iglesia SUD), ya que se creía que corroboraban las afirmaciones históricas del Libro de Mormón.

Las planchas fueron desenterradas por residentes locales durante la excavación de un túmulo funerario. Las inscripciones en las planchas se interpretaron como evidencia de una civilización perdida y fueron llevadas a Joseph Smith, fundador de la Iglesia SUD, para su examen. Se dice que Smith afirmó haber traducido una parte de las planchas, sugiriendo que contenían un registro de un descendiente de Cam, un personaje bíblico.

Joseph Smith Jr.

Sin embargo, la autenticidad de las Planchas de Kinderhook pronto fue puesta en duda. En 1855, uno de los involucrados en su descubrimiento, Wilbur Fugate, admitió que las planchas eran un engaño. Fugate reveló que él y otros dos las habían fabricado utilizando ácido para grabar las inscripciones y las habían enterrado en el montículo para engañar al público. Su intención era exponer las afirmaciones de Smith sobre la traducción y desacreditar a la Iglesia SUD.

A pesar de la confesión de Fugate, las planchas de Kinderhook continuaron siendo tema de debate entre historiadores y eruditos religiosos. Algunos miembros de la Iglesia SUD defendieron inicialmente la autenticidad de las planchas, mientras que otros aceptaron el engaño como prueba de la falibilidad de Smith. La controversia en torno a las planchas pone de relieve los desafíos que supone verificar artefactos históricos y el impacto de tales descubrimientos en las creencias religiosas.

En el siglo XX, el análisis científico de las planchas de Kinderhook confirmó su origen moderno. Las pruebas metalúrgicas revelaron que las planchas se fabricaron con técnicas del siglo XIX, lo que refuerza la confesión de Fugate. Hoy en día, las Placas de Kinderhook se consideran una advertencia sobre la importancia del análisis crítico y el escepticismo en la investigación histórica.

En resumen, las Placas de Kinderhook constituyen un ejemplo fascinante de cómo los artefactos fabricados pueden influir en las narrativas religiosas e históricas. Su historia subraya la necesidad de un escrutinio riguroso en el estudio de la historia y las complejidades de la fe y la evidencia.

 


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Marzo 25, 2025