El cruce masivo de migrantes por la frontera entre México y Estados Unidos, que se ha agudizado en los últimos meses, ha llevado al presidente Joe Biden a retomar una de las grandes promesas de su predecesor, Donald Trump: ampliar el muro fronterizo. La Casa Blanca acaba de anunciar que construirá una sección de 32 kilómetros de una valla metálica en el sur de Texas, en un esfuerzo por detener los cruces por el Río Bravo (llamado Grande en Estados Unidos).
La construcción de un muro fronterizo fue una de las políticas estrella de Trump como presidente, a la que los demócratas se opusieron ferozmente. En 2020, Biden prometió que no construiría ni un pie más de muro si era elegido. Su gobierno aprobó una declaración después de asumir el poder que decía que construir un muro a lo largo de la frontera sur “no es una solución política seria”. Pero el miércoles por la noche, fuentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza defendieron la nueva ampliación del muro, argumentando que estaban utilizando fondos ya asignados para una barrera fronteriza.
“El Congreso asignó fondos del año fiscal 2019 para la construcción de la barrera fronteriza en el Valle del Río Grande, y el DHS (Departamento de Seguridad Nacional) debe utilizar esos fondos para el propósito asignado”. La medida ha generado críticas, como las de los ambientalistas que dicen que el muro atravesarán los hábitats de plantas y animales en peligro de extinción.
“Es desalentador ver al presidente Biden rebajarse a este nivel, dejando de lado las leyes ambientales fundamentales de nuestra nación para construir muros fronterizos ineficaces que matan la vida silvestre”, dijo Laiken Jordahl, defensora de la conservación en el Centro para la Diversidad Biológica.
Y es que construir el muro implica dejar de aplicar decenas de leyes federales, incluida la Ley de Aire Limpio y la Ley de Agua Potable Segura. En la misma zona del Valle del Río Grande, el gobierno estatal de Texas había instalado unas boyas con púas que un juez federal ordenó retirar el mes pasado. El creciente número de cruces fronterizos de personas indocumentadas ha hecho que el tema se ponga en el centro del debate en Washington.
Las autoridades migratorias han registrado 245,000 cruces tan solo en el área del Valle del Río Grande, en el sur de Texas. Y se espera que septiembre se alcance un nuevo récord. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, habló de la “necesidad aguda e inmediata” de construir la nueva sección del muro y evitar entradas de indocumentados. El nuevo muro consistirá en grandes bolardos incrustados en una base de hormigón, así como puertas, cámaras y equipos de videovigilancia. El DHS dijo que utilizaría fondos obtenidos durante la presidencia de Donald Trump para construir la nueva sección.
El tema migratorio está en la agenda de una reunión este jueves entre el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en Ciudad de México.
Esta es la primera vez que el gobierno de Biden utiliza sus poderes para aprobar la construcción de nuevas secciones del muro fronterizo, algo que impulsó Trump a lo largo de su gobierno (2017-2021). El republicano aprobó la construcción de alrededor de 80 km de nuevas vallas, así como la renovación de casi 650 km de barreras existentes. Luego de anunciarse la nueva ampliación en el sur de Texas, Trump culpó a Biden de causar la crisis migratoria al derogar las políticas fronterizas estrictas que implementó durante su gobierno. “Él tiene que hacer todas las [otras] cosas que estábamos haciendo”, dijo a la cadena de noticias Fox News.
El presidente mexicano rechazó la medida: “Esa autorización para la construcción del muro es un retroceso. Porque eso no resuelve el problema. Hay que atender las causas”, dijo este jueves.
El congresista demócrata Henry Cuellar, de un distrito fronterizo de Texas, dijo en sus redes sociales: “Un muro fronterizo es una solución del siglo XIV a un problema del siglo XXI”. “Sigo oponiéndome al despilfarro del dinero de los contribuyentes en un muro fronterizo ineficaz“, añadió.
Además de las críticas por los posibles daños al medioambiente, otros analistas recordaron la vieja promesa de Trump: “Bueno, México no pagó por el muro, pero Biden sí“, tuiteó Matt Stoller, director de investigación del American Economic Liberties Project.. Varias ciudades estadounidenses han alertado de que están enfrentando graves problemas por la afluencia de migrantes. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, predijo que el costo de la vivienda para los más de 100,000 recién llegados desde el año pasado aumentará a $12,000 millones de dólares en los próximos tres años. Adams viajará a México, Colombia y Ecuador esta semana para disuadir a los migrantes de llegar ahí. “Estamos al límite de nuestra capacidad”, dijo el martes.
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El cruce masivo de migrantes por la frontera entre México y Estados Unidos, que se ha agudizado en los últimos meses, ha llevado al presidente Joe Biden a retomar una de las grandes promesas de su predecesor, Donald Trump: ampliar el muro fronterizo. La Casa Blanca acaba de anunciar que construirá una sección de 32 kilómetros de una valla metálica en el sur de Texas, en un esfuerzo por detener los cruces por el Río Bravo (llamado Grande en Estados Unidos).
La construcción de un muro fronterizo fue una de las políticas estrella de Trump como presidente, a la que los demócratas se opusieron ferozmente. En 2020, Biden prometió que no construiría ni un pie más de muro si era elegido. Su gobierno aprobó una declaración después de asumir el poder que decía que construir un muro a lo largo de la frontera sur “no es una solución política seria”. Pero el miércoles por la noche, fuentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza defendieron la nueva ampliación del muro, argumentando que estaban utilizando fondos ya asignados para una barrera fronteriza.
“El Congreso asignó fondos del año fiscal 2019 para la construcción de la barrera fronteriza en el Valle del Río Grande, y el DHS (Departamento de Seguridad Nacional) debe utilizar esos fondos para el propósito asignado”. La medida ha generado críticas, como las de los ambientalistas que dicen que el muro atravesarán los hábitats de plantas y animales en peligro de extinción.
“Es desalentador ver al presidente Biden rebajarse a este nivel, dejando de lado las leyes ambientales fundamentales de nuestra nación para construir muros fronterizos ineficaces que matan la vida silvestre”, dijo Laiken Jordahl, defensora de la conservación en el Centro para la Diversidad Biológica.
Y es que construir el muro implica dejar de aplicar decenas de leyes federales, incluida la Ley de Aire Limpio y la Ley de Agua Potable Segura. En la misma zona del Valle del Río Grande, el gobierno estatal de Texas había instalado unas boyas con púas que un juez federal ordenó retirar el mes pasado. El creciente número de cruces fronterizos de personas indocumentadas ha hecho que el tema se ponga en el centro del debate en Washington.
Las autoridades migratorias han registrado 245,000 cruces tan solo en el área del Valle del Río Grande, en el sur de Texas. Y se espera que septiembre se alcance un nuevo récord. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, habló de la “necesidad aguda e inmediata” de construir la nueva sección del muro y evitar entradas de indocumentados. El nuevo muro consistirá en grandes bolardos incrustados en una base de hormigón, así como puertas, cámaras y equipos de videovigilancia. El DHS dijo que utilizaría fondos obtenidos durante la presidencia de Donald Trump para construir la nueva sección.
El tema migratorio está en la agenda de una reunión este jueves entre el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en Ciudad de México.
Esta es la primera vez que el gobierno de Biden utiliza sus poderes para aprobar la construcción de nuevas secciones del muro fronterizo, algo que impulsó Trump a lo largo de su gobierno (2017-2021). El republicano aprobó la construcción de alrededor de 80 km de nuevas vallas, así como la renovación de casi 650 km de barreras existentes. Luego de anunciarse la nueva ampliación en el sur de Texas, Trump culpó a Biden de causar la crisis migratoria al derogar las políticas fronterizas estrictas que implementó durante su gobierno. “Él tiene que hacer todas las [otras] cosas que estábamos haciendo”, dijo a la cadena de noticias Fox News.
El presidente mexicano rechazó la medida: “Esa autorización para la construcción del muro es un retroceso. Porque eso no resuelve el problema. Hay que atender las causas”, dijo este jueves.
El congresista demócrata Henry Cuellar, de un distrito fronterizo de Texas, dijo en sus redes sociales: “Un muro fronterizo es una solución del siglo XIV a un problema del siglo XXI”. “Sigo oponiéndome al despilfarro del dinero de los contribuyentes en un muro fronterizo ineficaz“, añadió.
Además de las críticas por los posibles daños al medioambiente, otros analistas recordaron la vieja promesa de Trump: “Bueno, México no pagó por el muro, pero Biden sí“, tuiteó Matt Stoller, director de investigación del American Economic Liberties Project.. Varias ciudades estadounidenses han alertado de que están enfrentando graves problemas por la afluencia de migrantes. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, predijo que el costo de la vivienda para los más de 100,000 recién llegados desde el año pasado aumentará a $12,000 millones de dólares en los próximos tres años. Adams viajará a México, Colombia y Ecuador esta semana para disuadir a los migrantes de llegar ahí. “Estamos al límite de nuestra capacidad”, dijo el martes.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 14, 2023