Siempre actué para tener mi conciencia tranquila y evitar con el tiempo los arrepentimientos del pasado. Luego vino el ilegal encierro en este mundo paralelo en donde se pierde no solo la libertad, sino también todo derecho arrastrándose a la familia en este oscuro destino.
Hoy me limito a ser un observador de los acontecimientos del país que ya no quiero y en los que no tengo injerencia ni participación alguna. Pese a esta circunstancia en contra de la opinión de muchos, no dejo de expresarme sobre la deshonestidad, desaguisados, mentiras e hipocresía a mansalva con la que actúa el gobierno. Así repudio los recientes y trágicos acontecimientos ocurridos en las proximidades del Congreso de la Nación.
Allí, quienes antes fueron por nosotros los adultos mayores, imputándonos por los mal llamados delitos de lesa humanidad ante la indiferencia generalizada, hoy van por MAURICIO MACRI y los miembros del “mejor equipo en los últimos 50 años”. Desde ya que el caso de ellos es muy diferente al nuestro, según la coyuntura, de ser necesario, no tienen límites para continuar con sus vidas placenteras en el país del mundo que quieran elegir.
POLICÍAS HERIDOS, LACERADOS O MUERTOS, NADA LES IMPORTA.
La estrategia aplicada hoy por el gobierno, fue completamente inmoral y deleznable al poner a la policía desarmada y con orden de no actuar, mientras los diputados deliberaban en el interior del Congreso-aguantadero.
La misión policial fue que sus miembros fueran heridos, lacerados o muertos para sacar rédito político y justificar el accionar “duro” que tuviera la Gendarmería la semana pasada. Eso comprometía al gobierno a través de su Ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Decenas así fueron heridos. Acá es donde entra a jugar mi tranquilidad de conciencia: mi familia y yo en las elecciones legislativas de octubre pasado, NO VOTAMOS A CAMBIEMOS.
Pensar en los jefes policiales, que se prestaron a este juego sucio de exponer y arriesgar la integridad y vida del personal por meras maniobras políticas, realmente me hace pensar que casi está agotando el sentido moral, en este territorio llamado Argentina y eso se deberá pagar muy caro.
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LA TARDE QUE MURIÓ LA RAZÓN
Los políticos mienten o no dicen la verdad. Cuando se trata de conveniencias personales, se escudan en lo que los puede beneficiar. Es decir, toman el sable del heroísmo para condenar lo que les puede dar satisfacciones en las urnas y para contentar a los descerebrados, a quienes encandilan con espejitos de colores. Mientras en el Congreso (ese edificio que se ha convertido en una cueva de forajidos) los legisladores hablaban de represión policial, los efectivos de esta fuerza eran enviados a la máquina de picar carne totalmente desarmados por lo que, en consecuencia, encontrarían una derrota segura. Claro, mientras varios elegidos miraban sus relojes de lujo en sus bancas.
En Argentina, país especialista en seguir sorprendiendo por razones no admiradas, se arrojan por tierra muchos proverbios. Aquí, Groucho Marx no haría reír pues sus frases son ampliamente superadas por una realidad preocupante. Decía Churchill que El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo. Aquí no hace falta. No es necesario explicar ya que otro escándalo sepultará al inmediato.
Y si los políticos utilizan nuestra falta de oxígeno en el cerebro, es muy fácil para estos populistas ingresar en las mentes vandálicas de los que ganan la calle con disfraces de ISIS y agreden no solo a las fuerzas, sino a otros ciudadanos con elementos contundentes.
No hay estrellas crecientes en el mundo político argentino y la basura que dirige los destinos del territorio, nos empuja cada vez mas fuerte al precipicio mientras escapan hacia el otro espacio, más cómodo este. Mientras tanto, se sacrifican vidas y una niña bebe agua de un charco en el norte de nuestro suelo.
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Claudio Kussman
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 18, 2017
“El sentido moral es de gran importancia. Cuando desaparece de una nación,
toda la estructura social va hacia el derrumbe”.
Alexis Carrel (1873-1944)
* Se usa esta frase figurativamente por ejemplo cuando envías a alguien a hacer algo desagradable o incómodo. Mandarlo a la quiebra, al fracaso.
Por Claudio Kussman.
Siempre actué para tener mi conciencia tranquila y evitar con el tiempo los arrepentimientos del pasado. Luego vino el ilegal encierro en este mundo paralelo en donde se pierde no solo la libertad, sino también todo derecho arrastrándose a la familia en este oscuro destino.
[ezcol_1half][/ezcol_1half] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]Hoy me limito a ser un observador de los acontecimientos del país que ya no quiero y en los que no tengo injerencia ni participación alguna. Pese a esta circunstancia en contra de la opinión de muchos, no dejo de expresarme sobre la deshonestidad, desaguisados, mentiras e hipocresía a mansalva con la que actúa el gobierno. Así repudio los recientes y trágicos acontecimientos ocurridos en las proximidades del Congreso de la Nación.
[ezcol_1third][/ezcol_1third] [ezcol_1third][/ezcol_1third] [ezcol_1third_end][/ezcol_1third_end] [ezcol_2third]Allí, quienes antes fueron por nosotros los adultos mayores, imputándonos por los mal llamados delitos de lesa humanidad ante la indiferencia generalizada, hoy van por MAURICIO MACRI y los miembros del “mejor equipo en los últimos 50 años”. Desde ya que el caso de ellos es muy diferente al nuestro, según la coyuntura, de ser necesario, no tienen límites para continuar con sus vidas placenteras en el país del mundo que quieran elegir.
POLICÍAS HERIDOS, LACERADOS O MUERTOS, NADA LES IMPORTA.
La estrategia aplicada hoy por el gobierno, fue completamente inmoral y deleznable al poner a la policía desarmada y con orden de no actuar, mientras los diputados deliberaban en el interior del Congreso-aguantadero.
[ezcol_1half][/ezcol_1half] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]La misión policial fue que sus miembros fueran heridos, lacerados o muertos para sacar rédito político y justificar el accionar “duro” que tuviera la Gendarmería la semana pasada. Eso comprometía al gobierno a través de su Ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Decenas así fueron heridos. Acá es donde entra a jugar mi tranquilidad de conciencia: mi familia y yo en las elecciones legislativas de octubre pasado, NO VOTAMOS A CAMBIEMOS.
Pensar en los jefes policiales, que se prestaron a este juego sucio de exponer y arriesgar la integridad y vida del personal por meras maniobras políticas, realmente me hace pensar que casi está agotando el sentido moral, en este territorio llamado Argentina y eso se deberá pagar muy caro.
[/ezcol_2third] [ezcol_1third_end]LA TARDE QUE MURIÓ LA RAZÓN
Los políticos mienten o no dicen la verdad. Cuando se trata de conveniencias personales, se escudan en lo que los puede beneficiar. Es decir, toman el sable del heroísmo para condenar lo que les puede dar satisfacciones en las urnas y para contentar a los descerebrados, a quienes encandilan con espejitos de colores. Mientras en el Congreso (ese edificio que se ha convertido en una cueva de forajidos) los legisladores hablaban de represión policial, los efectivos de esta fuerza eran enviados a la máquina de picar carne totalmente desarmados por lo que, en consecuencia, encontrarían una derrota segura. Claro, mientras varios elegidos miraban sus relojes de lujo en sus bancas.
En Argentina, país especialista en seguir sorprendiendo por razones no admiradas, se arrojan por tierra muchos proverbios. Aquí, Groucho Marx no haría reír pues sus frases son ampliamente superadas por una realidad preocupante. Decía Churchill que El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo. Aquí no hace falta. No es necesario explicar ya que otro escándalo sepultará al inmediato.
Y si los políticos utilizan nuestra falta de oxígeno en el cerebro, es muy fácil para estos populistas ingresar en las mentes vandálicas de los que ganan la calle con disfraces de ISIS y agreden no solo a las fuerzas, sino a otros ciudadanos con elementos contundentes.
No hay estrellas crecientes en el mundo político argentino y la basura que dirige los destinos del territorio, nos empuja cada vez mas fuerte al precipicio mientras escapan hacia el otro espacio, más cómodo este. Mientras tanto, se sacrifican vidas y una niña bebe agua de un charco en el norte de nuestro suelo.
[/ezcol_1third_end]Claudio Kussman
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 18, 2017
* Se usa esta frase figurativamente por ejemplo cuando envías a alguien a hacer algo desagradable o incómodo. Mandarlo a la quiebra, al fracaso.
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