La moderna , vital , optimista y entusiasta industria del turismo trata de mostrar al mundo un Valle tafinisto burbujeante, con la alegría de sus verdores y la cumplida atención a sus visitantes. Bien. Es esa la forma de mostrar este Valle que brinda a quienes la visitan el esplendor de sus paisajes y las delicias de su clima. Sin embargo a mi, acriollado en el lugar, consustanciado con sus esencias, participe de sus tradiciones como anfitrión por el mero hecho de ser veraneante y tucumano, tengo que decir que estas tierras no puede convertirse en un lugar de descontrol y libertinaje ante eventos que son puntuales y perfectamente programados en el tiempo. Es obvio que en un lugar que desea ser la Capital del turismo cuando deba recibir a miles de visitantes debe prever los acontecimientos. Este fin de semana después de un evento deportivo la ciudad del turismo parecía sitiada. Las largas colas de automóviles que circulaban por las arterias céntricas sin control alguno eran testigos previsibles del desorden. El anochecer tafinisto se convirtió en un auténtico laberinto del infierno. Un boliche habilitado por el Municipio recibía a más de 3000 jóvenes que hacían sus necesidades en cualquier lugar sin distinción de sexo. Las fuerzas del orden insuficientes y superadas hacían lo indecible para contener a cientos de jóvenes alcoholizados. El Ipla y defensa civil brillaban por su ausencia. El Slogan tan difundido de la tolerancia cero era solamente una ficción de enorme mal gusto. El amanecer del Tafi fulgurante se convirtió en una muestra lamentable de muchachos de distintas edades y sexo que serpenteaban las arterias céntricas con distintos utensilios cargados de alcohol. Chicos que peleaban abiertamente como barras bravas descontroladas . Los turistas atónitos y desprevenidos se ocultaban en cualquier recoveco. Un fin de semana para el olvido que debe ser un llamado de atención para que las autoridades pertinentes asuman las responsabilidades de sus cargos y para que nosotros padres no sigamos jugando a los distraídos y mirando el sudeste.
Escribe Jorge Lobo Aragón.
La moderna , vital , optimista y entusiasta industria del turismo trata de mostrar al mundo un Valle tafinisto burbujeante, con la alegría de sus verdores y la cumplida atención a sus visitantes. Bien. Es esa la forma de mostrar este Valle que brinda a quienes la visitan el esplendor de sus paisajes y las delicias de su clima. Sin embargo a mi, acriollado en el lugar, consustanciado con sus esencias, participe de sus tradiciones como anfitrión por el mero hecho de ser veraneante y tucumano, tengo que decir que estas tierras no puede convertirse en un lugar de descontrol y libertinaje ante eventos que son puntuales y perfectamente programados en el tiempo. Es obvio que en un lugar que desea ser la Capital del turismo cuando deba recibir a miles de visitantes debe prever los acontecimientos. Este fin de semana después de un evento deportivo la ciudad del turismo parecía sitiada. Las largas colas de automóviles que circulaban por las arterias céntricas sin control alguno eran testigos previsibles del desorden. El anochecer tafinisto se convirtió en un auténtico laberinto del infierno. Un boliche habilitado por el Municipio recibía a más de 3000 jóvenes que hacían sus necesidades en cualquier lugar sin distinción de sexo. Las fuerzas del orden insuficientes y superadas hacían lo indecible para contener a cientos de jóvenes alcoholizados. El Ipla y defensa civil brillaban por su ausencia. El Slogan tan difundido de la tolerancia cero era solamente una ficción de enorme mal gusto. El amanecer del Tafi fulgurante se convirtió en una muestra lamentable de muchachos de distintas edades y sexo que serpenteaban las arterias céntricas con distintos utensilios cargados de alcohol. Chicos que peleaban abiertamente como barras bravas descontroladas . Los turistas atónitos y desprevenidos se ocultaban en cualquier recoveco. Un fin de semana para el olvido que debe ser un llamado de atención para que las autoridades pertinentes asuman las responsabilidades de sus cargos y para que nosotros padres no sigamos jugando a los distraídos y mirando el sudeste.
Dr. Jorge B. Lobo Aragón.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 29, 2017
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