Como uniformado, estar imputado por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, es estar encerrado en un mundo paralelo de sombras tenebrosas, en donde con simulacros, de por medio, se pierden absolutamente todos los derechos. También desaparecen los “heroicos camaradas uniformados” de toda la vida, y además se queda expuesto al escarnio de asesinos terroristas del pasado y de sus seguidores del presente. Asimismo, a la visión sesgada de quienes administran justicia, que permanentemente reciben en su nuca el aliento de las organizaciones radicalizadas de derechos humanos. Puedo asegurar que se pasa a ser un subhumano, porque eso es lo que nos consideran. Es impresionante, ya que es una condición donde impera el miedo generalizado al que hay que vencer día a día, a pesar de nuestra debilidad e indefensión. No existe herramienta apta para luchar en esta condición y lo que se haga solo sirve para tratar de morir de pie, y con algo de dignidad ya que es lo menos que nuestra doliente familia merece. Demostración de lo que expreso, se da luego de la controversia que se produjera cuando el médico forense de la Corte Suprema MARCELO RUDELIR y 4 (cuatro) peritos querellantes, llevara a cabo el día 23 de septiembre una evaluación psiquiátrica de mi persona, cuyas alternativas e “imputaciones” están detalladas en notas adjuntas. Posteriormente con fecha 26 de noviembre pasado, el tribunal oral a cuya disposición me encuentro, con las firmas del Juez de Cámara ERNESTO SEBASTIÁN y el Secretario FRANCISCO MANUEL PEREYRA, si bien no se hace eco de la pretensión de censura del Dr. RUDELIR, si me intima a que me “abstenga de efectuar grabaciones subrepticias mediante sistema de audio y/o video de cualquier acto procesal”,“sin consentimiento ni conocimiento de los restantes intervinientes”, porque esa “es una conducta que menoscaba la buena fe procesal y decoro que debe guardarse durante el proceso penal”.
Yo con una inevitable amarga sonrisa, dada la cantidad de notas y escritos cursados pidiendo autorizaciones de grabación de diferentes actos, me pregunto ¿CUAL FUE LA BUENA FE PROCESAL Y DECORO QUE SE GUARDÓ DURANTE EL PROCESO PENAL, a lo largo de estos 10 años en los que los funcionarios judiciales (10 jueces subrogantes en menos de 2 años) por acción u omisión, a más y mejor, me involucraron falazmente en delitos que no cometí? Nadie me escuchó en mis declaraciones indagatorias en las que pedía inútilmente ser interrogado por los fiscales del caso, que nunca se hicieron presente. Ignoraron todos los escritos presentados por los diferentes defensores o por derecho propio. Igual hicieron con las solicitadas en los diarios, videos con cámara espía, denuncias judiciales, etc. ¿DÓNDE ESTÁ LA BUENA FE Y EL DECORO QUE SE GUARDÓ, cuando el Doctor RUDELIR mintió rubricando sus mentiras? ¿Cuándo se operó la grabación que yo hiciera para que no se registren mis dichos? y más aún, ¿cuando expresó que la misma era parcial, siendo por el contrario que todo el registro está volcado en la nota “LA SORPRENDENTE EVALUACIÓN DEL DOCTOR MARCELO RUDELIR, PSIQUIATRA FORENSE DE LA NACIÓN (Con video), que este pretende censurar? En estos casos nadie fue intimado. Cruel y horrorosa justicia ante la cual no todos somos iguales, y no me refiero a los corruptos políticos que depredaron y depredan el país, y el poder judicial sobresee “generosamente”. Me refiero al juez federal de Mar del Plata PEDRO HOOFT (nunca detenido), imputado por delitos de lesa humanidad. En su caso la “justicia” declaró legal y válida la grabación subrepticia que hiciera FEDERICO HOOFT, su hijo, de los dichos confidenciales del fiscal CLAUDIO KISHIMOTO, el día 11 de marzo de 2013. En la misma este reconocía presiones de sus superiores, en particular, del fiscal general de Mar del Plata DANIEL ADLER, miembro de Justicia Legítima. Con ello este togado logró su sobreseimiento. Por supuesto no es lo mismo imputar a un miembro del mismo poder judicial que nos juzga, que a un uniformado. Para estos últimos, se aplica “la política de estado” que equivale: “al enemigo ni justicia”. Durante tres décadas, como policía, fui auxiliar de la justicia y en consecuencia no dejo de preguntarme: ¿Su accionar era igual a la de hoy? De ser así y no haberme dado cuenta o no haberlo querido ver, realmente no tengo perdón. Desde el momento que tomé conciencia de las maniobras ilegales y falaces que enfrentarnos, gran parte del diario vivir lo grabamos y en casos puntuales lo exhibimos en este sitio. Si bien improbable, quizás algún lejano día lleguen hombres honestos y justos a dirigir este desgraciado territorio llamado Argentina, y entonces tomen sí en cuenta lo que mostramos.
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Por Claudio Kussman.
EL MENOSCABO DE LA BUENA FE PROCESAL
Como uniformado, estar imputado por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, es estar encerrado en un mundo paralelo de sombras tenebrosas, en donde con simulacros, de por medio, se pierden absolutamente todos los derechos. También desaparecen los “heroicos camaradas uniformados” de toda la vida, y además se queda expuesto al escarnio de asesinos terroristas del pasado y de sus seguidores del presente. Asimismo, a la visión sesgada de quienes administran justicia, que permanentemente reciben en su nuca el aliento de las organizaciones radicalizadas de derechos humanos. Puedo asegurar que se pasa a ser un subhumano, porque eso es lo que nos consideran. Es impresionante, ya que es una condición donde impera el miedo generalizado al que hay que vencer día a día, a pesar de nuestra debilidad e indefensión. No existe herramienta apta para luchar en esta condición y lo que se haga solo sirve para tratar de morir de pie, y con algo de dignidad ya que es lo menos que nuestra doliente familia merece. Demostración de lo que expreso, se da luego de la controversia que se produjera cuando el médico forense de la Corte Suprema MARCELO RUDELIR y 4 (cuatro) peritos querellantes, llevara a cabo el día 23 de septiembre una evaluación psiquiátrica de mi persona, cuyas alternativas e “imputaciones” están detalladas en notas adjuntas. Posteriormente con fecha 26 de noviembre pasado, el tribunal oral a cuya disposición me encuentro, con las firmas del Juez de Cámara ERNESTO SEBASTIÁN y el Secretario FRANCISCO MANUEL PEREYRA, si bien no se hace eco de la pretensión de censura del Dr. RUDELIR, si me intima a que me “abstenga de efectuar grabaciones subrepticias mediante sistema de audio y/o video de cualquier acto procesal”, “sin consentimiento ni conocimiento de los restantes intervinientes”, porque esa “es una conducta que menoscaba la buena fe procesal y decoro que debe guardarse durante el proceso penal”.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Yo con una inevitable amarga sonrisa, dada la cantidad de notas y escritos cursados pidiendo autorizaciones de grabación de diferentes actos, me pregunto ¿CUAL FUE LA BUENA FE PROCESAL Y DECORO QUE SE GUARDÓ DURANTE EL PROCESO PENAL, a lo largo de estos 10 años en los que los funcionarios judiciales (10 jueces subrogantes en menos de 2 años) por acción u omisión, a más y mejor, me involucraron falazmente en delitos que no cometí? Nadie me escuchó en mis declaraciones indagatorias en las que pedía inútilmente ser interrogado por los fiscales del caso, que nunca se hicieron presente. Ignoraron todos los escritos presentados por los diferentes defensores o por derecho propio. Igual hicieron con las solicitadas en los diarios, videos con cámara espía, denuncias judiciales, etc. ¿DÓNDE ESTÁ LA BUENA FE Y EL DECORO QUE SE GUARDÓ, cuando el Doctor RUDELIR mintió rubricando sus mentiras? ¿Cuándo se operó la grabación que yo hiciera para que no se registren mis dichos? y más aún, ¿cuando expresó que la misma era parcial, siendo por el contrario que todo el registro está volcado en la nota “LA SORPRENDENTE EVALUACIÓN DEL DOCTOR MARCELO RUDELIR, PSIQUIATRA FORENSE DE LA NACIÓN (Con video), que este pretende censurar? En estos casos nadie fue intimado. Cruel y horrorosa justicia ante la cual no todos somos iguales, y no me refiero a los corruptos políticos que depredaron y depredan el país, y el poder judicial sobresee “generosamente”. Me refiero al juez federal de Mar del Plata PEDRO HOOFT (nunca detenido), imputado por delitos de lesa humanidad. En su caso la “justicia” declaró legal y válida la grabación subrepticia que hiciera FEDERICO HOOFT, su hijo, de los dichos confidenciales del fiscal CLAUDIO KISHIMOTO, el día 11 de marzo de 2013. En la misma este reconocía presiones de sus superiores, en particular, del fiscal general de Mar del Plata DANIEL ADLER, miembro de Justicia Legítima. Con ello este togado logró su sobreseimiento. Por supuesto no es lo mismo imputar a un miembro del mismo poder judicial que nos juzga, que a un uniformado. Para estos últimos, se aplica “la política de estado” que equivale: “al enemigo ni justicia”. Durante tres décadas, como policía, fui auxiliar de la justicia y en consecuencia no dejo de preguntarme: ¿Su accionar era igual a la de hoy? De ser así y no haberme dado cuenta o no haberlo querido ver, realmente no tengo perdón. Desde el momento que tomé conciencia de las maniobras ilegales y falaces que enfrentarnos, gran parte del diario vivir lo grabamos y en casos puntuales lo exhibimos en este sitio. Si bien improbable, quizás algún lejano día lleguen hombres honestos y justos a dirigir este desgraciado territorio llamado Argentina, y entonces tomen sí en cuenta lo que mostramos.
[ezcol_1third] [/ezcol_1third] [ezcol_1third] [/ezcol_1third] [ezcol_1third_end] [/ezcol_1third_end]Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]“Todos los hombres son creados iguales, a menos que decidamos que no eres un hombre”
Colson Whitehead (1969- )
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 2, 2021