La protesta no es parte de una ideología política, ni de un partido de derecha, tampoco de pensamientos de izquierda, es el enojo de una Colombia decepcionada y un justo reclamo a Juan Manuel Santos por haber entregado el país al narcoterrorismo liderado por las Farcs.
Esta marcha es en “contra el mal gobierno”. Y esa definición de ‘mal gobierno’ es comprehensiva: la corrupción que se ha incrementado exponencialmente, el desconocimiento del ordenamiento jurídico, un presidente que ha hecho lo que se viene en gana, de la impunidad, de la inseguridad, un gobierno que ha diseñado políticas públicas contra la familia y que ha desconocido el voto de un plesbicito. Una sumatoria de razones que indignan al ciudadano.
Pero, por sobre todo, Colombia marcha contra la entrega de la patria al comunismo narcoterrorista de las Farc-Santos y por el retorno de la democracia. Con la marcha se busca defender la democracia para evitar que Colombia se convierta en una “segunda Venezuela de Maduro”. La marcha del 1 de abril dejará en evidencia cómo Santos ha favorecido a los guerrilleros y dejado en la impunidad a los milicianos, quienes se han encargado de generar terror en las ciudades. El “No” derrotó al “Si” en el plesbicito sobre el acuerdo con las Farcs. Sin embargo, el presidente Juan Manuel Santos -con su ambición desmedida para obtener el Oscar de la Paz– tracionó al poder del pueblo.
La protesta no es parte de una ideología política, ni de un partido de derecha, tampoco de pensamientos de izquierda, es el enojo de una Colombia decepcionada y un justo reclamo a Juan Manuel Santos por haber entregado el país al narcoterrorismo liderado por las Farcs.
Esta marcha es en “contra el mal gobierno”. Y esa definición de ‘mal gobierno’ es comprehensiva: la corrupción que se ha incrementado exponencialmente, el desconocimiento del ordenamiento jurídico, un presidente que ha hecho lo que se viene en gana, de la impunidad, de la inseguridad, un gobierno que ha diseñado políticas públicas contra la familia y que ha desconocido el voto de un plesbicito. Una sumatoria de razones que indignan al ciudadano.
Pero, por sobre todo, Colombia marcha contra la entrega de la patria al comunismo narcoterrorista de las Farc-Santos y por el retorno de la democracia. Con la marcha se busca defender la democracia para evitar que Colombia se convierta en una “segunda Venezuela de Maduro”. La marcha del 1 de abril dejará en evidencia cómo Santos ha favorecido a los guerrilleros y dejado en la impunidad a los milicianos, quienes se han encargado de generar terror en las ciudades. El “No” derrotó al “Si” en el plesbicito sobre el acuerdo con las Farcs. Sin embargo, el presidente Juan Manuel Santos -con su ambición desmedida para obtener el Oscar de la Paz– tracionó al poder del pueblo.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 30, 2017
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