Escribe Guillermo César Viola en cartas de lectores del diario La Nación.
Hipocresía
Nueva York fue testigo de un reciente ataque terrorista perpetrado por el fundamentalismo islámico. Cinco argentinos se sumaron a la larga lista de compatriotas que caen asesinados ante una escalada internacional constante, que va mutando a través de los años a nuevas metodologías y formas operativas. Es la historia que, pese a la desmemoria general, conocimos y padecimos en los ámbitos rural y urbano: desde Uturuncos, en 1959, “zona liberada” en Tucumán, etc., hasta La Tablada, en 1989, y los atentados contra la embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994). El saldo total de víctimas de esas tres décadas de acción terrorista, a las que se suman las de estos años en distintas partes del mundo, ya supera largamente las 20.000 personas. Curiosamente, acerca de estos y tantos otros ataques terroristas no se escuchan voces de organismos cuyo objetivo sería precisamente el ocuparse del manoseado y politizado tema de los DD.HH. Lo que sí puede observarse es un proceder descaradamente direccionado y coordinado, aun ideologizado. Tanto que hasta el mismo Gobierno lo denuncia. La hipocresía de gran parte de la corporación político-judicial de la Argentina espanta, a caballo de un plan sistemático de tergiversación de la historia, desarticulación y saqueo integral del Estado.
Hipocresía
Nueva York fue testigo de un reciente ataque terrorista perpetrado por el fundamentalismo islámico. Cinco argentinos se sumaron a la larga lista de compatriotas que caen asesinados ante una escalada internacional constante, que va mutando a través de los años a nuevas metodologías y formas operativas. Es la historia que, pese a la desmemoria general, conocimos y padecimos en los ámbitos rural y urbano: desde Uturuncos, en 1959, “zona liberada” en Tucumán, etc., hasta La Tablada, en 1989, y los atentados contra la embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994). El saldo total de víctimas de esas tres décadas de acción terrorista, a las que se suman las de estos años en distintas partes del mundo, ya supera largamente las 20.000 personas. Curiosamente, acerca de estos y tantos otros ataques terroristas no se escuchan voces de organismos cuyo objetivo sería precisamente el ocuparse del manoseado y politizado tema de los DD.HH. Lo que sí puede observarse es un proceder descaradamente direccionado y coordinado, aun ideologizado. Tanto que hasta el mismo Gobierno lo denuncia. La hipocresía de gran parte de la corporación político-judicial de la Argentina espanta, a caballo de un plan sistemático de tergiversación de la historia, desarticulación y saqueo integral del Estado.
Coronel (R.) Guillermo César Viola
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 13, 2017
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