Cuando se cumplen 40 años de la desaparición de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano, toda la documentación perteneciente al caso, que fue reabierto el pasado mes de enero, ha sido remitida a la Fiscalía de Roma, según lo anunció el fiscal de la Santa Sede, Alessandro Diddi.
El promotor de Justicia del Vaticano precisó que en los últimos meses se han recogido “todas las pruebas disponibles en las estructuras del Vaticano y de la Santa Sede” buscando “evidencias a través de conversaciones con las personas responsables de determinados cargos en el momento de los hechos”.
Tras llevarse a cabo el examen del material, se confirmaron “algunas pistas de investigación dignas de ulteriores indagaciones”. Por ello, todos los documentos pertinentes fueron remitidos al ente investigador de la capital italiana, “para que pueda examinarlos y proceder en la dirección que considere más oportuna”.
“El promotor continuará sus actividades al respecto en los próximos meses, cercano al dolor de la familia de Emanuela y consciente del sufrimiento que se siente ante la desaparición de un familiar”, manifestó Diddi.
Emanuela Orlandi desapareció el 22 de junio de 1983, cuando tenía 15 años, tras salir del apartamento en el que vivía con su familia en Ciudad del Vaticano para acudir a sus clases de música en Roma. Desde entonces, el caso, que se popularizó a raíz del documental de Netflix ‘The vatican girl’, ha suscitado todo tipo de teorías, desde las que sugieren un secuestro de la adolescente por parte de la mafia italiana que quería recuperar un préstamo que se le habría hecho a la Santa Sede, hasta que fue secuestrada para exigir la liberación de Mehmet Ali Agca, el turco que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en 1981. Otras apuntan a escándalos sexuales dentro de la Iglesia católica, entre otras vinculaciones.
En estas cuatro décadas, se han multiplicado los intentos para encontrar los supuestos restos de la desaparecida. En 2018, se hallaron en la sede de la Nunciatura Apostólica en Roma fragmentos óseos que pertenecían a una mujer de unos 30 años, pero las pruebas de ADN no coincidieron. Un año después, tras surgir una nueva pista, se abrieron las tumbas donde se creía que estaban enterradas las princesas Sophie von Hohenlohe y Charlotte Federica de Mecklemburgo. Sin embargo, en las tumbas no había restos de Orlandi ni de las princesas.
A principios de este año, la Fiscalía vaticana decidió reiniciar la investigación de la desaparición de la adolescente ante “las peticiones formuladas por la familia” Orlandi. El hermano de la joven, Pietro Orlandi, pidió al papa Francisco que la reapertura del caso se hiciera con “honestidad y transparencia” y aseguró tener nuevas pruebas, como una conversación por WhatsApp entre “dos personas muy próximas” al pontífice que hablaban de documentación referida a su hermana y mencionaban al cardenal español Santos Abril y Castelló.
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Cuando se cumplen 40 años de la desaparición de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano, toda la documentación perteneciente al caso, que fue reabierto el pasado mes de enero, ha sido remitida a la Fiscalía de Roma, según lo anunció el fiscal de la Santa Sede, Alessandro Diddi.
El promotor de Justicia del Vaticano precisó que en los últimos meses se han recogido “todas las pruebas disponibles en las estructuras del Vaticano y de la Santa Sede” buscando “evidencias a través de conversaciones con las personas responsables de determinados cargos en el momento de los hechos”.
Tras llevarse a cabo el examen del material, se confirmaron “algunas pistas de investigación dignas de ulteriores indagaciones”. Por ello, todos los documentos pertinentes fueron remitidos al ente investigador de la capital italiana, “para que pueda examinarlos y proceder en la dirección que considere más oportuna”.
“El promotor continuará sus actividades al respecto en los próximos meses, cercano al dolor de la familia de Emanuela y consciente del sufrimiento que se siente ante la desaparición de un familiar”, manifestó Diddi.
Emanuela Orlandi desapareció el 22 de junio de 1983, cuando tenía 15 años, tras salir del apartamento en el que vivía con su familia en Ciudad del Vaticano para acudir a sus clases de música en Roma. Desde entonces, el caso, que se popularizó a raíz del documental de Netflix ‘The vatican girl’, ha suscitado todo tipo de teorías, desde las que sugieren un secuestro de la adolescente por parte de la mafia italiana que quería recuperar un préstamo que se le habría hecho a la Santa Sede, hasta que fue secuestrada para exigir la liberación de Mehmet Ali Agca, el turco que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en 1981. Otras apuntan a escándalos sexuales dentro de la Iglesia católica, entre otras vinculaciones.
En estas cuatro décadas, se han multiplicado los intentos para encontrar los supuestos restos de la desaparecida. En 2018, se hallaron en la sede de la Nunciatura Apostólica en Roma fragmentos óseos que pertenecían a una mujer de unos 30 años, pero las pruebas de ADN no coincidieron. Un año después, tras surgir una nueva pista, se abrieron las tumbas donde se creía que estaban enterradas las princesas Sophie von Hohenlohe y Charlotte Federica de Mecklemburgo. Sin embargo, en las tumbas no había restos de Orlandi ni de las princesas.
A principios de este año, la Fiscalía vaticana decidió reiniciar la investigación de la desaparición de la adolescente ante “las peticiones formuladas por la familia” Orlandi. El hermano de la joven, Pietro Orlandi, pidió al papa Francisco que la reapertura del caso se hiciera con “honestidad y transparencia” y aseguró tener nuevas pruebas, como una conversación por WhatsApp entre “dos personas muy próximas” al pontífice que hablaban de documentación referida a su hermana y mencionaban al cardenal español Santos Abril y Castelló.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 25, 2023
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