Muchas veces me he preguntado, y todavía lo hago. ¿Que habrán sentido aquellos que vieron morir a sus hijos, padres y hermanos asesinados por la guerrilla? Tampoco dejo de pensar, que todo aquel que estuvo combatiendo en el monte o en zonas urbanas, no puede haber quedado bien, es decir, podría asegurar sin miedo a equivocarme, que nunca volvieron a ser los mismos de antes.
Es que pasar frío, hambre, terror, y ver a tus hermanos y amigos masacrados deja su huella en el alma.
Yo, que he entrevistado a las víctimas y veteranos de aquella guerra no reconocida lo sé, pues nos hemos quebrado juntos, y puedo decir que no es ninguna vergüenza soltar algunas lágrimas, porque en ellas está el espíritu de lo perdido, del dolor, de la impotencia, pero también el recuerdo del pasado de uno mismo. Han transcurrido muchos años y hoy, todo lo acontecido y la sangre derramada ha sido olvidada por muchos, y por otros desconocido por completo.
Las telarañas de la mentira han sido bien tejidas. Pero nosotros tenemos memoria todavía, y sed de justicia. Nos animamos a voltear muros de acero, a entregarnos a la lucha, esta vez, con las únicas armas que están representadas por la pluma, el testimonio de una verdad tapada y todo aquello que pueda servir para reescribir la historia sin mentiras, ni de un lado, ni del otro.
Solo existe un problema, el cual no me deja dormir y mantiene mi sangre en estado de ebullición constantemente debido a la impotencia que tengo, “es que ningún General”, por más valiente que haya sido ha podido ganar batallas sin una tropa decidida, con hambre de hacer, sin egos y dispuesta a darlo todo.
Hoy tenemos la oportunidad…”Quizás, solo quizás”, de cambiar el curso de la historia, de hacer que las voces de nuestros héroes y mártires se escuchen, que Argentina y el mundo conozcan la verdad completa. Veo impotente, que la tropa esta aletargada, que los “Rambos”, son solo del teclado. Otros hablan y proponen, pero al momento de levantarse y accionar, prefieren la comodidad del plato servido y listo para ser devorado. Los veo cansados,.. ¡sí, cansados!, decepcionados e incrédulos, y los entiendo…Pero… ¿Como esperar ganar una guerra, si no se ha peleado hasta el final? Ustedes son la última luz, las últimas voces de aquella historia reciente, aquella del fusil, las granadas y las bombas de una guerra no deseada.
No se puede llorar ni reclamar lo que uno no ha defendido hasta el final y la verdad es que no sé hasta donde están dispuestos a llegar, ¿hasta dónde?
La patria los necesita. La historia se los demanda, y junto con ella sus hijos, nietos y las futuras generaciones venideras. Ya ni siquiera se trata de ustedes, SE TRATA DEL FUTURO MISMO DE NUESTRA ARGENTINA. DEL HONOR DE NUESTROS HERMANOS CAIDOS. DEL LEGADO INCLAUDICABLE DE UNA HISTORIA QUE ESTÁ ESCRITA CON SANGRE, SANGRE DE NUESTROS HERMANOS…SE LOS DEBEMOS. ES JUSTO Y NECESARIO…ES NUESTRO Y VUESTRO DEBER RESCATAR LA LUZ OCULTA POR LAS SOMBRAS DEL AVERNO…POR ESO YO LES PIDO QUE SE PONGAN DE PIE Y MARCHEN POR SU HONOR, POR ESE HONOR Y ORGULLO QUE MUCHOS PARECEN HABER PERDIDO.
EL LETARGO DE USTEDES, ES NUESTRA IMPOTENCIA, Y EL BANQUETE DE AQUELLOS QUE NO TIENEN DIOS Y PARA LOS CUALES SU BANDERA ES UN SUCIO TRAPO ROJO. HAGAN QUE POR FIN ARGENTINA DESPIERTE…DEN LA ÚLTIMA PELEA Y QUE EL MUNDO LOS VEA DE PIÉ Y FIRMES ANTE LA HISTORIA, SUS HIJOS Y SUS NIETOS. HONREN EN VERDAD A SUS CAMARADAS CAÍDOS…DE PIÉ Y MARCHANDO A TUCUMÁN EL 9 DE FEBRERO.POR UNA HISTORIA DIGNA…Y VUESTROS NOMBRES Y APELLIDOS INSCRIPTOS POR SIEMPRE EN LA HISTORIA DE LA PATRIA.
BLOQUEADO.
Publicación 15 sobre Guillermo Sottovía en este portal (Hacer Clic aquí)
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Muchas veces me he preguntado, y todavía lo hago. ¿Que habrán sentido aquellos que vieron morir a sus hijos, padres y hermanos asesinados por la guerrilla? Tampoco dejo de pensar, que todo aquel que estuvo combatiendo en el monte o en zonas urbanas, no puede haber quedado bien, es decir, podría asegurar sin miedo a equivocarme, que nunca volvieron a ser los mismos de antes.
Es que pasar frío, hambre, terror, y ver a tus hermanos y amigos masacrados deja su huella en el alma.
Yo, que he entrevistado a las víctimas y veteranos de aquella guerra no reconocida lo sé, pues nos hemos quebrado juntos, y puedo decir que no es ninguna vergüenza soltar algunas lágrimas, porque en ellas está el espíritu de lo perdido, del dolor, de la impotencia, pero también el recuerdo del pasado de uno mismo. Han transcurrido muchos años y hoy, todo lo acontecido y la sangre derramada ha sido olvidada por muchos, y por otros desconocido por completo.
Las telarañas de la mentira han sido bien tejidas. Pero nosotros tenemos memoria todavía, y sed de justicia. Nos animamos a voltear muros de acero, a entregarnos a la lucha, esta vez, con las únicas armas que están representadas por la pluma, el testimonio de una verdad tapada y todo aquello que pueda servir para reescribir la historia sin mentiras, ni de un lado, ni del otro.
Solo existe un problema, el cual no me deja dormir y mantiene mi sangre en estado de ebullición constantemente debido a la impotencia que tengo, “es que ningún General”, por más valiente que haya sido ha podido ganar batallas sin una tropa decidida, con hambre de hacer, sin egos y dispuesta a darlo todo.
Hoy tenemos la oportunidad…”Quizás, solo quizás”, de cambiar el curso de la historia, de hacer que las voces de nuestros héroes y mártires se escuchen, que Argentina y el mundo conozcan la verdad completa. Veo impotente, que la tropa esta aletargada, que los “Rambos”, son solo del teclado. Otros hablan y proponen, pero al momento de levantarse y accionar, prefieren la comodidad del plato servido y listo para ser devorado. Los veo cansados,.. ¡sí, cansados!, decepcionados e incrédulos, y los entiendo…Pero… ¿Como esperar ganar una guerra, si no se ha peleado hasta el final? Ustedes son la última luz, las últimas voces de aquella historia reciente, aquella del fusil, las granadas y las bombas de una guerra no deseada.
No se puede llorar ni reclamar lo que uno no ha defendido hasta el final y la verdad es que no sé hasta donde están dispuestos a llegar, ¿hasta dónde?
La patria los necesita. La historia se los demanda, y junto con ella sus hijos, nietos y las futuras generaciones venideras. Ya ni siquiera se trata de ustedes, SE TRATA DEL FUTURO MISMO DE NUESTRA ARGENTINA. DEL HONOR DE NUESTROS HERMANOS CAIDOS. DEL LEGADO INCLAUDICABLE DE UNA HISTORIA QUE ESTÁ ESCRITA CON SANGRE, SANGRE DE NUESTROS HERMANOS…SE LOS DEBEMOS. ES JUSTO Y NECESARIO…ES NUESTRO Y VUESTRO DEBER RESCATAR LA LUZ OCULTA POR LAS SOMBRAS DEL AVERNO…POR ESO YO LES PIDO QUE SE PONGAN DE PIE Y MARCHEN POR SU HONOR, POR ESE HONOR Y ORGULLO QUE MUCHOS PARECEN HABER PERDIDO.
EL LETARGO DE USTEDES, ES NUESTRA IMPOTENCIA, Y EL BANQUETE DE AQUELLOS QUE NO TIENEN DIOS Y PARA LOS CUALES SU BANDERA ES UN SUCIO TRAPO ROJO. HAGAN QUE POR FIN ARGENTINA DESPIERTE…DEN LA ÚLTIMA PELEA Y QUE EL MUNDO LOS VEA DE PIÉ Y FIRMES ANTE LA HISTORIA, SUS HIJOS Y SUS NIETOS. HONREN EN VERDAD A SUS CAMARADAS CAÍDOS…DE PIÉ Y MARCHANDO A TUCUMÁN EL 9 DE FEBRERO.POR UNA HISTORIA DIGNA…Y VUESTROS NOMBRES Y APELLIDOS INSCRIPTOS POR SIEMPRE EN LA HISTORIA DE LA PATRIA.
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