Share

Por Cyd Ollack.

La Masacre de Goliad, uno de los capítulos más oscuros de la Revolución de Texas, ocurrió el 27 de marzo de 1836 y se cobró la vida de más de 400 prisioneros de guerra texanos. Aunque a menudo eclipsada por la caída del Álamo, la masacre de Goliad impulsó la resistencia texana y se convirtió en un grito de guerra —«¡Recuerden Goliad!»— que resonó durante la decisiva Batalla de San Jacinto.

Los acontecimientos que condujeron a la masacre comenzaron con el coronel James W. Fannin, comandante de las fuerzas texanas en el Presidio La Bahía (rebautizado como Fuerte Defiance) en Goliad. A pesar de las órdenes del general Sam Houston de retirarse a Victoria, Fannin retrasó su partida, lo que finalmente condujo a su captura por las fuerzas mexicanas al mando del general José de Urrea tras la Batalla de Coleto Creek. Fannin y sus hombres se rindieron creyendo que serían tratados como prisioneros de guerra y finalmente liberados.

Sin embargo, el presidente mexicano Antonio López de Santa Anna había emitido un decreto en diciembre de 1835 que declaraba que todos los combatientes extranjeros que luchaban contra México serían tratados como piratas y ejecutados. A pesar de las peticiones de clemencia de Urrea, Santa Anna ordenó que se llevaran a cabo las ejecuciones.

El Domingo de Ramos, los prisioneros texanos fueron sacados en tres grupos con el pretexto de ser reubicados. Una vez fuera del fuerte, fueron atacados a quemarropa, y los supervivientes fueron asesinados a bayonetazos o porras.

Entre los muertos se encontraba el coronel Fannin, quien, según se informa, solicitó que le dispararan en el corazón, le dieran un entierro digno y que sus pertenencias fueran enviadas a su familia. Ninguna de estas peticiones fue atendida. Solo unos pocos prisioneros sobrevivieron: algunos fingiendo estar muertos, otros se salvaron gracias a la intervención de Francita Alavez, más tarde conocida como el “Ángel de Goliad”, quien imploró clemencia en favor de varios hombres.

La masacre conmocionó y enfureció a los texanos y a sus partidarios estadounidenses. Reforzó la percepción de Santa Anna como un dictador despiadado y ayudó a unificar las fuerzas texanas. Menos de un mes después, los gritos de “¡Recuerden el Álamo! ¡Recuerden Goliad!” impulsaron la victoria texana en San Jacinto, donde Santa Anna fue capturada y Texas aseguró su independencia.

La Masacre de Goliad sigue siendo un poderoso símbolo de sacrificio e injusticia, un recordatorio de los brutales costos de la guerra y de la resiliencia de quienes luchan por la libertad.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 8, 2025


 

Tags: , , , , , , ,
5 1 vote
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest
3 Comments
Newest
Oldest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
3
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x