Terrorismo Estocástico

El Detonante Oculto de la Violencia Solitaria
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 Por Michael Rossovich.

El terrorismo estocástico define un fenómeno inquietante en el discurso sociopolítico moderno: el uso de retórica pública e incendiaria para incitar actos de violencia impredecibles por parte de individuos no directamente vinculados con el autor. A diferencia de las formas tradicionales de terrorismo, que se basan en grupos organizados y amenazas explícitas, el terrorismo estocástico prospera en la ambigüedad y la negación plausible. Al utilizar la sugestión y la provocación emocional como arma, los autores pueden fomentar entornos propicios para la violencia sin necesidad de emitir órdenes directas.

El término “estocástico” se refiere a la aleatoriedad o probabilidad. Aplicado al terrorismo, sugiere que ciertos tipos de retórica aumentan considerablemente la probabilidad de violencia, incluso si el momento, el lugar y el autor siguen siendo impredecibles. Por ejemplo, un político o una figura mediática puede demonizar a un grupo utilizando un lenguaje que evoca repugnancia, miedo o pánico moral. Si bien no se realiza un llamado directo a la acción, esta retórica puede incitar a individuos inestables a cometer actos violentos que se alinean con el mensaje implícito del emisor.

Características clave del terrorismo estocástico incluyen el uso de mensajes suplicantes (lenguaje codificado que entiende un público específico) y mensajes repetidos con carga sexual que normalizan la idea de conflicto o daño mediante la sugestión en lugar de la orden.

Ejemplos reales ilustran la potencia de este mecanismo. Los atentados con bombas postales de 2018 dirigidos a destacados críticos del expresidente Donald Trump fueron vinculados por investigadores y analistas a meses de retórica hostil contra esos individuos. De manera similar, el caso de los supermercados de Buffalo de 2022, en el que un supremacista blanco mató a diez personas negras, se basó en narrativas conspirativas sobre el reemplazo racial, frecuentemente retomadas en espacios en línea y amplificadas por figuras públicas de tiroteos.

Aunque el terrorismo estocástico no se reconoce como una categoría legal diferenciada en la mayoría de las jurisdicciones, sus implicaciones son amplias. En Estados Unidos, la Primera Enmienda protege una amplia gama de expresiones, lo que dificulta frenar la retórica ética peligrosa antes de que desemboque en violencia. Sin embargo, la carga persiste. Las figuras públicas poseen un inmenso poder comunicativo, y cuando ese poder se utiliza para demonizar a otros, puede moldear narrativas culturales que justifican y glorifican las respuestas violentas.

En un mundo digitalmente conectado, donde los mensajes pueden propagarse globalmente en segundos, el peligro del terrorismo estocástico se magnifica. Los algoritmos premian la interacción, no los matices, lo que significa que el contenido provocador y polarizador suele recibir la mayor visibilidad. Esta dinámica crea un ciclo de retroalimentación: a medida que se intensifica la retórica, también aumenta el riesgo de acción por parte de quienes perciben el mensaje como un llamado a la acción.

Por lo tanto, el terrorismo estocástico no es solo una cuestión de expresión, sino una manipulación estratégica de la psique pública. Reconocer las señales y comprender sus mecanismos es un paso fundamental para prevenir la violencia y fomentar una sociedad basada en la razón, la empatía y la responsabilidad.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 31, 2025


 

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