LA MUERTE DE UN ÍDOLO Y LA MEZQUINDAD POLÍTICA DEL GOBIERNO

TODO LO QUE TOCA, LO TRANSFORMA EN DESASTRE Y ESTA NO FUE LA EXCEPCIÓN.
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  Escribe Dr. Gonzalo P. Miño

Esta semana, los argentinos recibíamos una de las noticias más tristes de los últimos tiempos, había fallecido el máximo ídolo del deporte argentino y mundial. No salíamos de nuestro asombro ante tan conmocionante hecho, cuando rápidamente apareció el gobierno, necesitado urgentemente de tomar la iniciativa de algo, y ofreció nada más ni nada menos que la propia Casa de Gobierno para el velatorio, imaginándose el gran rédito político que sacaría de ello. Claro, no tuvo en cuenta algo, que todo lo que toca lo transforma en desastre, y esta no sería la excepción.

Y es que si algo caracteriza a este Poder Ejecutivo es que es un mero espectador de las noticias, siempre va atrás de los acontecimientos, como no va a ser así, si tiene a los equipos de inteligencia espiando opositores en vez de estar atentos a los problemas de la seguridad nacional. Como se dice en la jerga “no tiene información, por eso no la ven venir”.

Confundieron un velatorio privado con un velatorio de estado y las consecuencias están a la vista. Embebidos de su propia realidad, que les da la burbuja de Olivos, creyeron que podían controlar la situación, pues al fin y al cabo los hinchas de futbol son del pueblo y ellos son los representantes del pueblo. Por ello, confiaron la seguridad en los barras bravas antes que en las fuerzas de seguridad, creyendo que cumplirían con el distanciamiento y el uso de tapabocas.  

Todo lo ocurrido después, es historia, que  todos ya conocemos y vimos hasta el cansancio en todos los medios de comunicación.

Lo que no puedo dejar de advertir, que ante el grave desorden que ocurrió dentro de la casa de gobierno, recurrieron a las fuerzas militares para brindar seguridad al cuerpo del ídolo y su familia, cuando las fuerzas policíales habían sido sobrepasadas. No recurrieron a los chicos de La Campora, ni del Movimiento Evita, ni a las huestes piqueteras, recurrieron a personal militar, a quienes detestan y humillan, pero recurren cuando las “papas queman”. Un irónico “revival” del año 1975.

Como dato de color, Presidente y Vicepresidenta (que cualquier servicio de seguridad de un país normal advierte que no deben estar juntos en el mismo lugar), no se hablaron ni se dirigieron la palabra en el velatorio. Es más, luego de su paso por el mismo la Vicepresidente se fue a tomar un café con el Ministro del Interior, a su despacho. Ni un saludo protocolar con el Presidente, y  admite que hace tiempo que no se hablan.

   Moraleja, dice el gobierno que no paso nada y que la represión fue culpa del jefe de gobierno de la ciudad, casualmente, uno de los líderes del principal partido de oposición, al cual denunció penalmente. Sin olvidar que mientras todo eso ocurría, se aprobaba la designación del Juez Ramos Padilla (el de Dolores) como Juez Electoral de la provincia de Buenos Aires y se modificaba la mayoría necesaria para designar al Procurador General.

  La mezquindad política del gobierno quiso usar la muerte de un ídolo para sacar rédito político, pero ese grueso error que termino en un horror,  como fue la “verdadera invasión a la casa de gobierno”, desnudando que el gobierno no tiene capacidad de autoridad como estadista, cuando tan siquiera puede organizar un velatorio en su propia casa.  


PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 30, 2020


 

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