Con profunda sorpresa y gran dolor veo como creyente, sin importar mi culto, que Uds., los responsables de defender y difundir la palabra de DIOS, NOS ENTREGAN A UN PODER DESCONOCIDO, A UN MUNDO NUEVO CON UN ORDEN DESCONOCIDO, SIN DIOS, SIN MORAL Y SIN PRINCIPIOS.
Nos quitan la semejanza con nuestro creador, ya que no podemos tener ni alma, ni pensamientos propios, no tendremos libertad, ni responsabilidad, ni capacidad para elegir nuestro futuro, ni cambiar, ni mejorar.
Nos quitan la humanidad al impedir que mantengamos relaciones con nuestros abuelos, padres, hijos, nietos, ni biznietos, nos quieren transformar en entes sin sentimientos, ni afectos, ni pertenencia a nada más que a los jerarcas del ese MUNDO NUEVO determinen para las “hormigas bípedas”. Sí, en eso nos quieren transformar.
Nos quitan nuestras más cálidas vivencias de la infancia y de juventud, los compañeros de aventuras, de alegrías y tristezas, de esfuerzos, sudores, fracasos y triunfos, nos quedamos sin amigos.
Nos quitan la personalidad obligándonos a usar un tapaboca que en realidad es un tapa cara, que no nos permite expresarnos, reírnos, hablar y saber qué y cómo el prójimo se está comunicando con nosotros.
Y lo más importante, pretenden que olvidemos a Nuestro Dios, UNO Y TRINO, YAVE, ALÁ o al que cada uno adhiere, porque no les importa a quien oramos, ni en quien nos refugiamos interiormente, ni a quién recurrimos cuando necesitamos un apoyo espiritual.
Y eso, en mi opinión, es lo que Uds. están permitiendo y facilitando con vuestro proceder.
Por ello, escribo estas líneas, para que Uds., asuman la responsabilidad que les compete y se replanteen el proceder a seguir.
Hay formas de hacerlo, y no es escondiéndonos ni rompiendo los protocolos, todo lo contrario.
En toda ciudad y en especial en las Iglesias Católicas en general, hay grandes atrios y siempre cerca, plazas y espacios vacíos y al aire libre. PUES BIEN, USÉMOSLAS, QUE ESOS SEAN NUESTROS LUGARES DE CULTO, VAYAMOS ALLI A RECIBIR LA PALABRA, ALLI Y A LA VISTA DE FUNCIONARIOS RECEMOS Y ADOREMOS A NUESTRO DIOS.
No permitan que nos dejen con una religión universalista, sin exigencias morales, una religión relativista y genuflexa a los poderes terrenales. ESO NO ES UNA RELIGIÓN ES UNA VERGÜENZA.
QUE DIOS NUESTRO SEÑOR LOS ILUMINE, LOS GUÍE Y ACOMPAÑE EN ESTOS ACIAGOS MOMENTOS DE LA HUMANIDAD.
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Con profunda sorpresa y gran dolor veo como creyente, sin importar mi culto, que Uds., los responsables de defender y difundir la palabra de DIOS, NOS ENTREGAN A UN PODER DESCONOCIDO, A UN MUNDO NUEVO CON UN ORDEN DESCONOCIDO, SIN DIOS, SIN MORAL Y SIN PRINCIPIOS.
Nos quitan la semejanza con nuestro creador, ya que no podemos tener ni alma, ni pensamientos propios, no tendremos libertad, ni responsabilidad, ni capacidad para elegir nuestro futuro, ni cambiar, ni mejorar.
Nos quitan la humanidad al impedir que mantengamos relaciones con nuestros abuelos, padres, hijos, nietos, ni biznietos, nos quieren transformar en entes sin sentimientos, ni afectos, ni pertenencia a nada más que a los jerarcas del ese MUNDO NUEVO determinen para las “hormigas bípedas”. Sí, en eso nos quieren
transformar.
Nos quitan nuestras más cálidas vivencias de la infancia y de juventud, los compañeros de aventuras, de alegrías y tristezas, de esfuerzos, sudores, fracasos y triunfos, nos quedamos sin amigos.
Nos quitan la personalidad obligándonos a usar un tapaboca que en realidad es un tapa cara, que no nos permite expresarnos, reírnos, hablar y saber qué y cómo el prójimo se está comunicando con nosotros.
Y lo más importante, pretenden que olvidemos a Nuestro Dios, UNO Y TRINO, YAVE, ALÁ o al que cada uno adhiere, porque no les importa a quien oramos, ni en quien nos refugiamos interiormente, ni a quién recurrimos cuando necesitamos un apoyo espiritual.
Y eso, en mi opinión, es lo que Uds. están permitiendo y facilitando con vuestro proceder.
Por ello, escribo estas líneas, para que Uds., asuman la responsabilidad que les compete y se replanteen el proceder a seguir.
Hay formas de hacerlo, y no es escondiéndonos ni rompiendo los protocolos, todo lo contrario.
En toda ciudad y en especial en las Iglesias Católicas en general, hay grandes atrios y siempre cerca, plazas y espacios vacíos y al aire libre. PUES BIEN, USÉMOSLAS, QUE ESOS SEAN NUESTROS LUGARES DE CULTO, VAYAMOS ALLI A RECIBIR LA PALABRA, ALLI Y A LA VISTA DE FUNCIONARIOS RECEMOS Y ADOREMOS A NUESTRO DIOS.
No permitan que nos dejen con una religión universalista, sin exigencias morales, una religión relativista y genuflexa a los poderes terrenales. ESO NO ES UNA RELIGIÓN ES UNA VERGÜENZA.
QUE DIOS NUESTRO SEÑOR LOS ILUMINE, LOS GUÍE Y ACOMPAÑE EN ESTOS ACIAGOS MOMENTOS DE LA HUMANIDAD.
Hasta la próxima.
Carlos Augusto Franceschi Carabajal
D.N.I. 7.768.466
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 10, 2021