Corría el mes de octubre del año 1975. Desde la provincia de Formosa se oyó un grito ensordecedor que resonó en toda la faz de la tierra: “¡ACÁ NO SE RINDE NADIE, CARAJO!” Qué lección de coraje, de honor, de hombría de bien, de amor a la Patria y, fundamentalmente, de cumplimiento del juramento militar: “defender la bandera hasta perder la vida”. Este grito sonará permanentemente en el viento del Regimiento de Infantería de Monte 29 y quedará grabado a fuego en la tierra formoseña. Fue pronunciado por un soldado conscripto que defendía su cuartel. Sí, un conscripto: el soldado Luna. Pasó el tiempo, y ya corre el año 2025. Vemos cómo los militares de hoy están a años luz de llegarle siquiera a la suela de los borceguíes al soldado Luna. Los generales en actividad dan vergüenza; han llegado a un grado de sumisión lamentable, y los retirados sólo se preocupan por conseguir algún conchabo en dependencias del Estado. ¿Cómo puede entenderse que un general, hijo de un coronel que combatió al terrorismo, hoy vea presos a los subalternos de su padre y mire para otro lado? Lo más grave: si su padre viviera, también estaría preso… y él igual seguiría mirando para otro lado. ¿Dónde está el Ejército que luchó por la independencia de nuestra Nación? ¿A cambio de qué se rindieron los generales? ¿Cuán grande fue el beneficio que obtuvieron para arrojar a los perros la honra sanmartiniana? Es lógico pensar que, como Judas, por unos pocos denarios pisotearon el uniforme de la Patria y condenaron a muerte a sus camaradas. Gracias a su valentía, hoy la Patria es libre. A esa Patria libre la están ahogando en el lodo de la corrupción y la inmoralidad. Cuánta cobardía. No tienen ni un poco de pudor ni vergüenza al gritar: “ACÁ NOS RENDIMOS TODOS”. ¿Valió realmente la pena tanta muerte? ¿De integrantes de las FFAA, de las FFSS, de civiles, de jóvenes, de niños? ¿Tanta muerte de inocentes? ¡Cuánta deshonra! Cuando se conmemora algún aniversario de batalla, tienen la desfachatez de concurrir y poner cara de circunstancia, sólo para que los vean los políticos de turno y los tengan en cuenta para un ascenso. Pero eso sí, ¡batallas de otro siglo! No vaya a ser cosa que alguien piense mal y los vincule con los últimos acontecimientos. Cuando leemos la historia de los pueblos o de la independencia americana, vemos cómo los jóvenes respetaban a sus ancianos y los consultaban permanentemente, conscientes de su experiencia. Sabían, además, que más temprano que tarde, ellos también integrarían esos consejos. En la Argentina de hoy se desprecia al anciano. Se lo veja permanentemente. Está condenado a vivir en la miseria. Todos los gobernantes y políticos encumbrados lo saben, pero también saben que así el final llegará más rápido y, como dicen, “SE ACABÓ LA RABIA”. Son tan soberbios que no se dan cuenta de que el tiempo pasa inexorablemente para todos. Los que hoy los adulan mañana los condenarán. Pero ya no podrán acudir al consejo de ancianos… porque lo exterminaron. Será tarde. Sufrirán en carne propia el “¡MUERTO EL REY, VIVA EL REY!” Muchos políticos, jueces, abogados, sacerdotes, integrantes de las FFAA y FSS, etc., se llenan la boca hablando de la Constitución y del cumplimiento de las leyes, cuando todos los días, conscientemente, las ignoran y las violan según su conveniencia. Un exjuez de la Corte expresó que lo realizado por el Congreso con dos leyes fue inconstitucional. Sin embargo, eso motivó la realización de centenares de juicios totalmente ilegales. Los juicios continúan, y a nadie en la Justicia se le ocurre investigar. Total, todos los que están dentro del circo cobran cuantiosas sumas a fin de mes. Los enjuiciados… que se jodan. Total, me tomo una garompa y todo… Hemos llegado a tal extremo que todo el país vio festejar el triunfo de la corrupción en el Congreso, en protección de los autores del robo del siglo al Estado argentino. ¿Y los custodios de la reserva moral de la Patria? ¿Dónde están? Nadie se puso colorado ni nervioso. Total, siga el baile – siga el baile. Es realmente increíble que hayan muerto tantos argentinos en las últimas décadas, para que su muerte hoy sirva solamente para que lucren unos inmorales con vestimenta de probos. No puede quedar en vano la muerte del soldado Luna ni la de tantos otros que murieron encarcelados, totalmente ignorados por quienes se autodenominan “camaradas” (¡vaya falacia!). Los argentinos que no se venden ni se arrodillan alguna vez deberán unirse para detener el tiempo y gritar: “¡ACÁ NO SE RINDE NADIE, CARAJO!” SOLDADO LUNA, LAS HERIDAS QUE LLEVAS EN TU PECHO SON ESTRELLAS QUE TE LLEVARON AL CAMPO DE LA GLORIA.
LOS MUERTOS VIVOS
@MuertosVivosU34
Campo de Mayo, ARGENTINA
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Corría el mes de octubre del año 1975. Desde la provincia de Formosa se oyó un grito ensordecedor que resonó en toda la faz de la tierra:
“¡ACÁ NO SE RINDE NADIE, CARAJO!”
Qué lección de coraje, de honor, de hombría de bien, de amor a la Patria y, fundamentalmente, de cumplimiento del juramento militar: “defender la bandera hasta perder la vida”. Este grito sonará permanentemente en el viento del Regimiento de Infantería de Monte 29 y quedará grabado a fuego en la tierra formoseña. Fue pronunciado por un soldado conscripto que defendía su cuartel. Sí, un conscripto: el soldado Luna. Pasó el tiempo, y ya corre el año 2025. Vemos cómo los militares de hoy están a años luz de llegarle siquiera a la suela de los borceguíes al soldado Luna.
Los generales en actividad dan vergüenza; han llegado a un grado de sumisión lamentable, y los retirados sólo se preocupan por conseguir algún conchabo en dependencias del Estado.
¿Cómo puede entenderse que un general, hijo de un coronel que combatió al terrorismo, hoy vea presos a los subalternos de su padre y mire para otro lado? Lo más grave: si su padre viviera, también estaría preso… y él igual seguiría mirando para otro lado.
¿Dónde está el Ejército que luchó por la independencia de nuestra Nación? ¿A cambio de qué se rindieron los generales? ¿Cuán grande fue el beneficio que obtuvieron para arrojar a los perros la honra sanmartiniana?
Es lógico pensar que, como Judas, por unos pocos denarios pisotearon el uniforme de la Patria y condenaron a muerte a sus camaradas. Gracias a su valentía, hoy la Patria es libre. A esa Patria libre la están ahogando en el lodo de la corrupción y la inmoralidad.
Cuánta cobardía. No tienen ni un poco de pudor ni vergüenza al gritar: “ACÁ NOS RENDIMOS TODOS”. ¿Valió realmente la pena tanta muerte? ¿De integrantes de las FFAA, de las FFSS, de civiles, de jóvenes, de niños? ¿Tanta muerte de inocentes? ¡Cuánta deshonra!
Cuando se conmemora algún aniversario de batalla, tienen la desfachatez de concurrir y poner cara de circunstancia, sólo para que los vean los políticos de turno y los tengan en cuenta para un ascenso. Pero eso sí, ¡batallas de otro siglo! No vaya a ser cosa que alguien piense mal y los vincule con los últimos acontecimientos.
Cuando leemos la historia de los pueblos o de la independencia americana, vemos cómo los jóvenes respetaban a sus ancianos y los consultaban permanentemente, conscientes de su experiencia. Sabían, además, que más temprano que tarde, ellos también integrarían esos consejos.
En la Argentina de hoy se desprecia al anciano. Se lo veja permanentemente. Está condenado a vivir en la miseria. Todos los gobernantes y políticos encumbrados lo saben, pero también saben que así el final llegará más rápido y, como dicen, “SE ACABÓ LA RABIA”. Son tan soberbios que no se dan cuenta de que el tiempo pasa inexorablemente para todos. Los que hoy los adulan mañana los condenarán. Pero ya no podrán acudir al consejo de ancianos… porque lo exterminaron.
Será tarde. Sufrirán en carne propia el “¡MUERTO EL REY, VIVA EL REY!” Muchos políticos, jueces, abogados, sacerdotes, integrantes de las FFAA y FSS, etc., se llenan la boca hablando de la Constitución y del cumplimiento de las leyes, cuando todos los días, conscientemente, las ignoran y las violan según su conveniencia. Un exjuez de la Corte expresó que lo realizado por el Congreso con dos leyes fue inconstitucional. Sin embargo, eso motivó la realización de centenares de juicios totalmente ilegales. Los juicios continúan, y a nadie en la Justicia se le ocurre investigar. Total, todos los que están dentro del circo cobran cuantiosas sumas a fin de mes. Los enjuiciados… que se jodan. Total, me tomo una garompa y todo…
Hemos llegado a tal extremo que todo el país vio festejar el triunfo de la corrupción en el Congreso, en protección de los autores del robo del siglo al Estado argentino.
¿Y los custodios de la reserva moral de la Patria? ¿Dónde están? Nadie se puso colorado ni nervioso.
Total, siga el baile – siga el baile.
Es realmente increíble que hayan muerto tantos argentinos en las últimas décadas, para que su muerte hoy sirva solamente para que lucren unos inmorales con vestimenta de probos. No puede quedar en vano la muerte del soldado Luna ni la de tantos otros que murieron encarcelados, totalmente ignorados por quienes se autodenominan “camaradas” (¡vaya falacia!). Los argentinos que no se venden ni se arrodillan alguna vez deberán unirse para detener el tiempo y gritar:
“¡ACÁ NO SE RINDE NADIE, CARAJO!”
SOLDADO LUNA,
LAS HERIDAS QUE LLEVAS EN TU PECHO SON ESTRELLAS QUE TE LLEVARON AL CAMPO DE LA
GLORIA.
LOS MUERTOS VIVOS
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Campo de Mayo, ARGENTINA
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Junio 21, 2025
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