Hagamos una proyección benevolente, supongamos que se ganan las elecciones de medio término, supongamos que también se ganan las presidenciales del 2023. Un fulano parecido a Macri- porque no hay nadie en la oposición que salga del molde de mediocridad, buena voluntad, estupidez y cobardía al que Cambiemos nos acostumbró en el cuatrienio 2015- 2019- se hace cargo del gobierno y pretende comenzar a gobernar.
No nos engañemos como se engañaron en el 2015; estamos tan en el fondo, no solo económico y social sino también moral, que para sacar a flote la república se debería hacer un ajuste total e impiadoso. Es imposible que Argentina siga con un sistema político que, por inepcia y corrupción, ha devaluado el peso argentino en un 97,6% en treinta años.
Este ajuste total no debería quedar solo encasillado en lo económico, de la misma manera que hay que ajustar la economía, es menester, también, encarar una reforma institucional completa, dela misma manera que se debe reformar la educación que se ha convertido en un aguantadero ideológico donde se pretende “educar”, en la protesta revolucionaria a los hijos de los argentinos.
Pero tan importante como esto, es la necesidad de ajustar la mentalidad de los argentinos, mentalidad infectada por la convicción que no es necesario trabajar para sobrevivir ya que “papa estado” se encargará porque los han convencidos que la leche y la carne la produce un supermercado, porque creen que afirmar la nacionalidad es comprar caro aparatos electrónicos de dudosa calidad, porque se han tomado en serio el cuento de: “… y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, teoría que nadie en el mundo practica, pero que ha servido para que los argentinos paguemos los estudios, los tratamientos e inclusive jubilaciones de una multitud de “hermanos de la patria grande” que han sabido aprovechar la gratuidad de estudios o de tratamientos médicos que, pese a estar quebrada, aun ofrece la república Argentina.
Bien, José Cambio ha ganado las elecciones del 2023, y quiere poner en práctica todos los cambios que es necesario hacer en la república. No hay que tener una bola de cristal para saber que la ciudad de Buenos Aires será asolada mañana, tarde y noche por manifestaciones y piquetes, que cuando se quiera hacer una reforma laboral el congreso terminará tapado bajo una montaña de piedras, que si se quiere mejorar la educación Baradel decretará un paro eterno y que los movimiento sociales del “pobrismo” vaticano se encargarán de subvertir toda idea de orden en la república.
Realmente, ¿hay alguien que crea posible la reforma de todos aquellos problemas de la república en democracia?, ¿aún creen que el tener un 45, 48, 53% en las urnas les garantizará el éxito de lo que quieren hacer?, ¿son tan ciegos que siquiera piensan que, con Moyano, Baradel, Grabois, Daer- solo por nombrar a unos pocos- se puede dialogar?
No, imposible, si no vemos esto es porque el fracaso nos seduce, porque el miedo a ser políticamente incorrectos nos abruma, porque hacerle caso a aquello de: “tomar el toro por las astas” es demasiado para nuestra pavura.
Los antes mencionados, que no son solo esos cuatro, podríamos hablar de cien como ellos, no van a permitir ninguna solución para la Argentina. Esa Argentina soñada significa para ellos el fin de sus negociados. Los que queremos un país en serio, no ya para nosotros- no lo veremos por una cuestión etaria- sino para nuestros hijos y nietos, no podemos ser tan estúpidos de creernos el cuento que cualquier problema se soluciona con más democracia. Que el verso mal rimado que escuchamos desde 1983 no nos siga doliendo en los oídos. Para conseguir la república que anhelamos, la democracia es un lastre, porque no son las urnas la que eliminan a parásitos y ladrones…, esto se consigue de otra manera.
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Por JOSÉ LUIS MILIA.
Hagamos una proyección benevolente, supongamos que se ganan las elecciones de medio término, supongamos que también se ganan las presidenciales del 2023. Un fulano parecido a Macri- porque no hay nadie en la oposición que salga del molde de mediocridad, buena voluntad, estupidez y cobardía al que Cambiemos nos acostumbró en el cuatrienio 2015- 2019- se hace cargo del gobierno y pretende comenzar a gobernar.
No nos engañemos como se engañaron en el 2015; estamos tan en el fondo, no solo económico y social sino también moral, que para sacar a flote la república se debería hacer un ajuste total e impiadoso. Es imposible que Argentina siga con un sistema político que, por inepcia y corrupción, ha devaluado el peso argentino en un 97,6% en treinta años.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Este ajuste total no debería quedar solo encasillado en lo económico, de la misma manera que hay que ajustar la economía, es menester, también, encarar una reforma institucional completa, dela misma manera que se debe reformar la educación que se ha convertido en un aguantadero ideológico donde se pretende “educar”, en la protesta revolucionaria a los hijos de los argentinos.
Pero tan importante como esto, es la necesidad de ajustar la mentalidad de los argentinos, mentalidad infectada por la convicción que no es necesario trabajar para sobrevivir ya que “papa estado” se encargará porque los han convencidos que la leche y la carne la produce un supermercado, porque creen que afirmar la nacionalidad es comprar caro aparatos electrónicos de dudosa calidad, porque se han tomado en serio el cuento de: “… y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”, teoría que nadie en el mundo practica, pero que ha servido para que los argentinos paguemos los estudios, los tratamientos e inclusive jubilaciones de una multitud de “hermanos de la patria grande” que han sabido aprovechar la gratuidad de estudios o de tratamientos médicos que, pese a estar quebrada, aun ofrece la república Argentina.
Bien, José Cambio ha ganado las elecciones del 2023, y quiere poner en práctica todos los cambios que es necesario hacer en la república. No hay que tener una bola de cristal para saber que la ciudad de Buenos Aires será asolada mañana, tarde y noche por manifestaciones y piquetes, que cuando se quiera hacer una reforma laboral el congreso terminará tapado bajo una montaña de piedras, que si se quiere mejorar la educación Baradel decretará un paro eterno y que los movimiento sociales del “pobrismo” vaticano se encargarán de subvertir toda idea de orden en la república.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Realmente, ¿hay alguien que crea posible la reforma de todos aquellos problemas de la república en democracia?, ¿aún creen que el tener un 45, 48, 53% en las urnas les garantizará el éxito de lo que quieren hacer?, ¿son tan ciegos que siquiera piensan que, con Moyano, Baradel, Grabois, Daer- solo por nombrar a unos pocos- se puede dialogar?
No, imposible, si no vemos esto es porque el fracaso nos seduce, porque el miedo a ser políticamente incorrectos nos abruma, porque hacerle caso a aquello de: “tomar el toro por las astas” es demasiado para nuestra pavura.
Los antes mencionados, que no son solo esos cuatro, podríamos hablar de cien como ellos, no van a permitir ninguna solución para la Argentina. Esa Argentina soñada significa para ellos el fin de sus negociados. Los que queremos un país en serio, no ya para nosotros- no lo veremos por una cuestión etaria- sino para nuestros hijos y nietos, no podemos ser tan estúpidos de creernos el cuento que cualquier problema se soluciona con más democracia. Que el verso mal rimado que escuchamos desde 1983 no nos siga doliendo en los oídos. Para conseguir la república que anhelamos, la democracia es un lastre, porque no son las urnas la que eliminan a parásitos y ladrones…, esto se consigue de otra manera.
JOSE LUIS MILIA
josemilia_686@hotmail.com
Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini tuo da gloriam.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 22, 2021
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