Con la lengua firmemente plantada en la mejilla, el grafitero inglés y bromista internacional Banksy ha logrado convertirse en uno de los artistas más reconocidos del mundo sin dejar de ser relativamente anónimo. Manteniéndose fiel a los credos del Street Art (arte callejero), ha construido un célebre cuerpo de trabajo, tanto permanente como transitorio, que utiliza la sátira, la subversión, el humor negro y la ironía para crear mensajes sociales, políticos y humanistas resonantes para las masas en un populoso y nivel público. Su estilo es universalmente familiar, basado en una estética de plantilla característica que lo ha elevado de un simple hombre con una lata de aerosol a un artista altamente creativo por derecho propio. Es responsable de catapultar el trabajo de guerrilla a la corriente principal como una forma viable de arte.
Aunque la identidad de Banksy estaba bien protegida, se dio a conocer como grafitero a mano alzada en 1993. Utilizando plantillas desde el año 2000 para mejorar su velocidad, desarrolló una iconografía distintiva de imágenes muy reconocibles, como ratas y policías, que comunicaban su mensaje antiautoritario. Con ingenio irónico y sigilo, Banksy fusionó el arte del grafiti con la instalación y la actuación. En la exposición de 2003 “Turf War”, pintó sobre los cuerpos de cerdos vivos. En su exposición “Crude Oils” en Londres en 2005, que presentó réplicas alteradas de las obras de Claude Monet, Vincent van Gogh y Edward Hopper, lanzó 200 ratas vivas en la galería. En 2005, Banksy, totalmente disfrazado, instaló sus propias obras en las paredes de los principales museos de la ciudad de Nueva York y Londres, incluidos el Museo Metropolitano de Arte y la Tate Britain.
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Logros El arte de Banksy radica en su habilidad para usar el humor y el ingenio sardónico para engañar a los espectadores para que contemplen la seriedad subyacente de sus mensajes sobre el capitalismo, la publicidad, la política y la humanidad. Es este mismo sentido de fantasía inocente junto con verdades atrevidas y deslumbrantes sobre nuestro tiempo lo que lo eleva a un papel como potente mediador social, todo bajo la apariencia del arte. Independientemente de su fama, el lienzo elegido por Banksy sigue siendo la calle y los lugares públicos de improvisación donde su arte puede “aparecer” al estilo guerrillero, conservando su resistencia a ser comercializado dentro de cualquier sector social, audiencia o mercado específico. El anonimato ha sido la principal forma de operar de Banksy, en gran parte porque elimina el estatus del artista como celebridad y, en cambio, obliga a centrarse en la obra de arte. También permite la libertad de decir la verdad sin disculpas sin tener en cuenta las consecuencias. En un giro irónico del destino, el semblante subversivo de Banksy solo ha promovido su transición a la aceptación general a medida que el mundo toma nota de su estilo característico y la falta de cualquier impulso del ego hacia el reconocimiento artístico. El propio artista se ha convertido en un puente no muy diferente de los que su obra de arte pretende construir. Debido a que el grafiti es ilegal, el trabajo de Banksy sigue planteando interrogantes en la esfera social sobre las líneas entre el arte público y el vandalismo. Si su trabajo en el costado de un edificio se convierte en una pieza coleccionable y protegida mientras otro artista callejero menos conocido es encarcelado por realizar una acción similar, ¿qué significa esto sobre la hipocresía que se le otorga a la fama?
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Con la lengua firmemente plantada en la mejilla, el grafitero inglés y bromista internacional Banksy ha logrado convertirse en uno de los artistas más reconocidos del mundo sin dejar de ser relativamente anónimo. Manteniéndose fiel a los credos del Street Art (arte callejero), ha construido un célebre cuerpo de trabajo, tanto permanente como transitorio, que utiliza la sátira, la subversión, el humor negro y la ironía para crear mensajes sociales, políticos y humanistas resonantes para las masas en un populoso y nivel público. Su estilo es universalmente familiar, basado en una estética de plantilla característica que lo ha elevado de un simple hombre con una lata de aerosol a un artista altamente creativo por derecho propio. Es responsable de catapultar el trabajo de guerrilla a la corriente principal como una forma viable de arte.
Aunque la identidad de Banksy estaba bien protegida, se dio a conocer como grafitero a mano alzada en 1993. Utilizando plantillas desde el año 2000 para mejorar su velocidad, desarrolló una iconografía distintiva de imágenes muy reconocibles, como ratas y policías, que comunicaban su mensaje antiautoritario. Con ingenio irónico y sigilo, Banksy fusionó el arte del grafiti con la instalación y la actuación. En la exposición de 2003 “Turf War”, pintó sobre los cuerpos de cerdos vivos. En su exposición “Crude Oils” en Londres en 2005, que presentó réplicas alteradas de las obras de Claude Monet, Vincent van Gogh y Edward Hopper, lanzó 200 ratas vivas en la galería. En 2005, Banksy, totalmente disfrazado, instaló sus propias obras en las paredes de los principales museos de la ciudad de Nueva York y Londres, incluidos el Museo Metropolitano de Arte y la Tate Britain.
Logros
El arte de Banksy radica en su habilidad para usar el humor y el ingenio sardónico para engañar a los espectadores para que contemplen la seriedad subyacente de sus mensajes sobre el capitalismo, la publicidad, la política y la humanidad. Es este mismo sentido de fantasía inocente junto con verdades atrevidas y deslumbrantes sobre nuestro tiempo lo que lo eleva a un papel como potente mediador social, todo bajo la apariencia del arte.
Independientemente de su fama, el lienzo elegido por Banksy sigue siendo la calle y los lugares públicos de improvisación donde su arte puede “aparecer” al estilo guerrillero, conservando su resistencia a ser comercializado dentro de cualquier sector social, audiencia o mercado específico.
El anonimato ha sido la principal forma de operar de Banksy, en gran parte porque elimina el estatus del artista como celebridad y, en cambio, obliga a centrarse en la obra de arte. También permite la libertad de decir la verdad sin disculpas sin tener en cuenta las consecuencias.
En un giro irónico del destino, el semblante subversivo de Banksy solo ha promovido su transición a la aceptación general a medida que el mundo toma nota de su estilo característico y la falta de cualquier impulso del ego hacia el reconocimiento artístico. El propio artista se ha convertido en un puente no muy diferente de los que su obra de arte pretende construir.
Debido a que el grafiti es ilegal, el trabajo de Banksy sigue planteando interrogantes en la esfera social sobre las líneas entre el arte público y el vandalismo. Si su trabajo en el costado de un edificio se convierte en una pieza coleccionable y protegida mientras otro artista callejero menos conocido es encarcelado por realizar una acción similar, ¿qué significa esto sobre la hipocresía que se le otorga a la fama?
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 18, 2022