Hablar de la corrupción reinante -sí, reinante, porque no sólo se encuentra muy difundida sino que también impera en amplios sectores de la sociedad- puede resultar aburrido a fuerza de ser reiterado. Ya se ha dicho que existió siempre, pero que jamás alcanzó los alarmantes niveles que alcanzo en gobiernos anteriores y que se refleja en la actualidad en amplios sectores de la sociedad. Pero lo que es peor, el grado de resignación, de tolerancia y hasta de paciente aceptación con el que seve en estos días. Nihil novi sub sole (no hay nada nuevo bajo el sol), sí, ya lo sabemos, y sin embargo pareciera que, con el ánimo de hacerle frente de alguna manera a la putrefacción invasora, alguna táctica nueva podría aparecer. En mi Provincia – Tucumán – hace ya tiempo la legislatura aprobó por unanimidad un proyecto de mi autoría, que fue la creación de una comisión antimafia que lamentablementenunca se integró. Pasa lo mismo que con el cojo: había que ver la andar para tener idea de los efectos que podria tener en su desempeño. Mientras tanto era una posibilidad que se quería ver con una esperanza despierta, por la necesidad de que algún implemento destinado a este fin tenga un resultado positivo y alentador, más que por válidas experiencias -que no las hay- ni por profundos y talentosos programas, que no se sabe si existirán o no.En principio su objeto era el de proyectar mejoras en la legislación, de tal modo que los naturales organismos que tiene la sociedad para luchar contra el delito -policía y justicia- vean facilitada su acción y ésta tenga resultados valederos. En este sentido se ha señalado reiteradamente que los delitos no se castigan porque no pueden ser judicialmente probados, y quesi las pruebas existen se encuentran los modos de eludir las penas, y que las escasas veces en que las penas son impuestas, los pícaros delincuentes encuentran el resquicio, la brecha, el postigo -e incluso la puerta ancha- para eludir todo castigo. En nuestro ámbito legislativo no puede pensarse en adecuar el Código Penal, ya que está sujeto a la jurisdicción nacional, pero se aplica por medio de la policía y la justicia, instituciones que sí son legisladas, gobernadas y presupuestariamente dotadas, desde el ámbito provincial. Pero, además de mencionarse la necesidad de adecuar la legislación, la administración y el presupuesto de los organismos que tienen a su cargo la seguridad pública, también se ha mencionado la posibilidad de que la comisión antimafia llegara a realizar ciertas investigaciones. Incluso -en contra de esta comisión- se ha mencionado la inconveniencia de transformar a la Cámara en un poder investigador. Es lógico: ni la Legislatura como corporación, ni tampoco sus miembros individualmente, cuentan con elementos, antecedentes, experiencia ni idoneidad requeridos para llevar a buen término investigaciones de tipo detectivesco. A pesar de eso se ha supuesto que cierto tipo de investigaciones precisará realizar, ya que para facilitar la lucha contra el delito se requiere saber con qué mecanismos el delito funciona y cuáles de sus males son los más aflictivos para una comunidad que con angustia ve su proliferación y su impunidad. La comisión buscaría los modos de combatir las mafias. ¿Por qué las mafias, es decir el crimen organizado, y no el crimen en general? Hay motivos, además de que siempre por alguna parte se debe comenzar: el crimen organizado suele ser más dañino que el producido en forma eventual, y el hecho de existir alguna organización -cómplices, auxiliares, jefes, comunicaciones, planes- ayudaría a desenvolver el ovillo una vez hallada su punta. Se había aprobado crear la comisión. Y sin embargo no se la ha constituido, no se ha designado a los miembros que la integrarán. Podría ser que la falta de entusiasmo se debiera a un lamentable pesimismo, a una actitud propia del no te metás, o a un cómodo propósito de colaborar con la creación pero para que trabajen otros. En fin: muchos motivos podría haber para que los legisladores no se sientan atraídos a volcar sus empeños en esta actividad nueva. Pero, ¿se habrán sacado números de cuál actitud es la que recoge más votos? ¿La que dice: ¡Ciudadanos! Apoyen mi lucha en contra del delito combatiendo las mafias, al modo en que lo hace algunos candidatos esclarecidos , o la de presentarse con ademanes suaves sosteniendo que hay que vivir y dejar vivir, o estimando que la corrupción no es más que un síntoma de la gravedad a que ha llegado la descomposición de la economía; interpretando que los complejos mecanismos precisan del aceite, o apreciando, quizás, que así como la función hace al órgano la sociedad crea los implementos adecuados para que medre el conjunto? La Cámara había resuelto crear esta novedosa comisión antimafia con una misión eterna y siempre difícil, especialmente en las actuales circunstancias. Cuáles sería su desempeño, cuáles sus triunfos y cuáles sus fracasos, es algo que la ciudadanía tucumana podría averiguar y sacar en limpio en el transcurso su actuación si se i hubiera integrado. Es verdad también su fracaso podría producirse de inmediato. Su triunfo seguramente llevaría años de fatigantes y sacrificados esfuerzos. Pero hay que hacer algo. Las mafias actúan entre con total impunidad ante nosotros con la justicia jugando al distraído. Ante la aflicción de una enorme parte de lasociedad no podemos mantenernos indiferentes. Ante esta apatía o pasividad ruego a mis compatriotas una vez másque nos movilicemos tranquilamenteel 3 de agosto del corriente año a horas 18 para gritar a viva vos por el adecentamiento de la Justicia en todo el país.La a sociedad se debedefenderdel delito. Sepropicianjuicios políticos sin solución. Se hacen innumerablesdenuncias de venalidad, de escándalos sin resultados. Es primordial entonces que los ciudadanos participemos en la reclamo,de la angustiageneral difundida en la sociedad a la que pertenecemos. Tenemos derecho a manifestar esa desazón y adherirnos al clamor público. Tenemos la obligación y el derecho, de pedir que el Estado, la Justicia,el congresolos Poderes del estado en su conjunto procuren los medios adecuados para que las mafias y la corrupción en todos sus estados, sean combatidas de la mejor forma posible por una justicia libre, honesta e independiente. Debemos formar parte de una sociedad que no se resigne a la impunidad como si se tratase de una fuerza de la naturaleza. Es que la corrupción que “se está haciendo carne en la Argentina” y convirtiendo en el pan nuestro de cada día”. Ante el mal que todos vemos y lamentamos, es necesario reaccionar buscando la forma de purificar la sociedad. Es una lucha que vale la pena librarse pues en ella se juega el destino de la patria de nuestros hijos. Para los varones se han hecho las empresas. Ruego participemos en la convocatoria ycompartamos por todas las redes sociales.Recordemos siemprea Sarmiento: “desgraciados los pueblos a los que se les agote ese instinto por mantener la salud colectiva. Los ciudadanos de tales pueblos serán tratados como presidiarios.”
Escribe JORGE BERNABE LOBO ARAGON.
Convocatoria.
“…Para los varones se han hecho las empresas…
Hablar de la corrupción reinante -sí, reinante, porque no sólo se encuentra muy difundida sino que también impera en amplios sectores de la sociedad- puede resultar aburrido a fuerza de ser reiterado. Ya se ha dicho que existió siempre, pero que jamás alcanzó los alarmantes niveles que alcanzo en gobiernos anteriores y que se refleja en la actualidad en amplios sectores de la sociedad. Pero lo que es peor, el grado de resignación, de tolerancia y hasta de paciente aceptación con el que se ve en estos días. Nihil novi sub sole (no hay nada nuevo bajo el sol), sí, ya lo sabemos, y sin embargo pareciera que, con el ánimo de hacerle frente de alguna manera a la putrefacción invasora, alguna táctica nueva podría aparecer. En mi Provincia – Tucumán – hace ya tiempo la legislatura aprobó por unanimidad un proyecto de mi autoría, que fue la creación de una comisión antimafia que lamentablemente nunca se integró. Pasa lo mismo que con el cojo: había que ver la andar para tener idea de los efectos que podria tener en su desempeño. Mientras tanto era una posibilidad que se quería ver con una esperanza despierta, por la necesidad de que algún implemento destinado a este fin tenga un resultado positivo y alentador, más que por válidas experiencias -que no las hay- ni por profundos y talentosos programas, que no se sabe si existirán o no.En principio su objeto era el de proyectar mejoras en la legislación, de tal modo que los naturales organismos que tiene la sociedad para luchar contra el delito -policía y justicia- vean facilitada su acción y ésta tenga resultados valederos. En este sentido se ha señalado reiteradamente que los delitos no se castigan porque no pueden ser judicialmente probados, y que si las pruebas existen se encuentran los modos de eludir las penas, y que las escasas veces en que las penas son impuestas, los pícaros delincuentes encuentran el resquicio, la brecha, el postigo -e incluso la puerta ancha- para eludir todo castigo. En nuestro ámbito legislativo no puede pensarse en adecuar el Código Penal, ya que está sujeto a la jurisdicción nacional, pero se aplica por medio de la policía y la justicia, instituciones que sí son legisladas, gobernadas y presupuestariamente dotadas, desde el ámbito provincial. Pero, además de mencionarse la necesidad de adecuar la legislación, la administración y el presupuesto de los organismos que tienen a su cargo la seguridad pública, también se ha mencionado la posibilidad de que la comisión antimafia llegara a realizar ciertas investigaciones. Incluso -en contra de esta comisión- se ha mencionado la inconveniencia de transformar a la Cámara en un poder investigador. Es lógico: ni la Legislatura como corporación, ni tampoco sus miembros individualmente, cuentan con elementos, antecedentes, experiencia ni idoneidad requeridos para llevar a buen término investigaciones de tipo detectivesco. A pesar de eso se ha supuesto que cierto tipo de investigaciones precisará realizar, ya que para facilitar la lucha contra el delito se requiere saber con qué mecanismos el delito funciona y cuáles de sus males son los más aflictivos para una comunidad que con angustia ve su proliferación y su impunidad. La comisión buscaría los modos de combatir las mafias. ¿Por qué las mafias, es decir el crimen organizado, y no el crimen en general? Hay motivos, además de que siempre por alguna parte se debe comenzar: el crimen organizado suele ser más dañino que el producido en forma eventual, y el hecho de existir alguna organización -cómplices, auxiliares, jefes, comunicaciones, planes- ayudaría a desenvolver el ovillo una vez hallada su punta. Se había aprobado crear la comisión. Y sin embargo no se la ha constituido, no se ha designado a los miembros que la integrarán. Podría ser que la falta de entusiasmo se debiera a un lamentable pesimismo, a una actitud propia del no te metás, o a un cómodo propósito de colaborar con la creación pero para que trabajen otros. En fin: muchos motivos podría haber para que los legisladores no se sientan atraídos a volcar sus empeños en esta actividad nueva. Pero, ¿se habrán sacado números de cuál actitud es la que recoge más votos? ¿La que dice: ¡Ciudadanos! Apoyen mi lucha en contra del delito combatiendo las mafias, al modo en que lo hace algunos candidatos esclarecidos , o la de presentarse con ademanes suaves sosteniendo que hay que vivir y dejar vivir, o estimando que la corrupción no es más que un síntoma de la gravedad a que ha llegado la descomposición de la economía; interpretando que los complejos mecanismos precisan del aceite, o apreciando, quizás, que así como la función hace al órgano la sociedad crea los implementos adecuados para que medre el conjunto? La Cámara había resuelto crear esta novedosa comisión antimafia con una misión eterna y siempre difícil, especialmente en las actuales circunstancias. Cuáles sería su desempeño, cuáles sus triunfos y cuáles sus fracasos, es algo que la ciudadanía tucumana podría averiguar y sacar en limpio en el transcurso su actuación si se i hubiera integrado. Es verdad también su fracaso podría producirse de inmediato. Su triunfo seguramente llevaría años de fatigantes y sacrificados esfuerzos. Pero hay que hacer algo. Las mafias actúan entre con total impunidad ante nosotros con la justicia jugando al distraído. Ante la aflicción de una enorme parte de la sociedad no podemos mantenernos indiferentes. Ante esta apatía o pasividad ruego a mis compatriotas una vez más que nos movilicemos tranquilamente el 3 de agosto del corriente año a horas 18 para gritar a viva vos por el adecentamiento de la Justicia en todo el país. La a sociedad se debe defender del delito. Se propician juicios políticos sin solución. Se hacen innumerables denuncias de venalidad, de escándalos sin resultados. Es primordial entonces que los ciudadanos participemos en la reclamo, de la angustia general difundida en la sociedad a la que pertenecemos. Tenemos derecho a manifestar esa desazón y adherirnos al clamor público. Tenemos la obligación y el derecho, de pedir que el Estado, la Justicia, el congreso los Poderes del estado en su conjunto procuren los medios adecuados para que las mafias y la corrupción en todos sus estados, sean combatidas de la mejor forma posible por una justicia libre, honesta e independiente. Debemos formar parte de una sociedad que no se resigne a la impunidad como si se tratase de una fuerza de la naturaleza. Es que la corrupción que “se está haciendo carne en la Argentina” y convirtiendo en el pan nuestro de cada día”. Ante el mal que todos vemos y lamentamos, es necesario reaccionar buscando la forma de purificar la sociedad. Es una lucha que vale la pena librarse pues en ella se juega el destino de la patria de nuestros hijos. Para los varones se han hecho las empresas. Ruego participemos en la convocatoria y compartamos por todas las redes sociales. Recordemos siempre a Sarmiento: “desgraciados los pueblos a los que se les agote ese instinto por mantener la salud colectiva. Los ciudadanos de tales pueblos serán tratados como presidiarios.”
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 1, 2017
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