Las palabras de esta semana del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que durante un discurso en Iowa calificó de “genocidio” la actuación de las tropas rusas en Ucrania, han generado preocupación entre algunos funcionarios de su Gobierno y contradicen las conclusiones a las que llegaron las agencias de inteligencia estadounidense tras analizar la información disponible sobre el conflicto armado que ha hablado con varios altos funcionarios de la Administración de Biden.
Así, dos funcionarios del Departamento de Estado, entre cuyas funciones figura la de determinar formalmente el genocidio y los crímenes de guerra a través de un proceso legal independiente, afirmaron que la declaración de Biden hizo más difícil que la agencia hiciera su trabajo de forma creíble.
Los actuales informes de la inteligencia sobre lo que está ocurriendo en Ucrania no reflejan hechos que encajarían en la definición de genocidio.
“El genocidio incluye el objetivo de la destrucción de un grupo étnico o de una nación y, hasta ahora, no es algo que estamos observando”, señaló un miembro de la inteligencia estadounidense.
Por otro lado, personas familiarizadas con las discusiones internas sostienen que Biden sintió que había reaccionado con lentitud a la hora de tachar las acciones militares rusas en Ucrania como crímenes de guerra y no quería quedarse atrás en lo que respecta a las acusaciones de genocidio, tal y como lo ve, mientras la crisis evoluciona demasiado rápido, a diferencia de los trámites burocráticos y los procesos legales.
“El presupuesto de sus familias, su habilidad de llenar los depósitos de gasolina: nada de esto debe girar en torno a [la decisión de] un dictador de declarar la guerra y cometer genocidio al otro lado del mundo”, declaró el presidente norteamericano este martes en referencia al presidente ruso, Vladímir Putin.
El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, respondió que Moscú rechaza rotundamente las acusaciones de Biden. “Consideramos inaceptables tales intentos de tergiversar la situación, y, en particular, como ya hemos dicho antes, parece poco aceptable para el presidente de EE.UU.”, dijo el vocero ruso, ya que —recordó— Washington “cometió actos bien conocidos a lo largo de la historia moderna y contemporánea”.
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Las palabras de esta semana del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que durante un discurso en Iowa calificó de “genocidio” la actuación de las tropas rusas en Ucrania, han generado preocupación entre algunos funcionarios de su Gobierno y contradicen las conclusiones a las que llegaron las agencias de inteligencia estadounidense tras analizar la información disponible sobre el conflicto armado que ha hablado con varios altos funcionarios de la Administración de Biden.
Así, dos funcionarios del Departamento de Estado, entre cuyas funciones figura la de determinar formalmente el genocidio y los crímenes de guerra a través de un proceso legal independiente, afirmaron que la declaración de Biden hizo más difícil que la agencia hiciera su trabajo de forma creíble.
Los actuales informes de la inteligencia sobre lo que está ocurriendo en Ucrania no reflejan hechos que encajarían en la definición de genocidio.
“El genocidio incluye el objetivo de la destrucción de un grupo étnico o de una nación y, hasta ahora, no es algo que estamos observando”, señaló un miembro de la inteligencia estadounidense.
Por otro lado, personas familiarizadas con las discusiones internas sostienen que Biden sintió que había reaccionado con lentitud a la hora de tachar las acciones militares rusas en Ucrania como crímenes de guerra y no quería quedarse atrás en lo que respecta a las acusaciones de genocidio, tal y como lo ve, mientras la crisis evoluciona demasiado rápido, a diferencia de los trámites burocráticos y los procesos legales.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 16, 2022