Pocos ignoran que Argentina tiene una sociedad que en mayoría es pendular y distópica en sus sentimientos, reacciones y metas. Así ante la emergencia, en los años 70 su dirigencia política y la gente en general, clamaba por la muerte de los terroristas que la asolaba y décadas después, levantaba monumentos a esos mismos terroristas. Por supuesto a más de indemnizarlos y otorgarles cargos públicos de importancia, a ellos o en caso de no haber sobrevivido a sus hijos y por qué no también a sus nietos. Rápidamente negó la sanguinaria guerra terrorista, mutó a sus miembros en jóvenes idealistas y a la cárcel de por vida con algunos uniformado desprevenidos que se le cruzó en el camino, porque ello era “política de estado”. Así uniformados de todas las fuerzas (hombres y mujeres) y también civiles, superando los 2500 y siendo adultos mayores fueron a parar con sus achacosos huesos a cuanta celda hubo disponible, en el Servicio Penitenciario Federal. En una de esas cárceles conocida como la UP 31 ubicada en Ezeiza, hubo 114 cautivos y entre ellos 12, que habían participado en 1982 en otra Guerra, la de Malvinas, aplaudida al inicio y rechazada luego de su trágico desenlace. De ellos, sin que él lo supiera, se filmó y hoy lo mostramos a uno que se podría catalogar como la muestra viviente y sobreviviente de lo peor de la clase política que nos gobierna, a través de la mentira y ocultamiento de un aceitado sistema de exterminio de adultos mayores encarcelados. Iniciado durante el gobierno de la “década ganada” y avalado por este falaz CAMBIEMOS. Nos referimos al Mayor del Ejército Argentino CARLOS DEL SEÑOR HIDALGO GARZÓN, que ocupaba en el Pabellón uno, la celda once, o sea la más alejada de la entrada. Con heridas físicas y psíquicas (trastorno por Estrés Post Traumático crónico – fatiga de combate – y trastorno Bipolar II, muy deficientemente tratado, pasaba jornadas completas aislado, en penumbras en su claustrofóbica celda de 2.10 por 2.70 metros (6.88 por 8.85 pies). Medicado en exceso, ahora no solo lo mostramos en el resumen de un diálogo confuso y de significado incomprensible, también exhibimos copia de certificaciones médicas obtenidas recientemente que avalan lo que expresamos. De esta barbarie sus responsables directos son GERMÁN GARAVANO, Ministro de Justicia y Derechos Humanos (para algunos) y CLAUDIO AVRUJ, a cargo de la Secretaria de Derechos Humanos, dos burócratas que no ven, no escuchan y no hablan. Con suerte esperamos que en poco tiempo más, tengan que ver y escuchar, tras lo cual dudamos que hablen.
Claudio Kussman.
Interno L.U.P 345.349
Servicio Penitenciario Federal
Enero 17, 2019
“La guerra es el arte de destruir hombres,
la política es el arte de engañarlos”
Jean Le Rond D’ Alembert (1717-1783)
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CARLOS HIDALGO GARZÓN, tiene 72 años de edad, es Mayor (RO) del Ejército Argentino. Sirvió en la Infantería, fue Comando, Paracaidista, y Oficial de Inteligencia Estratégica. Es veterano de la Guerra de Malvinas, donde fue herido en combate, por lo que lo pasaron a retiro obligatorio, por Inútil de todo Servicio. Es Doctor en ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, criminólogo, Catedrático Universitario y fue Subsecretario de Culto de la Cancillería Argentina. Ha sido condecorado con la Medalla al Valor en Combate, Medalla La Nación Argentina al Herido en Combate, Distinción de Campaña Malvinas y Distinción Universitaria.
Por CLAUDIO KUSSMAN
FATIGA DE GUERRA, EL ABISMO.
Pocos ignoran que Argentina tiene una sociedad que en mayoría es pendular y distópica en sus sentimientos, reacciones y metas. Así ante la emergencia, en los años 70 su dirigencia política y la gente en general, clamaba por la muerte de los terroristas que la asolaba y décadas después, levantaba monumentos a esos mismos terroristas. Por supuesto a más de indemnizarlos y otorgarles cargos públicos de importancia, a ellos o en caso de no haber sobrevivido a sus hijos y por qué no también a sus nietos. Rápidamente negó la sanguinaria guerra terrorista, mutó a sus miembros en jóvenes idealistas y a la cárcel de por vida con algunos uniformado desprevenidos que se le cruzó en el camino, porque ello era “política de estado”. Así uniformados de todas las fuerzas (hombres y mujeres) y también civiles, superando los 2500 y siendo adultos mayores fueron a parar con sus achacosos huesos a cuanta celda hubo disponible, en el Servicio Penitenciario Federal. En una de esas cárceles conocida como la UP 31 ubicada en Ezeiza, hubo 114 cautivos y entre ellos 12, que habían participado en 1982 en otra Guerra, la de Malvinas, aplaudida al inicio y rechazada luego de su trágico desenlace. De ellos, sin que él lo supiera, se filmó y hoy lo mostramos a uno que se podría catalogar como la muestra viviente y sobreviviente de lo peor de la clase política que nos gobierna, a través de la mentira y ocultamiento de un aceitado sistema de exterminio de adultos mayores encarcelados. Iniciado durante el gobierno de la “década ganada” y avalado por este falaz CAMBIEMOS. Nos referimos al Mayor del Ejército Argentino CARLOS DEL SEÑOR HIDALGO GARZÓN, que ocupaba en el Pabellón uno, la celda once, o sea la más alejada de la entrada. Con heridas físicas y psíquicas (trastorno por Estrés Post Traumático crónico – fatiga de combate – y trastorno Bipolar II, muy deficientemente tratado, pasaba jornadas completas aislado, en penumbras en su claustrofóbica celda de 2.10 por 2.70 metros (6.88 por 8.85 pies). Medicado en exceso, ahora no solo lo mostramos en el resumen de un diálogo confuso y de significado incomprensible, también exhibimos copia de certificaciones médicas obtenidas recientemente que avalan lo que expresamos. De esta barbarie sus responsables directos son GERMÁN GARAVANO, Ministro de Justicia y Derechos Humanos (para algunos) y CLAUDIO AVRUJ, a cargo de la Secretaria de Derechos Humanos, dos burócratas que no ven, no escuchan y no hablan. Con suerte esperamos que en poco tiempo más, tengan que ver y escuchar, tras lo cual dudamos que hablen.
Claudio Kussman.
Interno L.U.P 345.349
Servicio Penitenciario Federal
Enero 17, 2019
CARLOS HIDALGO GARZÓN, tiene 72 años de edad, es Mayor (RO) del Ejército Argentino. Sirvió en la Infantería, fue Comando, Paracaidista, y Oficial de Inteligencia Estratégica. Es veterano de la Guerra de Malvinas, donde fue herido en combate, por lo que lo pasaron a retiro obligatorio, por Inútil de todo Servicio. Es Doctor en ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, criminólogo, Catedrático Universitario y fue Subsecretario de Culto de la Cancillería Argentina. Ha sido condecorado con la Medalla al Valor en Combate, Medalla La Nación Argentina al Herido en Combate, Distinción de Campaña Malvinas y Distinción Universitaria.
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Enero 17, 2018
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