Una nueva corriente de opinión sin antecedentes políticos concretos ni experiencia alguna en los problemas argentinos que a partir del 4 de Junio de 1943 han destruido nuestro prestigio interno y externo, dado que en 1939 estaba en el puesto 7 en términos de producto bruto y ahora estará orillando el lugar 80, sostiene que la solución a nuestro colosal drama, esta en cambiar nuestra moneda por el dólar norteamericano. Todos los problemas que nos abruman no son mencionados en esta corriente de opinión política como ser la caída en la educación, la inseguridad, un Estado que tiene inmensa cantidad de empleados innecesarios e incompetentes que fueron designados sin pasar por el imprescindible examen de su idoneidad, una Justicia que no es la que debería ser en donde su imparcialidad no esta avalada por el juicio por jurados como si lo tienen los países serios y confiables y que ya debería ser una realidad por que figura como importante desde 1853. Un Poder Legislativo cuyos diputados no son verdaderos representantes del Pueblo porque no sabemos por quien votamos y una Constitución que no es respetada comenzando por el Presidente y la Vicepresidente. Nada de esto es mencionado así como los gigantescos gastos en fletes que impiden el desarrollo de las Provincias y localidades alejadas de los puertos, las legítimas denuncias contra los funcionarios incorrectos que se hacen ricos en poco tiempo de gestión y quedan impunes. Las deudas impresionantes que condicionan nuestro presente y hacen imposible pensar en el futuro, un Banco Central que no es tal cosa y en el que las Provincias no tienen arte y ni parte y sirve fundamentalmente para emitir moneda con la cual pagar gastos injustificables, ser considerada Argentina como uno de los países mas riesgosos del mundo y otras decisivas carencias. Esta terrible realidad no es creíble que se solucione cambiando la moneda nacional por otra foránea a quien se le va a entregar buena parte de la soberanía argentina.
ESTA TESIS ES SOSPECHOSA PORQUE NO CONJUGA CON NUESTRA REALIDAD.
No es posible pensar que los problemas argentinos que están muy someramente descriptos mas arriba, se solucionen cediendo en buena medida la soberanía nacional-lo que desde ya lo consideramos un delito gravísimo contra la Patria -cuando para solucionar cada una de las mencionadas anomalías se requiere equipos de personas de gran experiencia y conocimientos y un asentimiento generalizado por lo que hacen en todos los ámbitos políticos- sea cual fuere su orientación política. Las acuciantes circunstancias argentinas deben encararse dentro de las posibilidades y medios locales por estadistas que las conozcan bien. Que tengan el carácter y la audacia para poner orden en el presente caos y hacer las obras públicas imprescindibles para abaratar el costo de la vida y poder exportar mucho mas que las misérrimas cantidades actuales, que nos impiden obtener las divisas que necesitamos . Todo esto no se puede arreglar con un cambio de la moneda por la de un país que maneja la suya teniendo en cuenta sus necesidades y el pensamiento de sus intelectuales y dirigentes que no siempre han acertado. Con la crisis de 1929 -para poner un ejemplo- el Gobierno norteamericano que estaba a la sazón, incitaba a la gente a ahorrar cuando lo que tenía que hacer era expandir los gastos públicos y privados para terminar con la recesión que asolaba esa gran nación. Los 6000 bancos que fueron a la quiebra y los cientos de miles de ahorristas burlados fueron entre otros, las víctimas del desacierto de esa política. Ahora -según las tesis predominantes, es necesario aumentar la tasa de interés que a su vez levanta el precio del dólar. Si Argentina se dolarizara heredaría la teorías norteamericanas que están supuestamente ajustadas a ese país, pero que no tienen nada que ver con el nuestro.
La sustitución de la moneda argentina por el dólar es una idea destinada a hacer creer al pueblo argentino que hacerlo es sencillo y que automáticamente se curaría la inflación o sea la suba generalizada de los precios. También que quien levanta esa bandera es una especie de héroe que ha visto lo que a ningún partido se ocurrió señalar y que por lo tanto debe ser destinatario del apoyo electoral de nuestro novel iluminado. Esa tesis es esgrimida para hacerle creer que milagrosamente de un día para el otro si cobra en dólares, va a disfrutar el nivel de vida estadounidense. Pero el propósito central del engaño no es esta obvia mentira: es desviar la atención del pueblo para que no piense en las realidades cotidianas que el autor del engaño no tiene la cualidades ni los recursos, ni el carácter ni las ideas que hacen falta para vencer aquellas. Se pretende que el pueblo discuta el tema introducido por el “mago” del dólar, hable de él todo el día y abandone su pensamiento realista para decidir acerca de quienes están seriamente capacitados para sacarnos del pantano adonde nos ha conducido la corrupción presente.
El dinero cuyo valor debe ser fijado por el Congreso vale poco y nada por la sencilla razón que el Estado gasta lo que no puede gastar y por esa razón aumenta los impuestos. Debido a ello se produce menos de lo que se debe producir, se recaudan menos tributos que son sustituidos por emisión monetaria ilegal y la oferta de bienes y servicios decae. La Argentina produce -y por lo tanto exporta- mucho menos de lo que podría hacer. Lo que produce en muchos casos es caro sencillamente porque es poco. Cuando aumenta la oferta de bienes, aquella tiende a rebajar sus costos y sus precios. En nuestra Patria los fletes son carísimos y son un componente de la inflación porque en lo interno no tiene un metro de canales fluviales que son lo mas barato para el trasporte de cosas y en lo externo no tiene un puerto de aguas profundas que pueda recibir barcos de 200.000 toneladas, lo que es imprescindible. De los ferrocarriles mejor no hablemos: Fueron literalmente destruidos.
La moneda argentina debe ser reconstruida y no cambiada. La moneda es un símbolo patrio y se va a revalorizar en la medida en que se terminen los hechos y las carencias que la llevaron a la situación actual que en alguna medida hemos descripto. No fue siempre así. En 1927 el Dr. Alvear, radical, Presidente de la República, decidió volver al “patrón oro” o sea la moneda argentina volvería a estar sujeta al valor del oro que había sido suspendido en 1914. Para ello solicitó al Banco de Inglaterra que le dijera los límites crediticios con los que podía contar. El Banco no se molestó en contestar las informaciones que el Gobierno argentino había dado. Le contestó con un simple telegrama en inglés: ”unlimited” o sea ilimitado. En 1932 el gobierno del Teniente General Agustín Pedro Justo también radical que tenia como Vicepresidente a Julio A. Roca (hijo) , conservador, tuvo una seria controversia con el Dr. Lisandro de la Torre porque este último no quería pagar las deudas tremendas externas e internas que había dejado Hipólito Yrigoyen. El ministro de Hacienda Federico Pinedo, socialista independiente, ideó un magnífico plan que los acreedores aceptaron casi unánimemente. El resultado fue que como la -Argentina cumplía y grandes países no lo hacían, aparecieron muchos inversores nacionales y extranjeros que dieron notable empuje al desarrollo nacional, sin inflación de ninguna clase. Desde 1932 al 4 de Junio de 1943, la inflación en todo el período fue el 1%
La dolarización del peso se utiliza para hacer que la gente piense en ese dislate y no reflexione para saber quiénes tienen las aptitudes, experiencia, moral y valentía para enfrentar la presente crisis.
♦
por Juan Jose Guaresti (nieto).
Una nueva corriente de opinión sin antecedentes políticos concretos ni experiencia alguna en los problemas argentinos que a partir del 4 de Junio de 1943 han destruido nuestro prestigio interno y externo, dado que en 1939 estaba en el puesto 7 en términos de producto bruto y ahora estará orillando el lugar 80, sostiene que la solución a nuestro colosal drama, esta en cambiar nuestra moneda por el dólar norteamericano. Todos los problemas que nos abruman no son mencionados en esta corriente de opinión política como ser la caída en la educación, la inseguridad, un Estado que tiene inmensa cantidad de empleados innecesarios e incompetentes que fueron designados sin pasar por el imprescindible examen de su idoneidad, una Justicia que no es la que debería ser en donde su imparcialidad no esta avalada por el juicio por jurados como si lo tienen los países serios y confiables y que ya debería ser una realidad por que figura como importante desde 1853. Un Poder Legislativo cuyos diputados no son verdaderos representantes del Pueblo porque no sabemos por quien votamos y una Constitución que no es respetada comenzando por el Presidente y la Vicepresidente. Nada de esto es mencionado así como los gigantescos gastos en fletes que impiden el desarrollo de las Provincias y localidades alejadas de los puertos, las legítimas denuncias contra los funcionarios incorrectos que se hacen ricos en poco tiempo de gestión y quedan impunes. Las deudas impresionantes que condicionan nuestro presente y hacen imposible pensar en el futuro, un Banco Central que no es tal cosa y en el que las Provincias no tienen arte y ni parte y sirve fundamentalmente para emitir moneda con la cual pagar gastos injustificables, ser considerada Argentina como uno de los países mas riesgosos del mundo y otras decisivas carencias. Esta terrible realidad no es creíble que se solucione cambiando la moneda nacional por otra foránea a quien se le va a entregar buena parte de la soberanía argentina.
ESTA TESIS ES SOSPECHOSA PORQUE NO CONJUGA CON NUESTRA REALIDAD.
No es posible pensar que los problemas argentinos que están muy someramente descriptos mas arriba, se solucionen cediendo en buena medida la soberanía nacional-lo que desde ya lo consideramos un delito gravísimo contra la Patria -cuando para solucionar cada una de las mencionadas anomalías se requiere equipos de personas de gran experiencia y conocimientos y un asentimiento generalizado por lo que hacen en todos los ámbitos políticos- sea cual fuere su orientación política. Las acuciantes circunstancias argentinas deben encararse dentro de las posibilidades y medios locales por estadistas que las conozcan bien. Que tengan el carácter y la audacia para poner orden en el presente caos y hacer las obras públicas imprescindibles para abaratar el costo de la vida y poder exportar mucho mas que las misérrimas cantidades actuales, que nos impiden obtener las divisas que necesitamos . Todo esto no se puede arreglar con un cambio de la moneda por la de un país que maneja la suya teniendo en cuenta sus necesidades y el pensamiento de sus intelectuales y dirigentes que no siempre han acertado. Con la crisis de 1929 -para poner un ejemplo- el Gobierno norteamericano que estaba a la sazón, incitaba a la gente a ahorrar cuando lo que tenía que hacer era expandir los gastos públicos y privados para terminar con la recesión que asolaba esa gran nación. Los 6000 bancos que fueron a la quiebra y los cientos de miles de ahorristas burlados fueron entre otros, las víctimas del desacierto de esa política. Ahora -según las tesis predominantes, es necesario aumentar la tasa de interés que a su vez levanta el precio del dólar. Si Argentina se dolarizara heredaría la teorías norteamericanas que están supuestamente ajustadas a ese país, pero que no tienen nada que ver con el nuestro.
La sustitución de la moneda argentina por el dólar es una idea destinada a hacer creer al pueblo argentino que hacerlo es sencillo y que automáticamente se curaría la inflación o sea la suba generalizada de los precios. También que quien levanta esa bandera es una especie de héroe que ha visto lo que a ningún partido se ocurrió señalar y que por lo tanto debe ser destinatario del apoyo electoral de nuestro novel iluminado. Esa tesis es esgrimida para hacerle creer que milagrosamente de un día para el otro si cobra en dólares, va a disfrutar el nivel de vida estadounidense. Pero el propósito central del engaño no es esta obvia mentira: es desviar la atención del pueblo para que no piense en las realidades cotidianas que el autor del engaño no tiene la cualidades ni los recursos, ni el carácter ni las ideas que hacen falta para vencer aquellas. Se pretende que el pueblo discuta el tema introducido por el “mago” del dólar, hable de él todo el día y abandone su pensamiento realista para decidir acerca de quienes están seriamente capacitados para sacarnos del pantano adonde nos ha conducido la corrupción presente.
El dinero cuyo valor debe ser fijado por el Congreso vale poco y nada por la sencilla razón que el Estado gasta lo que no puede gastar y por esa razón aumenta los impuestos. Debido a ello se produce menos de lo que se debe producir, se recaudan menos tributos que son sustituidos por emisión monetaria ilegal y la oferta de bienes y servicios decae. La Argentina produce -y por lo tanto exporta- mucho menos de lo que podría hacer. Lo que produce en muchos casos es caro sencillamente porque es poco. Cuando aumenta la oferta de bienes, aquella tiende a rebajar sus costos y sus precios. En nuestra Patria los fletes son carísimos y son un componente de la inflación porque en lo interno no tiene un metro de canales fluviales que son lo mas barato para el trasporte de cosas y en lo externo no tiene un puerto de aguas profundas que pueda recibir barcos de 200.000 toneladas, lo que es imprescindible. De los ferrocarriles mejor no hablemos: Fueron literalmente destruidos.
La moneda argentina debe ser reconstruida y no cambiada. La moneda es un símbolo patrio y se va a revalorizar en la medida en que se terminen los hechos y las carencias que la llevaron a la situación actual que en alguna medida hemos descripto. No fue siempre así. En 1927 el Dr. Alvear, radical, Presidente de la República, decidió volver al “patrón oro” o sea la moneda argentina volvería a estar sujeta al valor del oro que había sido suspendido en 1914. Para ello solicitó al Banco de Inglaterra que le dijera los límites crediticios con los que podía contar. El Banco no se molestó en contestar las informaciones que el Gobierno argentino había dado. Le contestó con un simple telegrama en inglés: ”unlimited” o sea ilimitado. En 1932 el gobierno del Teniente General Agustín Pedro Justo también radical que tenia como Vicepresidente a Julio A. Roca (hijo) , conservador, tuvo una seria controversia con el Dr. Lisandro de la Torre porque este último no quería pagar las deudas tremendas externas e internas que había dejado Hipólito Yrigoyen. El ministro de Hacienda Federico Pinedo, socialista independiente, ideó un magnífico plan que los acreedores aceptaron casi unánimemente. El resultado fue que como la -Argentina cumplía y grandes países no lo hacían, aparecieron muchos inversores nacionales y extranjeros que dieron notable empuje al desarrollo nacional, sin inflación de ninguna clase. Desde 1932 al 4 de Junio de 1943, la inflación en todo el período fue el 1%
La dolarización del peso se utiliza para hacer que la gente piense en ese dislate y no reflexione para saber quiénes tienen las aptitudes, experiencia, moral y valentía para enfrentar la presente crisis.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 28, 2023