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El presidente argentino Alberto Ángel Fernández a mitad del año 2020 negoció con Vladimir Putin, Xi Jinping, AstraZeneca-Oxford, Johnson, Moderna y Pfizer para adquirir más  de 25 millones de vacunas contra el coroavirus. Distanciándose de los requisitos (o falta de) de Putin, Xi y AstraZeneca, las empresas farmacéuticas de Estados Unidos pidieron una ley especial para firmar los contratos de provisión de sus propias vacunas. El primer mandatario argentino aceptó y envió al Congreso un proyecto de ley que terminó en un verdadero desastre (como siempre) político.

Fernández rechazó los pedidos de Pfizer y sentenció que la compañía extranjera planteaba un laberinto jurídico que afectaba al sistema penal argentino Alberto Fernández pensaba que Putin, Xi y AstraZeneca podían cumplir con sus compromisos de entrega de 50 millones de dosis y que no había necesidad de ceder a los yankis, a Pfizer, ni a sus amigos de la industria farmacéutica. Pero las expectativas de Alberto Fernández se transformaron en un hecho incierto y volátil cuando confirmó que Xi no podía asegurar el suministro constante de las vacunas de Sinopharm, AstraZeneca reconoció que tenía problemas de fabricación en México y Putin dejo trascender que la Sputnik V llegaría con retraso por problemas domésticos en la Federación Rusa.

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Fernández
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Putin
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Xi
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Vizzotti
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Los incumplimientos de Putin llevaron a que haya casi siete millones de personas que aún aguardan la dosis 2 de la Sputnik V, y más de 3 millones de vacunados que ya tienen vencido el plazo previsto entre la primera dosis y la segunda dosis.

Alberto Fernández ahora instruyó a Vilma Ibarra para que cierre un contrato a la medida de los reclamos jurídicos de Pfizer, Moderna y Johnson. La secretaría Legal y Técnica cumplió las instrucciones presidenciales, y la adenda legal reclamada durante meses se transformó en un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que fue ratificado por ambas cámaras parlamentarias. En el DNU se contempló el planteo sobre la indemnidad reclamada por los laboratorios norteamericanos y se atemperó su eventual responsabilidad penal.

Entonces, Carla Vizzotti hizo la luz y anunció que había firmado un contrato con Pfizer por 20 millones de vacunas, debido a que la vacuna Pfizer tiene dos dosis iguales, y se puede ajustar en un tiempo prudencial a las distintas variables, entre ellas la Delta. Esta situación no existe para la vacuna Sputnik V. leyeron la lista de precios y descrubrieron que precio es más bajo en comparación con las vacunas que se fabrican bajo la licencia de Sinopharm y Sputnik V. y que Pfizer está en condiciones de garantizar la entrega de sus vacunas con más certeza que Putin y Xi, como se sabía con antelación.

El presidente, 100,000 muertos después, descubrió que lo comunista sale caro.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 29, 2021


 

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