Vergüenza que militares y policías estén presos y lo terroristas libres. País jodido..

gracias a mi amigo de PenA me asomo al abismo de nuevo. Al mundo del revés.

Me envía un feed en el que se menciona a M. Firmenich. Una “persona” detestable, un ser ignominioso. Si fuera por mi, y a pesar de todas mis prevenciones con la pena de muerte (que son muchas), a él le habría aplicado la pena capital. Por todas las calamidades y estragos que provocó y causó, y que en esta nota tan bien se perfilan.

Sin embargo, me he interesado por conocer quien es el autor de la entrada, y por mala ventura, me he quedado a cuadros. Por la red, el internet que tanto deben maldecir los que en aquellos lejanos días, quienes secuestraban, robaban, torturaban, violaban, asesinaban y borraban de la faz de la tierra a personas, ya inocentes reales o culpables reales, y que pensaron que su impunidad iba a ser para siempre, por la red me entero de un tal Eduardo “Curro” Ramos, con un curriculum nada honorable. Un violador y torturador, anda ya!

Si quien firma la nota es el mismo que torturó y violó a Patricia Isasi, su acusación a M. Firmenich carece de cualquier validez moral. Y se trata de una “persona” tan repugnante como a quien dedica sus improperios. Por el tono de arrabal y barriobajero de los últimos párrafos, no me causaría extrañeza que fuera el mismo Eduardo “Curro” Ramos cuyas “virtudes” se encuentran por la red.

Pero los nombres y apellidos pueden ser una pura coincidencia. Voy a conceder el beneficio de la duda.

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De M. Firmenich tengo una anécdota. No es nada agradable. Sucedió hace unos años, En España, cuando me puse a estudiar y conocer esta lamentable y desgraciada época de la historia argentina. Cuando me enteré de los desmanes y atrocidades del episodio horrible de la “noche de los lápices” donde se secuestraron, torturaron, violaron y asesinaron a adolescentes de casi mi edad, me horroricé tanto que pensé que solo era propaganda pues en mi mente no cabía que el prójimo, los semejantes a mi fueran capaces de tamañas aberraciones a unos jovencitos. No hace falta añadir que no solo lo sucedido en la “noche de los lápices” era cierto, por la red aparecían centenares y centenares de casos, al cual más abyecto. En mala hora me puse a buscar información.

Pero me aparto de lo que quería contar. En una ocasión, en “El corte Inglés” de Barcelona, unos grandes almacenes un shopping centre, en el último piso, en la cafetería vi a alguien cuyo rostro me parecía haber visto en fotos y alguna entrevista, su verruga en la cara parecía inconfundible. Y es que en España tenemos el “honor” de albergar, entre otros indeseables, al “Sr.” Firmenich.

Así que me acerco a la mesa, le pregunto “es vd. Mario Firmenich?” él pareció extrañarse un tanto, igual pensaba que era una alumna ya que por entonces ejercía de profesor universitario (para más desgracia e infamia!). El tipejo respondió que sí, que era Mario Fimenich.

Entonces le solté unos improperios que reconozco no son propios de una srta. bien educada como yo, pero no pude más, le dije “vd. es un asesino, un gran malhechor que causó la muerte de muchos jóvenes a quienes mintió…” Se armó un pequeño escándalo en la cafetería hasta que la seguridad me tuvo que sacar de la planta.

Pero no me averguenzo en absoluto de haberle dicho a la cara lo que realmente es ese tipejo