No debe ser sencillo ser Carrió. A más de siete mil kilómetros de distancia de su lugar de trabajo, en un hotel a pasos de las playas de South Florida, la doctora Elisa Carrió paseó su figura entre centenas de admiradores que morían por una foto. Esta imagen accesible y pausada de la diputada argentina -para aquellos que no la conocemos- contrasta con la energética política que denuncia los males argentinos con vehemencia y determinación.
Sin dudas, la mujer de la Coalición Cívica es una estrella de rock -sin la cuota de divismo-.
Uno de los motivos de su vista a Miami fue una conferencia localizada en el hotel JW Marriot, en el centro de Miami, brindada ante inversores americanos con la leyenda de El Progreso de la Argentina.
La doctora Carrió comenzó temprano se tarea y se la pudo ver sentada en un sillón en una amplia oficina cercana al salón donde más tarde disertaría, complaciendo con paciencia a todos los que se acomodaban junto a ella y lograron una foto gracias al único fotógrafo acreditado por los organizadores. La paciencia se debió a que la fila de seguidores parecía no terminar y ante cada uno de ellos, ante cada foto, un beso, una sonrisa, un comentario… no debe ser fácil ser Carrió.
Los periodistas no tuvieron privilegios, todos armados de una libreta y una lapicera -a la vieja usanza- esperaban su turno en los amplios pasillos del quinto piso del hospedaje. Por lapsos, la nacida en Resistencia salía a oxigenar su cerebro, tomar una taza de café o refrescarse en el lavabo y debía enfrentar nuevamente a sus adeptos en Miami (O que estaban en Miami en ese momento). Todos necesitaban un abrazo, unas manos, un roce de mejillas. Estas muestras de afecto -no me culpe, no me tome por un gruñón- son hermosas, pero retrasaban las entrevistas. Pero aquí en América no hay privilegios y en el ámbito Carrió pareciera no haberlos tampoco.
Agustín Rangugni es un renombrado periodista en Miami y haría las veces de interlocutor en la charla central, intentaba romper el protocolo e insertarme entre los pocos minutos que los reporteros tenían concedidos. El tiempo pasaba y la hora de la conferencia se acercaba. La mujer fuerte de la política argentina se tomó una pausa y prometiendo retornar en diez minutos, descendió del piso donde estaba. Dejándole ganar unos metros, fui tras ella preparando cámara y grabador en la persecución. Este era el instante de quebrar las reglas y conseguir su palabra interrumpiendo, tal vez, unos segundos de esparcimiento. Pero, no todo es como en Hollywood, yo terminé en el lobby y la doctora Carrió seguramente en una de las tantas terrazas del lugar.
Cuando retorné al quinto piso, la diputada ya estaba nuevamente tras las puertas dobles de la oficina. Decenas de periodistas abarrotados y centenas de incondicionales volvían a formar una cerca humana. Rangugni -joven zorro- abrió las puertas, agitó su mano. La mesa estaba servida. Para mí.
La mesa estaba servida, pero sin algunos condimentos. No se podía usar cámaras o grabadores (Ahora comprenderán lo de periodistas a la vieja usanza) de modo que los pocos minutos que tenía los utilicé rompiendo el hielo:
“Doctora Carrió: En Argentina hay una cantidad más que interesante de ex uniformados que combatieron, o no, contra el terrorismo en los años setentas, en prisión…”
“Conozco el tema”. Asintió Carrió “Cuando fuimos por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, no fue para que se encarcele a jóvenes oficiales y sub oficiales de la época”, aseveró para deslizar: “Somos los únicos que tocamos tan sensible problemática. Los únicos que hablamos del tema. Es inadmisible que haya ancianos enfermos presos”
“Doctora…”, me permití decir “No solo se trata de la parte etaria o los problemas de salud. Es la manera que se desarrollan los juicios y la manera que se imputa a estas personas. Si no ha tenido oportunidad, aquí tengo material de situaciones donde los jueces cometen gruesos delitos”, comenté mientras un asistente tomaba los DVDs y la información de PrisioneroEnArgentina.com, intercambiándola por la tarjeta de la diputada. En esa permuta, alcancé a informar que se trataba de material que ya habitaba en nuestras páginas. Videos, artículos y expedientes de muchos prisioneros políticos con sus presentaciones ante la justicia, no contestadas.
“Estoy leyendo expedientes”, aseguró Carrió: “Es repudiable que se inventen juicios contra la gente. Es por ello que estamos estudiando de manera real este tema y nuestra propuesta de la revisión de casos”.
Elisa Carrió comentó que seguía recabando y acumulando información. Una vez más, la intervención de Agustín Rangugni, merecedor de algún trabajo de Lola Mora, fue decisiva.
“PrisioneroEnArgentina.com tiene millones de visitas. La información que está allí es completísima. Todo documentado”, dijo el experto periodista.
“Estoy mirando”, le reconoció Carrió al dueño de TV Radio Miami. “Conozco casos de soldados y agentes de policía presos. Yo quiero equidad, justicia para esos ancianos que están muriendo en las cárceles”, cerró entonces.
Mis minutos habían expirado. Sentí que había desperdiciado la única munición disponible. Solo atiné -como ese manotazo de un ahogado- a recordar su encuentro breve con mi madre hace casi dos años platicando sobre este gran problema de la injusticia argentina. Sus manos consoladoras, sus sonrisas de esperanza, y el obsequio de un libro con una dedicatoria enigmática para Claudio Kussman, en ese entonces, “huésped” de la Unidad Penal 31 de Ezeiza: “Abrazo grande para Claudio. Lleva con dignidad el peso de la cruz”.
“En la costa…”, puntualizó la diputada, exhibiendo una sorprendente memoria.
La conferencia estaba próxima y todos los invitados pasaron al elegante salón continúo con una velocidad inspirada por el hambre. Allí fui yo, uno más en la manada. Mi mesa era la mesa de los contadores. Un trio de argentinos, un cubano, una americana y las dos excepciones: El Jefe de Seguridad de Carrió y yo. (Había que portarse bien)
Charles Benson (Extraño nombre para un cubano) me comentaba que no veía cambios en la isla post Fidel. Al menos, dos generaciones deberían pasar y encontrar a un líder, que tal vez no estaba en territorio cubano. El Jefe de Seguridad de Carrió me confesaba que la diputada recorre los barrios argentinos sin problemas. La gente se le acerca, siempre son amables y la besan. El grave problema son los taxistas. Mi curiosidad se detuvo, no es necesario saber todo. Los argentinos con los que compartíamos la mesa, se encontraban muy entretenidos con su comida. El señor Benson me invitó a desplazarnos hacia la zona del buffet, en la que continuaba avizorándose la cadena humana de estómagos vacíos (Aunque para ese entonces, no tan vacíos)
Allí intercambié un chiste con Benson, susurrando que parecíamos cubanos buscando comida con tarjeta de racionamiento en mano. Mientras Benson sonreía, un caballero delante nuestro en la hilera de los famélicos se volvió hacia mí:
“No, aquí no hay que pagar…”
Benson le explicó que hablábamos de Cuba, de la escasez de alimentos y la forma de conseguirlos, tarjeta de racionamiento en mano.
“Tarjeta de alimentos”, corrigió el argentino, porque -usted sabe- los argentinos nos las sabemos todas.
Benson se hizo de hombros y yo palmeé imaginariamente a mi compatriota, mientras nos acercábamos a la mesa de ensaladas y otras entradas. Allí explotó el estadio. Nuestro compatriota favorito, a los gritos comenzó a llamar a una mujer:
“Vení! Vení! ¿No ves que te estoy cuidando el lugar?!”, aulló mientras la mujer ganaba espacios hasta llegar delante nuestro a servirse un plato de comida.
Sonreí, pero no pude evitar dejar escapar un pensamiento en voz alta: “Por un momento, me hicieron creer que estaba en Argentina…”
El compatriota arrasó con la fuente de ensaladas (No que hubiera herido mi sensibilidad con eso ya que toda comida sana me hace mal) y la mujer me devolvió la sonrisa con aires de no entender mi desubicado comentario.
No vi que la doctora Carrió almorzara una vez que se hubo sentado a la mesa. Tal vez por una decisión personal o quizás por la cantidad de personas que levitaban alrededor de sus hombros. Otra vez el escudo humano.
Mi argentino favorito seguía comentando que él se consideraba un hombre de mundo, con experiencia, con visión y se daba cuenta que esta mujer (Carrió) era el futuro. El frio recorrió esa porción de mi piel que une el cuello con la espalda. Parecía que estaba en Argentina.
Y finalmente Carrió habló encargándose de asentar que ella no vería su futuro deseado en la Argentina. Agustín Rangugni fue el eficiente presentador, periodista, interlocutor y showman que cargó con la disertación. La diputada fue directo al grano y sin fanatismo pintó un panorama justo de una Argentina que necesita muchos ajustes para salir al mundo y hablar de progreso. Mientras tanto, sus asistentes (Ella les llama asesores) estaban en todas y cada una de las necesidades de la chaqueña. Es por ello que me hice acreedor de un ejemplar de Humanismo y Libertad, de su autoría, que me llegó de las manos de uno de estos eficientes colaboradores, Juan.
Cuando bajó del escenario, y teniendo en cuenta que el hambre no menguaba -lo que despejó mi camino- volví a aproximarme a la diputada argentina.
“Doctora Carrió, mañana va a haber al menos dos mil familias que quisieran saber en dónde están parados y que piensa usted. Su mensaje”
“Si, querido. Por supuesto”, replicó la dirigente “Deciles que me estoy ocupando. Que ellos lo sepan…”
Entre los aplausos -no para mi persona, claro- dejé el salón de conferencias para perderme en el tráfico del downtown de Miami. Calles en construcción, bocinas, conductores que viven al borde de la infracción y una joven que salía de un bar con la camiseta de Messi resaltando su figura. Parecía que estaba en Argentina.
Debe ser difícil ser Carrió, esa interminable tanda de fotos, esos abrazos que jamás terminan, esos pedidos a los cuales tiene que escuchar. Hay más puertas por golpear, pero la de la chaqueña está entreabierta y seguiremos buscando su palabra. Debe ser difícil ser Carrió. Pero es difícil ser familiar de un preso político. De un Prisionero Ilegal. Es vivir 24 horas de angustia sin saber quién presiona el timbre de la casa, que será ese llamado telefónico a horas tan tempranas, a que rumor se le presta atención. Y es difícil ser un prisionero ilegal, un preso político. Un ente indefenso. Un pedazo de carne sin derechos. Una nueva especie que intenta sobrevivir en Argentina.
[…] esto tiene una conección con Elisa María “Lilita” Carrió. con la que tuve un diálogo en Miami en el año 2016, (ocho años atrás) quien planteó la misma problemática señalando que estaba creando una […]
[…] cantidad de eventos y presentaciones internacional entre ellos, la visita de la diputada argentina Elisa Carrio. Agustín Rangugni es un experimentado locutor de Radio, conductor y entrevistador de televisión, […]
Uqe raro, fue la posibilitó que los militares volvieran a juicio y a la cárcel. En el video sobre el testimonio del General Heriberto Auel, escucharán cuando relata quien fue la desencadenó los nuevos juicios y encarcelaciones. Muy buena la nota, las ironias son un buen recurso ilustrativo.
Esta nota es un muy buen ejemplo de la chachara de los politicos: hablan y nunca nada. OJALA ME EQUIVOQUE. OJALA QUE LILITA PRUEBE QUE LE ERRE DE MEDIO A MEDIO, POR EL BIEN DE TODOS.
Que Elisa hable de cara a la sociedad, y diga lo que pasa con los Presos Políticos ,eso que está revisando causas es verso. Un año y no han hecho NADA., empeoraron las cosas, siguen deteniendo personas muy ancianas.Una verguenza cambiemos .
Carrió que supuestamente es abogada y fue fiscal durante el gobierno del proceso (hay fiscales presos por mucho menos que la responsabilidad de Carrió) fue la promotora y defensora de la nulidad de leyes, dos leyes, obediencia debida y punto final, aprobadas por ambas cámaras del Congreso, promulgadas por el ejecutivo y declaradas constitucionales en, al menos, doce oportunidades por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Nulidad de leyes. Dice que los oficiales jóvenes pero que los viejos. Se contradice, como puede comprobar cualquiera que desmenuce su discurso. Ella sabe muy bien lo que pasa porque hace más de una década, familiares de presos políticos fueron a verla y dijo” nunca pensé que esto iba a llegar tan lejos, se desmadró”. Una década y sigue “ocupándose”. Cada tanto, generalmente antes de las elecciones,, recuerda a los presos políticos y les manda “un besito para los que están en Marcos Paz”. Carrió es una política argentina con todos sus condimentos, particularmente la psicopatía.
Estoy de acuerdo con la doctora Alarcón. No podemos olvidar las derogaciones y otra cosa importante: Desde el gobierno militar que vive del estado. Que calle puede tener?
Stefania Francino
8 years ago
Yo la banco a Lilita.
Robi Almada
8 years ago
Y obediencia debida y punto final? Nunca va a dar explicaciones?
Msvensa
8 years ago
Es de esperar que hagan algo? Como viene la mano? Todavía no se había dado cuenta? “
Ruth Djszka
8 years ago
Si Lilita le apunta al tema,, puede prosperar. No se anda a medias.
No se olviden que fue coautora de pudrir el tema del punto final. Primero habría que explicar que consiguió con eso sino favorecer a Néstor y sus ladrones.
No sé que carajo quiso hacer pero ahí jugó para los K
Parchar este agujero no es fácil. Eso es lo que no es facil
Luis Barrini
8 years ago
Elisa Carrio considero que es la única persona en el ambiente político que la canta en la cara
Este es un camino muy difícil de recorrer largo y oscuro
Macri no se anima, a lo mejor Lilita si, ojalá Dios quiera
Este nuevo recordatorio sobre la existencia de los prisioneros adultos mayores a la doctora ELISA CARRIÓ, para Fabián significaron un viaje, 3 días en Miami y el regreso a Orlando. Realmente anoche conversando vía Skype, estábamos todos desalentados. La meta y lo justo se ve a mucha distancia. Hoy nuevamente en los preparativos para ir a golpear otras puertas. A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza.
Alessandro Pertini (1896-1990) Con afecto a mi familia y a el periodista de RadioTv Miami Agustín Rangugni.
No debe ser sencillo ser Carrió. A más de siete mil kilómetros de distancia de su lugar de trabajo, en un hotel a pasos de las playas de South Florida, la doctora Elisa Carrió paseó su figura entre centenas de admiradores que morían por una foto. Esta imagen accesible y pausada de la diputada argentina -para aquellos que no la conocemos- contrasta con la energética política que denuncia los males argentinos con vehemencia y determinación.
Sin dudas, la mujer de la Coalición Cívica es una estrella de rock -sin la cuota de divismo-.
La doctora Carrió comenzó temprano se tarea y se la pudo ver sentada en un sillón en una amplia oficina cercana al salón donde más tarde disertaría, complaciendo con paciencia a todos los que se acomodaban junto a ella y lograron una foto gracias al único fotógrafo acreditado por los organizadores. La paciencia se debió a que la fila de seguidores parecía no terminar y ante cada uno de ellos, ante cada foto, un beso, una sonrisa, un comentario… no debe ser fácil ser Carrió.
Los periodistas no tuvieron privilegios, todos armados de una libreta y una lapicera -a la vieja usanza- esperaban su turno en los amplios pasillos del quinto piso del hospedaje. Por lapsos, la nacida en Resistencia salía a oxigenar su cerebro, tomar una taza de café o refrescarse en el lavabo y debía enfrentar nuevamente a sus adeptos en Miami (O que estaban en Miami en ese momento). Todos necesitaban un abrazo, unas manos, un roce de mejillas. Estas muestras de afecto -no me culpe, no me tome por un gruñón- son hermosas, pero retrasaban las entrevistas. Pero aquí en América no hay privilegios y en el ámbito Carrió pareciera no haberlos tampoco.
Cuando retorné al quinto piso, la diputada ya estaba nuevamente tras las puertas dobles de la oficina. Decenas de periodistas abarrotados y centenas de incondicionales volvían a formar una cerca humana. Rangugni -joven zorro- abrió las puertas, agitó su mano. La mesa estaba servida. Para mí.
La mesa estaba servida, pero sin algunos condimentos. No se podía usar cámaras o grabadores (Ahora comprenderán lo de periodistas a la vieja usanza) de modo que los pocos minutos que tenía los utilicé rompiendo el hielo:
“Doctora Carrió: En Argentina hay una cantidad más que interesante de ex uniformados que combatieron, o no, contra el terrorismo en los años setentas, en prisión…”
“Conozco el tema”. Asintió Carrió “Cuando fuimos por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, no fue para que se encarcele a jóvenes oficiales y sub oficiales de la época”, aseveró para deslizar: “Somos los únicos que tocamos tan sensible problemática. Los únicos que hablamos del tema. Es inadmisible que haya ancianos enfermos presos”
“Doctora…”, me permití decir “No solo se trata de la parte etaria o los problemas de salud. Es la manera que se desarrollan los juicios y la manera que se imputa a estas personas. Si no ha tenido oportunidad, aquí tengo material de situaciones donde los jueces cometen gruesos delitos”, comenté mientras un asistente tomaba los DVDs y la información de PrisioneroEnArgentina.com, intercambiándola por la tarjeta de la diputada. En esa permuta, alcancé a informar que se trataba de material que ya habitaba en nuestras páginas. Videos, artículos y expedientes de muchos prisioneros políticos con sus presentaciones ante la justicia, no contestadas.
“Estoy leyendo expedientes”, aseguró Carrió: “Es repudiable que se inventen juicios contra la gente. Es por ello que estamos estudiando de manera real este tema y nuestra propuesta de la revisión de casos”.
Elisa Carrió comentó que seguía recabando y acumulando información. Una vez más, la intervención de Agustín Rangugni, merecedor de algún trabajo de Lola Mora, fue decisiva.
“PrisioneroEnArgentina.com tiene millones de visitas. La información que está allí es completísima. Todo documentado”, dijo el experto periodista.
“Estoy mirando”, le reconoció Carrió al dueño de TV Radio Miami. “Conozco casos de soldados y agentes de policía presos. Yo quiero equidad, justicia para esos ancianos que están muriendo en las cárceles”, cerró entonces.
Mis minutos habían expirado. Sentí que había desperdiciado la única munición disponible. Solo atiné -como ese manotazo de
un ahogado- a recordar su encuentro breve con mi madre hace casi dos años platicando sobre este gran problema de la injusticia argentina. Sus manos consoladoras, sus sonrisas de esperanza, y el obsequio de un libro con una dedicatoria enigmática para Claudio Kussman, en ese entonces, “huésped” de la Unidad Penal 31 de Ezeiza: “Abrazo grande para Claudio. Lleva con dignidad el peso de la cruz”.
“En la costa…”, puntualizó la diputada, exhibiendo una sorprendente memoria.
La conferencia estaba próxima y todos los invitados pasaron al elegante salón continúo con una velocidad inspirada por el hambre. Allí fui yo, uno más en la manada. Mi mesa era la mesa de los contadores. Un trio de argentinos, un cubano, una americana y las dos excepciones: El Jefe de Seguridad de Carrió y yo. (Había que portarse bien)
Charles Benson (Extraño nombre para un cubano) me comentaba que no veía cambios en la isla post Fidel. Al menos, dos generaciones deberían pasar y encontrar a un líder, que tal vez no estaba en territorio cubano. El Jefe de Seguridad de Carrió me confesaba que la diputada recorre los barrios argentinos sin problemas. La gente se le acerca, siempre son amables y la besan. El grave problema son los taxistas. Mi curiosidad se detuvo, no es necesario saber todo. Los argentinos con los que compartíamos la mesa, se encontraban muy entretenidos con su comida. El señor Benson me invitó a desplazarnos hacia la zona del buffet, en la que continuaba avizorándose la cadena humana de estómagos vacíos (Aunque para ese entonces, no tan vacíos)
Allí intercambié un chiste con Benson, susurrando que parecíamos cubanos buscando comida con tarjeta de racionamiento en mano. Mientras Benson sonreía, un caballero delante nuestro en la hilera de los famélicos se volvió hacia mí:
“No, aquí no hay que pagar…”
Benson le explicó que hablábamos de Cuba, de la escasez de alimentos y la forma de conseguirlos, tarjeta de racionamiento en mano.
“Tarjeta de alimentos”, corrigió el argentino, porque -usted sabe- los argentinos nos las sabemos todas.
Benson se hizo de hombros y yo palmeé imaginariamente a mi compatriota, mientras nos acercábamos a la mesa de ensaladas y otras entradas. Allí explotó el estadio. Nuestro compatriota favorito, a los gritos comenzó a llamar a una mujer:
“Vení! Vení! ¿No ves que te estoy cuidando el lugar?!”, aulló mientras la mujer ganaba espacios hasta llegar delante nuestro a servirse un plato de comida.
Sonreí, pero no pude evitar dejar escapar un pensamiento en voz alta: “Por un momento, me hicieron creer que estaba en Argentina…”
El compatriota arrasó con la fuente de ensaladas (No que hubiera herido mi sensibilidad con eso ya que toda comida sana me hace mal) y la mujer me devolvió la sonrisa con aires de no entender mi desubicado comentario.
No vi que la doctora Carrió almorzara una vez que se hubo sentado a la mesa. Tal vez por una decisión personal o quizás por la cantidad de personas que levitaban alrededor de sus hombros. Otra vez el escudo humano.
Mi argentino favorito seguía comentando que él se consideraba un hombre de mundo, con experiencia, con visión y se daba cuenta que esta mujer (Carrió) era el futuro. El frio recorrió esa porción de mi piel que une el cuello con la espalda. Parecía que estaba en Argentina.
Cuando bajó del escenario, y teniendo en cuenta que el hambre no menguaba -lo que despejó mi camino- volví a aproximarme a la diputada argentina.
“Doctora Carrió, mañana va a haber al menos dos mil familias que quisieran saber en dónde están parados y que piensa usted. Su mensaje”
“Si, querido. Por supuesto”, replicó la dirigente “Deciles que me estoy ocupando. Que ellos lo sepan…”
Entre los aplausos -no para mi persona, claro- dejé el salón de conferencias para perderme en el tráfico del downtown de Miami. Calles en construcción, bocinas, conductores que viven al borde de la infracción y una joven que salía de un bar con la camiseta de Messi resaltando su figura. Parecía que estaba en Argentina.
Debe ser difícil ser Carrió, esa interminable tanda de fotos, esos abrazos que jamás terminan, esos pedidos a los cuales tiene que escuchar. Hay más puertas por golpear, pero la de la chaqueña está entreabierta y seguiremos buscando su palabra. Debe ser difícil ser Carrió. Pero es difícil ser familiar de un preso político. De un Prisionero Ilegal. Es vivir 24 horas de angustia sin saber quién presiona el timbre de la casa, que será ese llamado telefónico a horas tan tempranas, a que rumor se le presta atención. Y es difícil ser un prisionero ilegal, un preso político. Un ente indefenso. Un pedazo de carne sin derechos. Una nueva especie que intenta sobrevivir en Argentina.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 7, 2016
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[…] cantidad de eventos y presentaciones internacional entre ellos, la visita de la diputada argentina Elisa Carrio. Agustín Rangugni es un experimentado locutor de Radio, conductor y entrevistador de televisión, […]
Buen artículo en tono de sorna. ☻
Uqe raro, fue la posibilitó que los militares volvieran a juicio y a la cárcel. En el video sobre el testimonio del General Heriberto Auel, escucharán cuando relata quien fue la desencadenó los nuevos juicios y encarcelaciones. Muy buena la nota, las ironias son un buen recurso ilustrativo.
Excelente nota. Entre lineas ,,,sabemos quien es y que no hace.
Que hacer con Carrió? Ser o no ser…
Muy buen articulo para conocer mas de cerca a “nuestros” representantes que no nos representan para nada.
Pienso lo mismo…
La Carrió es una parlanchina. NUNCA va a mover un dedo por los PP
Ni por nada. Su proposito es eternizarse en el estado.
Carrió no va a hacer nada… viene de la izquierda
Muy buena nota, Nos pinta a los argentinos charlatanes y a las dirigentes politicas, charlatanes tambien.
Esta nota es un muy buen ejemplo de la chachara de los politicos: hablan y nunca nada. OJALA ME EQUIVOQUE. OJALA QUE LILITA PRUEBE QUE LE ERRE DE MEDIO A MEDIO, POR EL BIEN DE TODOS.
muy buena nota.
Olvidate.
Que Elisa hable de cara a la sociedad, y diga lo que pasa con los Presos Políticos ,eso que está revisando causas es verso. Un año y no han hecho NADA., empeoraron las cosas, siguen deteniendo personas muy ancianas.Una verguenza cambiemos .
Carrió habla… y habla…
Carrió que supuestamente es abogada y fue fiscal durante el gobierno del proceso (hay fiscales presos por mucho menos que la responsabilidad de Carrió) fue la promotora y defensora de la nulidad de leyes, dos leyes, obediencia debida y punto final, aprobadas por ambas cámaras del Congreso, promulgadas por el ejecutivo y declaradas constitucionales en, al menos, doce oportunidades por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Nulidad de leyes. Dice que los oficiales jóvenes pero que los viejos. Se contradice, como puede comprobar cualquiera que desmenuce su discurso. Ella sabe muy bien lo que pasa porque hace más de una década, familiares de presos políticos fueron a verla y dijo” nunca pensé que esto iba a llegar tan lejos, se desmadró”. Una década y sigue “ocupándose”. Cada tanto, generalmente antes de las elecciones,, recuerda a los presos políticos y les manda “un besito para los que están en Marcos Paz”. Carrió es una política argentina con todos sus condimentos, particularmente la psicopatía.
Estoy de acuerdo con la doctora Alarcón. No podemos olvidar las derogaciones y otra cosa importante: Desde el gobierno militar que vive del estado. Que calle puede tener?
Yo la banco a Lilita.
Y obediencia debida y punto final? Nunca va a dar explicaciones?
Es de esperar que hagan algo? Como viene la mano? Todavía no se había dado cuenta? “
Si Lilita le apunta al tema,, puede prosperar. No se anda a medias.
Ya veo. Mando en cana a todos los PP
Los militares tampoco movieron las bolas que digamos. Los atropellaron y se fueron al mazo, vamos
Apuntó al tema de punto final y “acertó”
En Estados Unidos habla… estos políticos están cortados con la misma tijera.
Aca tambien, no creas.
No se olviden que fue coautora de pudrir el tema del punto final. Primero habría que explicar que consiguió con eso sino favorecer a Néstor y sus ladrones.
Plata, lo que consiguieron todos lo que apoyaron este proyecto
Tenes razon. Esta mujer es puro bla bla cuando le conviene.
Lolita va al frente. Algo va a salir
Lolita? Lolita de HH o de MMacri? ajajajaj
Primero e Papa comunardo, después el presidente cagueta, después Palau, ahora Lilita, mañana Lionel Messi, a fin de año papá Noel…
Seamos positivos, Omar. Recién ayer por lo menos se expresó y dijo algo…
Positivo con MUUUUUUUUCHO RECAUDO….
Ja pedazo de hotelitoe?!
Ha pasado un año desde que Macri Es presidente… dudas, dudas
Ya veremos dijo leños
Y con obediencia debida y punto final le salió mal, no?
No sé que carajo quiso hacer pero ahí jugó para los K
Parchar este agujero no es fácil. Eso es lo que no es facil
Elisa Carrio considero que es la única persona en el ambiente político que la canta en la cara
Este es un camino muy difícil de recorrer largo y oscuro
Macri no se anima, a lo mejor Lilita si, ojalá Dios quiera
Con reservas, espero que a avance
Este nuevo recordatorio sobre la existencia de los prisioneros adultos mayores a la doctora ELISA CARRIÓ, para Fabián significaron un viaje, 3 días en Miami y el regreso a Orlando. Realmente anoche conversando vía Skype, estábamos todos desalentados. La meta y lo justo se ve a mucha distancia. Hoy nuevamente en los preparativos para ir a golpear otras puertas. A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza.
Alessandro Pertini (1896-1990) Con afecto a mi familia y a el periodista de RadioTv Miami Agustín Rangugni.
Grande Ragugni!!!! Un saludo de Tito Perticarini.
Enorme como siempre!
Si no es Carrió, nadie va a mover un dedo