“la vida es demasiado corta para que la hagamos mezquina”.
BENJAMÍN DISRAELI
Alegrarse de la muerte de una persona no es delito, pero muestra más mezquindad, bajeza moral e imbecilidad que ideología. Dos personas cercanas a la vicepresidente, su abogado lenguaraz y un “empresario” procesado por el juez muerto, al que ella eligió para mostrarse desafiante ante esa parte de la opinión pública que no duda que ella es la jefa de una asociación ilícita, no han ocultado su satisfacción en las redes sociales por la muerte del Juez Claudio Bonadío.
Ambos, en twitter, han escrito lo que creen que es un epitafio definitivo. El lenguaraz dijo: “Con Bonadio se muere una parte muy oscura de la Justicia, se muere la arbitrariedad…” el prebendario procesado fue más escueto; su twitt, propio de un malevo de barrio, decía:”¡Conmigo no pudo!”. Ambos se expresaron en perfecta consonancia con los ignorantes que componen ese séquito de desharrapados mentales autodenominados nacionales y populares y que en las redes sociales han atribuido a la justicia divina la muerte del juez y, aunque alegan hasta el hartazgo no sentir regocijo por su muerte, en cada uno de sus escritos la satisfacción que emana de ellos resulta repugnante.
No hay nada que nos asombre ni esperemos de ellos retractación, compasión o un mínimo sentimiento de vergüenza por lo que han escrito, estos son atributos inherentes a quienes poseen una cierta firmeza moral de la que esta corte de los milagros, personalizada en Dalbón y Ferreyra, carece; tanto como carece de ella la persona a la que estos ruines le deben haciendas y fama.
JOSE LUIS MILIA
Febrero 07, 2020
Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini tuo da gloriam.
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BENJAMÍN DISRAELI
Alegrarse de la muerte de una persona no es delito, pero muestra más mezquindad, bajeza moral e imbecilidad que ideología. Dos personas cercanas a la vicepresidente, su abogado lenguaraz y un “empresario” procesado por el juez muerto, al que ella eligió para mostrarse desafiante ante esa parte de la opinión pública que no duda que ella es la jefa de una asociación ilícita, no han ocultado su satisfacción en las redes sociales por la muerte del Juez Claudio Bonadío.
Ambos, en twitter, han escrito lo que creen que es un epitafio definitivo. El lenguaraz dijo: “Con Bonadio se muere una parte muy oscura de la Justicia, se muere la arbitrariedad…” el prebendario procesado fue más escueto; su twitt, propio de un malevo de barrio, decía:”¡Conmigo no pudo!”. Ambos se expresaron en perfecta consonancia con los ignorantes que componen ese séquito de desharrapados mentales autodenominados nacionales y populares y que en las redes sociales han atribuido a la justicia divina la muerte del juez y, aunque alegan hasta el hartazgo no sentir regocijo por su muerte, en cada uno de sus escritos la satisfacción que emana de ellos resulta repugnante.
No hay nada que nos asombre ni esperemos de ellos retractación, compasión o un mínimo sentimiento de vergüenza por lo que han escrito, estos son atributos inherentes a quienes poseen una cierta firmeza moral de la que esta corte de los milagros, personalizada en Dalbón y Ferreyra, carece; tanto como carece de ella la persona a la que estos ruines le deben haciendas y fama.
JOSE LUIS MILIA
Febrero 07, 2020
Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini tuo da gloriam.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 7, 2020