CORONAVIRUS Y LOS PONCIO PILATOS DE LA “JUSTICIA ARGENTINA”

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Por CLAUDIO KUSSMAN

SI LOS PRISIONEROS MUEREN ¿LA CULPA ES DE ALBERTO FERNÁNDEZ?

Mientras la pandemia del nuevo coronavirus avanza, las autoridades gubernamentales hablan y habla y habla y poco hacen, entre ellos los hipócritas y “dormidos” miembros del poder judicial. Estos a través de la Cámara Nacional de Casación Penal RECIÉN AHORA SOLICITÓ con CARÁCTER DE URGENTE un protocolo específico de prevención para la población carcelaria. Por supuesto en ella los de mayor riesgo son indiscutiblemente los adultos mayores en prisión imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Algunos Camaristas dicen que los letreros del Servicio Penitenciario Federal (SPF) invitando al lavado de manos, no compartir utensilios y ventilar los pabellones no son suficientes. Sobre este último punto o sea lo de “ventilar pabellones” como harán los señores eruditos ¿DISPONDRAN ABRIR BOQUETES EN LAS PAREDES?, ¿SACARAN LAS CAMAS DE LOS PRISIONEROS AL PATIO? Si hay algo de lo que carecen las cárceles argentinas es justamente de ventilación por razones de seguridad y deficiencias en su diseño. Asimismo, si la solución de la pandemia del nuevo coronavirus es una cuestión de ventilación ¿cómo no se dieron cuenta los científicos del mundo? Hoy los viles jueces de Casación, que permanentemente avalaron las negativas a conceder excarcelaciones y arrestos domiciliarios recomendó a los jueces le den trámite URGENTE a las presentaciones de aquellos detenidos cuya salud esté deteriorada. Sin un ápice de rubor camaristas como DANIEL PETRONE, GUSTAVO HORNOS, ALEJANDRO SLOKAR, GUILLERMO YACOBUCCI, CARLOS MAHIQUES , ANA MARIA FIGUEROA, DIEGO BARROETAVEÑA, JAVIER CARBAJO Y ÁNGELA LEDESMA, hoy dicen: “Constituye preocupación de este tribunal la situación de personas privadas de la libertad, en razón de las particulares características de propagación y contagio, conforme las advertencias efectuadas por la Organización Mundial de la Salud y las actuales condiciones de detención en el contexto de emergencia penitenciaria formalmente declarada”. Así para cubrir sus espaldas y su permanencia en sus burocráticas y cómodas poltronas judiciales, pidieron un protocolo específico: “a fin de resguardar adecuadamente el derecho a la salud que el Estado debe garantizar a las personas en condición de encierro, por tratarse de una específica situación de vulnerabilidad”. Por su parte los camaristas LILIANA CATUCCI y EDUARDO RIGGI se pronunciaron en disidencia ya que entienden que: “el Señor Presidente dispuso medidas suficientemente abarcativas de diversa índole para enfrentar la contención del Coronavirus, que deben tener efecto en todos los órganos del Estado”. En una palabra si mueren los ocupantes de los pabellones penitenciarios en forma masiva, ¿LA RESPONSABILIDAD LA TIENE EL PRESIDENTE ALBERTO FERNANDEZ?. Realmente si comparamos a estos engendros lavándose las manos, con el histórico prefecto de Judea PONCIO PILATOS, lo dejan a este a la altura de “un poroto”. Eso sí, para proteger la salud de los funcionarios judiciales, no la de los prisioneros, sugirieron que se evite el traslado de presos y que las audiencias (como siempre se hizo) se hagan por video conferencias. El “despistado” camaristas GUSTAVO HORNOS (no debe saber ni donde quedan los establecimientos penitenciarios), presidente del “Sistema Interinstitucional de Control de Cárceles”, le consultó a la Ministra de Justicia MARCELA LOSARDO: “si existe en la actualidad un plan de prevención en el medio carcelario contra la situación epidemiológica del coronavirus” y que “de existir, se lo ponga en práctica a la brevedad”. Otros que salieron a cubrirse fueron los miembros del COMITÉ NACIONAL DE PREVENSIÓN DE LA TORTURA, quien ahora le recordó al Estado: “su condición de garante de la situación de los detenidos ante el coronavirus y recomendó a los jueces resolver con la mayor celeridad posible las solicitudes de arresto domiciliario para la población de riesgo”.

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