Hasta ahora, el Ejército de EE.UU. solo ha reclutado alrededor de la mitad de los 60.000 nuevos soldados que esperaba alistar para el 1 de octubre, según revelaron funcionarios del Departamento de Defensa el martes.
Si la tendencia a la baja no se revierte, podría impactar significativamente en las capacidades de combate del país en los próximos años, aseguraron.
Una encuesta interna del Departamento encontró que solo el 9 % de los jóvenes estadounidenses consideraban servir en el Ejército. Se trata del número más bajo registrado desde 2007.
La caída se ha atribuido a la baja tasa de desempleo, y al hecho de que las corporaciones privadas pueden pagar más para atraer a trabajadores.
“Tenemos retos sin precedentes, tanto por el entorno posterior a la crisis del covid-19, como en el mercado laboral, pero también en la competencia con empresas privadas que con el tiempo han cambiado sus incentivos”, comentó el vicejefe de personal del Ejército, Joseph Martin.
Este martes, los oficiales del Ejército anunciaron que el servicio se quedará sin unos 10.000 soldados de su fuerza final, previstos para este año fiscal.
Así, Martin proyecta que el Ejército puede caer de los 476.000 soldados esperados a 466.400 para fines de este año fiscal, y a tan solo 445.000 para 2023.
Para enfrentar los severos problemas de reclutamiento en todas sus ramas, el Ejército actualmente ofrece bonos de hasta 50.000 de dólares por un alistamiento de seis años, pero aún así tiene dificultades para encontrar candidatos.
“Nos enfrentamos a una pregunta fundamental […] ¿Bajamos los estándares para cumplir con el número de efectivos final, o bajamos el número del personal para mantener una fuerza profesional de calidad? Creemos que la respuesta es obvia: la calidad es más importante que la cantidad”, comentó la portavoz de las Fuerzas Armadas, Christine Wormuth.
Si la tendencia a la baja no se revierte, podría impactar significativamente en las capacidades de combate del país en los próximos años, aseguraron.
Una encuesta interna del Departamento encontró que solo el 9 % de los jóvenes estadounidenses consideraban servir en el Ejército. Se trata del número más bajo registrado desde 2007.
La caída se ha atribuido a la baja tasa de desempleo, y al hecho de que las corporaciones privadas pueden pagar más para atraer a trabajadores.
“Tenemos retos sin precedentes, tanto por el entorno posterior a la crisis del covid-19, como en el mercado laboral, pero también en la competencia con empresas privadas que con el tiempo han cambiado sus incentivos”, comentó el vicejefe de personal del Ejército, Joseph Martin.
Este martes, los oficiales del Ejército anunciaron que el servicio se quedará sin unos 10.000 soldados de su fuerza final, previstos para este año fiscal.
Así, Martin proyecta que el Ejército puede caer de los 476.000 soldados esperados a 466.400 para fines de este año fiscal, y a tan solo 445.000 para 2023.
Para enfrentar los severos problemas de reclutamiento en todas sus ramas, el Ejército actualmente ofrece bonos de hasta 50.000 de dólares por un alistamiento de seis años, pero aún así tiene dificultades para encontrar candidatos.
“Nos enfrentamos a una pregunta fundamental […] ¿Bajamos los estándares para cumplir con el número de efectivos final, o bajamos el número del personal para mantener una fuerza profesional de calidad? Creemos que la respuesta es obvia: la calidad es más importante que la cantidad”, comentó la portavoz de las Fuerzas Armadas, Christine Wormuth.
PrisionneroEnArgentina.com
Julio 21, 2022