CRÓNICA E INTRIGAS DEL ASCENSO DE JOSÉ LÓPEZ REGA A COMISARIO GENERAL (R) DE LA POLICÍA  FEDERAL ARGENTINA. – PARTE 3 DE 3.

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  Por Prof. Mgtr. María Elena Cisneros Rueda.

LÓPEZ REGA queda perplejo ante las palabras del Líder. Pero de inmediato se opone. No es posible crear un precedente que mañana alguien puede invocar para pedir lo mismo. De ninguna manera puede o quiere aceptar. No quiere ir contra un pedido “tan generoso”. Entonces PERÓN habla largamente con él y le da sus propias razones.

“Mire LÓPEZ, VILLAR y los jefes en situación de retiro, han dado este paso por muchos motivos verdaderos que es preciso considerar, todas las fuerzas armadas tienen en su haber símbolos de patriotismo, de coraje y lealtad, los cuales son presentados a sus formaciones como modelos estimulantes. La Policía Federal tiene cientos de seres anónimos que han brindado sus vidas en holocausto al deber.

Su caso se presta maravillosamente como ejemplo de lealtad y honor para la institución, dado que con su proceder cumplió ampliamente sus compromisos patrióticos, con toda lealtad y espíritu de sacrificio y también aceptó los riesgos de un exilio voluntario junto a mi persona, trabajando por la Causa incansablemente y haciendo posible mi retorno definitivo a la Patria”. LÓPEZ REGA visiblemente emocionado, con la cabeza gacha no atina a responder nada. PERÓN continúa: “Dice bien el Comisario VILLAR, cuando recién me manifestara que Honrando al Ministro LÓPEZ REGA, honramos a la vez a toda la institución policial, no le parece que es así?” (López Rega 1986).

Además, le dio “la orden” de aceptar y él como subalterno no podía oponerse a una orden de su Líder.

Tanto PERÓN como LÓPEZ REGA cayeron en la trampa finamente urdida por VILLAR y el Comisario JUAN RAMÓN MORALES, socios de vieja data junto a quienes se vinculaban EDUARDO ALMIRÓN yerno de MORALES, casado en primeras nupcias con su hija y el policía MIGUEL A. ROVIRA. El 3 de mayo de 1974 se presenta el proyecto 1350.3 con la “nominación” de JOSÉ LÓPEZ REGA al cargo de Comisario General (R) con el beneplácito de PERÓN, el aplauso de su esposa la vicepresidenta, la alegría de sus familiares más cercanos, pero con la expresa negatividad del interesado.

“Yo sabía que no estaba bien. No era normal que se presentara un pedido semejante. VILLAR había sido un superior mío y siempre lo respeté, pero nunca imaginé que se atreviera a pedirle algo así al General”, solía decirme durante nuestras largas conversaciones en la quietud de nuestra sencilla vida en común.

“El Presidente Perón a través del Ministerio del Interior, elevó el proyecto de Ley a la Cámara Legislativa, que finalmente aprobara la Ley y legalizaron constitucionalmente mi ascenso a Comisario General. Fue otro Presidente, la señora viuda de Perón quien refrendó esa ley y la promulgó. Es una verdadera curiosidad del destino, que la Ley sobre mi ascenso policial, ni buscado, ni pedido, llevó la firma de tres presidentes de la Nación Argentina a saber: Del General PERÓN, del Sr. RAÚL LASTIRI como presidente de la Cámara de Diputados y expresidente interino de la Nación y de la Señora de Perón”. (López Rega 1986)

Dicha designación fue derogada el 18 de junio de 1976 durante el Proceso militar que había derrocado el 24 de marzo del mismo año a la Presidente Constitucional.

De hecho y como había llevado tanto tiempo todo el trámite, LÓPEZ REGA  jamás recibió el sueldo correspondiente a dicho cargo, pero si una avalancha de descontentos, acusaciones, agresiones, y cuestionamientos hasta el día de hoy. Nadie investigó realmente cómo y porqué esta designación fue realizada. Solo se dedicaron a despreciar y remarcar la cantidad de puestos “saltados” en el escalafón y eso aún desde el interior de la misma fuerza. Policías, militares, civiles, empresarios, educadores, gente común, todos estaban y continúan totalmente en contra de dicho nombramiento que, como el mismo interesado remarcara no fue “ni pedido ni deseado”.

Ahora bien, si cualquier otra persona hubiera recibido  tal privilegio, pongamos por ejemplo, un ex combatiente, entonces todos estarían de acuerdo. Todos aplaudirían el hecho. Se escribirían loas y canciones alusivas. Le levantarían monumentos, se dedicaría una calle y se asignaría un día festivo, siendo considerado como un ejemplo a seguir, un merecido reconocimiento a su trabajo, una honorífica manifestación. Pero como fue LÓPEZ REGA el destinatario de dicho nombramiento entonces nada está bien.

Si un muchacho surgido de un barrio carenciado se convierte en astro del deporte, gana millones de dólares, se desplaza en aviones particulares, vive en mansiones ultra lujosas, sus mujeres gastan dinerales en ropa, accesorios o lo que fuere, reside en lugares de ensueño y no escatima gastos en fastuosas celebraciones, eso está muy bien y muy aceptado, periodistas, escritores, publicistas, cineastas, todos aplauden el hecho porque lo “logró con sacrificio” y entonces puede hacer con sus millones lo que quiera. Pero LÓPEZ REGA, tiene que demostrar cómo hizo para poder vivir en una país “tan caro” como Suiza, que en verdad frente a los Emiratos Árabes , Paris, Barcelona o Hong Kong, resulta hasta hilarante decir que es costoso y sobre todo viviendo en casas alquiladas. Sin ningún tipo de opulencia, sin tener siquiera servicio doméstico, aceptado la ayuda económica de algunos amigos no argentinos, generosos. Pero sobre todo apoyado por el trabajo de su compañera de vida, que pasaba horas preparando recitales de piano para ser presentados en casas de Retiro a todo lo largo de la Riviera Vaudois, para que nada faltara en la casa….ah! eso se pone en tela de juicio, porque las falsedades han nublado el entendimiento de los comunicadores sociales y han exacerbado el imaginario popular.

EPÍLOGO

Cuando conocí a EDUARDO ALMIRÓN en Madrid el 16 de octubre de 1976, sentado en una mesa de café junto a MIGUEL VANNI, la novia de éste, María de los Ángeles y la segunda  esposa de ALMIRÓN, ANA MARÍA GIL, debo decir en honor a la verdad que ninguno me cayó bien. Salvo ANA MARÍA que había viajado a Paraná, para llevarme un pasaje Buenos Aires-Madrid y diez mil pesetas para ir a encontrarme con el único amor de mi vida. Me pareció una señora muy gentil, encantadora y sin lugar a dudas hermosa como buena azafata de Aerolíneas Argentinas que era.

Algo en el ambiente no me caía bien. Ninguno de los dos hombres me pareció sincero.  En un momento de la conversación recuerdo haber hecho alusión al nombramiento de Comisario General (R) y obtener como respuesta las risas socarronas de ALMIRÓN y VANNI y el comentario: ”fue un buen golpe ese”. Ambos hombres rieron de buena gana y las tres mujeres nos miramos y sonreímos sin saber bien por qué. Como mi único interés se centraba en encontrarme con mi amado hasta entonces, un sueño inalcanzable, realmente no presté atención al hecho, debo admitirlo.

Aquel 18 de octubre de 1976 cuando finalmente estuve frente a él en la entrada de la casa de simples departamentos en que vivía, mi emoción era tan intensa, que olvidé hasta mi nombre. Y olvidé todo lo visto y oído desde mi llegada a Madrid, hasta mi viaje a Suiza, o mi vida en Paraná, todo lo olvidé por mucho tiempo y no me arrepiento porque no hubo mujer más feliz que yo durante 13 maravillosos años de unión con mi tan amado.

Muchos sucesos como en un film fueron pasando. Siempre estuvo conmigo aquel baúl de documentos que mi esposo, JOSÉ LÓPEZ REGA llenara un día y me dijera “quiero que lleves estos documentos por el mundo donde quiera que vayas porque algún día, alguien, aunque pasen cuarenta años, va a querer mirar y podrá comprobar la honestidad de mi actuación” y así lo hice. De vez en cuando miraba alguna foto, leía algún documento, releía sus cartas, volvía a mirar todos los juicios que agregué a los papeles guardados por él, pero nada más. No podía dejar de llorar y por eso prefería no mirarlos.

Entonces en marzo de 2017 mamá falleció. Yo le había prometido en 1989 cuando murió mi tan amado, que no volvería a hablar de él con nadie “mientras ella viviera”. Pasaron algunos meses aciagos y entonces los padres de una alumna de guitarra de mi escuela de música que son argentinos de Mar del Plata, me dijeron que debía poner en orden esos papeles y organizar un buen fichero. De esta forma el ingeniero civil Alejandro V. venía cada domingo durante dos horas a la casa de Asunción para trabajar junto a mí.

Son muchos documentos y en verdad tenían que ser clasificados. Durante un año y medio, esa familia me ayudó con el trabajo, me traían alimentos que siempre son escasos y no me faltaba el pan para la semana. En 2018 tuve que mudarme hacia donde vivo ahora en San Lorenzo, porque literalmente me echaron de la casa por pagar el alquiler siempre tarde y nuestro trabajo en equipo tuvo que cesar porque es ya muy lejos para ir y venir desde Asunción hacia San Lorenzo. Como estuve un poco tambaleante por el cambio y la falta de recursos, en verdad durante 2019 no hice casi nada, salvo la nota de LUIS GASULLA en Infobae…y entonces llegó la pandemia. Al no poder trabajar por la edad de riesgo, lo hago desde casa y eso me dio tiempo y decisión de volver a ver los documentos, leerlos varias veces, entenderlos y hacer comparaciones entre los unos y los otros. Es así que pude comprobar fehacientemente varias cosas y eso debido a aquella frase de ALMIRÓN en Madrid:

  • El nombramiento de Comisario General (R) fue una trampa muy bien orquestada por “los comisarios en retiro” según dijo el mismo General PERÓN. Tanto VILLAR, como MORALES, como ALMIRÓN, ROVIRA, OSINDE y otros eran verdaderamente las cabezas centrales de la infame organización Triple A.

  • Las verdaderas cabezas centrales necesitaban un cartel delante para actuar a hurtadillas detrás, entonces ¿quién mejor que aquel que era molesto para todos? Había que hacerlo más indeseable aún. Había que hacerlo resaltar con un nombramiento impensado y crear así la bronca entre todos, exacerbar a los montoneros que lo detestaban desde Puerta de Hierro y destrozar su figura invocando la ridícula historia del esoterismo y utilizando el mote creado por un periodista español.

  • Había que hacerle la proposición a PERÓN para que éste lo obligara a aceptar porque él no aceptaría dicho nombramiento, pero si PERÓN lo obligaba no podía negarse.

  • Era necesario de alguna manera que se supiera que en los sótanos del ministerio había armas y qué mejor que hacerlo a través de un empleado del lugar. Había que tener cuidado que LÓPEZ REGA no se diera cuenta y para eso contaban con el alcahuete des ascensorista que avisaba si el Ministro andaba cerca. Según el ascensorista, “de planta baja para arriba el ascensor marchaba bien pero no para abajo, hay un desperfecto Ministro”. “El coche para desplazarlo lo espera en la puerta de todos modos y no es necesario bajar al garaje”.
  • El nombramiento de Comisario General (R) va indefectiblemente unido a las actuaciones de la nefasta organización y precisamente para eso fue “propuesto” ese ascenso indebido. Al poseer un título que “no le correspondía” se convirtió en el “chivo expiatorio” perfecto. Todos sabían que él no comulgaba con las ideas marxistas de los jóvenes. Eran conocidas sus discrepancias cuando viajaban a Puerta de Hierro, le pusieron a OSINDE en el Ministerio, VILLAR le puso a ROVIRA y ALMIRÓN “Como seguridad” pero en realidad para observar sus movimientos.
  • Cuando ALMIRÓN contrae matrimonio con ANA MARÍA GIL, que conociera en ocasión del viaje a Libia, le pide a LÓPEZ REGA que sea su padrino de bodas. Desde entonces, lo llamaba ostentosamente “Padrino”, con doble intención, por un lado era verdad  y por el otro, indefectiblemente recordaba la figura de don CORLEONE, de la famosa película de mafiosos.
  • VILLAR, MORALES, y OSINDE realmente lo detestaban y querían que cayera, cuanto más profundo mejor. No podían soportar que PERÓN le tuviera tanta confianza y muchas veces escuchara sus opiniones.
  • Al mismo tiempo que perpetraron su plan, llevaban a cabo sus fechorías contra sus propios fantasmas. Si la persona en cuestión por alguna razón había tenido un entredicho con el Ministro, mejor, porque así se manifestaba que, como Comisario General (R) pudo “mover los hilos” para que algo malo pasara.
  • En noviembre de 1974, VILLAR es asesinado junto a su esposa, en una lancha ostentosa que había comprado. Lejos de conocer todo el complot, LÓPEZ REGA viste por primera y única vez el uniforme de Comisario General ( R ) para rendir sus respetos a quien en vida fuera su superior y creyendo de corazón que era un amigo. Hay fotos del sepelio donde se lo ve encajado y con los labios fruncidos. Realmente estaba muy alterado por esta muerte, sin saber que todos esos documentos fotográficos serían utilizados para acusarlo cuando el momento Esas fotos sirvieron para “demostrar” que “ostentaba” su nombramiento y para darle un aire de “acérrimo nacionalista”. VILLAR ya no estaba, pero su complot se terminó de manera impecable con su propia muerte.
  • La suerte estaba echada, todas las piezas del infame rompecabezas estaban en su lugar. Los que quedaron siguieron sus tácticas de poner el “cuchicheo” en los oídos que podían sentirse muy burlados por este nombramiento. El círculo estaba cerrado. El cartel finamente acabado. Todos gozaban de su astucia. Un solo hombre sufrió el escarnio, pero “se lo merecía por estar donde no debía” o tal vez, precisamente por estar allí, donde debía estar.

Aquel  día en Madrid, ALMIRÓN y VANNI no se percataron de que al decir aquella frase y festejar alegremente su ardid, me habían dado la punta del ovillo que desenredaría toda la madeja de maldad y picardía con la que habían trabajado para destruir la imagen de un hombre cuyo único pecado fue ser fiel a la Causa Justicialista. Trabajar denodadamente para su Líder,  para mejorar las condiciones del pueblo que habían puesto bajo su tutela desde el Ministerio de Bienestar Social y en cuyo corazón nunca albergó ningún tipo de deseo malsano para aquellos que no encuadraban en sus principios democráticos y de alta fidelidad a la Patria.

El odio, la envidia, los celos, la malicia, la falta de cultura y la maledicencia hicieron el resto.

Era necesario poner en vuestro conocimiento todas estas verdades. A ustedes decidir si las aceptan o no.

Es mi honor y mi deber dar a conocer estas verdades.

Si así no lo hiciera, Dios y la Patria tendrían el derecho de demandármelo.

 

BIBLIOGRAFÍA

López Rega, J. “El idioma de la verdad”.1986. Inédito.

https://www.pagina12.com.ar

https://es.m.wikipedia.org.

https://www.clarin.com

https://www.derechos.org

htpps://www.ambito.com

https://www.cronista.com

 


PrisioneroEnArgentia.com

Agosto 17, 2021


 

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