Todo parece indicar que a Cuba le ha llegado la hora suprema, después de sesenta y dos años de ignominia. Durante todo este tiempo, la propaganda comunista presentó ante el mundo una imagen falsa de la isla, como si fuera un paraíso de libertad y de progreso.
¡Sin embargo, aunque la realidad ha sido exactamente lo contrario de la propaganda, los centros de poder en Occidente siempre ocultaron la verdad! Jefes de Estado, autoridades eclesiásticas, políticos, intelectuales, empresarios, periodistas, y hasta varios Papas de la Iglesia Católica, estuvieron en Cuba y verificaron con sus propios ojos las mentiras del régimen. La realidad de Cuba es la miseria, la tiranía y la más infame persecución religiosa. Pero todos callaron la verdad y se doblegaron ante la dictadura.
Cuba se convirtió en el modelo de la izquierda católica
La izquierda católica, obnubilada por las tendencias extremas del Concilio Vaticano II, presentó a Cuba como un modelo de pobreza evangélica, como si fuera la imagen perfecta de la doctrina social de la Iglesia. La pobreza, la igualdad y la ausencia de capitalismo pregonados por el régimen castrista, pasaron a ser también los ideales de la Teología de la Liberación.
Cuba se transformó en la inspiración político-religiosa de muchas personalidades mundiales, que allá iban en peregrinación tras el supuesto Reino de Cristo en la tierra. Así lo afirmó alguna vez el cardenal Agostino Cassaroli, secretario de Estado del Vaticano en tiempos de Paulo VI, quien después de una visita a la Isla proclamó que allí los católicos vivían felices.
Y los dos obispos rojos del Brasil, Pedro Casaldáliga y Hélder Cámara, grandes amigos del dictador, lo proclamaron como modelo del nuevo cristianismo. Gustavo Gutiérrez, el cura peruano fundador de la Teología de la Liberación, quiso hacer una revolución dentro de la Iglesia al estilo de Fidel Castro. Fray Beto, el máximo exponente de la Teología de la Liberación en Brasil, fue amigo y uno de los mayores propagandistas de los Castro, quien acaba de publicar un manifiesto en Italia solidarizándose con la brutal represión del régimen a quienes salen a las calles pidiendo pan y libertad. Y Ernesto Cardenal, el cura marxista que lideró la revolución sandinista de Nicaragua, vivió y luchó inspirado por la revolución cubana, que fue excomulgado por su apostasía, pero pocos días antes de su muerte fue rehabilitado por el Papa Francisco.
Todos ellos ignoraron que el sistema marxista solo produce hambre, miseria y opresión, y que eso es lo que ha padecido Cuba a lo largo de estas décadas. Durante todo este tiempo no vieron nada, no escucharon nada, no supieron nada de la tragedia de Cuba, convertida en una inmensa cárcel.
A esta tragedia espantosa se le suma el misterioso y prolongado silencio del Papa Francisco. Su única declaración hasta ahora es un extraño llamado a superar la actual crisis a través del diálogo, la paz y la solidaridad, ignorando la opresión totalitaria que ejerce la minoría comunista contra todo un pueblo sin voz, sin libertad y sin alimentos. Tan locuaz y comunicativo sobre asuntos de poca importancia, no dice una palabra acerca del martirio de obispos, sacerdotes y fieles cubanos, atrozmente perseguidos por el régimen. Su voz potente y poderosa bastaría para salvar a Cuba, pues la suya es la misma voz de Nuestro Señor Jesucristo que derrotó a todos los adversarios de la Iglesia. Pero el Papa Francisco guarda silencio, mientras el lobo destruye su rebaño.
La extraordinaria maniobra realizada en Cuba a lo largo de estos años está inspirada en los más sofisticados manuales de Guerra PsicológicaRevolucionaria, lo cual fue ampliamente denunciado por el Profesor Plinio Correa de Oliveira (1908-1995). Durante su larga y fecunda vida, él fue uno de los más grandes opositores de la revolución cubana. Desde Brasil advirtió al mundo sobre el peligro que se cernía sobre América, pues el comunismo quiere hasta hoy la conquista de todo el continente, a pesar de que Cuba se está liberando del yugo marxista. Bajo la orientación de este hombre providencial, se creó la mayor resistencia al avance del comunismo a través de numerosas organizaciones ideológicas inspiradas en la trilogía Tradición-Familia-Propiedad, que vienen actuando en muchos países de Occidente.
Los “derechos humanos”, una herramienta del comunismo
La dictadura cubana ignoró sistemáticamente los más elementales principios del Derecho Natural. Los “derechos humanos”, ese noble concepto que los hipócritas comunistas dicen defender, no son otra cosa que un sistema para ocultar sus desmanes totalitarios, mientras pretende derribar gobiernos legítimos y multiplicar sus frentes de lucha. Así es como algunos organismos que dicen defenderlos encuentran graves violaciones en los países libres, pero ninguna en los “paraísos” marxistas como Cuba, Nicaragua o Venezuela.
El mundo debería proclamar sin hipocresía: ¡Basta ya de tanta miseria socialista! Y derrocar a los sátrapas de Cuba, incautando sus inmensas fortunas robadas y escondidas en paraísos fiscales. El actual gobierno debe ser reemplazado, y como un Ave Fénix, las cenizas de la actual Cuba se deben convertir en la Perla del Caribe que siempre fue.
Que se le devuelva la fe católica al pueblo cubano, que se restauren sus libertades, que se proclame el derecho a la propiedad privada y que los millones de exiliados puedan regresar para ayudar a reconstruir su nación. Ellos tuvieron que salir de su patria contra su voluntad, pero nunca dejaron de amarla, ni de luchar por su libertad, pues siempre llevaron a Cuba en lo más profundo de su corazón. Los exiliados cubanos serán la principal fuerza reconstructora de la isla y cada uno de ellos podrá volver a su tierra para aportar lo que pueda, con el fin de sepultar para siempre la horrorosa noche de 62 años que han padecido.
Cuba se derrumbará dentro de poco, tal como aconteció con el comunismo de Europa Oriental. Las oraciones, las lágrimas y la sangre derramada a los pies de la Virgen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, su patrona, han dado sus frutos. Ha llegado la hora final a los que impusieron tan horrenda tiranía.
Finalmente, es de esperar que sean derrotados los apátridas que luchan por imponer en Colombia una dictadura análoga a la de Cuba, pues no queremos para nuestra Patria la miseria, la tiranía y la vergüenza que imperan allá. Con la ayuda de Dios, pronto desaparecerá el refugio de terroristas y de asesinos, como son los guerrilleros de las FARC y del ELN, que ya no podrán seguir ocultándose en Cuba, pues la Historia está por cerrar uno de sus más abominables capítulos, que es la cloaca en que esa nación fue convertida por los comunistas.
Eugenio Trujillo Villegas es Director de la Sociedad Colombiana Tradición y Acción
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Por Eugenio Trujillo Villegas.
Todo parece indicar que a Cuba le ha llegado la hora suprema, después de sesenta y dos años de ignominia. Durante todo este tiempo, la propaganda comunista presentó ante el mundo una imagen falsa de la isla, como si fuera un paraíso de libertad y de progreso.
¡Sin embargo, aunque la realidad ha sido exactamente lo contrario de la propaganda, los centros de poder en Occidente siempre ocultaron la verdad! Jefes de Estado, autoridades eclesiásticas, políticos, intelectuales, empresarios, periodistas, y hasta varios Papas de la Iglesia Católica, estuvieron en Cuba y verificaron con sus propios ojos las mentiras del régimen. La realidad de Cuba es la miseria, la tiranía y la más infame persecución religiosa. Pero todos callaron la verdad y se doblegaron ante la dictadura.
Cuba se convirtió en el modelo de la izquierda católica
La izquierda católica, obnubilada por las tendencias extremas del Concilio Vaticano II, presentó a Cuba como un modelo de pobreza evangélica, como si fuera la imagen perfecta de la doctrina social de la Iglesia. La pobreza, la igualdad y la ausencia de capitalismo pregonados por el régimen castrista, pasaron a ser también los ideales de la Teología de la Liberación.
Cuba se transformó en la inspiración político-religiosa de muchas personalidades mundiales, que allá iban en peregrinación tras el supuesto Reino de Cristo en la tierra. Así lo afirmó alguna vez el cardenal Agostino Cassaroli, secretario de Estado del Vaticano en tiempos de Paulo VI, quien después de una visita a la Isla proclamó que allí los católicos vivían felices.
Y los dos obispos rojos del Brasil, Pedro Casaldáliga y Hélder Cámara, grandes amigos del dictador, lo proclamaron como modelo del nuevo cristianismo. Gustavo Gutiérrez, el cura peruano fundador de la Teología de la Liberación, quiso hacer una revolución dentro de la Iglesia al estilo de Fidel Castro. Fray Beto, el máximo exponente de la Teología de la Liberación en Brasil, fue amigo y uno de los mayores propagandistas de los Castro, quien acaba de publicar un manifiesto en Italia solidarizándose con la brutal represión del régimen a quienes salen a las calles pidiendo pan y libertad. Y Ernesto Cardenal, el cura marxista que lideró la revolución sandinista de Nicaragua, vivió y luchó inspirado por la revolución cubana, que fue excomulgado por su apostasía, pero pocos días antes de su muerte fue rehabilitado por el Papa Francisco.
Todos ellos ignoraron que el sistema marxista solo produce hambre, miseria y opresión, y que eso es lo que ha padecido Cuba a lo largo de estas décadas. Durante todo este tiempo no vieron nada, no escucharon nada, no supieron nada de la tragedia de Cuba, convertida en una inmensa cárcel.
A esta tragedia espantosa se le suma el misterioso y prolongado silencio del Papa Francisco. Su única declaración hasta ahora es un extraño llamado a superar la actual crisis a través del diálogo, la paz y la solidaridad, ignorando la opresión totalitaria que ejerce la minoría comunista contra todo un pueblo sin voz, sin libertad y sin alimentos. Tan locuaz y comunicativo sobre asuntos de poca importancia, no dice una palabra acerca del martirio de obispos, sacerdotes y fieles cubanos, atrozmente perseguidos por el régimen. Su voz potente y poderosa bastaría para salvar a Cuba, pues la suya es la misma voz de Nuestro Señor Jesucristo que derrotó a todos los adversarios de la Iglesia. Pero el Papa Francisco guarda silencio, mientras el lobo destruye su rebaño.
La extraordinaria maniobra realizada en Cuba a lo largo de estos años está inspirada en los más sofisticados manuales de Guerra Psicológica Revolucionaria, lo cual fue ampliamente denunciado por el Profesor Plinio Correa de Oliveira (1908-1995). Durante su larga y fecunda vida, él fue uno de los más grandes opositores de la revolución cubana. Desde Brasil advirtió al mundo sobre el peligro que se cernía sobre América, pues el comunismo quiere hasta hoy la conquista de todo el continente, a pesar de que Cuba se está liberando del yugo marxista. Bajo la orientación de este hombre providencial, se creó la mayor resistencia al avance del comunismo a través de numerosas organizaciones ideológicas inspiradas en la trilogía Tradición-Familia-Propiedad, que vienen actuando en muchos países de Occidente.
Los “derechos humanos”, una herramienta del comunismo
La dictadura cubana ignoró sistemáticamente los más elementales principios del Derecho Natural. Los “derechos humanos”, ese noble concepto que los hipócritas comunistas dicen defender, no son otra cosa que un sistema para ocultar sus desmanes totalitarios, mientras pretende derribar gobiernos legítimos y multiplicar sus frentes de lucha. Así es como algunos organismos que dicen defenderlos encuentran graves violaciones en los países libres, pero ninguna en los “paraísos” marxistas como Cuba, Nicaragua o Venezuela.
El mundo debería proclamar sin hipocresía: ¡Basta ya de tanta miseria socialista! Y derrocar a los sátrapas de Cuba, incautando sus inmensas fortunas robadas y escondidas en paraísos fiscales. El actual gobierno debe ser reemplazado, y como un Ave Fénix, las cenizas de la actual Cuba se deben convertir en la Perla del Caribe que siempre fue.
Que se le devuelva la fe católica al pueblo cubano, que se restauren sus libertades, que se proclame el derecho a la propiedad privada y que los millones de exiliados puedan regresar para ayudar a reconstruir su nación. Ellos tuvieron que salir de su patria contra su voluntad, pero nunca dejaron de amarla, ni de luchar por su libertad, pues siempre llevaron a Cuba en lo más profundo de su corazón. Los exiliados cubanos serán la principal fuerza reconstructora de la isla y cada uno de ellos podrá volver a su tierra para aportar lo que pueda, con el fin de sepultar para siempre la horrorosa noche de 62 años que han padecido.
Cuba se derrumbará dentro de poco, tal como aconteció con el comunismo de Europa Oriental. Las oraciones, las lágrimas y la sangre derramada a los pies de la Virgen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, su patrona, han dado sus frutos. Ha llegado la hora final a los que impusieron tan horrenda tiranía.
Finalmente, es de esperar que sean derrotados los apátridas que luchan por imponer en Colombia una dictadura análoga a la de Cuba, pues no queremos para nuestra Patria la miseria, la tiranía y la vergüenza que imperan allá. Con la ayuda de Dios, pronto desaparecerá el refugio de terroristas y de asesinos, como son los guerrilleros de las FARC y del ELN, que ya no podrán seguir ocultándose en Cuba, pues la Historia está por cerrar uno de sus más abominables capítulos, que es la cloaca en que esa nación fue convertida por los comunistas.
Eugenio Trujillo Villegas es Director de la Sociedad Colombiana Tradición y Acción
trujillo.eugenio@gmail.com
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 21, 2021