Nos enfrentábamos a soldados profesionales, con todos sus jefes instruidos en Cuba, Libia, Angola, Vietnam etc., como así muchos de los guerrilleros, con un total y acabado conocimiento del terreno para planificar y ejecutar las operaciones militares con armamento igual o mejor que el del Ejército Argentino. Lo que claramente expresa el CHE GUEVARA en su libro Guerra de Guerrilla: “… la baja en la guerrilla necesita más tiempo para ser recuperada porque constituye un soldado de alta especialización” y en otro párrafo aprecia que un guerrillero equivale a más de 10 soldados de un ejército regular, lo mismo fue mencionado por el Jefe de Montoneros MARIO FIRMENICH: “Hay que hacer un cálculo estratégico: un irregular, un guerrillero, equivale, cálculo mínimo, a diez soldados regulares….” (Operación Traviata –de Ceferino Reato), con lo que queda claro que no íbamos al monte a pasear, ni a matar “Jóvenes Idealistas”.
Tenían la ductilidad de abandonar el uniforme militar y volver a sus hogares para luego retomar la lucha cuando se le ordenara ERP o bien mimetizarse en los pueblos entre la población.
Tenían la capacidad de efectuar operaciones por sorpresa en lugares precisos o blancos perfectamente seleccionados, con las siguientes características, rapidez, flexibilidad y sorpresa, con una inteligencia encomiable, como la emboscada a los médicos.
La guerra de guerrilla es una TACTICA MILITAR de conflictos armados, consistentes en hostigar al enemigo mediante ataques rápidos y sorpresivos, voladuras de instalaciones, puentes y caminos, robo de armas y provisiones. Se desarrollaba en situación de guerra asimétrica, que, gracias a su movilidad, su fácil dispersión en pequeños grupos o células, su habilidad para desaparecer en ese ámbito geográfico.
Toda esta capacidad operativa del terrorismo guerrillero, fue adquirida del libro del Che “Guerra de Guerrilla”, que posteriormente es traducida al inglés y portugués por la CIA y sería utilizado por las fuerzas que estudiaban en las Escuelas de las Américas, la cual estaba situada en Panamá en ese entonces. Es decir que los Ejércitos de los distintos países aprendieron de la lectura del libro del Che. Un fenómeno similar ocurrió con el libro del “Mini manual del Guerrillero Urbano” escrito por el revolucionario brasileño CARLOS MARIGHELLA (https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Marighella#Mini-manual_del_guerrillero_urbano)
SITUACION DE MI EQUIPO DE COMBATE AL LLEGAR A LA ZONA DE OPERACIONES.
No teníamos posibilidad alguna de conseguir información con la población debido al terror que le tenían a los terroristas guerrilleros.
Soldados que cumplían el Servicio Militar, no profesionales, con la mitad de ellos con alguna experiencia de combate, y la otra mitad no, con solo tres meses de instrucción, en cuanto a los Oficiales y Suboficiales, más del 80% no instruidos en Guerra de Guerrilla.
Desconocimiento total del terreno de la Zona, asignada a la compañía incluido el suscrito, donde debíamos operar, prácticamente a ciegas.
Carencia de baqueanos en la Zona asignada.
Todo el aprendizaje de este tipo de guerra se hacía sobre el terreno y sobre la marcha.
Imposibilidad de atacar blancos seleccionados por falta de Inteligencia (Icia), todas las operaciones se hacen sobre reconocimientos del terreno, ubicando emboscadas en probables lugares, lo que lleva a un desgaste terrible tanto físico como sicológico del personal. Las emboscadas se hacen de noche, donde no se puede dormir, ni hablar, si llueve no se puede uno cubrir, se permanece toda la noche en la posición cuerpo a tierra (Pecho pegado al suelo). Si el enemigo cae en la emboscada uno no se puede mover, y al enemigo solo se lo puede ubicar por medio del oído, ya que como manifestara la visibilidad es cero. En caso de que diera resultado una emboscada, no se puede mover hasta el amanecer y se le dispara a cualquier ruido. Si hay un herido quejándose, no se puede saber si es propio o del enemigo y solo se puede mover con las primeras luces (Existe un promedio de que cada 300 emboscadas una da resultado).
Poblaciones dominadas y aterrorizadas por los guerrilleros
No contar con vehículos los primeros 6 días porque me fueran retirados por el Jefe del Regimiento 19 Teniente Coronel ALAIS.
Solo contaba con el coraje del soldado Tucumano, aguerrido, difícil de conducir buscando siempre lo peor del combate y sobre todo porque podíamos confiar ciegamente en ellos la defensa de su Provincia.
Como puede apreciarse la situación táctica de mi compañía al llegar el 12 Mayo de 1976 a la zona de operaciones, comparada con la del terrorista guerrillero, era totalmente desfavorable.
RAPIDA DESCRIPCIÓN DEL TERRENO PERFECTAMENTE CONOCIDO POR LA GUERRILLA Y NO POR MIS SOLDADOS.
Es una zona de cerros montuosos, las abundantes lluvias y su calor tropical (45 grados), hacen que la vegetación sea abundante u exuberante, llena de árboles y maleza lo que impide ver a más de dos metros en pleno día.
Es cuanto a las zonas cultivables, que comenzaban al terminar las serranías daba lugar a los cultivos de la caña de azúcar, que cuando estaba crecida, si los surcos iban paralelos al camino no se podía ver el segundo surco, y si estaban perpendicular al mismo su visibilidad era de unos escasos ocho metros.
Cuando la caña de azúcar estaba alta permitía salir de la base de combate e introducirse en el monte sin ser visto, pero si estaba cortada, los guerrilleros podían vernos a más de 1000 metros, y podían ponernos fuera de combate con solo un buen tirador, de hecho, que hemos tenido muertos en esas circunstancias.
ACTIVIDADES DE MI EQUIPO DE COMBATE DESDE MI LLEGADA POR PRIMERA VEZ A LA ZONA DE OPERACIONES EL 12 DE MAYO DE 1976 EL 08 DE JULIO DE 1976.
El día 12 de mayo de 1976 llego por primera vez a la Zona Operaciones con mi Equipo de Combate presentándome a las 09, 00 Hs. aproximadamente al Jefe de la Fuerza de Tarea Berdina con asiento en el viejo ingenio Santa Lucia. Allí se me impone de la situación general de la Zona de Operaciones y se me asigna la Zona Acción Caspinchango, quedando el pequeño caserío de Caspinchango Frias Silva bajo control del otro Equipo de Combate y fuera de mi zona de Acción.
Luego de la puesta en situación por parte del J Fza T B y de haber almorzado nos dirigimos a la Base de Caspinchango a la que llegamos aproximadamente a las14, 30 Hs.
Estando en la Jefatura de la Fza. Tarea Berdina, se me ordena que llegando a la Base Caspinchango debía devolver todos los vehículos al Regimiento 19, razón por la cual nos quedamos sin ningún medio de trasporte.
El mismo 12 de mayo organizo la Base de Caspinchango y dejando órdenes bien detalladas a los Jefes de Secciones que se quedaban en la base para completar su instalación. El día 13 de mayo a las 07,00Hs aproximadamente marcho a instalar una base en la profundidad del monte con una Sección de Tiradores. Para cumplimentar la orden permanente que la Compañía tenía, me quedo a dormir esa noche con la Sección en pleno monte, regresando el día 14 a la Base con las primeras luces, y ese día establezco contacto que el jefe de la Compañía que tenía como límite norte, para tomar acuerdos y determinar con exactitud el límite entre ambas compañías.
Antes de retirarme con la Sec que debía instalar en pleno monte, dejo la orden de que consiguieran algún medio de transporte para concurrir a la Base de Santa Lucia por lo menos una vez por día para recibir órdenes personalmente. La guerrilla tenía radios que les permitía interceptar y escuchar nuestras conversaciones, y también para ir a buscar los alimentos necesarios para la Sec que se instalaba en el monte y para el resto del Equipo de Combate.
Al regresar a la Base, luego de instalar la Sec en la profundidad en el monte, se me informa que el medio de transporte conseguido fue un tractor con tres carros cañeros, de los que tienen forma de U y un largo aproximado de ocho metros cada uno, los que me fueran facilitados por el señor Manuel Avellaneda, administrador de la entonces finca Nogues Hnos.
Con ese medio de transporte, un suboficial que manejaba el tractor, dos soldados por carro cañero íbamos a Santa Lucia, como máximo dos veces por día, debiendo pasar por parte del caserío de Caspinchango Frías Silva.
Desde el mismo día que llegamos todas los noches sin excepción la guerrilla terrorista nos ataca, disparando con FAL desde los cañaverales a muy corta distancia, a los lugares que teníamos los centinelas durante el día, los que eran desplazados durante la noche a otra posición. Esto evito que fueran heridos o muertos, obligándome a desplegar todos los efectivo tres o dos veces por noche como mínimo. Este tipo de hostigamiento producía un desgaste físico y una presión sicológica tremenda. Más que al día siguiente teníamos que salir, con muchísimo cuidados para evitar ser emboscados, a reconocer el terreno donde debíamos combatir y que no conocíamos.
El día 15 de mayo de 1976 se enferman varios soldados con hepatitis, lo que informo al Jefe Fuerza de Tarea Berdina, quien me comunica que me mandarían los médicos.
El día 16 de mayo antes del mediodía decido efectuar emboscadas en los 360 grados alrededor de la base, se imparte las órdenes a los jefes de secciones pero antes de que salgan de la base decido suspenderlas por un mal presentimiento que tengo, con el consiguiente disgusto de mis oficiales, suboficiales y soldados.
Aproximadamente a las 23,30 Hs. Si produce el primer ataque a la Base como era costumbre y el otro aproximadamente a las 01,00 Hs. del día 17 de mayo de 1976.
INGENIERO MAURICIO MACRI
Nos enfrentábamos a soldados profesionales, con todos sus jefes instruidos en Cuba, Libia, Angola, Vietnam etc., como así muchos de los guerrilleros, con un total y acabado conocimiento del terreno para planificar y ejecutar las operaciones militares con armamento igual o mejor que el del Ejército Argentino. Lo que claramente expresa el CHE GUEVARA en su libro Guerra de Guerrilla: “… la baja en la guerrilla necesita más tiempo para ser recuperada porque constituye un soldado de alta especialización” y en otro párrafo aprecia que un guerrillero equivale a más de 10 soldados de un ejército regular, lo mismo fue mencionado por el Jefe de Montoneros MARIO FIRMENICH: “Hay que hacer un cálculo estratégico: un irregular, un guerrillero, equivale, cálculo mínimo, a diez soldados regulares….” (Operación Traviata –de Ceferino Reato), con lo que queda claro que no íbamos al monte a pasear, ni a matar “Jóvenes Idealistas”.
Tenían la ductilidad de abandonar el uniforme militar y volver a sus hogares para luego retomar la lucha cuando se le ordenara ERP o bien mimetizarse en los pueblos entre la población.
Tenían la capacidad de efectuar operaciones por sorpresa en lugares precisos o blancos perfectamente seleccionados, con las siguientes características, rapidez, flexibilidad y sorpresa, con una inteligencia encomiable, como la emboscada a los médicos.
La guerra de guerrilla es una TACTICA MILITAR de conflictos armados, consistentes en hostigar al enemigo mediante ataques rápidos y sorpresivos, voladuras de instalaciones, puentes y caminos, robo de armas y provisiones. Se desarrollaba en situación de guerra asimétrica, que, gracias a su movilidad, su fácil dispersión en pequeños grupos o células, su habilidad para desaparecer en ese ámbito geográfico.
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Toda esta capacidad operativa del terrorismo guerrillero, fue adquirida del libro del Che “Guerra de Guerrilla”, que posteriormente es traducida al inglés y portugués por la CIA y sería utilizado por las fuerzas que estudiaban en las Escuelas de las Américas, la cual estaba situada en Panamá en ese entonces. Es decir que los Ejércitos de los distintos países aprendieron de la lectura del libro del Che. Un fenómeno similar ocurrió con el libro del “Mini manual del Guerrillero Urbano” escrito por el revolucionario brasileño CARLOS MARIGHELLA (https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Marighella#Mini-manual_del_guerrillero_urbano)
SITUACION DE MI EQUIPO DE COMBATE AL LLEGAR A LA ZONA DE OPERACIONES.
No teníamos posibilidad alguna de conseguir información con la población debido al terror que le tenían a los terroristas guerrilleros.
Soldados que cumplían el Servicio Militar, no profesionales, con la mitad de ellos con alguna experiencia de combate, y la otra mitad no, con solo tres meses de instrucción, en cuanto a los Oficiales y Suboficiales, más del 80% no instruidos en Guerra de Guerrilla.
Desconocimiento total del terreno de la Zona, asignada a la compañía incluido el suscrito, donde debíamos operar, prácticamente a ciegas.
Carencia de baqueanos en la Zona asignada.
Todo el aprendizaje de este tipo de guerra se hacía sobre el terreno y sobre la marcha.
Imposibilidad de atacar blancos seleccionados por falta de Inteligencia (Icia), todas las operaciones se hacen sobre reconocimientos del terreno, ubicando emboscadas en probables lugares, lo que lleva a un desgaste terrible tanto físico como sicológico del personal. Las emboscadas se hacen de noche, donde no se puede dormir, ni hablar, si llueve no se puede uno cubrir, se permanece toda la noche en la posición cuerpo a tierra (Pecho pegado al suelo). Si el enemigo cae en la emboscada uno no se puede mover, y al enemigo solo se lo puede ubicar por medio del oído, ya que como manifestara la visibilidad es cero. En caso de que diera resultado una emboscada, no se puede mover hasta el amanecer y se le dispara a cualquier ruido. Si hay un herido quejándose, no se puede saber si es propio o del enemigo y solo se puede mover con las primeras luces (Existe un promedio de que cada 300 emboscadas una da resultado).
Poblaciones dominadas y aterrorizadas por los guerrilleros
No contar con vehículos los primeros 6 días porque me fueran retirados por el Jefe del Regimiento 19 Teniente Coronel ALAIS.
Solo contaba con el coraje del soldado Tucumano, aguerrido, difícil de conducir buscando siempre lo peor del combate y sobre todo porque podíamos confiar ciegamente en ellos la defensa de su Provincia.
Como puede apreciarse la situación táctica de mi compañía al llegar el 12 Mayo de 1976 a la zona de operaciones, comparada con la del terrorista guerrillero, era totalmente desfavorable.
RAPIDA DESCRIPCIÓN DEL TERRENO PERFECTAMENTE CONOCIDO POR LA GUERRILLA Y NO POR MIS SOLDADOS.
Es una zona de cerros montuosos, las abundantes lluvias y su calor tropical (45 grados), hacen que la vegetación sea abundante u exuberante, llena de árboles y maleza lo que impide ver a más de dos metros en pleno día.
Es cuanto a las zonas cultivables, que comenzaban al terminar las serranías daba lugar a los cultivos de la caña de azúcar, que cuando estaba crecida, si los surcos iban paralelos al camino no se podía ver el segundo surco, y si estaban perpendicular al mismo su visibilidad era de unos escasos ocho metros.
Cuando la caña de azúcar estaba alta permitía salir de la base de combate e introducirse en el monte sin ser visto, pero si estaba cortada, los guerrilleros podían vernos a más de 1000 metros, y podían ponernos fuera de combate con solo un buen tirador, de hecho, que hemos tenido muertos en esas circunstancias.
ACTIVIDADES DE MI EQUIPO DE COMBATE DESDE MI LLEGADA POR PRIMERA VEZ A LA ZONA DE OPERACIONES EL 12 DE MAYO DE 1976 EL 08 DE JULIO DE 1976.
El día 12 de mayo de 1976 llego por primera vez a la Zona Operaciones con mi Equipo de Combate presentándome a las 09, 00 Hs. aproximadamente al Jefe de la Fuerza de Tarea Berdina con asiento en el viejo ingenio Santa Lucia. Allí se me impone de la situación general de la Zona de Operaciones y se me asigna la Zona Acción Caspinchango, quedando el pequeño caserío de Caspinchango Frias Silva bajo control del otro Equipo de Combate y fuera de mi zona de Acción.
Luego de la puesta en situación por parte del J Fza T B y de haber almorzado nos dirigimos a la Base de Caspinchango a la que llegamos aproximadamente a las14, 30 Hs.
Estando en la Jefatura de la Fza. Tarea Berdina, se me ordena que llegando a la Base Caspinchango debía devolver todos los vehículos al Regimiento 19, razón por la cual nos quedamos sin ningún medio de trasporte.
El mismo 12 de mayo organizo la Base de Caspinchango y dejando órdenes bien detalladas a los Jefes de Secciones que se quedaban en la base para completar su instalación. El día 13 de mayo a las 07,00Hs aproximadamente marcho a instalar una base en la profundidad del monte con una Sección de Tiradores. Para cumplimentar la orden permanente que la Compañía tenía, me quedo a dormir esa noche con la Sección en pleno monte, regresando el día 14 a la Base con las primeras luces, y ese día establezco contacto que el jefe de la Compañía que tenía como límite norte, para tomar acuerdos y determinar con exactitud el límite entre ambas compañías.
Antes de retirarme con la Sec que debía instalar en pleno monte, dejo la orden de que consiguieran algún medio de transporte para concurrir a la Base de Santa Lucia por lo menos una vez por día para recibir órdenes personalmente. La guerrilla tenía radios que les permitía interceptar y escuchar nuestras conversaciones, y también para ir a buscar los alimentos necesarios para la Sec que se instalaba en el monte y para el resto del Equipo de Combate.
Al regresar a la Base, luego de instalar la Sec en la profundidad en el monte, se me informa que el medio de transporte conseguido fue un tractor con tres carros cañeros, de los que tienen forma de U y un largo aproximado de ocho metros cada uno, los que me fueran facilitados por el señor Manuel Avellaneda, administrador de la entonces finca Nogues Hnos.
Con ese medio de transporte, un suboficial que manejaba el tractor, dos soldados por carro cañero íbamos a Santa Lucia, como máximo dos veces por día, debiendo pasar por parte del caserío de Caspinchango Frías Silva.
Desde el mismo día que llegamos todas los noches sin excepción la guerrilla terrorista nos ataca, disparando con FAL desde los cañaverales a muy corta distancia, a los lugares que teníamos los centinelas durante el día, los que eran desplazados durante la noche a otra posición. Esto evito que fueran heridos o muertos, obligándome a desplegar todos los efectivo tres o dos veces por noche como mínimo. Este tipo de hostigamiento producía un desgaste físico y una presión sicológica tremenda. Más que al día siguiente teníamos que salir, con muchísimo cuidados para evitar ser emboscados, a reconocer el terreno donde debíamos combatir y que no conocíamos.
El día 15 de mayo de 1976 se enferman varios soldados con hepatitis, lo que informo al Jefe Fuerza de Tarea Berdina, quien me comunica que me mandarían los médicos.
El día 16 de mayo antes del mediodía decido efectuar emboscadas en los 360 grados alrededor de la base, se imparte las órdenes a los jefes de secciones pero antes de que salgan de la base decido suspenderlas por un mal presentimiento que tengo, con el consiguiente disgusto de mis oficiales, suboficiales y soldados.
Aproximadamente a las 23,30 Hs. Si produce el primer ataque a la Base como era costumbre y el otro aproximadamente a las 01,00 Hs. del día 17 de mayo de 1976.
CONTINUARÁ…
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Mayo 18, 2018
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