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 Por CLAUDIO KUSSMAN.

 

LOS PRISIONEROS

Teniendo establecido el sitio para  dormir y aislarnos cuando sea necesario, podemos recorrer el resto de las instalaciones guiados por un camarada que nos explicará las reglas, los usos y costumbres del lugar. Así incursionamos por la cocina comedor, donde nos asignarán algún medio estante en una heladera,  para guardar nuestros alimentos, baños, lavadero de ropa y patio interno, al cual se accede solo durante el día.

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Todo denota lo mismo, falta de productos de limpieza de marca (solo entregan en forma muy medida: lavandina, desodorante líquido y detergente, todo suelto y  rebajado con agua). El  mantenimiento es otra gran falencia, se hace mal y con demoras, ocasionando trastornos  cuando deja de funcionar  algún retrete, de pintar el lugar ni hablar.  La imprevisión al construir la cárcel está a la vista y entre otros detalles es evidente por la cantidad de cables eléctricos, telefónicos o TV aéreos que cruzan sueltos por las paredes, demostrando que se impone el: “lo atamos con alambre”. Destaco que en las imágenes mostramos el lavadero de ropa del pabellón 6, por ser el que está en peores condiciones. Ante ello y por otras instalaciones que iremos exhibiendo, le preguntaría al Ministro de Justicia y Derechos Humanos (para algunos) GERMÁN GARAVANO, ¿dónde está el dinero que ustedes  gastan tan abundantemente  en la estadía carcelaria de cada uno de nosotros? Los prisioneros adultos mayores, se distinguen de los “comunes” por ser personas disciplinadas, que preservan el lugar, ser  limpios y dispuestos a colaborar, de allí que a excepción de aquellos que se encuentran en precarias condiciones económicas, todos aportan elementos que el estado pese a su obligación  omite. Por ejemplo: mesas y sillas generalmente de plástico que nunca alcanzan.

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Elementos de limpieza como desodorantes, lavandina, baldes, cucarachicidas, algunos hornos microondas, computadoras, impresoras, alguna heladera, sábanas, mantas, estufas eléctricas, vajilla de cocina, manteles de hule, cortinas plásticas para las duchas, etc.  También gran parte de la comida que, por épocas, es una verdadera PORQUERÍA, por ejemplo en los últimos meses (Unidad Penitenciaria 31).  Cuando escucho en los medios a los políticos y funcionarios llenarse la boca hablando de derechos humanos, realmente me doy cuenta que todos sin excepción son unos charlatanes mentirosos.

 

Claudio Kussman

Interno L.U.P 345.349

Servicio Penitenciario Federal

Diciembre 11, 2018

 

 

ADVERTENCIA – Las  imágenes de esta y del resto de las  notas similares, están almacenadas fuera del territorio argentino.

 

 

                                                            “La primera noche es la más dura, no cabe la menor duda, te dejan desnudo como el día que naciste con la piel quemada y medio ciego por el asqueroso desinfectante y cuando te meten en la celda y te cierran los barrotes en las narices es cuando te das cuenta que es de verdad, en un abrir y cerrar de ojos toda tu vida se ha ido al carajo, no te queda nada excepto todo el tiempo del mundo para reflexionar. Muchos pescaditos casi enloquecen la primera noche siempre hay más de uno que rompe a llorar, siempre.” 

Morgan Freeman (1937-      )

 


PrisioneroEnArgentina.com

Diciembre 12, 2018


 

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