DIOS…DONDE ESTÁS

¿EXISTIS O SUPLIMOS NUESTRO NECESIDAD DE CREER CON UNA ENTELEQUIA?

Dr. Carlos del Señor Hidalgo Garzón *

“Tuyo es el Poder y Tuya es la Gloria…pero si tiene es el poder y la gloria porque tu vara de castigo, incomprensión y dolor nos doblega día a día, acaso te permitís que penemos que no existís y que en aquello que creemos o decimos creer es una entelequia, una fantasías de del miedo por estar permanentemente sujeto a una voluntad quizás patriarcal, que se solaza en el castigo universal y personal. Ya que aquí en la tierra hay muchos padres y superiores que gozan con el sufrimiento y el castigo de sus hijos.

SE PUEDE SER ATEO O SEA NEGARTE – AGNOSTICO O SEA EN DUDA Y TAMBIÈN SIENDO CREYENTE – SENTIR REBELDÌA POR TU OMNIPOTENCIA Y FALTA DE BONDAD EFICIENTE – NO LA BONDAD DE NUETRAS FANTASIAS SINO LA QUE PENETRA EN LOS CORAZONES. ¿DIOS EXISTIS…..?

Ya la vida se fue y cuando con mi esposa hacemos el balance vemos que los tiempos de sufrimiento son mayores que los de bonanzas, y según la Biblia tus deseos son que seamos felices a costa de sacrificios. ¿Pero hasta cuando tu poder de martirizar seguirá presente…de que piedad me hablas en las escrituras, siendo que YO CREO QUE SOS UN DIOS CASTIGADOR PARA UNOS Y PERMISIVOS A LOS VANDALOS, CRUELES Y DESPIADADOS…SI SOS DIOS POR QUE? – hay dosis de sadismo en tus actos. Donde dejan tus actos la “famosa piedad”.

Mi esposa y yo, desde que nos unimos en matrimonio, hemos recibido “muchos castigos, o sea que tu voluntad de solazó con nuestro sufrimiento pues nada buenos recibimos y ahora llegamos al final, sin poder creer ya que tus “castigos superan la pequeña felicidad…de cuenta gotas”.

Ambos recordamos los once años buscando el amor del hijo – Y NOS LO NEGASTES – nos vistes sufrir diferentes a los demás, y no fuiste ayuda en los tratamientos y amor de esposos que buscaban al hijo. Y fuiste tan cruel que nunca lo tuvimos.

Y cuando por amor recibimos un sucedáneo, nos lo quitaste. Y ahora el odio de quien debió perpetuar sus 33 años de amor, se convierte en tu vara de castigo.

Y habiendo cumplido con la fidelidad matrimonial y con la fidelidad a la Bandera y la Patria, rompiste mi vida profesional por defenderlos y volviste a quemar con angustias y enfermedades, el último tramos de nuestras vidas, cuando por tu nombre y la patria volvimos al combate, del que no me arrepiento. Y ESTAMOS ENCERRADOS UNO COMO EL PERRO Y EL OTRO COMO LA CADENA DE SEGURIDAD.

¿DIOS EXISTIS – Y SI EXISTIS DONDE ESTÁS Y SI ESTÁS PORQUE TE SOLAZAS CON TANTO SUFRIMIENTO? HOY TE CONFRONTO Y PIDO RESPUESTA, YA QUE DEBO TOMAR DECISIONES DE MAS DOLOR. PERO DE MENTIRAS …¡¡BASTA!!