El 6 de agosto de 2023, será recordado como el día que VICTORIA VILLARRUEL, candidata a vicepresidente de la Nación y la legisladora LUCÍA MONTENEGRO, finalmente lograron visibilizar como nadie hizo antes, a las víctimas del terrorismo que en el siglo veinte enlutó al país. Fue con un acto no multitudinario, sencillo y emotivo llevado a cabo en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, al que, por razones de espacio, fueron invitados apenas un par de centenares de familiares de las miles de víctimas negadas. Pero atención, además dejaron al descubierto a un demonio que, en estado latente, está preparándose sin prisa y sin pausa para que la oscuridad vuelva a imperar en este territorio llamado Argentina. La “protesta” de los subvencionados organismos de derechos humanos, dentro y fuera de la legislatura, fue una demostración palpable que todo el dolor y la muerte de los años de plomo, no dejaron ninguna enseñanza positiva para no volver a repetir el pasado que no debió existir. A la vista quedaron los dueños de la violencia, que, rodeando la sede del acto conmemorativo, como en el pasado, volvieron a sembrar miedo. En su perversa idea de democracia, solo ellos son dueños de la verdad y nadie más que ellos tienen derecho absoluto sobre los pensamientos, sentimientos y bienes de la gente. Solo ellos pueden erigir infinidad de fastuosos monumentos por “sus” muertos, cuya construcción y mantenimiento pagamos entre todos los ciudadanos, incluyendo a los familiares de sus víctimas. Ayer políticos, funcionarios (desde el presidente para abajo) y gran parte del periodismo denostaron y tacharon a VILLARRUEL nada menos que de NEGACIONISTA. ¿Estamos locos? ¿Cómo se puede ser tan carroñero negando la existencia de cadáveres de hombres, mujeres y niños asesinados por el terrorismo? ¿Qué clase de ser humano puede negar a estos últimos? Ellos no tuvieron la oportunidad de crecer, tener amigos, estudiar, enamorarse, procrear y estar hoy entre nosotros.
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¿Acaso hay muertos buenos y muertos malos? ¿Que la dictadura fue un error y un horror? Por supuesto que sí. La sociedad en pleno no tendría que haber recurrido a una fuerza letal para combatirlos. ¿Por qué no recurrió al Ejército de Salvación o a los bomberos, si no querían combatir al terror y la violencia con violencia? ¿Que no tendría que haber habido un solo desaparecido? Por supuesto que no, como tampoco tendría que haber habido un solo niño asesinado, pese a lo cual cruelmente hoy se los vuelven a matar negándoles el derecho a ser recordados. Argentina, con su sociedad ciega y dividida por el odio, no tiene futuro, porque pese a lo que dijera un falaz ex presidente, NO ESTAMOS CONDENADOS AL ÉXITO.
“Quise gritar, pero no pude proferir ningún sonido. Esto duró algún tiempo. Por fin un reloj dio las doce, e inmediatamente vi entrar a un demonio con cuernos de fuego y una gran cola inflamada llevada por algunos diablillos que lo seguían. Ese demonio tenía un libro en una mano y una horquilla en la otra”
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El 6 de agosto de 2023, será recordado como el día que VICTORIA VILLARRUEL, candidata a vicepresidente de la Nación y la legisladora LUCÍA MONTENEGRO, finalmente lograron visibilizar como nadie hizo antes, a las víctimas del terrorismo que en el siglo veinte enlutó al país. Fue con un acto no multitudinario, sencillo y emotivo llevado a cabo en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, al que, por razones de espacio, fueron invitados apenas un par de centenares de familiares de las miles de víctimas negadas. Pero atención, además dejaron al descubierto a un demonio que, en estado latente, está preparándose sin prisa y sin pausa para que la oscuridad vuelva a imperar en este territorio llamado Argentina. La “protesta” de los subvencionados organismos de derechos humanos, dentro y fuera de la legislatura, fue una demostración palpable que todo el dolor y la muerte de los años de plomo, no dejaron ninguna enseñanza positiva para no volver a repetir el pasado que no debió existir. A la vista quedaron los dueños de la violencia, que, rodeando la sede del acto conmemorativo, como en el pasado, volvieron a sembrar miedo. En su perversa idea de democracia, solo ellos son dueños de la verdad y nadie más que ellos tienen derecho absoluto sobre los pensamientos, sentimientos y bienes de la gente. Solo ellos pueden erigir infinidad de fastuosos monumentos por “sus” muertos, cuya construcción y mantenimiento pagamos entre todos los ciudadanos, incluyendo a los familiares de sus víctimas. Ayer políticos, funcionarios (desde el presidente para abajo) y gran parte del periodismo denostaron y tacharon a VILLARRUEL nada menos que de NEGACIONISTA. ¿Estamos locos? ¿Cómo se puede ser tan carroñero negando la existencia de cadáveres de hombres, mujeres y niños asesinados por el terrorismo? ¿Qué clase de ser humano puede negar a estos últimos? Ellos no tuvieron la oportunidad de crecer, tener amigos, estudiar, enamorarse, procrear y estar hoy entre nosotros.
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[/ezcol_1half_end]¿Acaso hay muertos buenos y muertos malos? ¿Que la dictadura fue un error y un horror? Por supuesto que sí. La sociedad en pleno no tendría que haber recurrido a una fuerza letal para combatirlos. ¿Por qué no recurrió al Ejército de Salvación o a los bomberos, si no querían combatir al terror y la violencia con violencia? ¿Que no tendría que haber habido un solo desaparecido? Por supuesto que no, como tampoco tendría que haber habido un solo niño asesinado, pese a lo cual cruelmente hoy se los vuelven a matar negándoles el derecho a ser recordados. Argentina, con su sociedad ciega y dividida por el odio, no tiene futuro, porque pese a lo que dijera un falaz ex presidente, NO ESTAMOS CONDENADOS AL ÉXITO.
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Prov. Buenos Aires
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
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Setiembre 6, 2023